Ore no Imōto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai (NL)

Volumen 1

Capitulo 4: No Hay Forma De Que Mi Hermana Sea Tan Linda.

Parte 4

Treinta minutos después, estaba en frente de la sala de estar.

En la bolsa que sostengo en la mano hay un plan secreto. Mientras corría a casa, pensé en esto con mi cabeza más o menos en forma. Con la ayuda de mi madre, de alguna forma está todo preparado. Y como toque final, le dije que no entrara en la sala. Todo está listo.

Pero honestamente, no hay garantía de que las cosas vayan a salir bien. Hay un mejor chance de que él desvíe todo el plan y que este no tenga ningún efecto.

Pero aun así voy a hacerlo. No es sólo por mi hermana, sino por mí mismo, ya que me he decidido a hacerlo.

¡Maldición, haré lo que tenga que hacer! Con los ánimos renovados, abrí la puerta.

Un desgarrador olor a alcohol… ahora sé cómo se sintió Minamoto no Yorimitsu cuando llegó a la mansión Shutendouji’s30.

Mi padre estaba tomando sake de un ochoko31. Tan pronto como entré, me miró severamente.

—¿Ya no saludas, Kyousuke?

—Ah, claro. ¡Ya estoy aquí!

¡Mierda, mierda! ¡Esto es de locos! ¡Esa increíble presencia suya!

Normalmente tiene rostro de yakuza, pero ahora que está enojado, tiene un rostro todavía más diabólico.

Creí que mis ánimos estaban aumentando, ahora no tengo nada.

No puedo hacer que mi piel deje de temblar. Siento la saliva correr por mi garganta. Lentamente me le acerqué. No me atrevería a pararme en frente suyo.

Suplicaba en mi mente que no mirara para acá, incluso estando a su lado, como a tres metros apenas.

¿Crees que soy estúpido? Ja, los novatos no saben nada. Si intentaras ponerte en mis zapatos, lo entenderías.

³⁰ Si alguien sabe quién es seria útil > No sé a qué se referirá exactamente, pero él es conocido por ser parte del clan Minamoto, destacado en el campo militar.

³¹ Copa pequeña utilizada para beber sake

Es como tener a un monstruo hambriento cerca de ti gruñendo. No querrías dar un paso cerca de él. Verás, te lo diría ahora pero… me lagrimean los ojos.

—Padre, tengo algo que hablar contigo. Intentaba no hacer que mi voz temblara.

—¿La encontraste?

—Sí, y hablé con ella.

—¿Y…?

Ni siquiera me mira de reojo, y me obliga a continuar. Honestamente, agradezco que no me haya mirado todavía.

Aunque tarde o temprano, tendré que mirarlo a los ojos, para persuadirlo. Pero aun así quería evitar eso por ahora.

Porque estoy asustado. Silencio.

El aire se volvió tenso. Es extraño que esté caliente, y difícil de respirar. Los escalofríos no me abandonan.

Sudaba con abundancia, y gotas caían desde mi barbilla.

—¿Y…?

Continuó insistiendo en que hablara. Abrí mi boca con un sentimiento similar al de estar a punto de saltar desde un risco.

—Quiero que aceptes el pasatiempo de Kirino.

Cuando lo dije, pude imaginármelo pero, ¿la habitación quedó en silencio?

Lo único que podía oír eran los latidos de mi corazón y mí alterada respiración.

—Kyousuke…

Con una voz sin emociones, su respuesta llegó.

—Te lo he dicho ya. ‘Vas a tirar todo por tu propia responsabilidad.’ y tú dijiste, ‘Entendido, pero primero hablaré con Kirino, y me aseguraré de hacerlo’. ¿O no fue así?

—Sí, así pasó.

—Entonces continúa.

Dijo eso,  y guardó silencio.  Claro que…él tenía la razón,  sin duda.  El equivocado aquí soy yo.

Pero…no puedo rendirme todavía.

—Cancela eso.

—¿Estás diciendo que vas a romper tu promesa? ¿Incluso cuando te enseñé a no hacerlo?

Cada palabra suya resonaba profundamente. Mordí mi labio y le grité.

—¡Al carajo con la promesa! ¡No la forzaré a dejar ese pasatiempo, y tampoco tiraré nada de lo que tiene escondido! Incluso si esto atenta contra la lógica, ¡no voy a hacerlo! Escucha bien padre, voy a decirte por qué llegué a esta conclusión.

—Adelante. Mis lecciones pueden esperar.

Aagh. Paré de hablar debidamente. ¡Pero en realidad estoy llorando!

No puedo ver mi rostro ahora, pero si le mostrara lo lamentable que se ve, él seguramente no escucharía mi explicación.

¡Novatos, esto es a lo que llamas un profesional!

Bueno suficiente de hacer sentir lástima. Me sequé la cara con la camiseta.

—Ciertamente Kirino tiene pasatiempos que las chicas ordinarias no tendrían. Eso quiere decir que, tampoco tiene amigos con los que compartir su pasatiempo.

Luego de una corta pausa, continué.

—Por eso intentó encontrar algunos con los que podría compartir. Y luego de buscar, de alguna manera logró conseguirlos, y progresó hasta reunirse con ellos.

Silencio.

Mi padre bebía sake rápida y calmadamente, y en silencio escuchaba lo que tenía que decirle. Ahora hablo sin considerar salvarme a mí mismo. No sería sorpresa que él ya haya decidido sentenciarme a muerte.

Este silencio es devastador. Bueno, pensándolo desde su perspectiva, el día de hoy tiene que ser una pesadilla.

Su preciada hija le revela que ama los juegos eróticos…

Seguro, el bebería sólo por eso. Lo siento. Desde el fondo de mi corazón lo siento. Seguramente vas a golpearme, pero sopórtame un poco más.

—Bueno, de eso ya un buen rato. Hoy, con las amigas que hizo, tuvieron una reunión fuera de línea… esto, es un evento en el que se reúne gente que tiene gustos similares.

¿Has oído de ello, no?

—Sí…

—Y luego de escucharlo, le dijiste que era estúpido. Le dijiste a Kirino, que su esfuerzo y esmero por conseguir amigos fue estúpido. ¿Entonces para qué mierda fue todo eso?

¡No sabías nada sobre ella! ¡Que seas su padre no quiere decir que seas un Dios!

Lo dejé salir todo en lugar de Kirino quien miserablemente se traumó por no ser capaz de decir nada.

No se suponía que estos fueran mis sentimientos…no deben significar nada para mí, pero aun así estoy enojado, desde el fondo de mi corazón.

Sin darme cuenta, ya era algo importante.

—Vi con mis propios ojos las cosas que son preciadas para ella. Conocí personas que comparten sus gustos. Claro, ellos pueden merecerse prejuicios. Son extraños, hablan extraño, y visten extraño. Para ser sincero, no creo poder entenderlos nunca. Pero aun así…

A mi mente llegaron recuerdos, sobre lo que sentí cuando las vi…

—Pensé que no estaba mal, por lo bien que lo pasaban. Empezaron con una discusión el primer día que se conocieron e hicieron un desorden. ¿Qué tanto amaban esas cosas? No es común enojarse hasta tal punto, sólo por ese pasatiempo, y me refiero al de Kirino y las otras personas. ¡Ya los ha absorbido! ¡Me ha hecho a mí, el espectador, darme vergüenza! Pero mira, como argumentaban, ya era colegas, ¡eran tan buenos amigos que podían hablar sin reservarse!

Hasta ahora nunca me hubiera imaginado hacer algo tan temerario. Aún me sorprenden las cosas que estoy diciendo.

Nunca pensé tener tal temperamento. Viviendo una vida normal, como plebeyo, y además aburrida. Esa era mi política.

Y eso no ha cambiado tampoco.

Sin embargo, algo dentro de mí ha cambiado entre el yo de hace rato, y mi yo actual.

Luego de aconsejarla, ayudarla bastante, ver cosas que nunca creí poder ver, ser afectado por ella…yo, he cambiado.

No quiero admitir que fui alterado por esos objetos extraños que no puedo entender, pero es la realidad. Y tengo que aceptarla.

Me han penetrado, cambiado, pasándome a ser un idiota, a una persona avergonzada. Ese es el por qué, incluso con mis ojos asustados y llenos de lágrimas.

Todavía puedo ir en contra de este temible padre.

—Por supuesto, no entiendo del todo ese pasatiempo.  ¡Aun así! ¿Está mal adentrarse en él? ¡Es importante! ¿Entiendes? ¡No puedes solamente quitárselo!

—¿Entonces me dices que se lo permita? ¿Que continúe con esa estupidez que sólo tiene efectos negativos contra ella?

Se levantó y me miró a la cara. Su mirada, cien veces más miedosa que la de Kirino, perforó mi corazón.

Estoy a punto de mearme en los pantalones. Debería arrodillarme y pedir perdón.

—¿Le llamaste estúpido, que sólo trae efectos negativos…?

Es mi oportunidad. ¡Es hora de hacer mi jugada! Me acerqué a mi padre y tiré el contenido de la bolsa frente a él.

—¡Mira estas increíbles calificaciones! Está entre los mejores cinco de la prefectura. Y escuché que no sólo fue esta vez. Y sabes mejor que yo cómo han sido siempre sus calificaciones.

—¿Y eso qué tiene que ver? Kirino sólo mantiene su promesa. No importa. Por eso es que la dejo vestirse de forma tan llamativa. Hasta le permití volverse modelo.

—¡Espera que hay más!

Lo que le mostré fueron trofeos y medallas.

El más reciente era del torneo de atletismo del año pasado.

—Esto, y este, aquel también… ¡míralos todos! ¡Todos ponen segundo lugar o campeón!

¡Estos son de sus años de primaria, y estos del preescolar! ¿Por qué diablos tiene tantos? ¡Me sorprendí cuando los reuní todos! Mira, padre, ¡tu hija es maravillosa!

—Eso ya lo sé. ¿Pero qué tiene que ver?

—¿Qué tiene que ver preguntas? ¡Estás siendo muy cruel! Ella es tan lista, atlética, y tiene otros talentos. ¡A diferencia de mí, ella es fenomenal! ¡Tiene mucho por lo que admirarla! ¿Por qué estaría mal que tuviera un pasatiempo extraño? ¡Eso es inaceptable! ¿Podrías dejar de ser tan estricto? Sólo porque encontraste algo de lo que no estar orgulloso de tu hija, la regañas como loco, la hiciste llorar, ¿y ahora pides tirar todo lo que es importante para ella? ¡Patético!

—¡Eso se llama ser padre!

¡Maldición! Intenté persuadirlo con impulso, pero no quería cambiar de opinión. Sin embargo, ¡esto aún no termina! *BAM* Tiré un grueso libro en frente de él.

—¿El álbum de Kirino? ¿Para qué?

Empezó a hablar con un tono de voz un poco más suave. En el espléndido álbum, hay fotografías de Kirino, desde que nació hasta ahora. Una foto de ella en la cuna, otra de mamá sosteniéndola en los brazos…una foto de ella en la parte principal del preescolar y en su graduación, su foto Shichigosan32, la foto en la que entra a secundaria, y otra de ella ganando en el atletismo, etc., etc…

Por supuesto, mi padre, con su súper costosa y profesional cámara, las tomó todas. Mierda, y no hay ninguna foto mía.

—Kyousuke, ¿a dónde quieres llegar?

—No seas apresurado.

*BAM* Le presenté otro libro, uno más delgado. Pude ver su rostro coloreándose de azul.

—¿¡…?!

—Le pedí a mi madre que me lo prestara. Oí que para ti era un tesoro.

Lo que tenía era un álbum de recortes. Adentro, páginas de una revista para adolescentes. Nuestra modelo de cabello castaño que bien conocemos usaba las ropas más modernas y hacía poses orgullosamente.

Había una completa colección de fotos, desde que Kirino hizo su debut, todos clasificados cuidadosamente…

No soy un padre todavía, así que no entiendo cómo se siente uno al tener un hijo. Pero como ves, puedo imaginármelo.

—Debes estar feliz, ¿no? Dices que no le encuentras gracia, pero aun así compras las revistas en donde sale Kirino, las recortas y las coleccionas.

³² Shici-Go-San, literalmente “Siete-Cinco-Tres”. Festival que se realiza en Japón el 15 de Noviembre en el que participan niños de 3 y 5 años, y niñas de 5 y 7 años. 

—¡Absurdo! ¡Es porque necesito estar al tanto del trabajo de mi hija!

La forma en la que dice las excusas… supongo que Kirino y él están relacionados por sangre después de todo…

—Entonces, luego de revisarlo, ¿crees que es un trabajo inofensivo, fuera de lugar y por el que tendrías prejuicios?

Continuaba hablando mientras recorría las páginas del álbum.

—¿No lo fue, o si? Porque si lo fuera, no coleccionarías todos sus trabajos y los considerarías un tesoro.

Esta tensa sensación de como si caminara por la cuerda floja. Nuestros ojos, se encontraron, pero no retrocederé o desviaré la vista.

—No estoy en posición de comentar sobre su trabajo. Aunque tengo mis quejas por cómo se viste.

—Entonces, ¿qué piensas de esto?

Tomé la última foto que tenía del bolsillo de mi camisa.

—¡…!

En la foto habían tres chicas: Kirino, Kuroneko y Saori. Escuché que fue Saori quien la tomó hoy en la cámara de su celular.

Cuando hablaba con Kirino en la cafetería, tomé prestado el archivo y lo imprimí. Aunque fue algo difícil obtenerla.

—¿Algún comentario sobre esto? Silencio.

Es una fotografía de Kirino y sus amigas durante una reunión fuera de línea. Una de ellas está estirando el brazo y es quien agarra el teléfono.

Las otras dos, aunque parece como si pelearan, miran hacia el lente de la cámara.

—¿A esto le llamas ‘efectos negativos’?

La foto hasta te permitía escuchar el ruido y el caos; dentro de su ceño fruncido, podrías ver sus sentimientos verdaderos… hace calmar el corazón, o así fue como la percibí.

—Aunque no quieras admitirlo, esos son los amigos que tiene.

Eso es…

—Kirino sonriendo felizmente en el álbum de la familia. Kirino haciendo una pose guay en las ropas de moda para su trabajo. Kirino frunciendo el ceño y haciendo ruido en una reunión fuera de línea con sus amigos otakus. ¡Todas ellas eran Kirino!

Con todas las  piezas  juntas, se podría decir que ella estaría completa. Si se fuera una de ellas, ¡no sería más ella misma!

Lo que grité, fueron las palabras de Kirino que escuché antes. Pero no lo dije en su lugar.

Lo que le grité a mi padre fueron mis propias palabras y la emoción que ardían en mi corazón.

Lo agarré del cuello y supliqué.

—¡Oye! Si aún lo tratas como un chiste, no lo entenderías jamás, ¡te derribaré en lugar de Kirino! ¡Así que deja de decir cosas sin sentido porque no sabes una mierda!

Mi padre me miraba firmemente, pero con un deje de sorpresa. Finalmente, me respondió con una voz sin emociones.

—Entiendo tu reclamo.

Sus venas se mostraban en su rostro de yakuza haciendo parecer su expresión fuera de este mundo.

No es otra cosa que un demonio de verdad. Me siento intimidado y eso que soy yo el que lo agarra del cuello.

—Retiro lo que dije sobre que es estúpido, por ahora. Tienes razón, no sé nada sobre él. Admito que hablaba con prejuicios. Bien, la dejaré tener ese pasatiempo ya que insistes.

—¿D-De verdad?

Dejé escapar todas mis emociones hacia él.

No estaba como para dar órdenes, le acababa de gritar con fuerza. Una súplica horriblemente hecha. Aun así, aunque lo haya hecho con seriedad, supongo que algo lo afectó.

Permitirá el pasatiempo de Kirino…luego de escuchar eso, puedo considerar este enfrentamiento como ganado.

Pero el continuó diciendo esto.

—No me hagas repetirlo. Pero, limitaré lo que puede tener a sólo una porción. No puedo dejar que posea cosas pervertidas como lo que estaba en ese estuche. No es asunto de estar bien o estar mal. No tiene nada que ver con el conocimiento, o tener prejuicios en contra de ello. Considerando lo que significa la advertencia R-18.

Finalmente, esa línea llegó. Le solté el cuello y callé con expresión inquieta.

Lo que decía era cierto. Ya que la restricción de edad lo dice, alguien menor como ella no debería tenerlo.

Pero si hiciera lo que dice, toda su colección se perdería. Entonces todo esto sería en vano.

Sin embargo, cuando lo pienso, creo que mi padre tiene razón. Es él, pero aún puedo ir en su contra. Ya que había estado esperando lo que dijo, tenía preparado algo para contra atacar.

Silencio.

Tengo que pensarlo pero…francamente, no quiero hacerlo. Hay un fuerte conflicto dentro de mí.

¿Estaría bien? ¿Tener que hacer tanto por mi maldita hermana? Pero hoy he estado extraño, muy extraño. Hecho mierda.

Eso es porque, mi cerebro me dio la señal para seguir en esta dirección. Dije claramente.

—K-Kirino no tiene cosas de edad restringida.

Habiendo escuchado eso, mi padre cerró los párpados y empezó a temblar, aparentemente tratando de calmarse. De repente abrió los ojos de par en par.

—¡Ack!

Me agarraba del cuello tan fuerte que casi hacía que me desnucara, luego me sostuvo desde detrás de la cabeza, y me obligó a ver el estuche. Eso duele mucho…

Adentro había lo que ya sabemos. Parpadeando vivamente estaba el texto diciendo

“Restringido hasta los 18+”.

—¿Y te atreves a decir una mentira estando en esta situación?

—¡Nada de eso!

Kirino me ha afectado, me ha hecho cambiar. Me volví un idiota. Me convertí en una persona avergonzada.

Por eso decidí poner en marcha un plan tan estúpido.

—¡ESTO ES MÍO!

Lo admito. Es lo peor que he dicho en mi vida.

—¡Así que, eso no es de Kirino! ¡Es mío y lo que hice fue prestárselo! Con las cosas así, no necesitas tirar nada.

Nunca serás capaz de ver desde esta perspectiva, así que abre bien tus ojos y observa. El demonio furioso mostraba venas en su rostro inexpresivo y me respondió.

—No sé mucho de esto pero…es un juego para el cual necesitas una computadora, ¿no? Y la única que hay aquí es la de Kirino.

—B-Bueno tomé prestada su computadora y lo jugué.

—Oh, cierto… ¿entonces t-tú usaste la computadora de tu hermana menor, en el cuarto de tu hermana menor, y para jugar un juego donde le haces cosas ilícitas a tu hermana menor?

—Sí, mira que fue divertido. ¿Algún problema?

Me dio un puñetazo en el rostro. El impulso me hizo recorrer la habitación hasta la pared.

¿Cuán estúpido puedo ser? ¡Al menos dile que lo jugué en mi cuarto con el portátil que ella misma me prestó!

—Uh

Me siento mareado. Hay sangre saliendo de mi boca. El dolor de cabeza es horrible. Estoy a punto de desmayarme. O puede que ya esté muerto…

¡Pero todavía no! ¡No puede acabar aquí!

Levanté mi rostro estando todavía en el suelo, y lo llamé con lágrimas.

¡Ahora escucha mi excusa! ¡Es tan pura como un santo!

—¡De todas formas, eso es mío! Los chicos de preparatoria pueden tener libros pornográficos que estén restringidos a los menores, ¿no? ¡Incluso mi madre me deja guardar una colección bajo mi cama! ¡Ese juego no es diferente a un libro! ¿En qué se diferencian? ¡Dímelo! ¡En nada, en nada! ¡Así que no voy a tirarlo! ¡JAJAJA! Sin importar lo piensen, ¡lo defenderé al costo de mi vida! ¡Escúchame padre! ¡Amo JODIDAMENTE el anime y los juegos eróticos! ¡Hasta se podría decir que estoy enamorado de ellos! ¡Así que si los tiras, ya no sería yo mismo! ¡Los juegos eróticos son mi alma!

Con lo último de mis fuerzas, le grité con completa desesperación.

—¿ENTENDISTE?

—Tú… ¡tú!

Agarraba su cabeza como si acabara de recibir un fuerte golpe.

—¡Hijo de mierda! ¡Haz lo que se te dé la puta gana! ¡NO ME IMPORTA UN CARAJO!

Fue un gran grito, uno que nunca había escuchado. Nunca lo había visto tan furioso como ahora.

Pero no parece querer matarme. Respirando alteradamente, mi padre da media vuelta y se va caminando agresivamente.

Bueno. Gané. Con una mano puesta en mi nariz sangrante, sonreí.

¿Cómo lo hice Kirino? Defendí hasta la última pieza de tu colección. Jaja. Esto seguramente me desvió de mi personalidad usual.

***

Fue a la mañana del día siguiente que la locura de la familia Kousaka fue resuelta…

Cuando iba al lugar de encuentro de siempre, mi amiga de la infancia con lentes ya estaba allí esperándome. Y como siempre, ondeaba su bolso en frente de su falda y me llamaba con una sonrisa.

—Buenos días, ¡Kyou-chan!

—Ah, buenos días, Manami.

La típica escena mañanera que ves en todos lados. Qué relajante.

Mis días deberían ser siempre así.

Mi nombre es Kousaka Kyousuke. Tengo 17 años y voy a la preparatoria local. No sería quién para decirlo pero soy un estudiante común. Voy a la escuela sin prisa con mi sencilla y normal amiga de la infancia.

¿Sientes envidia? Normal significa vivir con otros sin hacer cosas extraordinarias. Seguro, significa vivir sin peligro.

¡Adelante la mediocridad! ¡Qué viva la vida normal!

Pero, un anormal y peligroso camino de vida tiene sus encantos también. Porque, estos días me siento de esa manera.

Es divertido, severo, doloroso y vergonzoso.

Ir por tu propio rumbo, haciendo retos y viviendo como si volaras en el cielo… Pude experimentar eso en mi propia vida.

—K-Kyou-chan… ¿qué le pasó a tu rostro?

—Ah, esto…

Creí que la había sorprendido lo serio que está mi cara. No negaré eso, pero probablemente Manami hablaba del gran moretón que tengo en el rostro.

—Pues… han pasado muchas cosas.

Y en verdad, pasaron muchas cosas. Los eventos que ocurrieron recientemente fueron los momento más concentrados que he tenido en la vida. Probablemente nunca lo olvidaré.

Mi molesta hermana menor que me odia como si yo fuera basura, su pasatiempo ya no tan secreto y el consejo de vida…

Tuve una conversación con ella diga de diez años. Siento que sé un poco más sobre Kirino, pero hay algo que no creo saber aún.

Pero como ves… eso no significa que mi fría relación con ella haya cambiado. Todavía la odio, y no me importa nada.

Ella tampoco ha cambiado. Incluso me ignoró como si fuera un guijarro en la calle esta mañana. La realidad es así. Nada cambia tan rápido.

¿Piensas que es extraño? Ya que trabajé tan duro, creerías que el afecto de mi hermana hubiera aumento notablemente, ¿no?

¡Deja de bromear! ¡No pienses cosas tan raras! ¡Esto no es un juego después de todo!

¡La vida no es proporcional!

Oh claro, me dejé llevar y cambié de tema. Déjame retomarlo. Bueno, ayudé a mi hermana ayer. Convencí a mi padre para que se aceptara su pasatiempo.

Pero como puedes suponer, no me lo ha agradecido. Y no es que quisiera algo a cambio. Tampoco es que esté citando a una persona famosa pero…

Sólo quise hacerlo, la forma en que lo hice. Egoístamente, me entrometí en las cosas. Como resultado, obtuve algo para mí, y no para otro.

—Ya veo. Pasaron muchas cosas.

—Sí, muchas…

No es algo que haya obtenido de otra persona pero…

—Buen trabajo Kyou-chan. Buen trabajo.

Esa floja afirmación de mi amiga de la infancia, que nada sabe de esto, fue suficiente para hacerme sentir satisfecho.

—Ah bueno, sí.

Luego de la escuela, cuando regresé a casa, mi hermana hablaba con alguien por teléfono en la sala de estar.

—Ya regresé.

Saludé por mera formalidad. Pero solamente no me responde, sino que ni siquiera me mira. Kirino en su uniforme escolar se sumergía en el sofá de la sala  de  estar, cruzando sus piernas cubiertas por una minifalda. Sonreía con ganas al teléfono.

Esa linda sonrisa, nunca será dirigida a mí. O eso creía.

—¿Pero qué dices? ¿Te viste todo el DVD? ¡Hablo de la edición DVD! ¿Cómo llegaste a esa conclusión? ¡No te entiendo! ¡Por eso es que las mujeres Jakigan tienen ese pobre sentido de la percepción! ¡Como sea! ¡Necesitas graduarte como Chuunibyou! ¡Adiós!

Qué carajos fue esa charla…

Me sentí disgustado cuando tiró violentamente el celular luego de terminar su llamada.

Bueno, ha cambiado a como era antes. Le está yendo bien sin mí, ¿uh?

De cualquier forma, sus problemas ya están resueltos. Así que por fin, ¡mi papel como consejero de vida terminó!

Hablaba para mí mismo, y abrí el refrigerador. Saqué un paquete de té de cebada, lo puse en un vaso y lo bebí de un sólo trago.

Vaya. Dejé escapar un profundo suspiro de satisfacción.

Sentía una sensación de seguridad y regocijo, con una pisca de soledad que golpea mi mente.

Me encogí de hombros e intenté dejar la sala.

—Oye.

—¿Cómo?

Cuando tenía la mano puesta en el pestillo, me detuvo, y miré hacia atrás. Con su usual tono frío, me dijo algo totalmente atroz.

—Quiero otro consejo de vida.

¿En serio?

Eso me desesperó tanto que lágrimas caían por mi rostro.

Con la mano todavía allí puesta, me congelé.

—Y también.

Kirino levantó la mirada hacia mis ojos y murmuró. Sólo una frase, sonriendo tímidamente.

—Gracias Onii-chan. Lo dijo claramente. Luego desvió la mirada.

Debió haber sido mi imaginación pero pude verla sonrojándose. Silencio.

No pude hacer más que abrir totalmente mi boca y ojos.

Porque, como sabes…es imposible. Dudaba de mis oídos y ojos mientras pensaba en eso.

No hay forma de que mi hermana sea tan linda.

-FIN DEL VOLUMEN 1-