Monogatari (NL)

Volumen 10

Capitulo Caos: Medusa Nadeko

Parte 19

Nadeko no sólo estaba delirando, sino que no estaba viendo la realidad.

Con un cuento de su propia creación como señuelo— Nadeko conspiró en su mente para restaurar a un dios.

“… Pero, ¿cómo ha podido abrir la puerta principal con doble cierra de la casa de Koyomi Onii-chan? Eso tiene que ser obra de una excentricidad. Un delirio no puede explicar eso.”

“Usaste una llave de verdad, eso es todo.” Responde Kuchinawa- san con desprecio. Qué sobrio y poco romántico. “¿Por qué saliste de casa la noche anterior de forma que tus padres se dieran cuenta, dando lugar a que Tsukihi-chan y Koyomi Onii-chan se enteraran? Para entrar en la residencia de los Araragi y tomar prestada la llave, por supuesto—el plan debía ser volver y tomarte tu tiempo para registrar la casa cuando estuviera vacía por la tarde. Claro que, al final, podrías haber intentado buscar esa noche, pero no había garantía de que estuviera en la habitación de Koyomi Onii-chan, y no se sabía cuándo podría entrar su hermanita.”

“Tsukihi-chan realmente terminó entrando.”

Dicho esto, a pesar de todos los cálculos de Nadeko, que no sólo había entrado en la casa sino que la había robado, fue atrapada con las manos en la masa por Koyomi Onii-chan y Shinobu-san.

No ve que Nadeko se convierta en una ladrona profesional. No ve nada en su futuro.

Al fin y al cabo, sólo mira al suelo.

“Uh-uh, fuiste capaz de resucitarme, Nadeko-chan. Veo algo en tu futuro.”

“Ves algo… ¿Qué ves?” “Ser un dios.”

“…”

“No es una broma—ahora eres un dios Nadeko-chan. Cuando me sellaron en ese talismán, ese objeto de culto, me resucitaste en ti así, corporalmente.”

“No fue como si Nadeko…”

No fue como si Nadeko estuviera tratando de convertirse en un dios…

Pero se podría decir que todo es culpa de Nadeko por entrar “en pánico” y tragarse el talismán cuando Ougi-san dijo que debía tragárselo una serpiente.

Nadeko realmente es pésima escuchando.

“¿O se supone que esto es una especie de lección de que sólo tú puedes hacer realidad tus propios deseos? ¿Que no debes confiar en ningún dios?”

Intenta decir eso, pero no le parece del todo cierto.

No lo cree ni un poco. Nadeko sigue atrapada en un cuento delirante de su propia creación.

Todavía está fingiendo que lo he olvidado.

“Nadeko supone que… realmente jugó rápido, escuchando y no escuchando a la gente, tergiversando la verdad, engañándose a sí misma.”

“Bueno, lo mismo ocurre con todos.” “Pero no había nada que pudiera hacer.” No había, ¿verdad? Tuvo que hacerlo. “Nadeko—no pudo evitarlo.”

“…”

“¿Acaso la gente no se encuentra linda, sea quien sea? Es que Nadeko sentía lo mismo…”

“… Actuando como una especie de víctima.” “Kakaka.” Oye Nadeko.

Desde donde Shinobu-san ha caído, una pequeña y débil risa.

“Víctima, culpable, es fácil pasar de una a otra, sólo hay posiciones y situaciones. Los derechos de la víctima, los derechos del acusado… A decir verdad, no hay tal diferencia—”

“…”

Nadeko baja en silencio el colmillo de su mano izquierda. Vuelve a estar tranquilo.

Sin embargo, cree que tiene razón.

Shinobu-san está en lo cierto, y lo esté o no, la realidad es que está envenenada y tirada en el suelo.

Pero ahora está claro por qué Kuchinawa-san nunca habló delante de ella, porque en presencia de esta gourmet, el engaño se habría revelado como lo que era.

“Um… Bien, ¿hay algo más que no haya entendido?” Nadeko busca las dudas como si fuera un asunto rutinario, concentrándose en atar cada cabo suelto. “Ah, claro. Para empezar, ¿por qué volvió Koyomi Onii-chan a su habitación justo cuando Nadeko estaba hurgando en ella? Si no fuera por eso…”

Si no fuera por eso, entonces qué. ¿Si no fuera por eso?

“Casi parecía que lo sabía todo. Lo que Nadeko hacía, lo que Nadeko intentaba hacer, la narrativa que Nadeko fabricaba, todo.”

“No tengo ni idea. Eso, tampoco lo sé. Estás hablando de algo completamente más allá del tema de mí o de ti, Nadeko-chan.”

“Incluso si él se enteró a través de Tsukihi-chan que Nadeko dejó la escuela temprano después de decir y hacer todas esas cosas desordenadas…”

Ahora que lo piensa, ese alboroto insoportable que hizo Nadeko.

La aparición de Malcrianadeko era simplemente Nadeko siendo traviesa y nada más.

No fue culpa de Kuchinawa-san ni de ninguna excentricidad. Era sólo el resultado de un delirio desbocado.

“Koyomi Onii-chan no podía saber que Nadeko fue a registrar su habitación.”

“¿Quién sabe, tal vez fue una simple coincidencia? Tal vez, antes de salir a buscarte de nuevo, fue a casa a cambiarse o a prepararse un momento y se topó contigo.”

“Mmh…”

Apenas pasa como una explicación… Las palabras “una simple coincidencia” en realidad se sienten algo convincentes.

Una simple coincidencia. En este momento, suena como una gran frase.

“Q-Qué línea de pensamiento tan conveniente, propia de una chica de mala muerte… Como si eso explicara por qué yo, un ser nocturno, estaba activo en pleno día.” Dijo Shinobu-san, que está siendo terriblemente persistente. “Kakaka—me ha pillado, esa aspirante a sobrina… Por fin puedo escuchar el habla del coletero, pero supongo que todo esto era parte de vuestro plan…”

“………” Swoosh.

Con un golpe de colmillo, Nadeko la hace callar.

No, lo blandió un par de veces más, sólo para asegurarse, sólo para para cerciorarse.

¿Eh?

Uh, esto es extraño. Todavía se está moviendo. Bueno, será mejor que ponga fin a eso.

Toma esto. Y esto. Y esto. Y esto. Y esto. Y esto. Ella dejo de moverse.

Ahora por fin dejo de moverse. “Lo que sea. Está bien.”

“¿Estás segura?” Pregunta Kuchinawa-san.

“Está bien… Saber la verdad no va a cambiar nada. Sólo significa que Koyomi Onii-chan tiene su propia narrativa. Una que no se inventó él mismo, a diferencia de la de Nadeko… Eso es todo, no es suficiente para que Nadeko quiera escuchar el cuento.”

“Esa me parece una actitud bastante descuidada.”

“Y a Nadeko no le importa. No sabe por qué las cosas resultaron así, pero al final, Nadeko no quiere saberlo. Para ser honesta, a ella no le importa.”

Bien, dice Nadeko mientras se gira.

Pasa de inclinarse más hacia Shinobu-san a inclinarse hacia Koyomi Onii-chan.

“Entonces. Nadeko supone que lo matará.”

Todavía parece vivo, siendo un vampiro, pero apuesta a que no podrá mantener su forma después de unos cientos de inyecciones de veneno más.

“¿Hmmm? ¿Estás segura? Parece que estarías poniendo la carreta delante del caballo.”

“La carreta ha estado ahí desde el principio… ¿o quizás es más bien una serpiente que se come su propia cola? O una persecución de serpientes salvajes.”

“…”

“Mmh, bueno, tiene que hacerlo, ¿no? Si está vivo, va a seguir encontrando novias y amantes. Que a Nadeko se le rompa el corazón cada vez sería agotador.”

“…”

Olvídate de los héroes y los ídolos—hagamos de él alguien que nadie pueda alcanzar.

“Por supuesto, me desharé de su novia, seguro… Pero en términos de un amor que nunca se cumple, ¿no es mucho más romántico si el Koyomi Onii-chan muere? Aunque, sobre todo, Nadeko no quiere causarle más problemas.”

“… Nadeko-chan, así de loca estás.” Dice suavemente Kuchinawa- san. “No tienes remedio. Yo juzgué mal y tú estás mal de la cabeza. Sí… No puedes ser salvada. Por nadie.”

“Nadeko no puede evitarlo.”

Nadeko levanta el colmillo. Su flequillo, que ha vuelto a crecer, le bloquea la visión, pero no le afecta en nada.

Ahora Nadeko es la aflicción. Ella es la serpiente, y la verdad. La monstruosa excentricidad.

“Porque Nadeko es una excentricidad—pero…” Balanceando el colmillo sobre su cabeza—poniendo todo en un golpe dirigido al corazón—dice Nadeko.

Yo digo.

“Es Nadeko, no yo—” Swoosh—

En el momento en que empieza  a bajar el colmillo, un ruido electrónico llena el recinto del santuario. No, ahora está lloviendo a cántaros, así que el sonido en sí no parece tan fuerte.

El camino empedrado hacia el vestíbulo. Lleva la vibración—Nadeko puede sentirla.

Como una serpiente que se arrastra por el suelo, siente la vibración. “La radiestesia…”

No, no tiene nada que ver con eso.

Kuchinawa-san no tiene esa habilidad—eso fue otra ilusión por parte de Nadeko. No hubo ningún mal funcionamiento, y mucho menos ninguna función para empezar.

Sólo un caso de síndrome de vibración fantasma. Un teléfono móvil, pero Nadeko no tiene ninguno. “…”

Agazapada junto a Koyomi Onii-chan, mientras éste se recupera y regenera lentamente, Nadeko saca de su bolsillo el teléfono móvil, que sigue temblando.

Debe ser resistente al agua, pero haciendo de todos modos un paraguas con la mano para que no se moje con la lluvia, Nadeko lo comprueba.

Considera la posibilidad de apagarlo, pero al ver el nombre de la persona que llama, Nadeko cambia de opinión.

Cambia de opinión y se convierte en una descerebrada.

Pulsando el botón de hablar con el dedo índice y apartando su cabello de serpiente, Nadeko se acerca suavemente el teléfono a la oreja.

“Hola, habla Sengoku Nadeko.” “Hola, habla Senjougahara Hitagi.” Su voz es tan tranquila, tan fría.

Es increíblemente plana y carece de cualquier entonación. O debería decir, cualquier drama.

Es una voz tranquila, como si no sintiera nada, como si no se sorprendiera lo más mínimo, lo cual no debería ser posible.

Al fin y al cabo, Nadeko contestó al teléfono de Koyomi Onii-chan sin su permiso—debería resultarle extraño llamar y que otra persona contestara.

Pero esta persona se mantiene completamente tranquila. “Hey, Sengoku-san.” Dice ella. “¿Sigue vivo mi hombre?” “… Ahora mismo, apenas.”

No es que a Nadeko la abrume su intensa calma, pero le responde con sinceridad.

Senjougahara Hitagi.

Ese es—un nombre que conozco.

¿Cómo no lo conocería?

Imposible no conocerlo.

Es el nombre de la novia de Koyomi Onii-chan y de la persona de la que Nadeko intentó deshacerse con un “amuleto”.

Un nombre en el que he pensado incluso más que en el de Koyomi Onii-chan durante estos dos últimos meses.

¿Cómo podría no saberlo? ¿Cómo podría olvidarlo?

“Oh. Bien. Así que apenas he llegado a tiempo.” Dice, sin parecer especialmente aliviada.

Pero de alguna manera ese parece ser el caso—de hecho, cuando Nadeko la vio hablando con Koyomi Onii-chan—cuando los espió— parecía más bien una chica normal.

¿Así es ella cuando se enfada?

“¿Apenas llegaste a tiempo? ¿Qué te hace pensar eso?” Pregunta Nadeko, que honestamente quiere saber. “A menos que estés en algún lugar a menos de un segundo, difícilmente podrías decir eso.” Mira a Koyomi Onii-chan y a Shinobu-san. “¿Ya estás aquí?”

“Oh, por favor.” Dice Senjougahara-san. “Estoy en casa comiendo patatas fritas.”

“… ¿Esto es una broma para ti?”

“Estaba viendo la televisión y comiendo patatas fritas, cuando me sorprendió lo mucho que los kanjis de grabación [収録] y esclavo [奴隷] son más parecidos de lo que te imaginas, así que pensé en llamar a Araragi-kun para hacérselo saber.”

“…”

Es una broma para ella.

¿Está tratando de calmar la situación?

¿O es que ella se auto impone como su novia?

Está bastante segura de que no debería, en esta situación… Es una persona verdaderamente misteriosa.

“Pero creo que he llegado a tiempo.” Dice Senjougahara-san, volviendo a centrarnos rápidamente en el tema. Es admirablemente buena en eso. “Si hubiese llamado después de que acabases con mi hombre, tendría que cometer un asesinato.”

Lo que se salvó aquí fue mi futuro, bromea, sin que su tono cambie un ápice.

“Muchas gracias, Sengoku-san. Por salvar mi futuro.” “…”

“Bueno, técnicamente, sería homicidio por asalto, agresión, intimidación y confinamiento ilegal, pero de todos modos, Sengoku- san, permíteme ir directamente al grano. Hagamos un trato.”

“¿Un trato?”

“Puedes matarme, ¿podrías perdonar a Araragi-kun?” Hay muy poco detrás de las palabras de Senjougahara-san, como si te pidiera que fueras a comprarle un refresco con su propio dinero. “Te ofrezco todo este futuro mío que acabas de salvar. Así que perdona a Araragi- kun, y de paso a Shinobu-san, si es que también sigue viva.”

“… ¿Qué estás diciendo?”

“No me malinterpretes, no me importa de ninguna manera esa ex vampiresa loli, pero es el tesoro de Araragi-kun. Si ella no está viva, no tiene sentido mantenerlo vivo…”

“Eso… no es lo que Nadeko quería decir.” Le dice, preguntándose qué podría estar pensando Senjougahara-san.

Pero se detiene enseguida. No importa.

“No.”

“…”

“Voy a matar a Koyomi Onii-chan, y te voy a matar a ti. Y también mataré a Shinobu-san. Ese era mi plan desde el principio, así que no me interesa tu trato.”

“Oh. Eso es muy malo.”

Supongo que no se puede evitar, Senjougahara-san lo acepta de buen grado.

Aunque su reacción es decepcionante, continúa: “En ese caso, a partir de ahora, por favor, escucha el consejo de alguien mayor que tú. Piensa muy bien el orden en que nos matas a los tres.”

“¿Eh?”

“No debes matar a Araragi-kun antes que a Shinobu-san, ya que cortará su vínculo con él y recuperará sus poderes originales como vampiresa legendaria. Te engullirá en poco tiempo.”

“… Cierto.” Tiene razón.

Su consejo no tiene precio—sin él, habría matado primero a Koyomi Onii-chan porque significa más para Nadeko.

“Tienes razón. Entendido…”

“Y sabes, creo que probablemente deberías matarme primero.”

Por lo demás. Voy a matar no sólo a ti, sino a todo el mundo, Senjougahara-san pronuncia las palabras como si fueran cualquier otra.

“¿T-Todo el mundo?”

“Todo el mundo quiere decir todo el mundo. ¿Qué otra cosa podría significar?”

“…”

Son palabras terribles.

Ni siquiera es una excentricidad, sino la novia de Koyomi Onii- chan.

“No subestimes mis desahogos al azar.”

“… De acuerdo. En ese caso, empezaré por matarte a ti, luego a Shinobu-san, y de último a Koyomi Onii-chan. ¿Será suficiente?”

Gracias, dice Nadeko.

Nadeko puede agradecer a alguien que sea generoso con ella. La gente que es amable con Nadeko es buena gente.

“No necesito tu agradecimiento. En cambio, Sengoku-san, ¿podrías escuchar una petición mía?”

“¿Eh?”

¿Qué? ¿Por qué está empezando a sonar como un vendedor insistente?

“Oh, no es gran cosa—ahora eres un dios al que hay que adorar, uno que es dueño de ese santuario, así que ¿por qué no atender la petición de una simple plebeya? Incluso te haré una ofrenda, ¿qué te parece?”

“… Al menos Nadeko escuchará.” Le interesa.

¿Qué va a decir Senjougahara-san?

¿Qué podría pedirle a Nadeko el tipo de persona que se convierte en novia de Koyomi Onii-chan?

“Puedes matarnos en ese orden, Sengoku-san. Pero, ¿podrías darnos algo de tiempo?”

“¿Tiempo?”

“Ahora que eres una excentricidad, ¿no vas a existir para siempre mientras la gente te adore? En ese caso, ¿qué hay de malo en esperar un poco? Como un día, dos días, una semana, un mes o… medio año.”

Esas últimas palabras, medio año.

Por primera vez percibe un fuerte matiz en su discurso.

“Si tu intención asesina es real, entonces no debería importarte. Si no es sólo un impulso, sino que es de verdad, si no es una emoción temporal, sino lo que sientes de verdad, entonces deberías ser capaz de esperar.”

“Medio año… ¿Qué pasa en medio año?” Pregunta a su vez.

“La graduación.” Senjougahara-san ni siquiera intenta mantenerlo en secreto. “Llevamos un tiempo trabajando muy duro para que los dos podamos graduarnos juntos… También me sentiría mal por Hanekawa-san si todo ese esfuerzo se desperdiciara.”

“… La graduación.”

No puede creerlo. No puedo creer que la palabra, tan cotidiana, surja aquí en este momento.

Una palabra que damos por sentada. La graduación…

Nadeko ya no puede ir a la escuela. Ya no es humana, todo su cabello es de serpiente y ha intentado matar a la persona que ama, pero

¿la graduación? “Ku…” Nadeko.

No, yo reacciono a Senjougahara-san— “Ku… kuku, fufufu. Ajaja… Ufufu.” Así.

Se echó a reír, ¿cómo no hacerlo?

Supone que es rápida para reírse incluso como una excentricidad, oh, qué rasgo de carácter innecesario.

De verdad. No lo necesita.

“Muy bien… Entonces Nadeko esperará medio año.”

“Ah. Muchas gracias.” Senjougahara-san vuelve a expresar su gratitud.

Pero sigue sin percibir ninguna emoción en sus palabras.

Aunque casi parece que está hablando con un software de síntesis de voz, ésta no debe ser otra que su voz natural.

La voz natural que utiliza con Nadeko.

“Medio año…” Confirma Nadeko. “Hasta el día de la graduación, para ser exactas. En cuanto termine la ceremonia, vengan ustedes mismos al Santuario Kita-Shirahebi. Los estaré esperando aquí.”

“¿Qué? ¿No podemos celebrar primero?” “No.”

¿En qué está pensando?

Bueno, lo mismo ocurre con Nadeko.

“En cualquier caso, los seis meses son sólo una ‘suspensión de la ejecución’… Será mejor que no hagas nada como ir de la mano con Koyomi Onii-chan durante esos seis meses.”

“Dios mío.” Oye desde el otro lado. Parece que Senjougahara-san tiene una sonrisa de satisfacción en la cara. “Estás tratando de envenenar nuestra relación o algo así.”

“…”

Nadeko no se ríe de eso.

Ni siquiera es un buen chiste…

Al mismo tiempo, siente que no la odia, si sólo Nadeko hubiera hablado con ella.

Si hubiéramos intercambiado palabras, tal vez las cosas no habrían resultado así.

El pensamiento pasa por la cabeza de Nadeko.

Si no se sintiera celosa, hostil, odiosa y con ansia asesina sólo porque es la novia de Koyomi Onii-chan.

Si tan solo ella lo hubiera sabido—no hubiese pedido ese deseo. Si sólo la conociera.

Tal vez las cosas no habrían resultado así.

Ahora que lo piensa, Nadeko nunca intentó conocer a nadie. Ajá.

Por eso resultó así.

“Si, Senjougahara-san…” Dice Nadeko. “Si nos hubiéramos conocido de otra manera, podríamos haber sido amigas.”

“De ninguna manera.” Derriba a Nadeko sin espacio para el compromiso. “Perdóname, pero odio a las mocosas lindas como tú incluso más de lo que odio a la persona que solía ser, Sengoku Nadeko- san.”

La llamada termina. Sin despedidas.

En medio de la incesante lluvia torrencial, mientras Nadeko plegaba el teléfono pensó en que el sentimiento era totalmente mutuo.