Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

MI NOMBRE ES NERIN. Cumplí quince años hace poco. Había hecho una promesa con mi tía Morin de que trabajaría en su tienda en la capital cuando cumpliera quince años. Cuando me enteré de que el tío había muerto, me puse muy triste, pero… según mi papá, la tía Morin todavía estaba a cargo de la panadería. Una promesa era una promesa, así que había venido a la capital con la esperanza de ayudar, aunque solo fuera un poco.

Excepto que la panadería estaba cerrada. No importa cuánto llamé, no vi ninguna señal de que alguien saliera. Pregunté a la gente que pasaba por allí qué había pasado, pregunté a los vecinos, pregunté a todos los que pude.

Dijeron que unos hombres aterradores habían irrumpido en la panadería. Habían destrozado el lugar y habían sido violentos con la tía Morin y Karin. Además de todo eso, ¡un hombre gigante tan grande como un oso aparentemente había llevado a los hombres!

Algunas personas habían visto a la tía Morin y a Karin después de eso, pero nunca volvieron a abrir y las dos habían desaparecido.

¿Estaban a salvo? ¿Estaban vivas? ¿Qué les había pasado?

Me senté y abracé mis rodillas frente a la panadería. Mi visión pareció oscurecerse. ¿Qué puedo hacer? Mi casa estaba lejos de la capital, por lo que no podía contactar a mis padres de inmediato… no es que hubiera alguien en casa. Había perdido a mi madre cuando era joven. Estaba papá, pero trabajaba por todas partes como arquitecto en todo tipo de ciudades diferentes. Probablemente no habría podido contactarlo de inmediato. Ya no tenía idea de qué hacer…

Mientras abrazaba mis rodillas frente a la tienda, alguien me llamó.

“¿Qué haces sentada en un lugar como este?”

Levanté la cara y vi… ¿una adorable niña vestida de oso? Parecía tener unos diez años. Eso me dio un shock. Había estado en la capital muchas veces antes, pero nadie se había vestido así.

La niña oso empezó a hablarme.

“Si estás tratando de entrar, la panadería cerró”.

Ya lo había descubierto por las personas cercanas, y ya sabía que la tía Morin y Karin habían desaparecido.

“¿Adónde fuiste, tía Morin? Si estás a salvo, házmelo saber…” Tenían que estar vivas, ¿verdad?

“Um, ¿conoces a Morin?”

Espera, ¿conocía a la tía Morin?

Cuando le pregunté eso, la niña me dijo que habían ido a un pueblo llamado Crimonia. Además de eso, habían abierto una tienda allí. ¡Era un alivio escuchar eso! ¡La tía Morin y Karin estaban vivas! Sentí que me quitaban un peso de encima.

Pero, ¿dónde estaba ese lugar llamado Crimonia? Incluso si me dirigiera allí, no tenía idea de si tendría suficiente para pagar la tarifa del carruaje.

Revisé mi bolso. No tenía mucho en él. Esperaba apoyarme un poco en la tía Morin, después de todo…

“Tendré que encontrar trabajo en algún lugar para ahorrar…”

Necesitaría encontrar una posada barata también. Finalmente había podido averiguar adónde había ido la tía Morin, pero parecía que no podría unirme a ella por un tiempo. ¿Tal vez sería mejor si me fuera a casa? No importa lo que hiciera, iba a costar dinero.

“Puedes usar esto”. Allí estaba yo, agonizando sobre qué hacer, y la niña oso me tendió la mano de oso… ¡para darme suficiente dinero para llegar a Crimonia! Tampoco era una suma pequeña. Con ese dinero, podría reunirme con la tía Morin.

Pero no podía simplemente aceptar dinero de una completa extraña, ¿o sí?

“Pero, um, yo—yo no puedo aceptar dinero de una chica que ni siquiera conozco. Ya estoy en deuda contigo por decirme dónde está la tía Morin. Y realmente no puedes simplemente repartir dinero a personas que no conoces. ¿Tu mamá y tu papá nunca te enseñaron eso?”

Cuando le dije eso, la chica del traje de oso parecía un poco molesta. ¿Había dicho algo malo? Aun así, me dijo que no podía abandonarme porque conocía a la tía Morin. Si estaba preocupada por el dinero, dijo, podía devolverlo cuando llegara a Crimonia, ella también vivía allí.

Después de pensarlo un poco, decidí tomar el dinero. No había ninguna garantía de que pudiera encontrar trabajo en la capital, así que trabajaría en casa de la tía Morin en Crimonia y le pagaría a la chica con eso.

Le pregunté dónde vivía y me dijo que lo vería de camino a la tienda de la tía Morin. (¿Qué se suponía que significaba eso?) Luego me dijo que la tía Morin trabajaba en una tienda llamada Salón del Oso. Eso parecía mucho más lindo que algo que la tía Morin elegiría.

La chica me dijo que no olvidara el nombre de la tienda, luego se fue con la chica más joven que estaba con ella. Guardé el dinero y me dirigí a la parada de viaje. Supongo que era hora de conseguir un carruaje compartido.

Los carruajes compartidos hacían paradas en todo tipo de ciudades y pueblos. Cuanto más grande fuera la ciudad, más carruajes podrías encontrar. Por otro lado, si te dirigías a un pueblo, es posible que solo haya un carruaje cada pocos días o ninguno.

Cuando llegué a la parada de viaje, encontré toneladas de carruajes alineados. Muchos de ellos saldrían temprano en la mañana. La mayoría de los carruajes habían llegado de otros pueblos.

Me dirigí al edificio frente a la estación y fui al mostrador.

“Discúlpame. ¿Hay carruajes a Crimonia?”

“¿A Crimonia? Un momento por favor.” Sonaba aburrido, como si lo hubiera escuchado cientos de veces antes. “Tenemos algunos lugares abiertos en los siguientes días para ti…”

Elegí el que salía más pronto, luego pagué con el dinero que me había prestado la chica oso. Incluso después de pagar, todavía me quedaba mucho. No podía creer que le diera tanto a alguien que nunca había conocido. Definitivamente tenía que devolverle el dinero una vez que llegara a Crimonia.

“Está bien, chica, ¡no llegues tarde!”

Cogí el billete, que tenía escrita la hora y la fecha de salida del carruaje. Ahora que me había asegurado un carruaje, necesitaba encontrar una posada barata hasta que me fuera. Claro, tenía el dinero de la chica, pero no era como si pudiera quedarme en un lugar elegante. Encontré algunos alojamientos económicos y me acurruqué hasta que llegó el momento de partir.

Nada importante sucedió en ese tiempo.

Varios días después salí de la capital rumbo a Crimonia. Había toneladas de personas en el camino con nosotros, y viajábamos junto al carruaje de otro comerciante. Teníamos un aventurero como guardia, así que eso era tranquilizador.

Mientras el carruaje me mecía de un lado a otro, me preguntaba por qué la tía Morin se mudaría a Crimonia y abriría una tienda allí. Estaba tan emocionada de abrir la panadería en la capital con el tío. Supongo que había sido por la conmoción de la que la gente seguía hablando. Más y más preguntas se acumularon en mi cabeza durante el largo viaje de varios días a Crimonia, pero no tenía a quién apuntarlas.

Como llegamos tarde, decidí quedarme en una posada y luego ir a la tienda de la tía Morin a primera hora de la mañana.

“Estoy bastante segura de que está en algún lugar por aquí”. Cuando pregunté dónde tenían una posada en la estación, me dijeron que estaba cerca. Finalmente, logré ver el letrero de la posada. Este era el lugar.

“Discúlpame.” Cuando abrí la puerta y entré, una chica un poco mayor que yo me habló.

“Bienvenida, viajera.”

“¿Hay espacio para que me quede aquí?”

“¿Estás sola?”

“Sí.”

“Entonces debería estar bien”.

Gracias a dios. El sol casi se había puesto. Ahora no tendría que buscar una posada en un pueblo desconocido.

“¿Te gustaría una comida?”

“¡Sí por favor!” estaba hambrienta, No había comido nada más que un almuerzo ligero.

“Te llevaré a tu habitación primero. Ah, y yo soy Elena, la hija del posadero. Por favor, hágame saber si necesita algo.”

“Soy Nerín”.

“Placer conocerte.” Elena me guio a la habitación. Eso era muy útil, ya que tenía equipaje conmigo. “¿Has venido aquí sola, Nerin?”

“Ajá, vine aquí para ver a mi tía. Ella vive en esta ciudad”. Tal vez podría preguntar por ella. “Elena, ¿sabes dónde está una panadería llamada Salón del Oso? Escuché que está en esta ciudad”.

“¿El salón del oso? De hecho, sí. Es un poco famoso por estos lares”.

“¡¿De verdad?! ¿Trabajan allí una madre y una hija? ¡¿Llamados Morin y Karin?!”

“¿La Sra. Morin y la Srta. Karin? Si. Su pan es delicioso.”

Estaban aquí. ¡Ambas estaban aquí! Gracias a dios. Incluso cuando bajé del carruaje y entré en Crimonia, todavía tenía dudas de que las volvería a ver, pero… ¡parecía que lo haría! Elena me dijo que dibujaría un mapa de la tienda más tarde.

Dejé mi equipaje en la habitación y me dirigí al comedor del primer piso.

Ahora que sabía que la tía Morin estaba aquí en esta ciudad sana y salva, realmente podía disfrutar de mi comida. Había estado casi demasiado preocupada para comer durante días. Después de la comida, Elena se acercó y puso un papel sobre la mesa.

“Este es un mapa del Salón del Oso donde trabajan la Sra. Morin y la Srta. Karin”. Ella había dibujado el mapa comenzando desde la posada.

“Gracias. Ah, sí. ¿Sabes si hay una chica disfrazada de oso en esta ciudad?”

La ciudad era grande, así que probablemente no tenía mucho sentido preguntar, pero tenía que intentarlo. Incluso si se destacaba una chica con un disfraz de oso, eso no significaba que Elena la reconociera automáticamente. Pero ella me sorprendió.

“Debes referirte a Yuna. Lleva un adorable disfraz de oso negro”.

“¡Oh! Sí, esa es ella. ¿Sabes dónde está ella? Ella me ayudó en la capital, así que me gustaría agradecerle”.

Le conté a Elena el resto de la historia a partir de ahí.

“Guau”, exclamó Elena. “¿Entonces Yuna se viste como un oso incluso en la capital? Y está salvando a la gente a diestra y siniestra, como siempre”.

Según Elena, la niña era una aventurera que salvaba personas y rescataba pueblos enteros. ¿Se suponía que esa chica oso era una aventurera? ¿Estaba bromeando? Nada de lo que recordaba de ella coincidía con mi imagen de aventurera. Pero aventurera o no, todavía tenía que agradecerle y pagarle. Me había dicho que me había topado con su casa de camino a la tienda, pero quería asegurarme.

“Creo que lo descubrirás cuando vayas. La casa de Yuna es muy obvia”, dijo Elena y sonrió. Había marcado el mapa con el dibujo de un oso.

“Puede que te lleves un susto cuando veas su casa”, añadió, dandome a entender… algo. De todos modos, le di las gracias y cogí el mapa.

Supongo que descubrir que las dos estaban en esta ciudad me había tranquilizado; cuando volví a mi habitación, el viaje desde la capital me alcanzó. Me quedé dormida nada más llegar a la cama.