Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

AL FINAL, el plan “El rey va a la habitación de Lady Flora pero no hay nadie” había implosionado por completo. Todo el mundo se había reunido de todos modos.

Y, tal vez Ange lo había hecho cuando no estaba mirando, los asientos se habían multiplicado a cinco ahora. Ella se había movido rápido. La reina ya estaba sentada en un asiento y sosteniendo a Kumakyu. El rey (¡que había abandonado su trabajo!) y Ellelaura (que había abandonado… algo, probablemente) también estaban sentados.

“Lady Flora, ¿podrías también soltar a Kumayuru? ¿Quizás sentarte con nosotros?”

“Nuh-uh”. El plan no funcionaba. Lady Flora volvió a apretar a Kumayuru, y Kumayuru me miró preocupado. Era incapaz de salvar a mi oso sin que Lady Flora llorara a mares…

“Lady Flora, tengo un bocadillo delicioso. ¿Te gustaría probarlo? No puedes comerlo mientras sostienes a Kumayuru”.

“¿Delicioso?”

“Sí. Y Kumayuru parece cansado. Dice que quiere un descanso”. Le di a Kumayuru una mirada significativa. Kumayuru hizo kwoo en silencio como si estuviera cansado.

Mis osos ya eran actores consumados. Habíamos engañado a Noa con su actuación en el pasado, y habían jugado osos devoradores de hombres cuando necesitaba amenazar a algunos villanos en una posada en Mileela. Cuando Lady Flora vio a Kumayuru actuando cansado, se angustió por ello. Pero aún así lo soltó en silencio.

“Lo siento, Kumayuru. Volvamos a jugar una próxima vez”.

“Kwoom”.

Que buena niña, Kumayuru canturreó alegremente, y esta vez no fue un acto. Lady Flora lo soltó y se dirigió hacia mí. Le di una palmadita en la cabeza como agradecimiento por jugar con Lady Flora, luego lo despedí antes de que Lady Flora pudiera cambiar de opinión. Parecía un poco triste cuando lo vio desaparecer, pero aun así se sentó en su silla.

Tal vez le pediría a Sherry que hiciera algunos animales de peluche de Kumakyu y Kumayuru más tarde. Estoy segura de que eso haría muy feliz a Lady Flora.

Luego miré a mi otro oso invocado, Kumakyu. Kumakyu estaba obedientemente dejando que la reina lo abrazara. La reina no parecía que fuera a dejarlo ir pronto. Pero su hija tuvo la sensatez de renunciar a Kumayuru, así que ella también lo haría. O… ¡más vale que lo haga! Ella no respondió a mis súplicas silenciosas mientras acariciaba a Kumakyu en su regazo. Lady Flora observaba celosamente.

A este ritmo, terminaríamos jugando a la patata caliente con Kumakyu. Por ahora, puse mi plan para rescatar a Kumakyu en un segundo plano y preparé el pastel. Saqué un pastel de fresas entero de mi almacenamiento de osos.

“¡Fresas!”

Los ojos de Lady Flora se movieron de Kumakyu al pastel. Kumakyu aún no estaba en mis manos, pero al menos no iban a pelear por eso todo el tiempo.

“¿Que es esto?”

“Es un poco similar al panqueque que comiste antes”.

“¡Ah, sí, que la tortita! Eso estuvo delicioso”.

Saqué platos y tenedores de mi almacenamiento de osos y corté el pastel. Cuando comencé a preparar el pastel, Ange comenzó a preparar el té frente a mí.

“También hay fresas dentro”, dije.

“¿Qué? Me encantan las fresas”.

“Se ve bastante bien…”

Los pasteles se repartieron entre todos, y Ange terminó de servirnos té… y leche para Lady Flora.

“¿Está bien si me lo como, oso?” Lady Flora sostuvo su tenedor listo, esperando pacientemente. ¿Fue el rey quien le enseñó modales de esta manera? ¿O tal vez la reina? Lo pensé por un segundo y me di cuenta de que, por supuesto, tenía que ser Ange.

“Sí”, dije, “me parece bien”.

Una vez que dije eso, Lady Flora felizmente clavó su tenedor en el pastel. “¡Qué rico!” Su rostro ya era un poco un desastre de pastel de fresas. Todos los demás cavaron en ese momento.

“Es realmente delicioso, ¿no?”

“Sí, pero es un poco demasiado dulce”.

“¿Crees eso? Creo que es simplemente perfecto”.

Me abstuve del pastel y solo bebí el té de Ange. Era tan bueno como el té que había tomado en donde Cliff. Este era el té de la realeza, por lo que tenía que ser de primera clase. Recién me di cuenta entonces, pero todas las bebidas que me habían preparado en el castillo probablemente también habían sido de primera. Sería un desperdicio no saborearlos.

“¿Tú hiciste este pastel, Yuna?” preguntó Ellelaura.

“Más o menos”.

“Pienso esto cada vez”, dijo el rey, cavando en su pastel, “pero eres un oso de tantos misterios. Haces estas delicias, invocas osos como bestias, incluso te vistes como un oso y, sin embargo, realmente no pareces el tipo de aventurero que puede derrotar a monstruos tan poderosos”.

Probablemente porque había venido de otro mundo por las acciones de un dios y me habían entregado equipo de oso ultra poderoso y habilidades de oso. Solo tal vez era por eso.

“Oh, lo sé”, dijo Ellelaura. “Parece que realmente estamos en deuda contigo por lo que hiciste en las minas. Me gustaría darte las gracias”. ¿Cómo sabía ella siempre estas cosas?

“Era un trabajo”. Y ella me había medio obligado a ir.

“Todavía no te ves como un aventurero poderoso, después de todo este tiempo. ¿Qué piensas de tener una pelea contra los caballeros y magos la próxima vez que estés aquí?”

“Respetuosamente, tendría que rechazar la oportunidad”.

¿Por qué querría hacer eso? No habría ningún beneficio para mí peleando en concursos. Si no me aseguraba de ganar de la manera correcta, existía la posibilidad de que los caballeros o magos que había aplastado en la pelea se sintieran resentidos conmigo. No hay nada más aterrador que los celos y el resentimiento. No necesitaba eso en mi vida.

“Veo. Qué lástima.”

“¿Eres fuerte, oso?” preguntó Lady Flora, con el rostro ridículamente cubierto de crema batida.

“Tu padre es más fuerte que yo, Lady Flora”. El poder político, la riqueza y las conexiones personales… esos también eran tipos de fuerza.

“¡Papá, eres fuerte!” exclamó lady Flora. Ange le limpió la crema de la mejilla.

“Mira aquí…” tartamudeó el rey, exasperado. Fingí no verlo, lo que provocó la risa de todos.

El pastel parecía ser un éxito, ya que el ceño fruncido de Lady Flora por perder a Kumayuru se había invertido. Lo que me trajo de vuelta a mi próximo proyecto: salvar a Kumakyu. Todavía estaba siendo rehén en el regazo de la reina. Tenía que haber una apertura. Simplemente tenía que hacerlo.

Kumakyu me lanzo una mirada miserable. Vamos, no podía dejar que Kumakyu perdiera la esperanza. Yo podía hacerlo. ¡Tenía que hacerlo!

“Yuna, ¿no vas a comer nada?” preguntó el rey después de notar que todo lo que estaba bebiendo era té.

“He tenido mucho de comerlo”. Estaba harta del pastel. Eso es lo que pasaba cuando comías algo todos los días, aunque fuera bueno. Como dice el refrán japonés, te aburrirás mirando a una persona hermosa después de tres días.

“Señorita Yuna, ¿puedo tener un momento?” Ange me dijo mientras tomaba un sorbo de mi té, observando las reacciones de los demás.

“¿Qué pasa?”

“¿Tienes un poco de pastel para el chef?”

“¿El chef? ¿Te refieres a Zelef?”

Ese era el nombre del chef. Me había dado las gracias después de que le entregué mi receta de budín.

“Vi al chef cuando estaba preparando el té antes. Cuando le informé que vendrías, él… bueno, parecía estar deseando que llegara.” Creo que se sentía incómoda al respecto. Le había dado a Zelef un montón de recetas, pensando que haría a Lady Flora tan feliz como el pudín.

Preparé dos platos nuevos más y les puse rebanadas de pastel. “Dale este a Zelef. Y por favor come un poco más tarde también, Ange”.

Ange comía cuando solo estábamos nosotras y Lady Flora, pero en realidad no hacía eso cuando el rey estaba cerca. Probablemente era una cuestión de posición social.

“¿Estás segura?”

“Déjame saber lo que piensas al respecto la próxima vez que venga”.

“Gracias.”

Ella lo aceptó agradecida y colocó el pastel en una carretilla.

“Ange, estamos bien aquí. ¿Por qué no le llevas eso a Zelef?”

“¿Está seguro?”

“Sí, sé que está ansioso por la comida que trae Yuna. Puedes comer tu propia porción con él”.

“Gracias. Entonces se lo llevaré”. Ange asintió con la cabeza y salió del jardín.

“Un buen regalo para ellos. Ya sabes, él es solo una de las personas que espera con ansias tu comida, Yuna”.

“Supongo. Siempre vengo sin previo aviso, a pesar de que él prepara la comida todos los días, así que me imagino que soy una molestia para él”.

En el pasado, ofendí a Zelef, el famoso chef de la familia real, al traer comida sin pedírselo. Aparentemente dejó de decir nada después de descubrir que yo era quien había hecho el budín. Desde entonces, de vez en cuando enviaba comida a Zelef.

Cuando fui a las minas la última vez que estuve aquí, Ellelaura y Fina habían dicho que irían al castillo. Incluso les pedí que llevaran los nuevos panes que habíamos hecho a Zelef.

Un rato después de que Ange se fuera del jardín, el pastel en el plato de Lady Flora había desaparecido. Estaba mirando el resto del pastel entero, así que puse otra porción en el plato vacío de Lady Flora.

“Gracias, oso”.

“Esa es una recompensa por dejar ir a Kumayuru antes”. Especialmente porque cierta persona cercana todavía no estaba renunciando a Kumakyu.

Aun así, esto estaba bien. Tal vez hornearía un pastel diferente para llevárselos la próxima vez. Tal vez podría manejar un pastel de frutas o un pastel de queso.

“Yuna, ¿puedo tener un poco también?” Ellelaura ofreció su plato en silencio. Si quería comer demasiado pastel, ese era su propio problema.

“Yuna, si pudieras conseguirme uno también”, agregó el rey.

“A mí también me gustaría uno”, dijo la reina.

Uno por uno, les serví su pastel. Oh, no, ¿era yo la nueva sirvienta ahora que Ange se había ido?

Como las tazas de todos estaban vacías, preparé el té como Lala me había enseñado y las volví a llenar. Nunca hubiera imaginado que sería útil en un momento como este.

El rey se volvió hacia mí después de terminar su copa. “¿Puedes preparar té?”

“Y hábilmente, agregaría”, dijo la reina.

“La doncella de Cliff me enseñó.”

“No te referirás a Lala, ¿verdad?”

“Si. Cuando decidimos vender el pastel en la tienda, quise servir té con él. Le pedí que me enseñara”.

“¿Qué? ¿Estás sirviendo esto en tu tienda?”

“¿Por qué no? Tengo los ingredientes, y cualquiera puede hacerlo una vez que sabe cómo hacerlo. Y, uh, también podré comerlo si la tienda lo está haciendo”.

(¡No tendría que hornear nada yo misma!)

“¿Entonces podremos comer este pastel en cualquier momento que queramos yendo a la tienda? ¡Ja! Tal vez regrese a Crimonia”.

“Engordarás si lo comes todos los días”, señalé.

“Está bien, ya que no la dejaré volver a Crimonia”.

“Argh, ¿por qué todos se meten conmigo?”

Mientras disfrutábamos del pastel, escuché el sonido de fuertes pasos que venían corriendo desde la parte trasera del jardín.

Cuando miré, vi a Zelef, el chef, corriendo. Era un tipo mayor y fofo, pero no se le podía juzgar por las apariencias. Era el chef del castillo y era tan confiable que lo pusieron a cargo de las comidas de la familia real.

Y estaba corriendo hacia nosotros, totalmente sin aliento.