Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 1

Capitulo 5: La Batalla Contra El Asesino Serial II

Parte 1

“¡Oye! ¿Por qué estamos huyendo?” “¡Porque nos está persiguiendo, duh!” “¿Por qué nos está persiguiendo?”

“¡¿Cómo podría saberlo?!” Yuichi arrastró a Aiko de la mano hasta que llegaron al final del pasillo.

Por suerte, Asesino Serial II no parecía tener prisa. Habían puesto mucha distancia entre ellos y él.

Como todos los de primer año, sus aulas estaban en el cuarto piso. Los de segundo año tenían sus aulas en el tercer piso y los de tercer año en el segundo. El primer piso contenía la sala de música, la sala de arte y la oficina del personal.

Las clases del día habían terminado hace un tiempo. Por lo menos, no había ninguna señal de estudiantes aquí en el cuarto piso. Pero todavía habría estudiantes y profesores en el primer piso involucrados en las actividades del club.

Yuichi estaba pensando furiosamente. ¿Debería pedir ayuda? ¿O debería intentar enfrentarse al asesino serial? “¿Qué debemos hacer?” Le preguntó a Aiko, por falta de alguien más. Pero ella parecía incluso menos segura de lo que él estaba.

“¡Oh! Um… Primero, ¿qué querrá? ¿Está detrás de ti?”

“No lo sé. No sé si está atacando indiscriminadamente, o si está detrás de mí en particular.”

“Si está entrando ilegalmente en los terrenos de la escuela, tendremos que decírselo a un profesor, ¿verdad?”

“Normalmente lo haríamos, sí, pero es un asesino… Por ahora, tenemos que correr. Subir nos llevaría al techo, ¡así que supongo que bajamos!”

Alejarse de la escuela tenía que ser su primera prioridad. Acababa de tomar una decisión al respecto y volvió la vista hacia la escalera, sólo para ver al chico con la gorra de béisbol de pie justo allí.

“Oye. ¿Eres Sakaki?” Preguntó casualmente. “No esperaba que mi primer lanzamiento fallara. Escuché que eras una persona normal.”

Durante el tiempo en que lo perdieron de vista, él debió haber bajado al tercer piso para evitarlos. Él debía ser bastante rápido.

“¡Lo siento, Noro!” Yuichi levantó a Aiko en sus brazos y corrió tan rápido como sus piernas podían llevarlo. Aiko parecía desconcertada por haber sido recogida tan bruscamente.

“¡Vamos, hablemos un poco!” Gritó el chico, corriendo tras ellos.

¡No está bien! ¡Nos está alcanzando! No había manera de que Yuichi pudiera escapar mientras llevaba a Aiko.

Cosas pasaron volando por detrás.

Eh.

Fue un kunai, lo más probable. Él no se detuvo a ver. El chico les había lanzado unas pocas docenas, tratando de mantener la presión.

No había ningún lugar para correr. Yuichi mantuvo su ritmo, golpeando una ventana del aula a toda velocidad.

“¡Eeek!”  Gritó  Aiko,  pero  Yuichi  la   ignoró,  golpeando                     un escritorio cuando aterrizó dentro del salón de clases.

Casi al mismo tiempo, la puerta salió volando, golpeada por el asesino.

Yuichi huyó por la ventana que daba al exterior.

¡No puedo hacer esto con mis manos llenas! Yuichi la cambió de ambos brazos para cargarla sólo en su brazo izquierdo.

“¡Oye! Eh. ¿Qué…?”

Yuichi colocó su mano en el marco de la ventana abierta y saltó.

Sintió brevemente como si estuviera flotando. “¡Waaaagh!” Gritó Aiko.

Al instante siguiente, su mano derecha encontró el marco inferior de la ventana del aula vecina. Mantuvo su agarre, flexionando el brazo y pateando la pared para impulsarse nuevamente hacia arriba.

Agarrando la barandilla en la parte superior del marco con solo las puntas de sus dedos, dio una patada a través del cristal y se deslizó en el aula de al lado con un movimiento suave. Luego se dirigió a la salida, golpeando a través de la puerta para salir corriendo hacia el pasillo.

¡Bueno! ¡Eso nos compró un poco de tiempo!

Yuichi no se detuvo. Siguió corriendo hasta llegar al final del pasillo. Había una escalera que podía llevarlos hasta el techo o hacia el tercer piso.

Yuichi miró detrás de él. El chico asesino no se había mostrado.

Él todavía podría estar en el aula.

¿Qué debo hacer? Pensó Yuichi.

Anteriormente, había considerado bajar para escapar de la escuela. Pero ahora sabía que eso no funcionaría. Ese chico definitivamente era un asesino. No dudaría en matar a cualquiera que viese. Si Yuichi bajara las escaleras, terminaría aumentando las bajas.

Aun así, si fueran a la azotea, acabarían acorralados…

“¡Oye! ¿Me puedes bajar?” Aiko lo miró con el ceño fruncido. Yuichi la puso en el suelo.

“¿Qué fue eso?” Gritó ella. “¡Pensé que estábamos muertos! ¡Mi corazón aún late con fuerza!”

“¿Qué más podría hacer? Si hubiésemos seguido corriendo por el pasillo, nos habrían lanzado más shurikens.” No había tiempo que perder en preocupaciones. Yuichi endureció sus nervios. “Voy a esperar aquí y dirigirlo a la azotea. Escapa bajando las escaleras.” Solo, él probablemente podría detener al chico.

“¡De ninguna manera!”

“¿Huh?” Yuichi no podía creer lo que estaba escuchando. Si se separaban, había más posibilidades de que al menos Aiko pudiera mantenerse a salvo. Después de todo él era a quien el chico buscaba.

“¡Dije que de ninguna manera! ¡No puedo irme sola! ¡Es mejor si nos mantenemos juntos! A-Además, ¿qué pasa si huyo y él me persigue…?” Aiko agarró la manga del uniforme de Yuichi. Estaba temblando, aterrorizada de la idea de quedarse sola en una situación como esta.

Ella tenía razón. Yuichi había asumido que el asesino estaba detrás de él, pero no podía estar seguro. Además, si se separaban y el chico tomaba a Aiko como rehén, perdería cualquier esperanza de salir de esto.

“Lo siento. No quise asustarte. Saldremos de aquí juntos.”

Las palabras tranquilizaron a Aiko, que sonrió levemente. “¿Y, entonces? ¿Qué haremos en la azotea?”

“Estaba pensando que podría ganar tiempo en la azotea, y así podría llamar a mi hermana y hacer que venga.”

“¿Eh? ¿Por qué querríamos que viniera tu hermana?” Aiko lo miró con desconcierto.

Tal vez eso era natural. Pero la hermana de Yuichi siempre estaba pensando en situaciones como: “¿Qué pasaría si unos terroristas atacaran la escuela?” Ella podría saber qué hacer con un asesino serial. El chico salió del aula y comenzó a caminar lentamente hacia los dos.

“De todos modos, vamos a la azotea.” Dijo Yuichi. “Tengo una idea.” Tiró de Aiko de la mano por las escaleras.

Rápidamente la puerta de la azotea apareció, pero algo al lado llamó la atención de Yuichi. Era una pila de escritorios dañados. Deben haber sido almacenados allí para su posterior eliminación.

Yuichi tiró de los escritorios y los llevó a la parte superior de las escaleras.

“¿Qué estás haciendo?” Preguntó Aiko.

“Justo lo que parece. ¡Si él viene tras nosotros, no pienso dejarle el camino libre!”

“Um, Sakaki, eso es… audaz…”

“Después de eso… Noro, ¿tienes dinero? Préstame, quiero decir,

¡dame un poco!” Dijo Yuichi.

“¡¿Este es realmente momento para eso?!” “¡Sí! ¿Cuánto tienes?”

“Um, ¿unos 100.000?”

“¿Qué demonios? ¿Por qué un estudiante de secundaria tiene tanto dinero consigo?”

“¡No es asunto tuyo! ¿Por qué necesitas dinero?” “¿Alguna moneda de 500 yenes?”

“Sí, ¿por qué?”

“¡Dámelas!”

Yuichi estaba consciente de que no tenía sentido. Pero su gran desesperación pudo haber llegado a ella, porque ella sacó diez mil quinientos yenes de su maletín que había estado agarrando todo el tiempo.

Oyó pasos que subían las escaleras.

En el momento en que vio la insinuación de una sombra en el rellano, Yuichi tiró los escritorios. Cayeron por los escalones con un fuerte estrépito, pareciendo listos para golpear a su perseguidor…

El chico tiró su mano a un lado. Fue un gesto casual, como sacudir una mosca, pero el resultado fue dramático. La montaña de escritorios se hizo a un lado y se estrellaron contra una pared. La trampa de Yuichi ni siquiera lo había frenado.

La gorra de béisbol del chico se cayó, revelando una cabeza de cabello corto y dorado. Pero eso no fue lo que atrajo la atención de Yuichi.

Era el cuerno.

Había un cuerno azul y translúcido saliendo de su frente, aproximadamente a la longitud de un puño. No había forma de que pudiera colocar algo así debajo de una gorra de béisbol. Dada su apariencia translúcida, tal vez fuese un holograma.

“Oh, cielos, él es más fuerte de lo que pensaba…” Murmuró Yuichi.

El chico subía lentamente la escalera. No parecía tener prisa en absoluto.

Está… jugando con nosotros… Yuichi asumió que había venido a matarlos, pero el chico parecía no ningún tipo de prisa. Era imposible entender lo que estaba pensando.

“¿Qué estás haciendo?” Preguntó Aiko.

“No podemos seguir corriendo sin pensar. Necesitamos encontrar la ruta más rápida a la sala del club de mi hermana… ¡ah!”

“¡¿Qué?!”

“… Es posible que estén en su viaje de campo…” Las palabras de su hermana volvieron a su mente.

Yuichi sacó a Aiko a la azotea. Había una cerca de alambre alrededor de todo el borde. A primera vista, no había ningún lugar para correr. Yuichi llevó a Aiko al centro de la azotea y le habló.

“¡Noro! ¡Agárrame de frente como un koala! ¡Necesito ambas manos si vamos a salir de aquí!”

“¿Qué diablos? ¡No puedo hacer eso!” “¡Está bien, eres pequeña!”

“¡No me llames pequeña! ¡Y ese no es el problema!” “¡Sólo hazlo!” Yuichi tiró de Aiko hacia él. “¡¿Huh?! ¡E-Espera un minuto!”

“¡Sólo envuelve tus brazos alrededor de mis hombros, y tus piernas alrededor de mi cintura!” El borde afilado de la voz de Yuichi debe haberla sorprendido, porque hizo lo que le pidió.

La vista de ella aferrándose a la parte delantera del torso de Yuichi hubiera parecido ridícula para cualquier observador externo.

“Es un poco difícil moverse, pero creo que funcionará.” Dijo.

“¿Qué demonios están haciendo ustedes dos?” El chico asesino estaba en la entrada del techo, sorprendido por su estado actual.

“¡Nos estamos preparando para hacer algo contra ti!”