Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

ESTÁBAMOS DECIDIDAS: Anz y las demás trabajarían con delantales bordados con osos. Pero eso me puso a pensar. Estaba la niña huérfana que me había bordado un cojín hace un tiempo. Ese cojín grande con bordado de osos me había resultado útil cuando fui escolta en la academia. Gracias a eso, pude viajar en ese carruaje con comodidad.

“Milaine”, dije, “sobre el bordado. ¿Dónde lo vas a hacer?”

“Estoy pensando en preguntarles a los sastres que hicieron los uniformes del Salón del Oso. ¿Qué hay de eso?”

“Tengo una cosa que me hizo una de las niñas del orfanato”. Saqué el cojín con bordado de osos de mi almacén de osos y le mostré a Milaine el osito de dibujos animados.

“¡¿Q-qué es eso?!” Milaine me arrebató el cojín.

“Me lo dio una niña llamada Sherry del orfanato”.

“Vaya, es simplemente adorable. Y tan buen trabajo”. Milaine tocó el bordado con avidez. Incluso a mis ojos, el oso era lo suficientemente caricaturesco como para verse lindo. Sospeché que Sherry había usado los adornos de la tienda como referencia.

“¿Verdad? Entonces, si vas a pedir que te borden cosas, ¿por qué no le pides a esta chica que lo haga?” Sherry era ágil con las manos y siempre estaba cosiendo en la esquina de una habitación. Los cojines y las cortinas del orfanato estaban decorados con bordados, toda obra de Sherry. Ella también me había dado una toalla, y era tan linda.

Forne miró fijamente el cojín. “¿Realmente vamos a usar estos delantales de oso mientras trabajamos?”

“Que lindo.”

“¿Pero no es vergonzoso?”

“Sí, un poco.”

La única persona que parecía totalmente a bordo era Seno. Las otras tres parecían demasiado avergonzadas para aceptarlo.

Milaine les dio a las tres una mirada intrigante. “En ese caso, ¿preferirías la misma ropa que los niños?”

Y así, todas se entusiasmaron.

“N-no, un delantal con este bordado está bien”.

“Yo también estoy bien con eso”.

“Cierto. Es bonito y lindo”.

“Sí, también estoy bien con un delantal… creo”.

Milaine aplaudió y se rio. “En ese caso, dejemos que Sherry haga el bordado”.

Estar de acuerdo y conseguir un delantal o en desacuerdo y un traje de oso… brutal.

Con eso decidido, Milaine y yo nos dirigimos inmediatamente al orfanato para ver a Sherry.

El trabajo de Sherry era cuidar de los pájaros, así que nos dirigimos al gallinero. Parecía que todo el mundo se estaba tomando un descanso y jugando por el momento. Le pregunté a uno de los niños sobre Sherry y descubrí que se había dirigido de regreso al orfanato.

Dentro, encontré a Neaf hablando con la directora y Liz.

“¿Sherry? Ella debería estar en su habitación en el segundo piso”.

Nos dirigimos hacia allí, golpeamos…

“Sherry, ¿estás dentro?”

Y entramos.

“¿Yuna?” Una niña de unos doce años estaba sentada en una cama, bordando: era Sherry, famosa por los cojines y las cortinas.

“¿Puedo hablar contigo un minuto?”

“Si seguro.” Sherry estaba un poco nerviosa por esta repentina sorpresa. Probablemente era Milaine la que la ponía nerviosa. El maestro del gremio tenía la costumbre de aterrorizar levemente a la gente, después de todo.

“¿Estabas bordando?” pregunté.

“Sí. Me gusta hacerlo”. De hecho, ella estaba sosteniendo una pieza a medio terminar allí mismo en sus manos.

“¿Podrías mostrarme?” Milaine y yo echamos un vistazo a las manos de Sherry. Estaba bordando un oso de dibujos animados como los del salón del Oso.

“Un oso, ¿eh?”

“¡Mmhm! Esperaba que pudiera ser una decoración para la tienda”.

“Creo que incluso podrías vender esto”, dijo Milaine con un brillo en los ojos.

“Eres bastante buena.”

“Bastante… bueno…” Sherry se sonrojó, pero parecía feliz.

Milaine se hizo cargo. “Tenemos algo que preguntarte. ¿Estás lista?” Se aferró a las manitas de Sherry mientras le explicaba sobre los delantales de la tienda.

“Quieres que haga eso…” Sherry parecía estupefacta.

Asentí. “Sí, ¿crees que podemos contar contigo?”

“Pero…”

Sherry bajo la cabeza. Me acerqué a ella y Milaine dio un paso atrás. Si ella no quería hacerlo, no quería forzarla, pero… “Oye. Si no quieres hacerlo, está bien, ¿de acuerdo? ¿No quieres?”

“No, no es eso. Pero…”

“¿Pero?” Entonces, ¿qué estaba mal?

“¿Qué pasa si a la gente no le gusta mi bordado y hace que dejen de ir a la tienda? Y luego no podremos comprar comida, y.… y el orfanato desaparecerá, y.…” Sherry parecía muy seria. ¿Eso era lo que estaba pensando? Sé que no se suponía que debía hacerlo, pero no pude evitar sonreír. Se preocupaba mucho por su casa, por Liz y la directora, por Neaf, por todos…

“Sherry, está bien”. Acaricié suavemente la cabeza de Sherry con mi títere de oso.

“¿Yuna?”

“La tienda no se arruinaría por algo así. Al fin y al cabo, la estoy montando yo. Recuerdas que la panadería estaba inundada de clientes, ¿verdad?”

“Sí.”

“Y los huevos se están vendiendo, ¿verdad?”

“Sí.”

“Bueno, soy la misma que está haciendo esta tienda. Y soy la misma que quiere tu bordado. Este oso no va a dejar que suceda algo tan malo como eso, ¿me oyes?”

“Pero yo…” ella comenzó.

Saqué el cojín que Sherry me había dado de mi almacén de osos.

Ella jadeó. “Eso es…”

“Lo es. Estaba tan feliz cuando me diste esto. Creo que está muy bien hecho. ¿No harías unos delantales con lindos ositos como este? Yo sé que puedes hacerlo.”

“Yuna…” Sherry levantó un poco la cara.

Un empujón más bastaría. “De todos modos, si algo sale mal, será culpa de Milaine. Ya que fue idea de Milaine. Pero si las cosas van bien, es gracias a ti”.

“¿Que?” Milaine tosió. “Um. ¿Yuna?”

Fuera lo que fuera, podía esperar. “Y oye, ¿este cojín?” Le di un empujón al osito bordado. “Demasiado lindo para fallar”.

“¿Estás segura de que estás bien si lo hago? Solo soy una aficionada”.

“Amateur, aficionado”, dije. “Te sorprendería lo rápido que puedes aprender cosas”.

Sherry se mordió el labio inferior. Ella lo pensó, luchó, luego se le ocurrió su respuesta. “Si, vale. Lo haré. Trabajaré muy duro para ti, Yuna”. Finalmente levantó la cara.

“Gracias.” Le di otra palmadita en la cabeza. Sherry esbozó una amplia sonrisa, pero había alguien alrededor para estropear el ambiente.

“En ese caso, te llevaré conmigo, Sherry”, dijo Milaine, matando totalmente la vibra mientras envolvía su brazo alrededor de la cintura de la niña.

“Um, ¿Yuna?” Sherry se tensó contra Milaine, perpleja.

“¡¿Milaine?!”

“Tenemos negocios en la sastrería, ella y yo. Voy a hablar con ellos sobre los delantales, así que la necesito, ¿no? Así que me llevare a Sherry”. Volvió a tirar de la mano de Sherry.

“¡Eep! ¿A dónde vamos?”

Incapaz de resistir el siniestro poder de Milaine, Sherry fue sacada de la habitación, haciendo preguntas confusas durante todo el camino.

Me aseguré de decirle a Liz que Milaine se había llevado a Sherry y que tendría que dejar de cuidar a los pájaros por un tiempo.