Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

UNA VEZ LLEGAMOS al siguiente cobertizo, donde manejábamos los huevos, encontramos a Fina sentada en una silla, con las manos ocupadas con algo. Shuri estaba limpiando las cajas de huevos a su lado.

“Parece que ustedes dos realmente están trabajando”, dijo Tiermina.

“¿Mamá?” Fina se dio la vuelta. “¿Y Anz?”

“¡Fina, Shuri, ha pasado un tiempo!”

Fina y Shuri corrieron hacia Anz. “¡Sí, mucho tiempo!”

“Sin embargo, ahora nos veremos mucho más. Voy a trabajar en la tienda de Yuna a partir de ahora y estoy deseando verlas”.

“¡Sí, estoy deseando que llegue eso!”

“Aja, yo también”.

Las dos estaban encantados de volver a ver a Anz. Luego, presenté a Neaf y las demás, que trabajarían con Anz.

“Entonces, ¿qué estás haciendo, Fina?”

“Estamos calculando cuántos huevos quedan. Yuna, ¿te los llevas?”

El número de huevos que vendíamos al gremio y a la tienda, al menos, estaba fijado. Aunque, si Morin quería huevos adicionales en la tienda, priorizaríamos ese orden. “¿La tienda tiene suficientes?”

“Sí, ya tomaron lo que necesitaban y se abastecieron, así que están bien”.

Genial, los huevos restantes terminarían yendo a mí. Si los guardaba en el almacén de osos, podría mantenerlos frescos. Agradecida tomé los huevos extra.

Aparentemente, Liz iba a empezar a prepararse para el almuerzo después de esto. “¿A todos ustedes también les gustaría comer?”

Miré al grupo, todo el mundo parecía muy interesado en él. “En ese caso”, propuso Anz, “por favor déjeme ayudar”.

Liz me miró preocupada. Parecía que estaba en conflicto sobre si dejar que un invitado la ayudara o no. Aun así, esta era una buena oportunidad para que se conocieran.

“Bueno, hay mucha gente”, dije, “¿puedo contar contigo, Anz?”

“¡Por supuesto!” dijo Anz alegremente.

“Bueno, entonces”, dijo Liz, “cuento con usted, Srta. Anz”, Liz tomó a Anz y se dirigió al orfanato.

Ayudé a los niños para que pudiéramos terminar el trabajo más rápido, y una vez que terminamos, nos dirigimos de regreso al orfanato.

“Voy a echar un vistazo rápido a cómo le está yendo a Anz”, dijo Seno. “Si parecen ocupadas, les echaré una mano”. Seno se dirigió a la cocina. Forne y Bettle la siguieron. Neaf también trató de irse, pero un niño pequeño la sostenía de la mano.

“Creo que nos vamos a quedar atrapados jugando con los niños, Neaf”.

Neaf no estaba tan segura. “Deberíamos ayudarlas a cocinar”.

“Pero …” gimió uno de los niños.

“No creo que se vaya a soltar tan fácilmente”.

Forne y Bettle se habían ido con Seno, así que era nuestra responsabilidad jugar con los niños hasta que la comida estuviera lista. Los niños tiraron de mi ropa y me abrazaron. Me sorprendió que la directora y Liz pudieran manejar a niños tan bulliciosos día tras día. Seguro que explotaría después de una o dos horas. En cuanto a Neaf, al principio estaba un poco preocupada, pero ella estaba rodeada de niños y parecía divertirse.

Su rostro parecía un poco rígido al principio, pero vi cómo la sonrisa pasaba de ser de cristal a algo mucho más seguro.

Todos los platos que habían preparado Anz y las demás estaban deliciosos, y a los niños les encantaron. Después de eso, para asegurarme de que Neaf y los niños se conocieran mejor, la hice jugar con ellos y trabajar en el orfanato por el resto del día.

Esa sería la mejor manera de que todos se llevaran bien: trabajar juntos. Esa fue la parte más difícil de cualquier trabajo que hice para mí personalmente, pero gracias a la ropa de oso, les caía bien a los niños.

Seno y Forne se dirigieron con los niños para cuidar a los pájaros, y Bettle y Neaf jugaron con la pandilla de niños pequeños. Como Tiermina tenía cosas que hacer en la tienda y el gremio comercial, dejó el orfanato. Fina y Shuri se fueron con ella. Mientras tanto, Anz regresó a la tienda para hacer un inventario de las herramientas que necesitarían.

Nos quedamos en el orfanato hasta el crepúsculo. Los niños nos vieron salir. Los niños no tardaron en aceptar a Seno y a las demás. En particular, a la pandilla de niños pequeños le había gustado Neaf.

¿Supongo que la gente con niños estaba acostumbrada a tratar con ellos? Tenía sentido.

“¿Volverán?” chilló uno de los niños.

“Por supuesto que lo haremos”, prometió Neaf, repartiendo toneladas de palmaditas en la cabeza. Todos se despidieron y salimos.

Las novatas hablaron entre ellas:

“La directora y Liz parecían personas amables, ¿no es así?”

“Los niños se portaban tan bien y eran adorables”.

“Había algunos niños que parecían tercos. Pero escuchaban a la directora”.

“Aun así, debe ser realmente difícil solo con ellas dos”.

Sí, estarían bien trabajando tanto en el orfanato como en la tienda. Justo cuando estaba pensando eso, Neaf me miró.

“¿Qué pasa, Neaf?”

Neaf se detuvo y me miró con seriedad. “Yuna, me gustaría hablarte de algo. En lugar de trabajar en la tienda, ¿podría concentrar la mayor parte de mi trabajo en ayudar en el orfanato?”

Ante eso, el resto se detuvo y la miró. Neaf lo notó. “No es que no quiera trabajar con todos las demás”, agregó. “Es solo que me gustaría estar con los niños …”

Neaf estaba haciendo todo lo posible por explicarse, y lo entendí. Ella solo quería cuidar a los niños. Parecía que todas las demás también se habían dado cuenta de eso, ya que rompieron en sonrisas.

“Bien por mí”, dijo Seno, radiante. “A los niños también parecía gustarles Neaf”.

Las demás hablaron:

“Sí. No tengo ningún problema con eso.”

“Sí, estoy bien con eso”.

“¿Están realmente seguras?” Neaf miró a todas.

“Neaf”, dijo Bettle, ella también había estado jugando con la pandilla de niños pequeños, así que había observado a su amiga con atención. “Volviste a sonreír. Quiero decir, realmente sonreír. No recuerdo la última vez que te vi así”.

“Sí, yo …” Seno asintió. “Te has visto tan tenso hasta ahora”.

“¿lo hice?”

“Todos lo hemos notado”, admitió Bettle.

Seno estuvo de acuerdo. “Ha habido tanto … horror. Si estar con los niños es lo que te ayuda después de lo que has pasado, por tanto, estoy feliz de entregarte a ellos”.

“Amigas …” Neaf no pudo terminar su oración.

“Vamos, Neaf. Adelante”, dije.

Neaf miró a todos.

“Se lo diré a Anz por ti”, dije.

“Yuna, a todas, muchas gracias”. La sonrisa de Neaf era tan brillante y verdadera como el sol. De ahora en adelante, Neaf trabajaría en el orfanato en lugar de en la tienda. “Pero vendré a ayudar si la tienda se llena”, agregó, “así que asegúrense de ponerle el codo para hacer que el lugar sea popular”.

“Oh, si hacemos nuestro trabajo, esta tienda será un éxito tal que necesitaremos ayuda”.

Neaf se rio. “Eso suena reconfortante”.

Y con eso, corrió de regreso al orfanato y con los niños.

Cuando le informamos de todo a Anz, ella accedió alegremente. Anz también se había preocupado por Neaf.

Al día siguiente, llevé al grupo al Salón del Oso. No había clientes por la mañana, así que podía presentarlas sin demasiado caos, pero pensé que los trabajadores de la tienda podrían estar en medio de la preparación, así que quería asegurarme de que no sería una molestia.

“¿Entonces esta es tu tienda, Yuna?”

“¿Y vendes pan aquí?”

Había un oso sosteniendo pan frente a la tienda, de ahí la evaluación sherlockiana.

“No seremos superados por este oso”, proclamó Seno. “Necesitamos un pez oso”.

Fingí no escuchar y me dirigí a la tienda por la entrada trasera. Una vez que entré, encontramos a los niños con sus chaquetas de oso horneando pan junto con Morin y Karin.

“¡¿Yuna?!” Cuando entré en la cocina, uno de los niños me vio.

“Esa soy yo”.

“¿Y son las damas de antes?”

Parecía que recordaban habernos visto fuera de la tienda el otro día. Dios, ellos tenían mejor memoria que yo.

“Yuna, ¿estás desayunando como de costumbre?” Preguntó Morin.

“Sí. ¿Pero puedes agregar otras cuatro porciones?” Les había dicho a los demás que no desayunaran para dejar espacio para todo ese buen pan del Salón del Oso.

“Por favor, coman todo lo que quieran”.

“Gracias.” Comí de inmediato.

“¿Son estas cuatro tus invitadas?”

“Creo que ya lo sabes, pero vinieron de Mileela para trabajar en mi otra tienda”.

“Si, esa. Dios mío, ustedes cuatro vinieron desde muy lejos”.

Sin embargo, más cerca que viniendo de la capital como Morin. “Entonces, les presento a todas y les pido que también miren alrededor de la tienda”.

Le presenté al grupo de Anz a Morin, Karin y los niños. Una vez que sacamos los saludos, les mostré la tienda.

“El interior de la tienda también está repleto de osos”. Se maravillaron de las decoraciones de osos por todo el lugar, desde las mesas hasta las paredes. “¡Pero son lindos!”

Forne le dio un pequeño empujón a un oso de mesa con un pescado en la boca. “También me gustaría que estuvieran en nuestra tienda”.

Lo que significaba que me pedirían que los hiciera, ¿verdad?

Después de dar una vuelta por el interior de la tienda, aproveché la oferta de Morin y nos deleitamos con pan recién hecho.

“¡Oh, este pan está delicioso!”

“Sí, y todo nuestro otro pan también”.

Anz asintió. “Así que el pan que comimos el otro día era este, entonces. No podíamos dejar de hablar de lo sabroso que estaba”.

Eso hizo que este oso se sintiera confuso por dentro.