Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

ERA EL DÍA DESPUÉS de que Anz llegara a Crimonia. Mientras esperaba en casa, pasó Tiermina. “Buenos días, Yuna. ¿Llego un poco tarde?”

“Justo a tiempo. Cuento contigo hoy “. Había muchas cosas de las que necesitaba hablar con Tiermina de la tienda-vivienda que le había dado a Anz y las demás, así que le había pedido que pasara por aquí. Sabía que estaba ocupada por las mañanas, pero Tiermina aún había estado de acuerdo. “¿Pero estás seguro de que estarás bien?” pregunté. “¿El trabajo no se acumula?”

“Debería estar bien. Mis hijas fueron a ayudar en mi lugar, y Liz también está allí. Puede que les lleve un tiempo, pero se asegurarán de hacer todo. No te preocupes.”

Liz aparentemente había estado manejando los huevos y pasando por el gremio comercial. Tiermina le había enseñado a Liz cómo reemplazarla, sabiendo que podría enfermarse nuevamente en algún momento en el futuro. Aun así, Tiermina se había ocupado de las cosas por mí todo este tiempo, y ahora iba a confiar en ella de nuevo…

Llevé a Tiermina a la tienda de Anz. Cuando entramos, Anz y los demás estaban merodeando por el primer piso.

“Oh, señorita Yuna. Buenos días”, me saludó Anz.

“Yuna, buenos días”. Neaf también vino y me saludó.

“Buenos días. ¿Durmieron bien, chicas?”

“Sí, pudimos dormir. Las camas eran tan mullidas y se sentían tan cómodas”. Anz no parecía cansada en absoluto, sí, había descansado bien.

“Yuna, ¿estás realmente segura de que podemos usar esas habitaciones?”

“¿Y gratis?”

“¿A pesar de que nos estás pagando?”

Supongo que les gustaron mucho las habitaciones. Todas tenían dudas.

“No nos vas a involucrar en ningún negocio divertido, ¿verdad?” Seno agregó.

Todos sus ojos se centraron en mí.

“Voy a pagarles un salario real por negocios realmente normales”. Aunque pude ver cómo podría parecer demasiado bueno para ser verdad. Por supuesto que se sentirían ansiosas. No sabía mucho sobre cómo se trataba normalmente a la fuerza laboral en este mundo. Había oído decir que a los aprendices a veces se les proporcionaban las necesidades necesarias sin un salario real, aunque eso probablemente dependía del tipo de trabajo.

“Entonces, Srta. Yuna, ¿quién es ella?” Anz preguntó por Tiermina, que estaba a mi lado.

Les presenté a Tiermina a todas y les expliqué que era la madre de Fina y Shuri, a quienes estas mujeres habían conocido en el pasado. También les dije que ella ayudaría con la tienda, enfocándose en el trabajo financiero. Una vez hecho esto, presenté al grupo, incluido Anz, a Tiermina.

“¡Perdón por imponernos, pero estamos deseando trabajar contigo!”

Tiermina sonrió. “Si hay algo que no sepan, pueden preguntarme cualquier cosa”.

“¡Sí, señora! Gracias.”

Una vez que Anz y las demás terminaron de presentarse, nos mudamos a una sala de descanso en el primer piso y comenzamos a hablar sobre los próximos pasos. “Voy a dar una explicación simplificada del trabajo. ¿Listo? Si tienen alguna pregunta, simplemente intervengan”.

A partir de ahí, les di un resumen conciso sobre mi visión de la tienda. Anz sería responsable de la gestión; todas seguirían sus instrucciones, siendo su tienda y todo. Anz diseñaría el menú y decidiría qué platos ofrecer, aunque podían discutirlo entre ellas, Anz tenía la última palabra. Los demás ayudarían con la tienda y el orfanato. Después de cada seis días de trabajo, tenían un día libre, como en el Salón del Oso.

“Voy a ser responsable de las cosas…” murmuró Anz.

“Tiermina y yo te ayudaremos, así que no te preocupes”. Especialmente Tiermina, agregué internamente. Me pregunté si ella podría sentir eso de alguna manera. Su sonrisa parecía bastante… ¿forzada era la palabra correcta? Quizás diría anticipatorio en su lugar.

“Bueno”, dijo una de las mujeres, “Anz solo necesita cocinar como Deigha”.

“Está bien, haré lo que pueda”. Anz asintió diminutivamente.

“Anz, cuando hagas el menú, asegúrate de escribir la cantidad de cada ingrediente que necesites. Discutiremos los costos de almacenamiento y los precios de venta una vez que lo hayas hecho”.

“Sí, lo haré”, respondió Anz, luciendo serio.

“Además, y no haremos esto por un tiempo, pero debes decidir cuánto de cada artículo venderemos en un período de tiempo determinado. Si no nos damos cuenta de eso, causará problemas con nuestras existencias”.

“Por supuesto. Tendríamos un problema si compramos demasiado y los ingredientes se estropean”.

“¿Vas a adquirir los ingredientes, Tiermina?”

“Por ahora, al menos. Por supuesto, una vez que conozcan la ciudad y tengan un poco más de tiempo, pueden comenzar a manejarlo por su cuenta”.

“Está bien. En ese caso, me gustaría ver los ingredientes en persona. ¿Podrías decirme de qué tiendas vienen?”

“Sí”, dijo Tiermina. “Tengo algunos carniceros y tenderos para recomendar. Te los mostraré más tarde”.

“¡Muchas gracias!”

“¿Y nuestro trabajo?” Preguntó Seno, levantando un poco la mano.

“Aprenderán a cocinar la comida de Anz y la apoyarán. Sumarán las ventas, gestionarán los ingredientes, limpiarán la tienda… y supongo que también cuidarán de los huérfanos”. Mmm. ¿Algo más?

“¿Así que principalmente estamos ayudando a Anz?”

“Sí, no dejen que su trabajo se acumule”.

“Por supuesto que no lo haremos. Estamos aquí en Crimonia porque Anz accedió a traernos. No le causaremos problemas”.

“Gracias a todas”, dijo Anz alegremente. Miró a las mujeres mayores, con una mirada determinada en sus ojos. “Voy a dar todo lo que tengo”.

A partir de ahí, Tiermina explicó sus salarios y tal. Quiero decir, no tenía idea de cuál sería una tarifa justa. Todo lo que le había dicho a Tiermina era que pagara por encima del promedio; de ninguna manera quería que vinieran cazatalentos por mi gente.

Parece que Tiermina hizo bien esa parte, porque no recibió quejas. De hecho, nos preguntaron si realmente estábamos de acuerdo con pagar tanto. Aparentemente, generalmente se deducía dinero del salario de una persona cuando vivía en el lugar, pero yo le había dicho a Tiermina que no lo hiciera.

“¿Están realmente de acuerdo con esto?” pregunté. “Anz, no te arrepientas de haber dicho eso”.

“¿Por qué dirías algo tan aterrador?”

“Porque las habilidades culinarias que has desarrollado con tu padre son mucho mayores de lo que crees. No te subestimes a ti misma”.

No estaba bromeando. Probablemente nos inundarían después de que la gente probara su comida. Al menos, eso es lo que esperaba. Siempre existía la posibilidad de que la tienda fracasara. Pero la comida de Deigha, y la de Anz por extensión, era deliciosa. Probablemente estaría bien, siempre y cuando el boca a boca se difunda lo suficientemente rápido.

“La cocina de mi papá es excelente, pero mis habilidades aún están en desarrollo…”

“La comida que cocinaste fue increíblemente buena, Anz. Vamos, infla un poco el pecho. Ten algo de orgullo”.

“G-gracias. Voy a darlo todo”.

“Pero no vamos a aumentar su salario por un día solo porque las cosas estén agitadas por un tiempo”.

“Yo-yo entiendo.”

Todos se rieron, lo cual fue bueno porque eso había sido una mentira de mi parte. Planeaba aumentar su salario a medida que venderíamos más. Después de todo, necesitaba que Anz ahorrara una buena cantidad para su dote. Independientemente del tipo de hombre con el que se casara, tener dinero no sería un problema, incluso si eso la llevara a dejar su trabajo algún día.

A continuación, ¡diseño de interiores!

“Como pueden ver, las cosas están bastante estériles en este momento. ¿Por qué no deciden ustedes lo que quieren?” El interior de la tienda estaba vacío. Las sillas y la mesa de la sala de descanso que estábamos usando habían estado ahí desde el principio, pero no eran el tipo de muebles que usarías para una tienda.

Anz parpadeó. “¿Podemos decidir?”

“Es tu tienda, Anz. Hazlo como quieras. Una vez que se haya decidido, comuníquense con Tiermina y ella hará un pedido en la tienda de muebles. ¿O quizás los carpinteros? No lo sé, será una especie de comerciante”.

Tiermina suspiró. “Sabía que yo sería la que lo haría”.

Anz hizo una mueca.

Sonreí tímidamente. “De todos modos, si hay herramientas o lo que quieras para la cocina, asegúrate de mencionarlo también”.

“¡Oh! Traje mis herramientas de casa, pero no tengo suficientes para todos. Supongo que necesitaremos más”.

“Entonces sólo mira lo que necesitas. También puedes decirme qué platos y tazas les gustaría usar para servir la comida”.

“Um, ¿realmente puedo elegir los platos y cosas así?”

“Sí. Pero asegúrense de hablar con Tiermina sobre el costo”.

“¡Sí, Yuna!”

A partir de ahí, decidimos que Anz idearía el menú y dividiría los trabajos en los próximos días.

Con la tienda fuera del camino, cubrimos el orfanato a continuación. Le expliqué que los huérfanos se estaban ocupando de los kokekko y trabajaban en el Salón del Oso; los niños con ropa de oso, aclaré.

Neaf intervino en ese punto. “Yuna, ¿qué querías que hiciéramos de trabajo en el orfanato? ¿Debemos ayudar a los niños a cuidar de los pájaros?”

“Los niños tienen eso cubierto, así que me gustaría que cuidaran a los niños más pequeños y hagan otras tareas. Estoy segura de que los niños también ayudarán, pero ¿si pudieran hacer cosas como lavar la ropa, limpiar y cocinar? Hay tantos niños que realmente se lo están pasando realmente mal. Ah, y si tienn tiempo, me gustaría que les dieran algunas lecciones iniciales sobre lectura, escritura y aritmética”.

Los niños usaban su tiempo libre para estudiar, al menos, pero la directora no podía manejar la educación de cada uno de ellos por su cuenta. Si los niños no sabían leer ni escribir, algún día podrían ser estafados por un contrato. Si no podían hacer matemáticas, también podrían ser estafados en el futuro. No importa a dónde fueran los niños, necesitarían estas habilidades tanto para protegerse como para brindarles una gama más amplia de oportunidades.

“Eso parece inesperadamente agitado”, dijo Neaf. (Bueno, sí, la directora y Liz estaban haciendo el trabajo por su cuenta en este momento. Seguro que era un puñado). “Sí, con los niños, no tienes ni idea de lo que están pensando o de las travesuras que harán”. Se rio suavemente. Su mirada era distante. “Es un gran problema cuidar de ellos”.

Como si tuviera experiencia … Oh.

Algunas personas que se habían salvado de los bandidos habían perdido a sus hijos. Neaf podría haber sido una de esas personas. No se lo iba a preguntar, pero…

Terminamos de hablar y nos dirigimos al orfanato para presentar al grupo a los niños.