Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

DÍAS DESPUÉS de regresar de la capital, estaba holgazaneando. Ya sabes, cosas como aparecer en el gremio de aventureros; llevar a Fina, Shuri, Noa y mis osos a pasear; visitando a los osos en el árbol de la miel; simplemente disfrutando de este mundo de fantasía.

Así que ahí estaba yo, acostada en mi cama con mis osos desde la mañana. Podrías llamarme vaga.

Pero no tenía nada que hacer, ni nada que quisiera hacer. De vez en cuando, cuando terminaba con un tiempo libre como este, me moría por recuperar Internet y mis videojuegos. Este mundo era divertido, claro, pero no era un gran lugar para los pasatiempos, ¿sabes? mmm… Quizás podría reunir a los huérfanos e intentar montar un viejo juego de mesa con ellos. Otelo, shogi, ajedrez, serpientes y escaleras, jugar a las cartas… También podría haber encontrado más, si mi estómago no hubiera gruñido de repente.

Vaya, me olvidé de comer de nuevo . Había estado holgazaneando en mi cama todo el día sin ni siquiera desayunar. Decidí ir al Salón del Oso para arreglar eso.

De camino a la tienda, una cara familiar se me acercó.

“¿Qué? ¿Vas a salir?”

Cliff, amigo, ¡ni siquiera tienes guardia! Parecía que los aristócratas pensaban que podían salirse con las suyas sin guardaespaldas en este mundo. Noa también se escabullía y se paseaba por la ciudad sola todo el tiempo. El rey incluso se pasó por mi casa una vez, aunque creo que debió de ser solo esa vez. Es imposible que un rey normal se pasee solo, en este mundo o en cualquier otro.

¿Estaba Cliff realmente tan seguro o era muy imprudente? Esperaba que fuera lo primero. Los guardias locales buscaban delincuentes en la puerta, después de todo, y los veía patrullar todo el tiempo, así que tal vez las calles eran realmente seguras.

Aunque, en los mundos de fantasía de libros y juegos y esas cosas, los aristócratas y sus hijas siempre tenían montones de guardias. Sobre todo, las hijas. Y los guardias eran mega guapos, y luego la hija se enamoraba de alguno de ellos.

Noa, a pesar de ser hija de un aristócrata, no tenía ni un guardia tan guapo como esos. Supuse que darle a una jovencita un chico sexy para que la siguiera podría causar extraños rumores y estropear todo el asunto del feudalismo sobre el matrimonio.

Por supuesto, si Noa hubiera aparecido en un manga o una novela, probablemente habría vivido una vida rodeada de chicos atractivos.

“Tengo hambre”, le dije a Cliff, sacándome de mi análisis de los guardias guapos, “así que salgo a comer. ¿Y tú, Cliff?”

“Iba de camino a tu casa”.

“¿Mi casa?” Extraño. Claro, Noa venía mucho, pero Cliff rara vez pasaba en visitas domiciliarias. En su mayoría recibía mensajes de él a través de la criada de la familia, Lala, o de la propia Noa.

“Tenía algo que quería discutir contigo. En realidad, también me siento un poco hambriento, ¿puedo unirme a ti?”

“Realmente no me importa”. Y tampoco iba a decirle que no a un aristócrata.

Cliff y yo nos dirigimos juntos al Salón del Oso, a poca distancia de mi casa de osos.

No hubo mucha reacción de nadie en la tienda. Nadie nos miró mal ni nada. Si hubiera estado en la capital, por otro lado, sería todo “¡Ha venido un oso!” seguido de una conmoción y una mirada fija y la palabra “oso” y probablemente al menos una travesura. En esta tienda, sin embargo, no escuchaba nada por el estilo.

Venía aquí para comer con mi traje de oso todo el tiempo. Todos sabían que esta era mi tienda, y mi atuendo encajaba con los niños con sus chaquetas de oso, niños que estaban dando vueltas por el lugar en ese momento, de hecho.

Cliff y yo nos dirigimos al mostrador. Una chica con chaqueta de oso nos saludó. “¿Qué será, señora?”

Uhh, buena pregunta. Todo se veía bien. Finalmente, pedí dos hamburguesas (que eran los nuevos artículos de Morin), una porción de papas fritas y jugo. Cliff acaba de pedir lo mismo que yo.

Como regla general, pagaba cada vez que pasaba por el frente como cliente. Por eso empecé a sacar dinero, pero Cliff dijo que era por su cuenta.

“¿Estás seguro?”

“No te preocupes por eso”.

Después de recoger nuestro pedido, nos sentamos, yo a un lado, Cliff al otro.

“Entonces, ¿qué necesitabas de mí?” Cogí mis patatas fritas.

“No es algo que necesite de ti tanto como algo que necesito decirte. Las mejoras del túnel deberían completarse en unos días”.

“Genial. Ya era hora.” Me comí una de las nuevas hamburguesas de Morin.

Así que el lord feudal en persona había venido hasta aquí para decirme que el túnel estaba terminado.

“No tuvimos que modificarlo, pero necesitábamos vagones para poder andar dentro. También necesitábamos luces, una parada de descanso para los caballos y algo de preparación para los caminos circundantes. Nos llevó bastante tiempo”, explicó Cliff mientras comía sus papas fritas.

Lo suficientemente justo. Por eso había dejado las cosas del túnel a los expertos. Esto no era algo en lo que un profano como yo debería entrometerse. Daría un sello de goma a lo que fuera siempre que tuviera mi flujo seguro de mariscos.

“¿Entonces la gente de aquí podrá llegar a Mileela? ¿No será un problema?”

“Ya les llevábamos harina y otras necesidades, pero ahora las personas que no tengan una conexión formal con el pueblo podrán atravesar el túnel. De aquí en adelante, parte del peaje se transferirá a tu tarjeta de gremio, según nuestro acuerdo. Si quieres saber más, puedes preguntarle a Milaine”.

Cliff y Milaine habían traído un contrato a mi casa hace un tiempo. Había sido demasiado doloroso leerlo con atención, pero recordé que decía que los peajes se enviarían a mi tarjeta del gremio y que podría usar el túnel gratis. Eso se aplicaba a las personas que viajaran por el túnel conmigo también.

“¿Conseguiste instalar algunas posadas?”

“Dos hasta ahora, aunque eso puede no ser suficiente. Independientemente, el alcalde de Mileela y el gremio comercial se encargarán de eso. Les dije que me avisaran si no tenían suficientes personas. Debería estar bien.”

Realmente no sabríamos cómo resultarían las cosas hasta que el túnel estuviera abierto. ¿Cuántas personas viajarían por motivos de comercio, por ver el océano, trabajo o placer? Si hubiera una tonelada, dos posadas no serían suficientes para hospedarlos a todos. Por otro lado, si solo unas pocas personas usaban el túnel, estábamos listos.

Oh, si el túnel estaba terminado, ¿significaba esto que vería a Anz pronto? Le había pedido a Tiermina que me ayudara con Anz, pero las dos no se conocían. Teniendo en cuenta que había terminado mi trabajo en la capital, sería el momento perfecto para traerla.

“Bueno, la cocina de esta tienda es deliciosa”, dijo Cliff con una sonrisa. Siempre es bueno escuchar una crítica positiva de un aristócrata elegante, ¿eh? Por otra parte, secretamente le había estado dando el pan al rey sin decírselo a Morin. Este era un producto oficialmente aprobado por la realeza. Tenía que ser bueno.

Después de que le di a Morin una descripción vaga de lo que sabía sobre la elaboración de panes japoneses, ella utilizó sus propios conocimientos y experiencia para llevar a cabo las recetas, y todavía estaba investigando para hacer nuevas variedades.

¡Probablemente era la mejor panadería del reino!

Espera, nadie intentaría robarme a mi panadera ni nada, ¿verdad? Tal vez necesitaba darle un aumento a Morin, por si acaso …

“Bueno, me queda trabajo por hacer, así que me dirijo de regreso. Si necesitas preguntar sobre algo, pásate por mi casa”.

Cliff pidió un poco de pan antes de irse, posiblemente como un regalo para Noa.

Unos días después de que me enteré de las cosas del túnel por parte de Cliff, hubo un anuncio formal de la finalización del proyecto.

La mayoría de la gente conocía el túnel. Dada la tala de árboles, las obras viales y la matanza de monstruos, no era difícil armar las cosas. No hace falta decir que la gente del pueblo no pareció muy sorprendida. De hecho, estaban felices.

Pasaron unos días más y mientras caminaba por la ciudad, hubo una ligera conmoción.

¿Había pasado algo? No tenía nada mejor que hacer, así que me dirigí y encontré una tonelada de carruajes parados en la puerta del pueblo. A su alrededor, la multitud hablaba de Mileela. Los vagones iban entrando uno tras otro, transportando gente desde el puerto marítimo. Un hombre que parecía un comerciante estaba consultando con el guardia de la puerta sobre todo tipo de cosas.

¿Dónde podemos aparcar los carruajes?

¿Dónde está el gremio comercial?

¿Qué posada me recomiendas?

El guardia respondió cortésmente a cada pregunta.

Mientras observaba, la gente empezó a dejar sus carruajes. Resultó que habían sido empaquetados bastante apretados, ya que una tonelada absoluta de ellos se derramó. Entre ellos había una dama de aspecto familiar que, después de todo este tiempo, no parecía ni remotamente relacionada con Deigha Kong.

Definitivamente era Anz. No esperaba que viniera tan pronto como el túnel estuviera terminado. Cuatro mujeres estaban a su lado. Probablemente de las que me había hablado.

Estaban mirando alrededor del lugar, pareciendo chicas de campo totalmente fuera de su elemento. Me acerqué, tratando de evitar que me notaran. Mis zapatos de oso estaban lo suficientemente silenciosos para el acercamiento sigiloso.

Pero no, Anz se dio la vuelta y me miró directamente.

“¡Srta. Yuna!” Anz gritó vertiginosamente, corriendo hacia mí. Esperaba sorprenderla, pero fallé. ¿Qué me delató?

“Me sorprende que te hayas fijado en mí”.

“Quiero decir, si todos los que están cerca dicen: ‘Aquí hay un oso’, ‘Hay un oso’, entonces creo que es una, suposición justa”.

Sí, la gente de Mileela y Crimonia me miraba. Uf, este engranaje de oso estaba totalmente desequilibrado. Incluso si nadie podía escuchar mis pasos, mi apariencia era un claro indicio.

“Srta. Yuna, no saliste a darnos la bienvenida, ¿verdad?”

Habíamos quedado en encontrarnos en el orfanato. “No, solo una coincidencia. Estaba caminando y vi la conmoción. ¿Pero pensé que el túnel acababa de abrirse? No pensé que vendrías tan pronto”.

“Había tantas reservas de carruajes a Crimonia que no pudimos conseguir una al principio, pero el gremio comercial se acercó para darnos prioridad”.

“¿Ah sí?”

“¡Sí! Es la forma que tiene Jeremo de mostrar su agradecimiento. A cambio, nos dijo que habláramos de Mileela por aquí. En cuanto a mi trabajo, lo espero con ansias: ¡Permítame asegurarle que me ganaré el sustento!” Anz me sonrió.

Seguro que era linda. En vez de eso, dirígele esa sonrisa a un chico apuesto para que Deigha pueda conseguir un yerno rápido. Era linda y sabía cocinar perfectamente; honestamente, no podía entender por qué seguía soltera. No tenía novio, debía ser eso.

Probablemente sea culpa de Deigha. Me había pedido que le consiguiera un prometido a Anz … ¿Quizás eso sería mucho más rápido sin él cerca?

“¡Bueno, Crimonia es tan grande! Siento que podría perderme”. Anz miró hacia la ciudad. Realmente era mucho más grande que Mileela y también más poblada.

Mientras hablábamos, las mujeres detrás de Anz nos miraron. Una de ellas tiró de la ropa de Anz. “Anz, no nos has olvidado, ¿verdad?”

“¿No nos presentas a la niña Teddy?”

Las otras mujeres asintieron. Espera … ¿Teddy?

“Oh, lo siento. Srta. Yuna, estas son las mujeres de las que le hablé el otro día. Ellas ayudarán con la tienda”.

Bien, estas eran las cuatro mujeres de las que había oído hablar. Tenían entre veinte y veinticinco años … si no habían envejecido tan bien como Ellelaura.

“¿Podemos llamarte Yuna? ¿O tal vez Srta. Yuna es mejor, ya que estaremos a su cuidado a partir de ahora?”

“Puedes llamarme como quieras excepto por ‘Teddy’“, dije, mirando a la mujer que me había llamado así. Llevaba el pelo recogido detrás de la cabeza.

“Aww, pero creo que Teddy es tan lindo”.

¿Lindo? Me hizo sentir como un animal de peluche, ¡o tal vez como un cachorro de oso desaliñado! No, no me gustó. “Bajo mi autoridad como pequeña mujer de negocios, lo prohíbo”.

“¿Una pequeña empresaria…?” (La miré.) “Uh, está bien. ¿Entonces podemos llamarte Yuna?”

Asentí. Si alguien la oye llamarme por mi nombre real, otros podrían copiarla. Podría lidiar con “Chica oso”. Me había ganado un poco la vida con Chica oso. ¿Pero Teddy? No. Tuve que ponerle mi traje a Teddy.

“En ese caso, también te llamaré Yuna”.

Cada una se presentó. La más vieja era Neaf. Ella era encantadora y tenía una sonrisa magnánima. La más joven (y la criminal “Teddy”) era Seno. Parecía tener unos veinte años. Luego estaba Forne. Ella emitía vibraciones de hermana mayor para Anz y Seno. Por último, estaba Bettle. Su cabello estaba meticulosamente recortado y parecía que hablaba en serio.

“¿Estás segura de que estás bien con todo esto?” preguntó Neaf. “No te estamos molestando, ¿verdad?”

“No, en absoluto. Creo que Anz probablemente ya se los dijo, pero son un salvavidas. No conozco a nadie que sepa preparar mariscos”. Había ríos por aquí, pero no océano ni ingredientes con los que aprender.

“¿El trabajo es solo preparar pescado y cocinar?”

“Principalmente eso, sí, aunque sería mucho trabajo para Anz si tuviera que almacenar y administrar los ingredientes y administrar el dinero”. Es posible que también deban hacer otras cosas. Había estado pensando en pedirle ayuda a Tiermina, pero estaba ocupada. Todo esto era un poco culpa mía, así que quería que Anz y los demás administraran la tienda tanto como pudieran por sí mismas.

“Anz, contamos contigo para que nos enseñes”.

Anz se sonrojó. “Sin embargo, todo esto también es nuevo para mí”.

Negué con la cabeza. “Al menos tenemos a alguien que sabe mucho sobre cómo abastecerse de ingredientes y administrar el dinero, por lo que pueden consultarla al principio”. De acuerdo, le pedire a Tiermina un poco de ayuda cuando comencemos aquí. Ella sabía más sobre dónde conseguir verduras y esas cosas y también cómo hacer el balance de los libros. “De todos modos, hablemos de negocios mañana. Todas deben estar cansadas ​​de su viaje en el carruaje, ¿verdad?”

“Um, Srta. Yuna, ¿podría recomendarnos una posada barata?”

“¿Una posada?”

“Creo que tendremos que conseguir una posada rápidamente u otras personas arrebatarán las habitaciones. Nos quedaremos allí por ahora, luego podremos encontrar un lugar para vivir mañana”.

“No necesitan hacer eso. Pueden vivir encima de la tienda; es bastante espacioso”.

“¿Sobre la tienda?”

“Sí, probablemente facilitaría la apertura de la tienda, ¿verdad?” Tendrían un viaje diario de cero minutos. Era una propiedad inmobiliaria excelente: ir entre la tienda y la casa era fácil, y podrían descansar de inmediato si se cansaban del trabajo. “Pueden utilizar los ingredientes de la tienda para sus comidas, por lo que el alojamiento y la comida básica son gratuitas. De todos modos, pueden hablarlo juntas y averiguar qué les gustaría hacer”.

Sobre todo, solo quería alejarme de la multitud. Las miradas que había estado recibiendo sin parar desde mi llegada comenzaban a doler. En particular, había muchos ojos puestos en mí por parte de los Mileelanios. Sería una molestia si alguno de ellos intentara iniciar una conversación, así que tomé el grupo de Anz y me fui.