Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

AL DÍA SIGUIENTE, los cuatro estudiantes todavía parecían tener sueño. ¿Supongo que no se habían recuperado de su cansancio?

“Cargamos el carruaje con las mercancías”, le explicó el jefe de la aldea a Maricks.

Miré a Shia. “¿Mercancías?”

“Las mercancías que vamos a llevar del pueblo a la capital esta vez. Creo que es la tela y el hilo que recibiste ayer”.

Correcto. Productos especiales. ¡Hurra!

Una vez que el jefe de la aldea terminó de hablar con Maricks, el anciano se acercó a mí. “Srta. Yuna, gracias por todo”.

“Ya me agradeciste mucho durante la comida de ayer”.

“Sí, pero …” El jefe de la aldea pareció dudar, pero también pareció darse cuenta de que no quedaba mucho que decir. “Si alguna vez estás en la zona, pasa por aquí. Sera siempre bienvenida.”

El jefe y los aldeanos nos despidieron mientras nuestro carruaje partía hacia la capital. El carruaje nos empujó al salir del pueblo.

“Aun así”, reflexionó Cattleya, “nunca pensé que terminaríamos metiéndonos en un lío así”.

“Lo siento”, dijo Maricks desde la parte delantera del carruaje.

“No fue realmente tu culpa, Maricks. Todos decidimos salvar a los aldeanos”, dijo Timol.

“Eso es correcto”, dijo Shia.

“No fuiste el único culpable”, agregó Cattleya.

“Um”, murmuró Maricks. “Gracias chicos.”

La energía era tan extraña que todos no pudieron evitar romper a reír -todos, desde nosotros en la parte de atrás hasta todos los de adelante, Maricks incluido. Sí. ¿Saben qué? Este era un buen grupo.

“Pero, Yuna … vas a informar lo que pasó, ¿no es así?” Preguntó Maricks.

“Bueno, ese es mi trabajo”.

Cattleya se encogió. “Noooo. Definitivamente nos deducirán puntos”.

Me encogí de hombros. “No hay forma de evitarlo”.

Timol asintió. “Eso es correcto. Es fundamental saber cuándo rendirse. No creo que nos hayamos equivocado en lo que hicimos. Tampoco creo que salvar a los aldeanos haya sido un error. Sin embargo, no buscamos instrucciones de Yuna, la aventurera, lo cual estuvo mal de nuestra parte”.

“¿Supongo que sí? Pero en ese momento no pensamos que fuera una aventurera tan asombrosa… “

“¡Shia también se equivocó!” Maricks gimió. “¿No es así? Callando y esas cosas.”

“Ya te lo dije, eso era parte de mi prueba. Y gracias a ustedes, definitivamente estoy perdiendo toneladas de puntos”.

Todos suspiraron.

“Ugh, está bien. A quién le importa.”

“Sí. Los aldeanos se salvaron, nadie resultó herido… digamos que esto estuvo bien”.

“Todo gracias a Yuna”.

Mmm. Pero si fuera profesora, ¿cómo calificaría esto?

No habían abandonado a la gente en problemas. Eso era una ventaja.

Se habían puesto en peligro a pesar de que no eran aventureros. Eso fue un inconveniente… O espera, ¿tal vez debería haberlos detenido antes de que se metieran en ese lío?

Pero me habían dicho que les dejara hacer lo que quisieran si no pensaba que era peligroso. Pensé que no sería un problema si solo fueran goblins. No esperaba el tigre negro o los cien lobos.

Todo este asunto de los mandos intermedios no era para mí.

Después de eso, el carruaje siguió avanzando y comimos pan del pueblo para el almuerzo. Sin embargo, el pan de Morin era definitivamente mejor. Había algo diferente en él. No es que el del pueblo fuera malo, pero el pan de Morin era otra cosa. Cuando terminé de comer, me sentí un poco insatisfecha, así que saqué pudín para el postre. Tenía que completar mi azúcar.

Empecé a comer el pudín.

“Yuna, ¿estás comiendo pudín sola?” Los agudos ojos de Shia me vieron.

“¿Tú también quieres un poco?”

“¿Compartirías?”

Asentí con la cabeza, saqué más pudín de mi almacén de osos y se lo di a Shia.

“Muchas gracias”, dijo Shia y se enfrascó. “Oh, está delicioso”.

Mientras Shia y yo comíamos pudín, Cattleya nos miró en estado de shock.

“Y-Yuna, Shia, es… es eso…”

“Es pudín. ¿Sabes lo que es?”

Tomé una cucharada, se la mostré a Cattleya por un momento y me la metí en la boca. Delicioso.

“¿Sé lo que es?” Cattleya repitió, sorprendida. “Era un plato servido en el banquete de celebración del cumpleaños del rey…”

Oh, cierto, recordé lo que Noa había dicho sobre ese asunto. El salón se había vuelto loco en el banquete cuando salió el pudín. Lo había olvidado por completo. “Cattleya, ¿asististe al banquete?”

“Sí. Todavía no he olvidado lo conmovida que estaba cuando me lo comí”. Sus ojos se llenaron de lágrimas, eh. El pudín. “Yuna, ¿por qué tienes ese pudín?”

Mmm. Podría esconderlo, pero… Por otra parte, lo estaba vendiendo en Crimonia estos días, y la gente sabía que estaba conectado conmigo debido a todas las decoraciones de osos. Este barco de pudin había zarpado.

“Yuna hizo este pudín”, respondió Shia antes de que pudiera.

“¡¿E-en serio?! ¡¿Eres… eres el chef fantasma del pudín legendario?!”

“¿Creo?”

¿Legendario? ¿Chef fantasma?

“¿Sabías sobre esto, Shia? El rey no le dijo a nadie quién lo hizo”.

“Yuna me invitó a algunos antes del banquete”.

Ah, sí, y habíamos comido algo de pizza juntas. No había sido hace tanto tiempo, pero se sentía nostálgico. Mientras tanto, Cattleya seguía mirando el pudín que sostenía.

“Umm, ¿quieres un poco también, Cattleya?” Saqué una porción para ella.

“¿Estas segura?” Cattleya susurró. “El pudín, yo … bueno, tú … pero … oh, muchas gracias.” Cattleya inmediatamente se puso a comer. “Ahh, este es el sabor. Es tan injusto que lo hayas comido varias veces, Shia”.

“Bueno, ¿sabes qué es aún más injusto? Mi hermana.”

“¿A qué te refieres?”

“Cualquiera en Crimonia puede comprar pudín en la tienda de Yuna, así que mi hermana Noa va constantemente a comer”.

Cierto. Noa incluso se escapaba de la casa para comer a veces. Su doncella, Lala, siempre estaba irritada por eso.

“¿Yuna tiene una tienda?”

“Sí. La tienda de Yuna está en Crimonia. Además de eso, vende este pudín a un precio que incluso los plebeyos pueden pagar. Es muy popular”.

“La legendaria cocina que se sirve en el propio banquete del rey… se vende en una tienda normal”. Cattleya parecía estupefacta mientras miraba el pudín y a mí, como si estuviera sirviendo trozos de la Mesa Redonda o algo así. “¿Una tienda? Pero pensé que Yuna era una aventurera”.

“Sí, pero supongo que se podría decir que soy la propietaria de la tienda. Encomendé la gestión de la tienda a otros”. De vez en cuando, se me ocurría una nueva idea para el pan y le pedía a Morin que preparara algo delicioso, pero eso era todo.

“Veo. Si voy a Crimonia, puedo comer todo el pudín que quiera…”

Teníamos límites, así que no era exactamente un buffet, pero …

Shia asintió. “Por eso quiero regresar pronto a Crimonia”.

“Oh, cuando hagas eso, por favor llévame contigo”.

Mientras las chicas charlábamos, noté que Maricks y Timol miraban en nuestra dirección. Parecía que estaban interesados. Como no había manera de evitarlo, también les di pudín.