Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

REALMENTE TENÍA que rendirme. Quería que la piel negra estuviera impecable, pero parecía que tenía que resignarme a dañarla un poco.

El tigre negro era ágil y tenía una gran aptitud para percibir la magia. No me dejaba usar el golpe de bungee inalámbrico por segunda vez, y ahora podía esquivar sin esfuerzo mi magia de viento como una especie de caballero del zodíaco de anime o algo así; que este mismo ataque no funcionará dos veces no era lo que yo esperaba. Era un tigre, por el amor de Dios.

Saqué una espada de mi almacén de osos.

“Esquiva esto”, murmuré.

El tigre negro zigzagueó hacia adelante y me atacó con sus afilados colmillos. Debería haberlo esquivado, pero no pensé en ello; bloqueé en su lugar, y la fuerza me envió deslizándome por el suelo hasta que estuvo a horcajadas sobre mí. Me golpeó con sus enormes mandíbulas. Seguí bloqueando. Mordió la hoja con horribles y pequeños ruidos de clic.

Doblé las piernas y pateé el abdomen del tigre con todas mis fuerzas. Voló alto en el aire, giró y, ¡zas !, el gato aterrizó de pie.

Transferí la espada a mi mano izquierda. Tenía que tener la mano derecha preparada para el lanzamiento de hechizos.

El tigre negro me rodeó lentamente. Inspeccionando. Esta cosa no me había confundido con un oso real, ¿verdad? Tenía que saber a estas alturas que no sabría nada bien, ¿verdad?

Supongo que estaríamos de acuerdo en no estar de acuerdo; cerró la distancia entre nosotros poco a poco.

El tigre negro tampoco me estaba lanzando ningún golpe fatal. Tal vez se estaba poniendo enojado por eso, porque había escuchado un gruñido bajo que salía de su boca ensangrentada por un tiempo. Enseñó los dientes, con aspecto lívido.

Si no hubiera tenido mi equipo de oso crack, habría sido aterrador. Con mi equipo de oso y mi magia, me sentí segura, pero podía imaginarme en pánico de otra manera. De hecho, no habría estado aquí para empezar.

En el momento en que el tigre negro rodeo mi espalda, saltó. No me había dado la vuelta porque eso habría provocado uno de los ataques habituales. Cuando me volví, sus enormes fauces intentaban atravesarme.

Apuñalé la boca del tigre negro con la espada que sostenía en mi títere de oso blanco en mi mano izquierda. El tigre negro mordió la espada. En el momento en que empujé la espada hacia adelante, se partió por la mitad.

Tonterías. Después de todo, era solo una espada de hierro normal contra los colmillos de un tigre negro.

El tigre negro me atacó con sus afilados colmillos. Inmediatamente me protegí con la marioneta del oso blanco. El tigre negro mordió directamente.

Ow, ow, ow … ow? Oh. No dolió.

El tigre negro babeó mientras mordía la marioneta del oso blanco, pero no me dolió. Me encanta el equipo rompedor de juegos.

Obligué a mi títere de oso blanco a bajar por la garganta del tigre mientras me mordía, reuní magia de fuego y la envié dentro de su boca.

La llama quemó la garganta, los pulmones y los órganos internos del tigre negro; ese tigre debió haber estado ardiendo intensamente, pero valió la pena. “A veces hay que perder la batalla para ganar la guerra”, después de todo. No es que … realmente hubiera perdido ninguna batalla. O haya sido herida. Entonces … más como “¿No perdiste la batalla y ganaste la guerra?” Por supuesto.

La mandíbula del tigre negro se aflojó y se inclinó sobre mí mientras colapsaba. No era pesado, pero se sentía pesado. Moví el tigre negro hacia un lado. Golpeó el suelo.

Limpio.

“¡Yuna!” Escuché que alguien me llamaba por mi nombre. Miré de dónde venía la voz: Shia venía corriendo, luciendo preocupada. “Yuna, ¿estás bien?”

“Se acabó. Por fin.” Me contuve, pero esa cosa había sido difícil. Sin embargo, ahora tenía la piel negra. Haría que Fina lo cosechara cuando regresara.

“Simplemente no puedo creerlo”, dijo Cattleya. “¿Has derrotado a ese tigre negro tú sola?”

Shia, Cattleya, Maricks, Timol, Garan y los demás se me unieron. Kumayuru y Kumakyu, que habían sido sus guardias, fueron los últimos. Parecía que habían protegido a todos, tal como les pedí.

“Gracias por hacer su trabajo, muchachos”. Acaricié suavemente los cuellos de Kumayuru y Kumakyu.

Todos los demás miraban al tigre negro muerto en el suelo con incredulidad.

“¿Está realmente muerto?”

“No puedo creerlo”.

“No hemos terminado todavía”.

Había lobos por todos lados, no solo uno o dos de ellos. Estábamos rodeados por más de cien. Había escuchado a un lobo aullar varias veces mientras luchaba contra el tigre negro. Probablemente habían estado llamando a más amigos. Pensé que los lobos se escabullirían cuando derrotara al tigre negro, pero se habían reunido aún más.

“Yuna, los lobos …” Shia los miró con ansiedad. Los lobos emergieron de las sombras de los árboles, uno por uno …

“Hay tantos”, dijo Cattleya.

“Kumayuru, Kumakyu, cuiden de todos por un poco más”.

“¿Yuna?”

“Tengo un poco más de trabajo por hacer”.

“En ese caso”, dijo Maricks, “déjenos ayudar. Podemos matar lobos”.

“Te meterás en el camino”.

“N-no haríamos …”

“Si te interpones en el camino, haré que Kumayuru y Kumakyu te detengan”. Ante eso, mis osos canturrearon y se dirigieron hacia Maricks. “Si hace un movimiento, simplemente siéntense sobre él o algo así”.

Y salí corriendo para enfrentarme a la manada de lobos por mi cuenta.

Matar a los lobos fue una pelea desigual, a mi favor, obviamente. Los aterrice y se sintió bien. Cuando disparaba magia, daba en el blanco. Mientras atacaba, la cantidad de lobos disminuyó constantemente. Maté a los lobos en menos tiempo del que me había llevado derrotar al tigre negro.

“Y eso es todo. No más monstruos. Pueden venir ahora, si quieren”.

Maricks me miraba en silencio como si quisiera decir algo.

“¿Qué?”

“N-nos salvaste. Gracias” Maricks se atragantó con sus palabras.

“Sí, lo hiciste”, dijo Cattleya. “Muchas gracias, Yuna. Gracias a ti, estamos a salvo”.

“Yuna, muchas gracias”, dijo Shia.

“Um, gracias”, dijo finalmente Timol.

Garan miró a su alrededor con incredulidad. “Um, gracias. Gewn y Geld están a salvo gracias a ti”.

“Bueno, era mi trabajo proteger a estos niños”. Los miré. Sí, estaban bien.

Maricks parecía querer decir algo, como de costumbre, pero mantuvo la boca firmemente cerrada. Probablemente estaba sintiendo algunas emociones complejas después de ser salvado por mí, dado que estaba convencido de que no era una verdadera aventurera. Incluso se había burlado de mí. ¡Constantemente!

Bueno, que sea una experiencia de aprendizaje: no puedes juzgar un libro (¿oso?) Por su portada.

Guardé el tigre negro y los lobos en mi almacén de osos y me preparé para el viaje de regreso. Bueno, lo llamé preparación, pero estábamos limpiando a los goblins que Maricks y los demás habían matado. También nos aseguramos de sacar las gemas de maná como prueba de su asesinato. Shia y los otros estudiantes fueron los que quitaron las gemas, para que pudieran adquirir un poco de experiencia.

Además, puede que les haya dicho o no que estaba cansada y que solo quería mirar.

Íbamos a regresar al pueblo cuando Garan se acercó.

“Um, ¿puedo pedir algo?” me preguntó con cierta dificultad. “Hay un nido de gusanos de seda cerca de aquí. ¿Podríamos comprobarlo? El nido es muy importante para el pueblo. Por favor.” Garan se inclinó profundamente.

Estaba bien, ya que no había monstruos alrededor, pero no podía culparlo por estar ansioso después de limpiar un centenar de monstruos. “Está bien para mí, pero ¿puedes preguntarles a los estudiantes también? Como dije antes, vine aquí para protegerlos”.

Garan y los demás miraron a los estudiantes, pero Maricks estaba demasiado melancólico para hablar. Shia me preguntó en lugar de Maricks: “Yuna, no hay nada peligroso por aquí, ¿verdad?”

“No lo hay. Sabes que te protegería.”.

Shia sonrió. “Lo se. Vamos.”

Cattleya y Timol estuvieron de acuerdo. Finalmente, Maricks respondió con recato: “Está bien”.

Con eso, nos dirigimos hacia el nido de gusanos de seda.

Como ya no necesitaba esconderlos, monté en Kumayuru. Shia y Cattleya parecían celosas. “¿Qué, chicas, quieren montar a Kumakyu?”

“¿De verdad?”

“¿Podemos?”

Las dos felizmente montaron a Kumakyu. Maricks y Timol también miraron con celos, pero, lamentablemente, ya estábamos al máximo.

Llegamos al nido de gusanos de seda con la guía del grupo de Garan. Parecía que los gusanos de seda de este mundo eran monstruos. Sus señales se mostraron buenas y fuertes en mi habilidad de detección.

Entonces, algo inesperado apareció justo frente a mis ojos: gusanos de seda de un metro de largo que se arrastraban por el suelo.

“Gracias a dios. Están a salvo”. El grupo de Garan se les acercó felizmente. Los gusanos de seda masticaban hojas como si nada hubiera pasado.

Miré a mi alrededor, pero no vi ningún daño; no habían sido atacados. El tigre negro no se había detenido aquí o no estaba loco por comer insectos. De todos modos, los gusanos de seda estaban ilesos.

Y nauseabundos.

No podía lidiar con monstruos de tipo insecto, ni en el juego ni en la vida real. Siendo una ermitaña criada en la ciudad, no era como si hubiera visto bichos con demasiada frecuencia, así que … no era una fan. Y estos bichos eran del tamaño de un humano y se movían. Argh, era casi traumatizante.

Realmente me hizo retroceder. Mira, mientras jugaba, hubo un evento secreto. Se había llamado “Exterminemos las cucarachas”.

Cuando comenzó el evento, convirtió el juego en un infierno viviente. Me desconecté en el momento en que los vi y todavía tuve pesadillas durante días. Imagínense cucarachas de tamaño humano correteando. El ápice del terror. El evento se canceló de inmediato y distribuyeron artículos para disculparse.

Hubo algunos jugadores que elogiaron al personal por hacer que se vieran sorprendentemente realistas, ¡pero no puedes hacer que cosas así parezcan reales! ¡Es inmoral! ¡Irresponsable! Y lo que es más importante, me puso la piel de gallina.

No. Ahora conocía mi límite y mi límite eran los bichos.

Por supuesto, los gusanos de seda se movían más lentamente que las cucarachas y no me atacaron, por lo que no me darían pesadillas, pero, aun así. Demasiado grandes. No, gracias.

Aparté la vista de los gusanos de seda y miré los capullos. También eran grandes. Los gusanos de seda eran enormes, por lo que los capullos también eran descomunales. ¡Hurra! Había resuelto un misterio que no quería resolver.

Una vez que confirmamos que los gusanos de seda estaban a salvo, regresamos al pueblo.