Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

LOS GOBLINS GOLPEABAN el cobertizo. Se estaba rompiendo en algunos lugares, pero aún aguantaba, aunque a duras penas. Los goblins estaban tan concentrados en entrar en el cobertizo que no se dieron cuenta de Maricks y los demás. Estábamos viendo una docena de goblins en total.

Maricks, Shia y Cattleya derrotaron a tres con su primer golpe. No hace falta decir que los otros goblins se dieron cuenta.

Timol lanzó magia de llamas, se dispersaron y dos de los goblins fueron directamente hacia él.

“¡Cattleya!” Llamó Maricks. “¡Cubre a Timol!”

“Si hago eso, ¿qué hay de ti?”

Correcto. Si Cattleya se dirigía a Timol, Maricks y Shia tendrían que enfrentarse a siete goblins por sí mismos.

“Estaré bien.” Timol lanzó más magia.

“¡Shia! Cattleya! Los eliminaremos rápido”.

“¡Entendido!”

“¡Muy bien!”

Maricks blandió su espada mientras Shia y Cattleya usaban sus espadas y magia para acabar con los goblins. Tal como había dicho, Timol se enfrentó a los dos duendes, pero uno de ellos se abalanzo sobre Garan y yo.

“¡Cuidado, señorita!” Garan trató de ponerse frente a mí, pero le corté la cabeza al goblin con magia de viento. Garan pareció sorprendido.

Aparecieron otros cinco goblins, pero no hubo problema: el ataque sorpresa había funcionado y los goblins eran tan buenos como el polvo.

“¿Ya está?”

“Parece ser.”

Después de que Garan confirmó que los goblins se habían ido, gritó en el cobertizo: “¡Gewn! ¡Geld!”

Dos hombres salieron del maltrecho cobertizo, sombríos y cautelosos. “¿Eres tú, Garan?”

“Ya está bien. Los estudiantes de la capital derrotaron a los duendes. Llegamos a tiempo”.

Los tres se abrazaron, felices de estar a salvo.

“Nos salvaron. Gracias”, dijo Gewn a Maricks y al grupo, mientras los demás asentían con la cabeza.

“¿Pero por qué aparecerían los goblins aquí?” preguntó Maricks.

“No sé. ¿Quizás le pasó algo a su nido?”

El escenario más probable era que huyeran de los aventureros que intentaban aniquilarlos. Eso, o un monstruo aún más fuerte, los había expulsado de su guarida.

Mientras pensaba en eso, escuché un aullido proveniente de las profundidades del bosque. Kumayuru y Kumakyu prácticamente aullaron al oírlo: “¡cwoom!”

Ante eso, Shia me miró. “¿Yuna?”

Invoqué mi habilidad de detección y …

¡¿Eh?! Eso fue rápido. La señal apenas había entrado en el rango de mi habilidad de detección, pero ya venía hacia nosotros a una velocidad increíble.

“Todos, estamos corriendo”, comencé antes de contenerme. “No, es demasiado tarde para correr”.

En un instante, decenas de lobos nos rodearon. Pero podría lidiar con ellos. La palabra clave era “yo”. Pero con tantos puntos ciegos en el bosque y tanta gente a la que proteger…

No había tiempo para pensar. Los monstruos que podía sentir con mi detección prácticamente volaban hacia nosotros. A punto de aparecer y …

“¡Todos, aléjense del cobertizo!” Grité.

“¿Yuna?” gritó Shia, y …

Ante nuestros ojos, todo el cobertizo se hizo añicos.

“¡¿Qué fue eso?!” Gritó Maricks.

Se escabulló de detrás del cobertizo destruido con una gracia mortal: un tigre gigantesco con una piel de color negro azabache.

“¿Por qué habría algo así aquí?” Shia susurró, con la voz quebrada.

“No hay manera”, murmuró Maricks.

Debe haber sido como una pesadilla para ellos. Irreal. Esta bestia de color negro azabache que era incluso más grande que mis osos en tamaño completo. Saltó sobre los cadáveres frescos de duendes, abrió sus fauces abiertas y clavó sus colmillos afilados como navajas.

“Un tigre negro …” susurró Shia.

El tigre negro desgarró a los goblins con sus afiladas garras, aullando con sus fauces empapadas de sangre.

Estábamos rodeados de lobos. Un mal movimiento y estarían encima de nosotros, muchos de ellos ahora, más de un centenar en las sombras crujientes. Y el tigre negro había sido demasiado rápido. Ni siquiera había tardado un minuto en aparecer después de que Kumayuru y Kumakyu reaccionaron, y apenas lo había visto con mi habilidad de detección antes de que estuviera aquí.

“¿Por qué hay un monstruo así en un lugar como este?” Maricks susurró con voz ronca.

Nadie pudo responder a esa pregunta. Todo el mundo solo podía ver al tigre negro mientras devoraba el banquete que le habíamos preparado.

“Nosotros, um”, tartamudeó Maricks. “Tenemos que escapar ahora”.

“No puedes moverte”, siseé; en el momento en que Maricks se movió, aunque fue levemente, la nariz del tigre negro se movió. Olfateó en nuestra dirección.

Era sólo cuestión de tiempo hasta que decidiera que éramos una presa.

“Maricks…” susurró Timol.

“¿Qué hacemos?” Cattleya gimió.

Después de todo, era el líder del grupo, pero bueno, no parecía justo contar con él en este momento. Él era un estudiante. Todos lo eran.

No tenía elección. Tenía que ser yo.

Si no derrotaba al tigre negro y los lobos aquí, habría pérdidas en la aldea. Incluso si escapáramos al pueblo, llevaríamos al tigre negro y cien lobos con nosotros. No se sabía cuántos aldeanos morirían. Habría mujeres y niños que no podrían luchar contra ellos… No, tenía que ser aquí.

Mientras trataba de explicar eso, Maricks tragó saliva. Luego pareció que había decidido algo. “Yo-yo seré un señuelo”, dijo con un trago. “Escapen mientras tanto”.

“¡¿Maricks?!” Un montón de susurros de sorpresa en ese momento. Estaba tan sorprendida como todos los demás.

“Yo soy el que dijo que vendríamos aquí”, dijo. “Esta es mi responsabilidad”.

“Decidimos esto como grupo”, dijo Shia. “No fuiste solo tú”.

Todos asintieron. Maricks hizo una mueca. “Pero todos morirán a este ritmo”. El tigre negro todavía estaba festejando, pero estaba monitoreando sus alrededores. Si hiciéramos una ruptura, atacaría. “Les compraré algo de tiempo. Vamos.”

“¿Y si todos corremos?” preguntó Cattleya.

Maricks negó con la cabeza. “¿Crees que esa cosa nos va a dejar escapar?” Todos miraron al tigre negro devorando ávidamente a los duendes. No se veía bien. “Como dije, llévense a Garan y los demás. Vayan.”

Sí, finalmente era mi momento de intervenir como aventurera. Necesitaba asumir mi papel de escolta.

Y justo cuando estaba a punto de decir algo, Timol se me adelantó.

“Yo también me quedaré, Maricks”.

“Timol …”

“No puedo dejar morir a las chicas. Si los dos somos señuelos, eso debería ganarnos más tiempo. Sin embargo, no intentes ser mutilado antes que yo”.

“Timol, sé que estás tratando de actuar con calma, pero te tiemblan las manos”.

No solo la mano que Timol solía sostener con su bastón. Estaba temblando como gelatina por todas partes. “Ja. Deberías mirarte a ti mismo, Maricks”.

Se sonrieron el uno al otro, pero sus sonrisas eran débiles. Amigos hasta el final.

Y ahora yo, la chica con un traje de oso, tendría que meterme en esta escena seria y acabar con el drama por completo. Ups.

“Cuando ataquemos, corren. ¿Lo tienen?” Maricks les dijo a Shia y Cattleya.

“Maricks, Timol…” Cattleya se mordió el labio inferior.

Garan y los demás no sabían qué hacer. Ni siquiera podían decir nada.

La mano temblorosa de Shia apretó la mía. “Yuna”. Shia me miró, petrificada. Me volví hacia ella y sonreí.

“Timol, vámonos”, dijo Maricks.

“De acuerdo”. En el momento en que los dos se movieron, los agarré por el cuello con mis títeres de oso.

“¡¿Q-qué estás haciendo ?!” Maricks me miró sin comprender.

“Salvar tu vida, tonto. Estamos rodeados por más de cien lobos. Shia y los demás terminarán siendo comida de lobo o los llevarán de regreso a la aldea”.

Maricks dejó escapar un suspiro largo y derrotado. “Pero entonces…”

“Entonces hago mi trabajo. Ahora mismo.”

“¿Qué estás diciendo?”

“El aventurero se hace cargo. Voy a salvarlos a todos, ¿entiendes?”

“Pero no hay forma de que puedas ganar”, dijo.

Di un paso adelante. Maricks agarró mi ropa de oso. Lo sacudí. “Estaré bien, hombre”.

Volví a Kumayuru y Kumakyu a su tamaño original.

“Kumayuru, Kumakyu, protejan a todos”.

Ellos respondieron con un “cwoom” como si estuvieran diciendo, déjanoslo a nosotros. Aparte de Shia y yo, todos los demás se sorprendieron cuando vieron a mis osos en su tamaño completo, pero no hubo tiempo para explicar.

“Está bien, chicos, por favor manténganse cerca de Kumayuru y Kumakyu en todo momento. Estarán a salvo si están con ellos”.

“Yuna …” Shia me miró preocupada.

“Shia, cuida de todos”.

“Lo hare. Por favor, dale todo lo que tienes”.

Levanté mi mano en respuesta.

“Shia, ¿tú también?” Maricks miró de ella a mí. “¿Qué estas diciendo? Estás dejando que ese oso … “

“Maricks. Confía en Yuna aquí”.

“¡No hay forma de que pueda! Esto fue mi culpa”.

“Maricks. Confía en Yuna “.

Le confié a Maricks y los demás a Shia y me enfrenté al tigre negro por mi cuenta.

El tigre negro levantó su enorme cabeza del montón de carne de goblin. Me dirigió sus grandes ojos. Me observó.

Era mucho más grande de cerca, un tamaño o dos más grande que los Tiger wolves que había derrotado antes, y con una sonrisa dentada y llena de sangre.

Honestamente, se veía horrible. Debería haber tomado una página del libro de sus compañeros bestias Kumayuru y Kumakyu y sus adorables hocicos.

Parecía que el tigre negro decidió que yo era una presa porque, en un instante, aulló y saltó hacia mí, cerrando instantáneamente la brecha entre nosotros. Sus afilados colmillos rechinaron.

Di un paso a la derecha para evadirlo.

Eso fue rápido.

Más rápido que un Tiger wolve y más poderoso, pero yo era más fuerte de lo que había sido en ese entonces. Vencerlo no sería un problema. Se acabaría si lanzara un oso de fuego, pero …

Mira, esa piel negra habría sido chamuscada, y ¿dónde quedaría yo entonces? Me moría por una bonita alfombra negra de piel de tigre para mi casa, preferiblemente no carbonizada. Además, si usara una espada, eso le haría agujeros, y cortar con magia de viento también sería un desastre. Incluso la magia de hielo no serviría. ¿Supongo que el camino correcto a seguir era la asfixia a través de la magia del agua?

Tantas posibilidades. Oh, y supongo que estaba esquivando e intercambiando golpes y esas cosas. Era muy interesante.

Como experimento, intenté restringir sus movimientos con magia terrestre, pero era demasiado rápido para atraparlo. Esquivó todos los ataques provenientes del suelo.

¿Tal vez esto? Coincidí con la sincronización de los movimientos del tigre negro y soplé una ráfaga desde el suelo con magia de viento. El tigre negro sintió la fuerza que venía de abajo y saltó para evitarlo, pero la magia del viento lanzó al tigre negro hacia el cielo.

Mira eso: el gran tigre era un creador de tendencias ahora. Era el primer saltador de bungee inalámbrico del mundo.

El tigre negro giró en el aire, elevándose bastante alto en el cielo. No iba a alejarse ileso desde esa altura, pero se retorció y se tensó en el aire, posicionándose perfectamente, aterrizando con la gracia de un gato.

Tienes que estar bromeando. ¿Cayó sin un rasguño desde esa altura? ¿Sin huesos rotos ni nada? Puff.

Justo cuando el tigre negro aterrizó, se lanzó hacia mí. Creé un muro de tierra de inmediato para bloquear su camino, pero el tigre negro se movió a su alrededor. Calculé su momento, allí, y le di un puñetazo de oso justo entre sus ojos.

El tigre negro voló hacia atrás, cayó, se deslizó por el suelo, chocó con un árbol y se detuvo … Y se puso de pie como si nada hubiera pasado. Parecía que había rodado con el puñetazo justo cuando golpeaba.

Esta cosa era más fuerte de lo que pensaba.

Mmmm, matarlo mientras se mantuviese la piel en perfectas condiciones podría ser duro. Dado que era tan rápido, tampoco podría precisarlo con un golem. Si el golpe de bungee inalámbrico al menos hubiera dañado la cosa, eso lo habría hecho más fácil.

Me estaba poniendo un poco ansiosa ahora. ¿Cómo iba a mantener mi alfombra de tigre bonita, limpia y perfectamente simétrica?