Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

DESPUÉS DEL RECORRIDO al taller de hilo, nos reunimos con los niños que esperaban afuera. Cuando comenzamos a caminar de nuevo como grupo, escuché a alguien gritando cerca. Entonces Kumayuru y Kumakyu gritaron desde los brazos de Shia y Cattleya.

“¡Monstruos!” alguien gritó y todos se tensaron. Inmediatamente usé mi detección: había cinco señales de goblins y otras tres señales más lejos.

Se reunió una multitud. “¿Qué pasó?”

“¡Oh, jefe de la aldea, yo … aparecieron monstruos en los campos!”

“¿Sí? ¿De qué tipo? ¿Cuántos?”

“Goblins. Yo mismo vi tres de ellos”.

Equivocado. Cinco, más tres más lejos.

“Llévate a los hombres”, ordenó el jefe de la aldea.

“Nosotros también iremos”, dijo Maricks al jefe de la aldea.

“No, los estudiantes deberían entrar en la casa. Podemos encargarnos de tres goblins”.

Verifiqué de nuevo con mi habilidad de detección: ahora había ocho goblins, y tal vez habría más pronto. Cosas peligrosas …

“Shia”, grité suavemente.

“¿Qué pasa?”

“Hay ocho de ellos ahora. Te dejaré decidir. Si quieres, puedo ir allí”.

“No, iremos nosotros”.

“Pero esto no es parte de su formación práctica”.

“Si no hubieras dicho nada en este momento, hubiéramos regresado sin hacer nada”. Ella sacudió su cabeza. “No puedo hacer eso ahora”.

Shia me entregó a Kumayuru y se dirigió hacia Maricks y los demás.

“Hay más goblins ahora”, dijo, “así que nosotros también iremos”.

“¿Shia?”

“¿Shia?” Cattleya repitió.

Maricks y los demás se sorprendieron.

“¿Qué pasa, Maricks?” Shia espetó. “¿Esa espada es solo para mostrar? Timol, ¿por qué otra razón entrenas con tu magia? Cattleya… “

Cattleya asintió enérgicamente. “No digas una palabra más. ¿Cuál es el punto de tener tal poder si no protegemos a los débiles?” Me entregó a Kumakyu.

Maricks asintió, vigorizado. “Tienes razón. ¡Vamos!” rugió, y corrieron tras los guerreros de la aldea. El jefe de la aldea trató de detenerlos, pero los cuatro no escucharon.

Yo tampoco. ¿Qué opción tenía? Dejé a Kumayuru y Kumakyu y los perseguí.

Cuando llegué allí, los goblins y los aldeanos se estaban enfrentando.

Maricks ladró instrucciones, los cuatro se separaron y empezó. No es que hubiera mucho de qué hablar. Eran más que capaces de lidiar con ocho goblins. Al final, trabajaron con los aldeanos para eliminarlos.

Me hizo sentir un poco como una tercera (¿quinta?) Rueda, para ser honesta.

Como agradecimiento, los aldeanos nos obsequiaron un verdadero banquete de almuerzo.

“En esta ocasión”, dijo el jefe de la aldea, “nos gustaría agradecerles por derrotar a los monstruos. Gracias a ustedes, evitamos cualquier daño grave”.

“¿Los monstruos normalmente aparecen así cerca de la aldea?” pregunté.

“No. Los hemos visto más lejos en el bosque, pero nunca habían llegado al pueblo. Los monstruos no son tontos; no invaden un territorio poblado”.

“¿Pero los has visto dentro del bosque?”

“Sí. En mayor número, de hecho. Estábamos discutiendo si debíamos enviar una misión de matanza al gremio de aventureros”.

Mientras el jefe de la aldea hablaba, Timol, Cattleya y Shia miraron a Maricks por alguna razón.

Maricks parpadeó. “¿Qué?”

“Nada”, dijo Timol. “Solo que eres tú, Maricks, así que pensé que dirías, yo iré”.

“Sí”, dijo Shia, “tú dirías, déjamelo a mí”.

Cattleya asintió. “Estaba convencida de que soltarías que los matarías a todos”.

Maricks se encogió de hombros. “No están atacando, ¿sabes? Los goblins están simplemente relajándose cerca. No somos aventureros”.

Mmm. Por lo tanto, los goblins generalmente se establecían lejos de la civilización y no se metían en áreas pobladas. Estaba reflexionando sobre eso mientras todos hablaban y comían cuando la puerta se abrió.

“¡Pa!” Un hombre jadeó cuando irrumpió en la habitación.

“¡Garan! ¿Qué diablos te ha pasado? ¡Tenemos compañía, muchacho!”

“No hay tiempo para eso, papá. Los monstruos están llegando cerca de los nidos de gusanos de seda”.

“¿Qué dijiste?”

“Me escuchaste. Escapé, pero Gewn y Geld todavía están en el cobertizo”.

“¡¿Cuántos?!”

“Más de diez goblins, pero vi más de ellos en mi camino de regreso a la aldea. Esperamos veinte, tal vez más”.

“¿Goblins otra vez? ¿Qué está pasando?”

“Pa, ¿a qué te refieres de nuevo?”

“Los goblins aparecieron cerca de la aldea un poco antes. Los derrotamos, pero…” El jefe de la aldea se puso de pie. “¡Más importante aún, reúnan a los hombres! ¡Los salvaremos a todos, de inmediato!”

“Pero la mayoría de los hombres están trabajando. Nos llevará tiempo reunirlos … yo …”

Estábamos viendo el doble de goblins, tal vez más. Un grupo promedio de hombres podría no ser capaz sin un gran número de personas a su favor.

“Solo reúnan a quien pueda”, dijo Kaboss. “Podemos hablar después”.

Bueno, yo era la aventurera aquí, así que supuse que no tenía más remedio que ir. O eso pensé, pero ¿en ese momento? Maricks se levantó de su silla.

“Iremos a salvarlos”.

“¿Maricks?”

Todo el mundo se sorprendió por eso.

“Hay personas en problemas siendo atacadas por monstruos”, dijo. “Salvarlos es natural”.

“Dijiste que se lo dejáramos a los aventureros, ¿no es así?”

“La situación ha cambiado. Tenemos gente que ya no puede escapar. Si no vamos a ayudarlos en este instante, es posible que no lo logremos a tiempo. ¡¿Quieres dejar morir a los aldeanos?! E incluso si reúnen refuerzos, estamos aquí ahora mismo. Podemos ayudar hasta que aparezcan”.

Maricks tenía razón. Los monstruos los estaban atacando en este momento, y no sabíamos cuánto tiempo estaría alguien a salvo escondiéndose en el cobertizo. Tampoco sabía cuántos hombres tenía que reunir la aldea, pero llevaría tiempo prepararse.

No tuve más remedio que ir también.

“Todos ustedes”, dije, “hablen. Porque…”

Y justo cuando les iba a decir que tenía esto, Timol habló.

“No me importa”.

“¿Cattleya?”

“Si su evaluación es correcta, son solo goblins. Parece que hay un número mayor, pero creo que nos las arreglaremos. Además, si hay vidas que podemos salvar, no podemos abandonarlas. ¿Qué piensas, Shia?”

Shia me miró. Me quedé en silencio, bajándome la capucha y guardando silencio. Ellelaura me había dicho que los dejara hacer lo que quisieran, pero que los salvara cuando estuvieran en peligro. No estaba dispuesta a evitar que salieran a derrotar a los monstruos. Que pensaran y actuaran por su cuenta era parte del entrenamiento práctico: si Shia y los demás decían que iban, yo iría con ellos. Si no fuera así, saldría a ayudar por mi cuenta.

“¿Shia?” Presionó Cattleya.

Shia me dio otra mirada para comprobar y se volvió hacia los demás un momento después. “Está bien, pero con condiciones”.

“¿Condiciones?”

“Primero, no haremos nada precipitado. Nos mantendremos juntos. Nos detenemos si no sabemos con certeza que ganaremos. Y tomaremos prestadas las habilidades de los osos de Yuna. Si sabemos dónde están los monstruos, será menos peligroso, ¿verdad?”

Los tres lo pensaron. Finalmente, Cattleya habló: “Creo que Shia tiene razón. Si contamos con las capacidades de detección de los osos, será menos peligroso. También facilitara salvar a los aldeanos”.

“Estoy de acuerdo.”

“Yo también. Si usamos la habilidad de los osos, estaré bien. Eso evitará que también nos ataquen por la espalda”.

Shia asintió. “¿Eso también te parece bien, Yuna?”

Bueno, ya sabían sobre la habilidad de Kumayuru y Kumakyu, entonces ¿por qué negarse? Además, probablemente Shia usó eso como pretexto para dejarme acompañarlos. Si necesitaban la habilidad de Kumayuru y Kumakyu, entonces los estudiantes no se opondrían a que los acompañara, y discutir sobre ello consumiría un tiempo valioso.

Asentí. “De acuerdo.”

Con eso, todos se levantaron de sus sillas y comenzaron a prepararse para el rescate.

“Todos ustedes…” El jefe de la aldea estaba desconcertado por las acciones de los estudiantes.

“Señor, ¿podemos hacer que alguien nos muestre el camino?”

El jefe de la aldea miró los rostros de los estudiantes.

“No hay tiempo para pensarlo”, dijo Maricks.

“De acuerdo.” El jefe de la aldea miró al hombre que había entrado antes, su hijo, supongo. “Garan. Son estudiantes, pero pueden hacer esto. Muéstrales el camino”.

Garan miró a los estudiantes por un segundo ante de asentir. “Entendido. Síganme.”

“Por favor”, agregó el anciano, inclinando la cabeza, “no hagan nada precipitado”.

Los estudiantes salieron corriendo.

El cobertizo al que nos dirigíamos estaba en la mitad de la ladera de la montaña. Viajamos en carruaje hasta llegar a la base de las montañas. “No podemos ir más lejos en carruaje”, dijo Garan, frenando nuestra marcha, “así que haremos el resto a pie”.

Garan se bajó y el resto de nosotros lo seguimos. Más adelante, el camino se dividió y ninguno de los caminos era lo suficientemente grande para nuestro carruaje. El cobertizo en el que estaban escondidos los aldeanos estaba en uno de esos caminos, y Garan echó a correr mientras nos guiaba.

Kumayuru y Kumakyu los siguieron con sus pequeños pies. También usé mi habilidad de detección. Había señales de monstruos, aunque estaban dispersas. Pensé que solo había goblins, pero también vi señales de lobo. Kumayuru y Kumakyu cantaban cuando algo se acercaba.

Garan corrió por la carretera. El camino era bastante ancho, pero lleno de baches.

Dos goblins estaban más adelante. Kumayuru y Kumakyu dejaron escapar un pequeño “Cwoon”.

“¡¿Yuna?!”

“Tenemos monstruos”.

Garan se detuvo. Maricks salió adelante.

“¡Desde la derecha!” Grité.

Cuando Maricks y Shia se volvieron hacia el lado derecho, dos goblins saltaron del bosque y fueron sacados casi de inmediato sin ningún problema.

“Yuna, ¿hay otros?”

“Se ve bien, no hay ninguno cerca”, dije.

Corrimos hacia el cobertizo. Corrimos sin decir palabra. No me cansé, gracias a mis zapatos de oso, pero nadie más se quejó mientras corría. Timol parecía estar pasando por un momento difícil, pero aún corría tan rápido como podía detrás de Maricks.

“Otra vez a la derecha”, grité. Maricks y Shia se ocuparon de los goblins, Cattleya y Timol los cubrieron por detrás usando magia, y eso fue todo.

“¿Está aún más lejos?” preguntó Maricks.

“Sólo un poco más”, dijó Garan. Estábamos lo suficientemente cerca como para ver las señales humanas con mi detección … y los monstruos que los rodeaban. Los humanos todavía estaban vivos, probablemente porque estaban en el cobertizo. Bien, lo habíamos hecho a tiempo.

Todos estaban sin aliento excepto yo. Por supuesto, con la resistencia de mi encierro, me habría quedado sin aliento tan pronto como llegamos al bosque sin mi equipo de oso.

Recuperaron el aliento por un momento, tomándose un momento para beber un poco de agua que tanto necesitaban.

“Wow, Yuna”, se maravilló Shia. “¿No estás cansada?”

“Pssh. ¿Yo? Soy una aventurera. Estoy entrenada para este tipo de cosas”, dije, mintiendo. Nunca había entrenado ni un momento en mi vida, y de ninguna manera había tenido la disciplina para molestarme en intentarlo. Pero todos seguían mirándome con asombro. Incluso Maricks, lo creyera o no.

“Muy bien, vamos.” Garan tomó la delantera y comenzó a correr.

Corrimos por una ligera pendiente y ahí estaba: el cobertizo. Junto con unos diez goblins.

Shia se volvió hacia Maricks. “¿Qué debemos hacer?”

“Entramos rápido y con fuerza antes de que entren. Shia, Cattleya y yo les atacamos. Timol, sigues nuestros movimientos y nos apoyas desde atrás”.

“¡Sí!”

“Sí.”

“Mm-hm.”

Maricks nos dijo a Garan y a mí que nos escondiéramos, luego salió corriendo.

Como si fuera a escucharlo cuando podía haber una emergencia. No, corrí justo detrás de Maricks y los demás.