Bofuri Itai No Wa Iya Nanode Bogyo-Ryoku Ni Kyokufuri Shitai To Omoimasu (NL)

Volumen 5

Capitulo 2: Build Defensiva Y Kasumi

Parte 1

Unos días después de que abriera el cuarto estrato…

Los miembros del gremio habían completado su exploración inicial y se habían reunido en su cuartel general para reportar los resultados.

“He estado leveleando y haciendo algunas misiones”, empezó Chrome. “Me la pasé en los alrededores de la ciudad. Hay muchos monstruos que parecen youkais. Parece que hay más monstruos que utilizan magia aquí”.

Iz asintió, agregando: “Yo también estuve reuniendo materiales afuera. Honestamente, es difícil sin alguien que luche en mi lugar”.

“Yo me llevé a las gemelas y fuimos revisando puerta por puerta cada casa”, dijo Kanade. “Me imaginé que la mayoría de ustedes las pasarían por alto, pero conforme uno se adentra, aparecen varias misiones y tiendas con materiales que no se pueden comprar. Aquí está la info…”.

Él les entregó documentos con la investigación completa.

“Yui y yo exploramos algunas, ¡pero el lugar es demasiado grande!”.

“Es el más grande hasta ahora”.

Ambas compartieron lo que encontraron. Pero todos los miembros estaban atorados en la misma puerta torii”.

“¿Y tú, Maple?”, dijo Sally.

“¡Compré un kimono y conseguí una skill con insta-kill¹!”.

“……Bueno, luego nos cuentas cómo pasó”. Esa pequeña

explicación era más que suficiente para asumir con seguridad que Maple había hecho algo horrible de nuevo, así que Sally decidió que no era momento para explicaciones. “Pero una cosa está clara—todos hemos podido adentrarnos bastante”.

Su comentario era sobre los permisos de acceso.

Sin uno de esos, los jugadores no podían hacer casi nada en este estrato.

Adentrarse más a la ciudad requiere completar misiones para aumentar tu rango de acceso, y todas son bastante intensas.

Chrome y Kasumi ya habían descubierto eso, pero Maple no era el tipo de jugadora que perseguía este tipo de información. Era algo nuevo para ella.

“Entonces nuestros permisos son asombrosos, ¿no?”.

“Es cierto que son una gran ventaja”.

Tenían permitido saltarse sin problema varias barreras que bloqueaban el progreso de los jugadores normales.

Por un rato, la conversación se enfocó en qué misiones podían encontrarse y en dónde, pero nadie parecía interesado en probar la misión de Maple.

“Bueno, ¡manden mensaje si encuentran algo!”, dijo Maple, enviando a todos por su lado.

Todos estaban explorando, pero la ciudad del cuarto estrato era mucho más grande que las áreas pasadas, y estaba comenzando a sentirse infinita.

Una tarde, varios días después…

Maple estaba descansando en el Cuartel General, bebiendo un poco de té que Iz había preparado.

“¿Y bien? ¿Disfrutas esta ciudad?”.

“Pues… es grande”.

“Encontré algunos materiales interesantes, pero… algunos sólo están disponibles en una tienda, así que mi progreso ha sido bastante lento”.

Con el nivel de acceso de Árbol de Maple, todos podían adentrarse bastante—pero ya había mucho qué descubrir en las áreas exteriores, sin mencionar las afueras de la ciudad.

Tan solo recolectar materiales era mucho más enredado que en el mapa previo.

“Aprendí a crear algunos ítems nuevos. Todavía no tengo suficientes materiales para producir cosas en masa, pero creo que nos serán útiles luego”.

“¡Que bien!”.

En este punto, la puerta de entrada se abrió, dejando que Chrome, Mai, y Yui entraran.

“¡Oh, Iz! Perfecto. Encontré algunos materiales mientras terminábamos una misión”.

“Gracias”, dijo, sonriendo. “¿Y bien? ¿Quieren algo para beber? Hay algunas cosas nuevas en este nivel”.

“…Los materiales de este estrato tienen algunos nombres raros, así que creo que pasaré”.

Chrome había visto una sonrisa traviesa en Iz y rápidamente decidió que mejor tomaría café. Mai y Yui ordenaron cocoa. Todos se unieron a Maple en la mesa.

“Uf… Bien, Maple, ¿tuviste suerte en tus viajes?”.

“¡Este lugar es muy grande! He estado yendo a todos lados”.

Las gemelas asintieron con comprensión.

“Básicamente vivimos en los bicitaxis ahora”.

“¡Es caro, pero más rápido que caminar!”.

“Hay muchísimas misiones. Y tiendas. Aunque casi todas venden cosas decorativas… Aun así, siempre es bueno revisar”.

“Todos los muebles son caros… Creo que para mí ver es suficiente”.

“Algunas de estas misiones requieren dinero. ¿Cómo y cuándo se supone que podamos ahorrar para algo extra?”.

Maple había estado en todo tipo de tiendas, pero sólo compró ítems consumibles.

“Tenemos habitaciones aquí, así que quisiera decorar un poco”.

El Cuartel General tenía una habitación privada para cada miembro. A Maple no le gustaba dejar la suya vacía, así que compraba algo nuevo para esta en cada estrato.

Mientras hablaban, Sally y Kanade se les unieron, y Kasumi poco después salió de su habitación.

“¡Oh, ahora estamos todos!”.

“¿Habíamos decidido reunirnos?”.

Maple le contó a Sally sobre lo que habían estado hablando hasta ahora.

“Yo en realidad no he hecho mucho”, dijo Sally. “Sólo revisé algunos ítems nuevos y me metí en algunos sitios que se veían prometedores mientras hacía misiones”.

“Mi único descubriendo relevante es una tienda que vende rompecabezas de madera. Son buenos. Déjenme saber si quieren alguno”.

Kanade ya los había completado todos y estaba molestado a Iz para que le creara algo más complicado.

“Pero aún hay mucho por explorar. Si veo algo que te guste, Maple, tomaré nota y te contaré”.

“¡Bien, gracias!”.

“Y no hablo sólo de cosas para combate. Creo… que podrías disfrutar las tiendas de por aquí”, dijo Kasumi, abriendo su mapa y apuntando a algunas locaciones.

“Oooh, ya veo… Lo revisaré. ¡Sabes mucho, Kasumi!”.

“¿Mm? Uh, sí… Fue suerte, supongo”, respondió, guardando rápidamente su mapa.

Iz y Kanade terminaron de hablar, y ella ofreció bebidas de nuevo.

“Nah, mejor no. Saldré de nuevo”.

“Bien. Ten cuidado… y buena suerte”.

Todos vieron partir a Kasumi, y Maple frunció el ceño.

“Ha estado saliendo bastante últimamente”, dijo.

“¿Quizás le falta dinero como a nosotros?”.

“Sí… estamos pobres…”.

La teoría de las gemelas tenía mucho sentido para Maple.

“…Considerando cuánto ha grindeado, lo dudo…”.

Iz sabía muy bien los precios de los materiales y los ítems, pero entonces los rompecabezas de Kanade llegaron a su mente y en seguida sacó de su cabeza todo lo demás.

“En todo caso, Kasumi no es el tipo de chica que haría alguna tontería, ¡y yo me tengo que poner a craftear!”.

“Oh, ¿comenzarás mi orden? Que sea muy complicado, por favor”.

Y una vez más, todos se separaron, disfrutando el nuevo estrato bajo sus propias reglas.

Kasumi se escabulló de regreso por la noche, cuando estuvo segura de que sus compañeros ya habían terminado de jugar

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por el resto del día. Cuando la puerta de su cuarto privado se cerró tras de ella, dejó salir un suspiro.

“…Este es el cielo…”.

Su habitación estaba llena con fila tras fila de compras que había hecho en los últimos días.

Cerámica llamativa, espadas que no tenía intención de usar jamás, y demás cosas.

A diferencia del mundo real, estar pobre en NWO se podía arreglar con simplemente ir a matar algunos monstruos. Las compras impulsivas no representaban peligro alguno.

Pero quizás Kasumi había llevado las cosas muy lejos.

“¡Sólo puedo ir una última vez a la tienda…! Después tendré que ir a conseguir dinero”.

El oro en su menú de estatus era preocupantemente poco.

Y lo que ella compraba no era exactamente barato. Sus gustos eran más bien caros.

Pero nunca se había divertido tanto como ahora.

“¡Iré más adentro que todos los demás! Heh-heh…”.

Ella miró su permiso de acceso. Sin decirle al resto, había llegado a seis.

¿Qué tesoros yacían en esa zona inexplorada? “¡Tengo que descubrirlo! ¡Tengo que apurarme!”.

Ella puso su permiso de regreso en su inventario y salió volando del Cuartel General.

Diez días después, Kasumi se encontraba de nuevo en su cuarto, mirando su pantalla de estatus.

Específicamente, una de sus esquinas.

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“Ugh…”.

Kasumi había estado ahorrando dinero todo este tiempo, sin haber encontrado dónde gastarlo—pero ahora se había terminado sus ahorros en cosas aleatorias que ni siquiera afectaban sus stats.

La cantidad total: cinco veces el oro necesario para fundar Árbol de Maple.

Cada puerta torii por la que pasaba un jugador lo llevaba más cerca del corazón de la ciudad. A pesar de las claras particiones, la ciudad era tan enorme que cada área tomaba años explorar.

Aun así, Kasumi sólo había ido a una única tienda de antigüedades.

El tiempo que había pasado mirando la mercancía había sido el más feliz de su vida.

Y su pasión había causado que su monedero se abriera… o, mejor dicho, que se rompiera.

“Bien, es suficiente para comprar algo”.

Ella había cazado suficientes monstruos y no iba a desperdiciar ese dinero. Se dirigió directamente a una tienda justo detrás de la puerta con el kanji para siete.

“Me alegra que no haya riesgo de que alguien compre el último…”.

Encontrar lo mismo que ya habías comprado de nuevo a la venta era ciertamente una experiencia clásica en los juegos.

En esta visita, ella decidió escoger una taza cara que todavía no tenía… e inmediatamente se encontró de nuevo a un nivel de pobreza que no la dejaría comprar ni siquiera una poción.

“¡Qué clienta más leal! Gracias”.

“¿Mm? Oh, uh, claro”.

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Estas eran las primeras palabras que el dueño de la tienda había dicho y que no estaban relacionadas directamente con el proceso de compra, y Kasumi se sorprendió ligeramente.

“Como muestra de mi aprecio… por favor toma esto”.

Él le entregó una pieza de papel de apariencia antigua.

“Un mapa del lugar donde una vez se encontró mi almacén. Soy muy viejo para ir estos días. Haz lo que quieras con lo que encuentres. Será mejor eso a dejarlo ahí para siempre”.

Kasumi le agradeció y dejó la tienda, mirando fijamente su mapa.

“Está bastante alejado en las afueras de la ciudad… Supongo que valdrá la pena revisar”.

Ya había comprado todo lo que le había llamado la atención en la ciudad.

Además, estaba tan pobre que la penalización usual por morir (perder la mitad de tu oro) no era realmente una preocupación.

Pero más que nada, el potencial de conseguir algo especial fue lo que la obligó a ir.

Debido a la noche perpetua de este estrato, las afueras estaban obviamente siempre oscuras. Kasumi se dirigió hasta la orilla, ocasionalmente revisando su mapa.

“Por aquí… no, es por aquí. ¡Ahí!”.

Su pie había golpeado una manija en el suelo, apenas visible entre la tierra.

Sin un mapa que la guiara, jamás habría podido encontrarla en esta oscuridad.

Ella quitó la tierra de la puerta y la abrió.

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Polvo voló por los aires, y debajo de esta trampilla había una escalera que caía hacia la oscuridad.

“…Aquí vamos”.

Ella había comprado varias linternas desde que llegó a este estrato, así que sacó una de su inventario y bajó.

Su camino estaba iluminado por nada más que la luz roja intermitente de la linterna. El único sonido venía de sus propios pasos.

En el fondo de las escaleras, encontró una puerta metálica.

“… ¡Parece que valdrá la pena!”.

Con una mezcla de anticipación y ansiedad, Kasumi la abrió con un empujón y entró, levantando en alto su linterna.

“¿Nada…?”.

La cámara dentro era amplia… pero estaba vacía. La luz de la linterna sólo iluminó suelo vacío. No había más que silencio absoluto y olor a polvo. Ella levantó su linterna, llevando luz a las esquinas, pero sólo encontró más polvo. Esto no era exactamente lo que tenía en mente cuando escuchó la palabra almacén.

“¿No habrá que cumplir otra condición o algo así? No está claro…”.

Pero no podía rendirse tan fácilmente.

“Esperen…”. Sus oídos captaron el sonido de algo rompiéndose.

“¿Hay algo más aquí?”.

Con su guardia ahora en alto, Kasumi desenvainó su katana y se adentró en la habitación.

La luz de la linterna reveló lo que había estado oculto por la oscuridad.

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Tirado en el suelo estaban los restos de lo que este almacén contenía.

Espadas rotas, vasijas rotas, cristales rotos…

Y en el centro de esta devastación—una espada, flotando, cubierta de un leve brillo púrpura.

Cada vez que esta entraba en contacto con algo, el sonido de la destrucción de un objeto sonaba, casi como si la espada consumiera lo que fuera que tocara.

“… ¡¿Y ahora viene por mí?!”.

La katana flotante pareció notar a Kasumi. Su punta se giró hacia ella—y ella alistó su arma.

Quizás la espada la vio como una amenaza—ya que el brillo purpura aumentó, cubriendo la espada como humo.

Por un momento, tembló. Entonces, fuego purpura tragó el suelo y el techo, llenando la habitación de luz.

Kasumi retrocedió unos pasos, guardando su linterna. La katana no se movía.

“¿No atacará primero? No—no puedo bajar la guardia”.

Ella tenía cierto presentimiento sobre esta arma viviente.

Y sus instintos estuvieron en lo cierto.

Un momento después, la katana salió disparada hacia ella.

Ella exhaló, y su espada chocó contra la otra—pero la katana voladora podía moverse como quisiera, y era difícil predecir desde qué dirección vendría el ataque.

“¡Luchar contra Shin… tuvo beneficios inesperados…! ¡Ha…!”.

Hace poco había luchado contra uno de los mejores jugadores de Imperio de la Llama y sus espadas voladoras.

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Desviar esta katana sentiente se sentía muy familiar gracias a esa experiencia.

Con un ruidoso clang resonando en el aire, Kasumi dio un salto hacia atrás, esperando que su extraño enemigo hiciera su próximo movimiento.

Pero a pesar de mantener su mirada fija—la espada desapareció.

“¡¿Qué…?! ¡Ah!”.

Lo próximo que vio fue la katana purpura enterrada en su pecho.

Y no sólo su pecho.

Habían más saliendo de sus piernas, torso, brazos—por todos lados.

Ella había visto esto antes—después de todo, era una skill que ella misma había usado en ocasiones.

Cuando abrió sus ojos de nuevo, estaba en la plaza justo en la entrada de la ciudad del cuarto estrato. Aquí era donde los jugadores reaparecían tras morir en este estrato.