Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

EL ORCO SE PRECIPITÓ contra nosotros en un feroz asalto.

Lah disparó una flecha. Se incrustó en el brazo del orco, pero no fue suficiente para detener al orco. Usé los últimos restos de mi maná y golpeé la cabeza del orco con un terrón de tierra endurecida, y … el orco dejó de moverse.

Bueno. Ahora teníamos algo.

Lah disparó otra flecha y golpeó al orco, pero no colapsó. Recogí lo último que me quedaba de maná en mi mano. ¡Lo hice más duro, lo hice girar más rápido, lo hice más fuerte y dejé volar la magia de tierra endurecida!

… y el terrón golpeó al orco en su brazo izquierdo. Apunté a su cuerpo, pero fallé. Sin embargo, el orco lanzó un grito de guerra y parecía que estaba en agonía. Trató de levantar su brazo izquierdo, pero la carne colgaba flácida de su hombro.

Pero ahora levantaba el brazo derecho, el brazo con el garrote, y estábamos realmente en problemas. Intentamos escapar y el orco bajó su brazo derecho. Quiero decir, realmente bajo su brazo derecho, porque el brazo en sí se cayó del orco y golpeó el suelo, seguido poco después por su cabeza.

“Gil”, dijo una voz, “¿por qué estás robando la mejor parte?”

“No quería hacer eso”, dijo otro.

Una mujer con hermosos cabellos dorados y un tipo robusto aparecieron de entre los árboles. Los había visto a ambos en el gremio de aventureros. Rulina y Gil eran sus nombres, si mal no recuerdo.

“¿Estás bien?” preguntó Rulina. “¿O robamos tu captura?”

“No”, jadeé, “nos salvaste”.

“Me alegro de haberlo hecho. Estábamos un poco lejos, pero parecía que los estaban atacando. El orco nos dio la espalda, así que nos arriesgamos y atacamos”.

Miré a mi alrededor, tratando de asimilar toda la situación ahora que todo se había calmado. Parecía que Gil le había cortado la cabeza al orco, y también de un solo golpe. “Shin, Bru, ¿están bien?” Llamé, mirando hacia donde los habían enviado volando.

“Estoy bien”, Shin gimió. Ambos se acercaron, agarrándose el cuerpo.

“¿Están bien ustedes dos?”

Quería correr hacia ellos, incluso lo intenté, pero usé tanta magia que apenas podía caminar. Shin corrió justo cuando estaba a punto de colapsar y se detuvo. “Oye, Horn. ¿Estás bien?”

“Solo usé un poco más de maná, pero estoy bien. ¿Ustedes dos?”

“Sí, estoy bien”, dijo Shin. “Me sacudieron un poco, eso es todo”.

Resultó que Bru también estaba bien. Qué alivio; no habían resultado gravemente heridos.

“Nos salvaste,” dije, volviéndome hacia Rulina y Gil. “Muchas gracias.” Los cuatro les dimos las gracias. Fue difícil derrotarlo.

“Está bien”, dijo Rulina, sacudiendo la cabeza. “Simplemente atacamos porque el orco dejó su espalda sin vigilancia. Sois aventureros novatos, ¿no es así?”

“Sí, soy Horn”.

“Shin es mi nombre.”

“Llámame Lahtte”.

“Bruto.”

“Soy Rulina. El alto, moreno y silencioso allí es Gil”.

“¡Sí, te conocemos! Todo el mundo dice que son grandes aventureros”.

“¿Lo dicen?” Rulina parpadeó, luciendo un poco avergonzada. “Bueno, ah, se han visto orcos por aquí, así que es peligroso”.

“¿De verdad? Escuchamos que solo había lobos en esta área”.

“También lobos, pero no solo lobos. Si no puedes derrotar a un orco, es peligroso por aquí”.

Un orco. Un orco, y los cuatro no habíamos sido suficientes para derrotarlo. Necesitaba practicar más mi magia. Necesitaba volverme más fuerte. Si hubiera podido golpearlo en algún otro lugar que no fuera su brazo con mi última pizca de magia, podría haber sido capaz de derrotarlo, pero no … me había puesto nerviosa y había fallado. Lah me dijo que a él le pasaba lo mismo.

Necesitaba trabajar más duro.

Desde allí, nos dirigimos de regreso al cobertizo temporal que instalaron los empleados del gremio, Rulina y Gil acompañándonos. Construyeron el cobertizo cerca del túnel, y con la multitud de otros aventureros allí, era completamente seguro.

Como si nos esperara en la entrada del túnel, estaba ese lindo oso con la espada para darnos la bienvenida.

Rulina trató de reprimir una risa. “Ah, cuando veo esa estatua, no puedo evitar sonreír”.

Realmente era súper lindo … “Um, ¿crees que esta estatua tiene algo que ver con Yuna?”

Rulina enarcó una ceja. “¿Sabes sobre Yuna, Horn?”

“Sí, ella es mi maestra”.

“¿Tu maestra?”

“Ella me enseña magia. Como, cómo usarla y esas cosas. Así es como me aseguro de no arrastrar a todos los demás”.

Shin negó con la cabeza. “¿Arrastrarnos? Horn, eres nuestra potencia de fuego esencial en este momento”.

Bru estuvo de acuerdo. “Si no hubiéramos tenido tu magia, ese orco nos habría atrapado”.

Fue amable de su parte decirlo, pero todavía estaba muy lejos. Realmente me había vuelto más confiada gracias a Yuna, pero de ninguna manera iba a detenerme ahora. Sabía que podía trabajar más duro. Sabía que podía ser más útil para todos.

“Ya veo”, dijo Rulina. “Yuna realmente es tu maestra, entonces.”

“Sí. ¿Ves por qué tenía curiosidad por esta estatua de oso?”

“Lo veo. Ahora,” dijo Rulina, “esto es solo un rumor, ¿de acuerdo? Pero aparentemente, se llama Túnel del Oso porque Yuna lo encontró. De ahí la estatua del oso”.

¿Yuna lo había encontrado? ¡Simplemente asombroso!

Entregamos nuestros materiales recolectados al gremio de aventureros y recibimos nuestro pago. Nuestro recuento de muertes también aumentó. A este ritmo, si juntábamos todo el dinero que habíamos reunido hasta ahora, incluso podríamos comprar una bolsa de artículos un poco grande …

“¿Cuánto tiempo te vas a quedar, Horn?” preguntó Rulina.

“Necesitamos considerar cuánta comida tenemos, así que nos vamos a casa pasado mañana”.

“Igual que nosotros entonces”, dijo Rulina.

“¿Son sólo tú y Gil en el grupo?”

“En estos días, sí. Solíamos tener un grupo de cuatro personas, pero nos separamos. Solo nosotros dos por ahora”.

Un poco más lejos, Gil charlaba con Shin y Bru.

“Gil”, dijo Shin, “¿podría sostener esa espada?”

“Mmhm”.

Shin le quitó la gran espada a Gil. “Es pesada…”

“Shin”, dijo Bruto con un bufido, “vas a quedar mal”.

“Pero te digo que es pesada. Intenta sostenerlo, Bruto”. Shin le entregó la espada a Bru. Bru lo sostuvo, pero incluso él parecía tener problemas con su peso a pesar de ser el más fuerte de todos nosotros …

“Es más ligero de lo que pensaba”, dijo Bruto, como si su rostro no estuviera arrugado por el esfuerzo.

“De ninguna manera”, dijo Shin con una risa, “¡vas a dejar caer esa cosa en tu pie!”

Todo el mundo parecía que se estaba divirtiendo. Cuando le devolvieron la espada a Gil, la agitó como si nada. Shin y Bru lo elogiaron. Si a Gil le importaba de una forma u otra, seguro que no lo estaba demostrando.

“Parece que Gil también está muy feliz”, dijo Rulina.

“¿Eh? ¿Lo está?”

Rulina ladeó la cabeza. “Nah. Creo que está feliz”.

Miré el rostro de Gil. No, no pude distinguir nada de eso.

“¿Qué haremos mañana?” Shin preguntó, lo que significaba que ahora finalmente teníamos que decidir.

“Hay orcos allí”, dije, haciendo un gesto en esa dirección, “así que no podemos ir allí”.

“Pero no hay monstruos cerca”, dijo Shin, “así que todavía tenemos que ir un poco más lejos”.

Rulina intervino en la conversación: “Entonces, ¿qué tal si vienen todos con nosotros?”

“¿Rulina?” Apenas podía creerlo.

“Nos ocuparemos de los orcos. Solo lucharían contra los lobos y los goblins”.

“¿Estás segura?”

“Pero eso haría más trabajo para ustedes”, dijo Shin.

“Está bien. Ya hemos ganado más que suficiente, y enseñar a los novatos es parte de lo que hace un aventurero veterano. Estás de acuerdo, ¿verdad Gil?”

“Claro” dijo Gil, con el rostro pétreo como siempre. Espera, ¿Gil estaba enojado con Rulina por decidir todo por él?

“Um, Rulina”, susurré, “¿estás segura de que Gil está de acuerdo con esto?”

“¿Eh? ¿Cómo así? ¿Crees que está loco o algo así?”

Gil me miró inexpresivamente. Sí, este tipo definitivamente estaba enojado.

“Mira esa cara”, dijo Rulina, “¿no lo ves? No está enfadado en lo más mínimo”.

No pude ver eso en absoluto, ¡no!

Al día siguiente, regresamos a donde estaban los orcos. Daba un poco de miedo, pero al menos teníamos a Rulina y Gil de nuestro lado.

“Está bien, jóvenes”, dijo Rulina, “nos quedaremos detrás de ustedes. Simplemente sigan con sus negocios como de costumbre. Si aparece un orco, nos ocuparemos de él”.

“Está bien,” respondió Shin, y el resto de nosotros asentimos. Me arrastré nerviosamente hacia adelante. Shin, Lah y yo protegíamos el frente y Bru tomaba la parte de atrás.

Podía escuchar a Rulina y Gil hablando detrás de nosotros.

“Parece que están pensando en esto”.

“Sí.”

¿Y ellos también nos estaban mirando? Me puso aún más nerviosa de lo habitual.

Shin nos indicó que nos detuviéramos justo donde él caminaba delante. Eché un vistazo a través de un hueco y allí: dos lobos. Intercambiamos posiciones. Shin y Bru se adelantaron. Lah y yo nos preparamos para ataques de largo alcance, averiguamos quién tomaría qué lobo. Lah soltó su flecha y yo lancé mi magia de tierra, golpearon y Shin y Bru saltaron simultáneamente.

Uno de los lobos, el que Lah clavó con una flecha en el vientre, intentó huir, pero Shin empujó su espada y asestó el golpe final. Bru remató al lobo al que golpeé con mi magia de tierra.

“Oh, derrotaron esas cosas mucho más rapidamente de lo esperado”, dijo Rulina.

“Claro que sí”, dijo Gil.

¿Gracias? Sin embargo, el elogio fue un poco vergonzoso…

“Realmente tienen su trabajo en equipo”, agregó Rulina.

“Somos débiles”, dije, “así que tenemos que luchar mientras nos ayudamos unos a otros. Así es como ganamos”.

“Saber que puedes confiar en tus compañeros de equipo es algo bueno”.

Todos nos llevábamos bien desde la niñez, así que nos teníamos confianza. A partir de ahí, seguimos derrotando lobos y liebres cornudas. Aparecieron dos orcos y nos dieron un susto, pero Rulina y Gil los derrotaron en un abrir y cerrar de ojos.

Shin silbó. “¡Esto es increíble!”

“Rulina, eres tan genial”, le dije.

“Gracias, pero tu maestra es mucho más asombrosa que yo”.

“¿Te refieres a Yuna?”

“Claro que sí. Ella es otra cosa en una pelea, déjame decirte”.

“¿La has visto pelear antes, Rulina?”

Gil soltó un bufido. “Y se dejó llevar como una princesa”.

“¡Gil!” Rulina espetó.

“¿Como una princesa?” repetí.

“¿De qué trata eso?” preguntó Shin.

“E-no es nada. Nunca le preguntes a nadie sobre eso, nunca”.

“Yo-yo realmente no entiendo”, dije, “pero nosotros, eh … ¿entendemos?” Los cuatro asentimos, impulsados ​​por el … entusiasmo de Rulina. No más preguntas sobre eso, lo tengo.

“Gil”, gimió Rulina, “¡deja de sonreír!”

Miré a Gil por si acaso, pero … ¿podrías llamar a eso una sonrisa? ¿Podrías llamar a eso algo?

Con nuestro último día de aventuras terminado, nos dirigimos de regreso al túnel donde esperaba el oso.

“Gil, estamos listos”. Shin y Bru ya estaban tratando de enfrentarse a Gil y su espada.

Habían recibido el extremo más corto del palo en comparación con Lah y yo. Brandaugh le enseñó a Lah a usar un arco, y Yuna me enseñó a usar la magia, lo que aparentemente los puso celosos. Por eso le pidieron a Gil que les enseñara a pelear.

Rulina se río entre dientes. “Parece que Gil lo está pasando muy bien”.

Shin blandió su espada y Gil lo derribó con el extremo plano de su enorme espada.

“Gil”, dijo Shin, “¿cómo nos hacemos fuertes?”

“Ponte en forma. Aumenta la resistencia. Los espadachines son los que más tienen que moverse”.

“¡Sí, señor!”

“No quites los ojos del enemigo. Aprende técnicas a través de la experiencia”.

“Pero ¿qué pasa si todavía no podemos ganar incluso si lo hacemos?”

“Entonces pelea con tus socios. Tienes compañeros de equipo. Confía en ellos.”

Ante esas palabras, Shin nos miró. “¿Quieres decir que no podemos hacernos más fuertes por nuestra cuenta?”

“La gente tiene sus límites. Solo unos pocos se vuelven realmente fuertes, pero ¿cuándo peleas con tus amigos? Entonces casi puedes volverte tan fuerte como esos pocos”.

Rulina sonrió. ” Hoy está muy hablador, ¿no? Quizá les haya cogido cariño.”

“Rulina”, dije, “¿de verdad crees que la gente tiene sus límites en cuanto a lo fuertes que pueden llegar a ser?”

“Por supuesto. Las personas no son iguales, no realmente. El mana es un buen ejemplo de eso. Incluso tenemos diferentes cantidades de maná entre nosotros, Horn, y la diferencia entre nosotros y Yuna es inconmensurable”.

“¿Es Yuna realmente tan fuerte?”

“Lo es. Estuvo fantástica cuando venció al rey goblin. Lo atrapó en un agujero y lo derrotó lanzándole magia. Salir a enfrentarse sola a una serpiente negra también es increíble, pero ella salió y mató a esa cosa como si no fuera nada”.

Yuna… ella realmente es asombrosa. “Pero ella realmente no parece fuerte”. Se veía súper linda, como un gran oso peludo. “Pero recordar lo que le sucedió a Shin cuando nos conocimos por primera vez es aterrador”.

“¿Qué pasó?”

Le conté lo que pasó durante nuestro primer encuentro.

“Horn, no hables de eso”, dijo Shin. “Nadie piensa que una chica con un lindo traje de oso pueda ser tan fuerte, ¿de acuerdo?” En algún momento, terminaron su práctica de espada y comenzaron a escuchar nuestra conversación.

“Shin”, dijo Rulina con una mueca, “tomaste un riesgo aterrador allí. Tienes que valorar más tu vida”.

“¿Aterrador?” Shin repitió. “¿De verdad, Rulina?”

“Yuna es aterradora cuando está enojada”, asintió Gil.

“¿Tú también, Gil?”

“Él también. Nuestros viejos compañeros de equipo se pelearon con Yuna y fueron golpeados. La cara de Gil estuvo hinchada durante semanas”, dijo Rulina. Ella sonrió, pero sonó como una pesadilla.

Solo escucharlo hizo que Shin se tensara también. Oh no, había estado muy cerca de ser aporreado. Me alegro de que estuviera bien, pero … vaya.

Luego, al día siguiente, nos subimos al mismo carruaje que antes para regresar a Crimonia, con Rulina y Gil viajando con nosotros. Nos tomamos varios días libres para recuperarnos y ahora, finalmente, salíamos a hacer compras.

Finalmente, finalmente, teníamos esa bolsa de artículos.

“Ahora podremos cargar con los monstruos que hemos matado”.

“Sí, nuestro objetivo ahora es conseguir bolsas de artículos que sean tan grandes para todos nosotros”.

“Tenemos que trabajar duro”.

“¡Correcto!”

Desde que conocimos a Yuna, sentí que todo iba a las mil maravillas. Tantas cosas habían sido tan difíciles hasta entonces … habíamos pellizcado centavos y luchamos para comprar suministros.

Aterradora o no, ¿tal vez Yuna era mi oso de la buena suerte?