Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

GUIADAS POR ATOLA, terminamos yendo de excursión al mercado de pescado. Las capturas de la mañana estaban alineadas en el mercado, listas y…

“¡Moviéndose! Oh mi Dios, ¿se están retorciendo?”

“¡Se ven tan asquerosos!”

Las dos estaban haciendo un gran escándalo por ver un pulpo. “Sabe bien, lo crean o no”.

“De ninguna manera, ¿en serio?”

Sí. El pulpo sabía bien tanto si lo comías crudo, lo asaras a la parrilla o lo hirvieras.

“Yuna, ¿qué es esa cosa?”

“Eso es un cangrejo. Saben muy bien hervidos”.

Además, la sopa con sabor a cangrejo estaba buenísima. Los camarones también.

“¿De verdad puedes comer todas estas cosas?”

“Claro que pueden. De hecho, ya lo hicieron, estaban en las cosas que comimos ayer que hizo Deigha”.

“¡¿En realidad?! Whoaaaaa”. Fina y Shuri miraron al cangrejo…

… y lentamente extendieron sus manos hacia él …

“Oye, eso es peligroso. No lo toquen”, les advertí. Odiaría que las pellizcaran.

Ante mis palabras, las dos rápidamente retiraron sus manos.

Después de echar un vistazo al mercado, nos dirigimos al claro de la ciudad donde se reunían los carritos de comida. Un delicioso aroma flotó hacia nosotras mientras nos acercábamos. Mmmm …

“Eso parece tan delicioso…”

“¡Quiero comer un poco!”

Los dos estaban mirando un puesto de calamares a la parrilla.

“Muy bien”, dijo Atola con una sonrisa, “les compraré algunos. Ustedes dos coman lo que quieran con esto”. Trató de darles dinero, pero no lo aceptaron.

“¿Qué ocurre?”

“¿Um …?” Las chicas me miraron. Supongo que tenían reservas sobre aceptar dinero de alguien que acababan de conocer, así que saqué dinero de mi almacén de osos y se lo di a las dos.

“Esto”, dije con seriedad, “es por ayudarme a desenterrar los brotes de bambú ayer”.

“¡Pero nos trajiste contigo aquí!”

“Quizás. Pero ya que vinieron todo el camino, tienen que comer buena comida”.

Fina y Shuri se miraron, luego, como si se hubieran comunicado entre sí, asintieron levemente, me miraron y tomaron el dinero que tenía en la boca de mi guante de oso.

“Yuna, gracias.”

“¡Gracias, Yuna!”

Pero había una persona que parecía sentirse excluida…

“¿Tomarías mi dinero también?” Atola preguntó a las chicas, luciendo un poco excluida.

Las hermanas me miraron de nuevo y les di un asentimiento. Con un agradecimiento, las chicas tomaron su dinero, se tomaron de la mano como las mejores amigas que eran y corrieron hacia los puestos.

Atola sonrió con nostalgia. “Son niñas tan honestas y buenas”.

“Bastante”. No eran difíciles. Yo, por otro lado… había sido un poco diferente. Atola y yo nos sentamos en un banco cercano y las observamos.

“Yuna, ¿escuchaste lo que está pasando en el puerto marítimo?”

“Deigha y Anz me dijeron un poco”.

“¿Te dijeron algo sobre los criminales?”

Solo negué con la cabeza. No habían mencionado nada sobre eso.

Atola suspiró. “Supongo que no podrían hacerlo con esas niñas alrededor. Bueno, el antiguo maestro de gremio del gremio comercial fue ejecutado, al igual que todos los demás delincuentes”.

“¿Ah, de verdad?” Realmente no recordaba nada al respecto.

“Fue una ejecución pública. No mucha gente vino a mirar, en su mayoría solo los ancianos y la familia y amigos de las personas que… nos quitaron. Creo que las familias de las víctimas podrán cerrar algo con esto, seguir adelante y eso”.

Mudarse a Crimonia, tal vez, tal como pidió Anz. “Ahora que lo pienso, ¿te has decidido por un alcalde? Parecía que Cliff quería que asumieras el cargo”.

“Oh, pero no puedo aceptar. Me conozco a mí misma y sé que soy demasiado vaga para eso. Demasiado trabajo, muchas gracias”.

“Entonces, ¿quién es el alcalde?”

“El hijo del viejo Kuro, lo creas o no. Él era reacio, pero es el hijo de un pez gordo por aquí, así que nadie se iba a oponer a eso”.

“Reacio, ¿eh? Sin embargo, pensé que habría un montón de personas que querrían ser alcaldes”.

“Pssht. Sabes lo que pasó con el alcalde anterior, ¿no? Todos seguían acosando al alcalde, día tras día, para que hiciera algo con el kraken. Cuando el alcalde trató de abastecerse de comida de un pueblo vecino, aparecieron los ladrones y todo el plan no llegó a ninguna parte. La gente del pueblo se enojó aún más con el tipo. Después de ver lo difíciles que se pusieron las cosas con él, nadie quiso tomar el manto. El viejo Kuro prácticamente obligó a su hijo a hacerlo”.

¡Ay! Pensamientos y oraciones al pobre chico de Kuro. “¿El viejo alcalde no volverá entonces?”

“No, a menos que esté dispuesto a enfrentar las consecuencias de escabullirse en la oscuridad de la noche, lo dudo. La gente del pueblo no lo perdonaría”.

“Pero ¿qué pasaría si volviera? ¿Quién sería el alcalde entonces?”

“Igual que el que tenemos ahora. Este puerto marítimo está ahora bajo la jurisdicción de Lord Cliff, por lo que el antiguo alcalde no podría hacerlo. Si algo se pone raro, Lord Cliff probablemente nos ayudaría y calmaría las cosas”.

Parecía que Atola tenía su fe en Cliff. Bueno, supongo que podría dejar las cosas en manos de Cliff si el ex alcalde regresa.

“Además”, agregó Atola, “probablemente sería peligroso que regresara el ex alcalde”.

“¿Peligroso?”

“Dije que no iban a perdonarlo, y lo dije en serio. Hay mucha gente que le guarda rencor”.

Si. Supongo que cualquier pueblo guardaría rencor si un idiota como ese los abandonara, sin importar el mundo.

“Ya basta de esas cosas deprimentes, Yuna, ¿dónde se están quedando? ¿En casa de Deigha? ¿O en el oso?”

“¿El … el oso?” Mantente tranquilo, Yuna. “La posada de Deigha estaba llena, así que resulta que me quedo en mi casa en las afueras del puerto”.

“Lo sabía. Hm. Me pregunto si tenemos que empezar a construir más posadas. Una vez que el túnel esté terminado, probablemente tengamos más gente. A este ritmo, definitivamente nos quedaremos sin habitaciones”.

“¿No estás empezando a construir cosas?” ¿Terminaron de preparar la madera, pero no habían comenzado ninguna construcción?

“Vamos a empezar pronto, pero no tenemos suficientes trabajadores en este momento. Además, todavía tenemos los problemas de todos los monstruos en el área, por lo que hemos tenido que posponerlo hasta que podamos eliminarlos”.

“Bien, vi a Blitz. ¿Va bien el exterminio de monstruos?”

“Gracias a los aventureros, no hemos visto ni un pelo de ellos últimamente, al menos cerca. Ahora mismo, estoy haciendo que vayan un poco más lejos. Luego comenzaremos la construcción”.

Personalmente, me gustaría que terminaran antes de que llegue el agradable y cálido verano … si es que tienen veranos. Tenían veranos en este mundo, ¿verdad? Dejé esa duda a un lado, abrí la boca para decir algo más, y Fina y Shuri regresaron, tomadas de la mano y luciendo felices.

“¡Yuna!” Un movimiento de cabeza. “Srta. ¡Atola!

“Bienvenidos de nuevo, chicas”. Parecían satisfechas, así que supongo que habrán comido algo sabroso.

“Bueno, entonces”, dijo Atola, “me dirijo de nuevo al gremio. ¿Qué van a hacer ahora?”

“Lo único que se me ocurre es ir al gremio comercial, preguntar cómo van las cosas con la Tierra de Wa y todo eso”.

“Bien”, dijo Atola con un movimiento de cabeza. “La Tierra de Wa. Solían venir una vez al mes, pero luego… el kraken. Espero que su barco no se haya hundido”.

“Ehh, seré paciente”. Por supuesto, si las cosas se complicaran, podría pedir información en la capital. Con eso, dejamos Atola y nos dirigimos al gremio comercial. Cuando llegamos allí, los empleados estaban completamente ocupados con el trabajo, sin un empleado inactivo a la vista.

“Srta. ¡Yuna!” Una de las empleadas se fijó en mí. Cuando soltó eso, todos los demás en el lugar me miraron, todos a la vez.

Fina y Shuri se quedaron allí un momento, sorprendidas por la mirada de los empleados. Dejé caer mis manos sobre sus cabezas para calmarlas.

Tosí. “¿Está, ah, Jeremo por aquí?”

“Si, un momento.”

El empleado llamó a Jeremo desde una habitación en la parte de atrás: “Es la niña oso”. Y un Jeremo muy cansado se acercó a nosotras.

“Ha pasado un tiempo,” dije.

“Sí, parece que lo estás haciendo bien”.

“Ojalá pudiera decirte lo mismo, Jeremo”.

“Ojalá nunca hubiera aceptado convertirme en el maestro del gremio”, dijo con voz ronca. “Demasiado ocupado. No hay descansos. Montaña de papeleo. Nunca baja. Tengo tanto que hacer, y.… y luego está la instructora de Crimonia … “agregó, con la voz llena de pavor.

“Por favor”, dijo una voz de mujer, “no me hagas parecer tan terrible. Si hicieras un buen trabajo recordando cómo hacer tu trabajo, no habría ningún problema. Cuanto antes aprendas tu trabajo, antes podré volver a Crimonia.” Era una mujer de aspecto inteligente (¿veintitantos, tal vez?) Y estaba erguida detrás de Jeremo. (Creo que los anteojos le habrían queado bien.) “Te estoy enseñando esto porque Milaine me lo pidió. Dejé a mi esposo y a mi hijo en la ciudad, así que por favor ponte las pilas”.

“Lo tengo. Lo haré lo mejor que pueda.”

“Por favor, hazlo.”

Supongo que esta era la instructora que Milaine dijo que lo “ayudaría”.

“Srta. Yuna, es un placer conocerte”, dijo. “Soy Anabell, de Crimonia”.

Oh, ¿eh? “¿Sabes quién soy, Anabell?”

“Te he visto muchas veces por Crimonia. Realmente, no hay un solo empleado que trabaje en el gremio comercial de Crimonia que no sepa quién es usted. ¿Qué te ha traído aquí? ¿Tiene alguna queja para Jeremo?”

Jeremo parpadeó. “¿Por qué iba a hacerlo? No he hecho nada, ¿verdad?”.

“Si. Tu trabajo.”

Tenían un intercambio rápido de opiniones y no quería arruinar la atmósfera, así que decidí ignorar esa parte. “Uhh, me preguntaba qué pasó con la Tierra de Wa”.

“Oh, eso”, dijo Anabell. “Parece que un barco hizo contacto con un barco de la tierra de Wa el otro día. Los pescadores les contaron lo que pasó con el puerto, así que creo que reiniciaremos el comercio”.

“¡¿De verdad?!” Es bueno escucharlo.

“Sí, pero no sabemos cuándo se reiniciará”.

Pero no es lo suficientemente bueno.

De todos modos, esta Anabell parecía bastante asombrosa. Tenía una respuesta lista un momento después de que le pregunté; al menos, era lo suficientemente buena para Milaine. Si Jeremo aprendía de ella, podría terminar convirtiéndose en un gran maestro de gremio. “¿Jeremo está haciendo un buen trabajo?”

“Mmm. A veces intenta saltarse, pero en su mayor parte está poniendo todo lo que tiene en esto. Si tan solo no estuviera pidiendo descansos de inmediato con tanta insistencia … ”

“¿Qué?” Jeremo protestó. “Eso es porque no me dejas espacio para respirar”.

“Cuanto más sufras mientras haces tu trabajo”, dijo Anabell, “mejor será para la gente del pueblo. No hay descansos.”

Qué lugar de trabajo tan terrible. Si no tuviera ningún descanso, simplemente renunciaría. En palabras de un sabio, “trabajar es perder”. Ahora entendí lo que la pandilla de viejos quería decir con su evaluación de Jeremo. No era diligente, pero hacia el trabajo. Era el tipo de persona que no te defraudaría si confiabas en él.

“Hay algo que me gustaría preguntarle, Srta. Yuna”, dijo Anabell. “¿Cuándo podrás regresar a Crimonia?”

“Estaba pensando en mañana”.

“Me disculpo por preguntar, pero ¿sería tan amable de entregar este informe a la maestra del gremio?”

“¿Un informe?”

“Enviamos un informe y solicitamos materiales cada diez días, pero Jeremo se retrasó en el procesamiento de algo y ese asunto no se incluyó en el informe de hace unos días. Sin embargo, necesitamos esos elementos rápidamente, por lo que no podemos simplemente agruparlos con el próximo informe”.

“¿Solo necesito dárselo a ella? Por mi está bien.”

“Muchas gracias. Traeré los documentos de inmediato. Cuento con usted.”

Así que acepté los documentos de Anabell, dejé atrás el gremio comercial y … entonces no había mucho que hacer. Les dije a Anz y Deigha que me iría a casa mañana. Las tres corrimos a lo largo de la playa en mis osos y, finalmente, regresamos a la casa de los osos para ver la puesta de sol sobre el océano.

“¿Nos vamos a casa mañana?” Preguntó Fina durante nuestros baños.

“Sí, no quiero que Tiermina se preocupe demasiado por ustedes”.

“¿Crees que mamá está preocupada por nosotras?”

“Las mamás hacen eso”. Era tan amable que no podía imaginarla sin preocuparse por sus hijas. “Más importante aún, ¿se divirtieron ustedes dos?”

“¡Sí, toneladas!”

“El pescado estaba delicioso”.

Los dos estaban radiantes. Sí, traerlas valió la pena.

“Reunámonos todos la próxima vez, ustedes, su mamá y todos”.

“¡Sí!”

“¡Aja!”

Tal como habíamos planeado, salimos hacia Crimonia al día siguiente.