Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

Justo en el medio de mi hermoso sueño, escuché un golpe ligero, casi de disculpa, en la puerta. Abrí los ojos, me levanté y miré por la ventana antes de recordar que, oh, cierto, el sol aún no había salido. Afortunadamente, no me sentí somnolienta ya que nos habíamos acostado tan temprano. La puerta se abrió lentamente y entró alguien.

“Yuna, ¿ya estás despierta?” Fina me susurró.

“Si.” Aunque sea por poco.

“Buenos días, Yuna.”

“Buenos días. ¿Dónde está Shuri?”

“Nos acostamos temprano, así que ahora está despierta”.

Supongo que así sería, ¿verdad? Después de todo, siempre se levantaban temprano con Tiermina para ayudar en el orfanato. Si alguien iba a tener problemas para levantarse, sería yo.

“Saldremos después de cambiarnos”, dije, “así que espera abajo”. Hice que Fina bajara primero, luego me puse mi ropa de oso negro. Me acorde que Kumayuru y Kumakyu estaban acurrucados en la cama.

“Perdón por la espera”, dije cuando salí. Fina y Shuri estaban mirando al océano. Supongo que el amanecer llegará pronto, ¿eh? “Ustedes dos no tienen frío, ¿verdad?”

“Estoy bien.”

“Aja. Estoy bien.”

Ojalá no hiciera demasiado frío; no podía decirlo con el traje de oso. “Si tienen frío, avísenme”.

Las dos asintieron y partimos. Deigha ya estaba allí en la entrada del puerto, con una gran azada en la mano.

“Buenos días, Deigha,” dije. Fina y Shuri me hicieron eco.

“Buenas”, gruñó Deigha. “Bueno, entonces, ¡manos a la obra!” Se echó la azada al hombro y se dirigió al matorral de bambú.

“¿Está todo bien en la posada?” pregunté.

“Sí, preparamos las cosas anoche. Mientras cocine las cosas, Anz estará bien incluso por su cuenta. Si no puede, de alguna manera, entonces tendríamos que volver a capacitarla antes de siquiera pensar en dejarla trabajar en tu tienda”.

Argh. Espero que Anz pueda manejar las cosas por su cuenta, entonces.

Pronto llegamos al bosque de bambú. Plantas regias de bambú brotaban de la tierra.

Deigha golpeó un duro tallo de bambú, haciendo un sonido hueco. “¿De verdad puedes comer estas cosas?”

“Sí, pero los que puedes comer aún no han salido del suelo”. Busqué un lugar donde el suelo se hubiera elevado un poco para probar suerte. ¿Tal vez ahí? Usé magia de la tierra para cavar y boom, ganador: un brote de bambú gigantesco emergió del suelo. Lo desenterré con precisión y gracia, si lo digo yo misma.

“Así que hay un brote de bambú, ¿eh? Es bastante suave”. Deigha cogió el brote y lo miró.

“Si quitas la capa exterior y extraes el amargor, es comestible”.

“Está bien, lo tengo. Así que tengo que excavar el suelo, ¿verdad?” Agarrando el azadón, Deigha comenzó a adentrarse en la espesura con toda la confianza de alguien que lo había hecho un millón de veces. Lo cual… presumiblemente no lo había hecho, entonces. Mmm.

“Yuna”, dijo Fina, mirando el brote, “¿estamos desenterrando estos?”

“Así es. Son realmente sabrosos”.

“Okey. Trabajaré muy duro, pero no traje nada para excavar”.

“Todo está bien. Voy a emparejarlas a ustedes dos con mis osos”. Invoqué a Kumayuru y Kumakyu.

“¡Kumayuru! ¡Kumakyu!” Shuri corrió hacia ellos.

“¿Ustedes dos saben dónde están los brotes de bambú?” Les pregunté a mis osos. Ellos respondieron enérgicamente con un “cwoom”. ¿Qué más esperaba de los animales, o de las bestias invocadas, supongo?

“Entonces, Fina,” dije, “ve con Kumayuru. Shuri, ve con Kumakyu”.

“¡Kumayuru, cuento contigo!” Fina le dio a Kumayuru una suave palmadita en el cuello.

“Kumakyu, trabajemos muy duro”. Shuri prácticamente saltó sobre Kumakyu para darle un abrazo al oso.

Los osos soltaron un alegre gruñido al unísono.

“Kumakyu”, dijo Shuri, “trabajemos duro para que no nos gane mi hermana”.

Fina se río. “A mí tampoco me van a ganar. ¿Verdad, Kumayuru?”

Y las dos se fueron con sus osos, en direcciones separadas.

Todo el mundo se fue por su cuenta, así que supongo que yo desenterraría cosas por aquí.

Caminé por el terreno, excavando las manchas en el suelo que se estaban hinchando ligeramente. A veces me equivocaba, pero solo a veces. Mientras hacía eso, Fina y Shuri trajeron sus brotes de bambú.

A pesar de que las niñas eran pequeñas, trajeron grandes y pequeños, brotes de todos los tamaños. Seguían volviendo con más brotes, pero Deigha no estaba por ningún lado. Esperaba que estuviera desenterrando los lugares correctos, pero se fue en medio de mi explicación antes de que le diera indicaciones sobre dónde encontrar brotes de bambú, así que estaba un poco preocupada.

Preocupada como estaba por Deigha, seguí cavando hasta que sentí que estaba a punto de tener demasiados. Cuando Fina y Shuri regresaron, les dije que habíamos terminado de excavar.

“Me has ganado, hermana”, dijo Shuri con un suspiro de decepción.

“Perdiste porque te alejaste un poco, Shuri”.

“¡Pensé que habría toneladas si iba muy lejos!”

Fina se quedó cerca para cavar, pero Shuri intentó cavar un poco más lejos. Por eso, necesitaba llevar los brotes de bambú desde más lejos y había perdido contra Fina.

“Es sólo logis-tica”, dijo Fina con orgullo. “La próxima vez, debes pensar qué tan lejos necesitas llevar las cosas”.

“Ughh …” Shuri hizo un puchero mientras abrazaba a su compañero. “Lo siento, Kumakyu. Perdimos por mi culpa”. Como si le dijera a Shuri que no se preocupara por eso, Kumakyu colocó una pata suavemente sobre la cabeza de Shuri. Lindo, pero desde lejos podría haber parecido que la chica estaba a punto de ser un bocadillo de oso.

Deigha, sin embargo… Deigha seguro que llegaba tarde. ¿Hasta dónde pudo haber ido para recolectar los brotes? Usé mi habilidad de detección para verificar la ubicación de Deigha, está bien, no estaba tan lejos. “Está bien, muchachas, voy a ir a donde está Deigha, así que ustedes dos esperen aquí”.

No fue difícil de encontrar, en parte porque hizo que todo un trozo de vegetación pareciera la superficie llena de cráteres de la luna… y estaba cavando aún más agujeros. “Deigha, ¿qué estás haciendo?”

“¿Qué estoy haciendo? Estoy desenterrando brotes de bambú”, dijo Deigha, secándose la frente. “Sólo que, ah… no he encontrado ninguno todavía”.

Sí, este tipo estaba cavando al azar. “Deigha, hay trucos para encontrar brotes de bambú”.

“¡¿Los hay?! ¿Por qué no me lo dijiste antes?”

“Te fuiste por tu cuenta antes de que pudiera decir nada”.

“¡¿Lo hice?!”

“Lo hiciste. Para encontrar brotes, debes echar un buen vistazo al suelo y excavar los lugares donde ves que el suelo se eleva ligeramente”. Miré a mi alrededor y encontré un lugar perfecto. “Deigha, este lugar aquí está hinchado, ¿verdad?”

“Sí, parece”.

“Intenta cavar aquí”.

Cavó como le dije, y… “¡Oh! ¿Quieres ver eso?”

“Mmhm. Está tratando de abrirse camino fuera del suelo. Si crece, termina convirtiéndose en un tallo de bambú duro”.

“Entendido.” Deigha cavó con la azada, asegurándose de no romper el brote de bambú. Mientras cavaba, vimos la forma completa del brote: era mucho más grande de lo que esperaba. “Este es un tipo grande, ¿eh?” Deigha se esforzó y flexionó y, finalmente, logró cavar un brote de bambú.

Un brote de bambú, en singular: terminamos la excavación de brotes de bambú durante el día. Gracias a Fina y Shuri, conseguimos toneladas de ellos. El sol comenzo a salir, así que intenté decirle a Deigha que nos iríamos a casa.

“Pero solo tengo uno”.

“Se nos acabó el tiempo. Incluso si siguiéramos coleccionándolos, el sabor se estropearía”. Estaba bastante segura de que recordaba escuchar que la luz solar directa sacaría a relucir la amargura en ellos… al menos, eso es lo que decían en la televisión e Internet. Cuando le expliqué las cosas sobre el sabor a Deigha, pareció decepcionado, pero aún escuchó.

“Sí”, refunfuñó, “no hay razón para desenterrar algo amargo y desagradable”. Verdaderamente la perspectiva de un cocinero que se preocupaba por preparar buena comida para sus invitados. “De todos modos, tenemos un montón de ellos, así que debería estar bien”.

Con eso, guardé todos los brotes de bambú en el almacén de osos y me dirigí de regreso a la posada.

Cuando llegamos a la posada, Anz parecía cansada. No fue su expresión lo que la delató, sino el hecho de estar boca abajo sobre una mesa. “¿Anz?”

“¡Ah! En que puedo ayudar… oh, señorita Yuna” dijo Anz, parpadeando adormilada. “Bienvenida de nuevo.”

“Parece que saliste adelante”.

“De alguna manera, pero realmente, realmente ya no quiero hacer esto”.

“Sí, pero si no pudieras hacer esto, nunca podrías salir adelante por tu cuenta”.

Anz asintió. “Voy a trabajar duro”, dijo, y se puso de pie. “¿Obtuviste esos brotes de bambú?” Saqué un brote del almacén de osos y ella lo miró. “¿Es esto un brote?”

Asentí. “¿Qué tal si los arreglamos para comerlo en el almuerzo?” Con eso, les mostré a Deigha y Anz cómo descascarillar los brotes y preparamos arroz.

En medio de la cocción, hice una pregunta que había querido hacer durante un tiempo… “¿Todavía no ha venido nadie de la Tierra de Wa?”

“Aún no. Es un problema, ya que no hemos recibido arroz y muchas otras cosas. Gracias al señor de Crimonia, tenemos harina de trigo en camino, así que no es que no tengamos suficiente comida… pero realmente extraño los ingredientes de la Tierra de Wa”.

Uf. Si no tuvieran arroz, supongo que se verían obligados a comer pescado con pan. ¿Cómo podía alguien hacer eso? Intenté imaginarme comiendo sashimi con pan y… me estremecí. No, no está bien.

Pero, entonces… ¿tal vez una hamburguesa de pescado podría ser bastante buena? La salsa que lo acompañaba, al menos, era buena. Podía pescar muy fácilmente, así que si pudiera… err, uy, me estaba adelantando. Bien. Hora de los brotes de bambú, vamos a ver si puedo hacer que estos sepan bien.

Después de hervirlos para quitarles su amargura, preparé el plato principal: arroz con brotes de bambú. También freí algunos brotes, los aromaticé y bam: comimos brotes de bambú de dos maneras.

“Parece que sabes lo que estás haciendo”, dijo Deigha con un asentimiento de aprobación.

“Srta. Yuna, eres tan buena en esto”.

“Me alegra escuchar eso de dos cocineros”. Ahora corté los brotes con un cuchillo.

“Si eres tan buena cocinando, ¿porque me necesitas?”

“Si. Veras, no puedo filetear un pescado muy bien”.

Anz inclinó la cabeza. “¿De verdad?”

“Quiero decir, sé cocinar, pero no lo he hecho mucho. Estaré en problemas si no vienes, Anz”. El conocimiento general era diferente de la experiencia, después de todo.

“Eso es reconfortante”, dijo con una sonrisa. “Hay cosas en las que incluso tú no eres buena”.

“Oh, una tonelada. Soy una aventurera, pero ni siquiera puedo desmantelar a un monstruo”.

“¿De verdad?”

“Sí. Tengo que pedirle al gremio o a Fina que lo hagan. Fina es genial en eso”.

“¡Eso es increíble! Y ella es tan pequeña”.

Sí. Pequeña, pero loca de talento.

Mientras hablábamos y cocinábamos, Shuri se dirigió a la cocina. “Yuuuuuuna, tengo hambre”.

Ups. Salimos a desenterrar los brotes sin desayunar. “Ya casi terminamos, así que espera un poco más”.

“Ajá, está bien”. Shuri salió obedientemente de la cocina. Qué niña tan dulce y educada… pero todavía una niña hambrienta, así que tuve que preparar eso rápido. Aceleré la cocción y, en poco tiempo, alineé la mesa con los platos que preparé.

“¡Se ven tan bien!”

“¿No es blanco hoy?” Preguntó Shuri, mirando el arroz con brotes de bambú.

“Tiene los brotes que buscaste hoy, Shuri. Es realmente bueno, así que come”.

Shuri asintió y se comió un poco de arroz con brotes de bambú. “¡Oh mi diosh! ¡Yuna, es tan sabroso!”

“¡Sí, Yuna, es genial!” Shuri y Fina devoraron la comida, aunque parecían disfrutar cada bocado. Se sintió bien verlas saborear algo en lo que trabajé tan duro.

“¿Está bien si también tenemos algunos?” preguntó Deigha.

“Me aseguré de cocinar lo suficiente para ti”.

Alineé la mesa con las porciones. Naturalmente, me hice una ración, así que pronto comí brotes con el resto de ellos.

“Sabroso”, dijo Deigha. “Y es suave. No tenía idea de que el bambú pudiera ser tan suave”.

“Una vez que hayan crecido”, dije, “ya no podrás comerlos”.

“Yuna, está delicioso”, dijo Fina.

En cuanto a Shuri, estaba demasiado ocupada comiendo para decir algo, pero eso también era un cumplido.

“Me siento casi como si fueras mejor cocinera que yo, Srta. Yuna”, dijo Anz mientras comía más brotes de bambú.

“Si pudiéramos conseguir que el arroz llegara con más frecuencia”, dijo Deigha, “podríamos servir arroz con brotes de bambú en la tienda”.

Negué con la cabeza. “Los brotes de bambú son sabrosos incluso si no tienes arroz”.

“Bien, bien. Los otros platos parecen lo suficientemente sabrosos. ¿Pero estás segura de esto? ¿Realmente no te importa que tomemos todos esos brotes de bambú? Nos ayudaría, pero…” Deigha solo había sacado uno. El resto fue todo gracias a mi magia, mis osos y las niñas.

“Está bien”, le aseguré. “Encontramos toneladas gracias a estas niñas. Si necesito más, pasaré a buscarlos. Pero Deigha, ¿estás seguro de que estás bien desenterrándolos por tu cuenta?”

“Je. Seguro que había un truco para desenterrarlos, pero la próxima vez estaré bien. Después de todo, me enseñaste mucho”.

Oh hombre, esperaba que fuera cierto. Luego, la próxima vez que venga, tal vez tenga algunas comidas con brotes de bambú…

Un poco después de que terminamos de comer, llego la gente que se hospedaba para almorzar. Como Deigha y Anz estarían ocupados, salimos de la posada para mantenernos fuera de su camino.