Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

CUANDO SALIMOS del túnel, encontramos el lugar despejado de árboles: podíamos ver el mar azul distante brillando hacia nosotras. El suelo estaba nivelado, los árboles habían desaparecido y el océano se extendía ante nosotras.

“¿Ese es el océano?” Fina jadeó.

“¿El oce-ano?” Las dos se bajaron de Kumayuru y miraron el mar azul en la distancia. El clima era agradable, y el horizonte estaba despejado.

Menos mal que estaba soleado. La primera vez que vi el océano, el cielo estaba sombrío y gris, la lluvia caía, el viento aullaba y las olas rompían, lo que podría haber sido una experiencia traumática para mí, ¿sabes?

Mientras contemplábamos la hermosa masa de agua, alguien nos llamó. “¿Eres tú, niña oso?”

¿Eh? Era solo… un tipo, caminando desde una estructura similar a una cabaña. “Umm.” No lo reconocí.

“Soy de Mileela. Seguro que me diste un susto, saliendo del túnel de la nada de esa manera”.

“¿Es bueno verte otra vez?” Incliné mi cabeza.

“Te conozco, pero tú no me conoces, así que no te preocupes por eso. ¿Qué pasa?”

“Vine para mostrarles a estas niñas el océano”. Coloqué mis guantes de oso sobre las cabezas de Fina y Shuri.

“¿Querías mostrarles el océano?” repitió el tipo. “¿Es realmente tan divertido mirar el océano? Sé que el señor de Crimonia dijo eso, pero no entiendo por qué has venido hasta aquí solo por eso”.

“Eso es porque lo ves todos los días. Es muy emotivo que la gente lo vea por primera vez”.

“¿De verdad?” El hombre no parecía convencido. Supongo que cualquiera podría cansarse de ver un paisaje hermoso si eso fuera todos los días. “¿Qué piensan ustedes dos del océano?”

“¡Es muy grande!” dijo Shuri.

“Es bonito”, dijo Fina.

“¿Lo es?” El hombre asintió pensativo. “Cuando lo pones así, es como si estuvieras haciendo un cumplido a todos en Mileela. Gracias.”

Nos separamos del tipo poco después y nos tomamos nuestro tiempo para contemplar el paisaje de camino al puerto marítimo. Fina y Shuri pasaron todo el tiempo mirando el océano desde lo alto de Kumayuru.

“¿Qué tal si hacemos una parada rápida?” Sugerí. Hice que mis osos se dirigieran a un lugar en la playa. Las dos saltaron de Kumayuru y se dirigieron hacia la orilla, donde las olas rompían.

“Es grande”, dijo Fina.

“¿Todo eso es agua?”

“Es agua salada”.

“¿Es salada?” Los dos se acercaron lentamente al océano.

“Asegúrense de no mojarse”, dije. Las pequeñas olas rompían a sus pies. Tocaron la orilla con las manos, sintieron las olas entrando.

“El agua esta fría”, dijo Shuri. Lamieron el agua salada de sus manos.

“Realmente es salado”.

“¡Hermana, está salada!”

Sacaron la lengua mientras regresaban a mí, así que saqué un poco de agua dulce del almacén de osos para que se enjuagaran la boca. Después de beber el agua, regresaron directamente al océano.

Como el sol se pondría muy pronto, las llamé de nuevo. “Muy bien, vayamos al puerto marítimo antes de que se haga tarde”.

Estuvieron de acuerdo, volvieron conmigo y nos subimos a los osos para dirigirnos hacia el puerto marítimo.

Al igual que Crimonia, el desarrollo en el lado del túnel de Mileela estaba avanzando. Se despejaron los árboles hasta el puerto marítimo y nivelaron el suelo. Había pilas de madera colocadas aquí y allá, ¿las usarían para construir edificios o algo así?

Pronto vi una pared familiar, y las dos niñas inmediatamente vieron lo que había dentro. Fina lo miró fijamente. “Yuna…”

“Es un oso”, dijo Shuri, animándose al ver la cara del oso desde más allá de la pared.

“¿Esa es tu casa, Yuna?”

“¿Cómo lo adivinaste?” Dije, y Fina me miró con reproche por eso. ¿Qué? Fue un cumplido.

“Yuna”, dijo Fina, “¿nos quedamos en la casa de los osos?”

“Podríamos hacer eso, pero conozco esta posada que nos servirá buena comida. Pensé que podríamos quedarnos allí esta noche”. Como ya estábamos aquí, quería que probaran la cocina de Deigha. Si nos dirigíamos a mi casa, acabaríamos comiendo lo habitual.

Nos dirigimos a Mileela de inmediato. Recordé a los osos y me dirigí a los guardias. Parecieron sorprendidos por un momento, pero nos dejaron entrar. Mientras atravesábamos el puerto, la gente nos saludaba.

“Yuna, eres tan popular”, dijo Fina.

Shuri asintió. “¡Yuna, eres genial!”

Esto se estaba poniendo embarazoso, así que traté de ir a la posada de Deigha rápidamente. La posada estaba tan vacía como de costumbre cuando llegamos allí; dado que la ruta marítima estaba despejada, supuse que habría más gente alrededor.

“Bienvenido”, dijo Anz. “¿Está buscando una habitación o … espere, señorita Yuna?”

“Mucho tiempo sin verte.”

Anz estaba en medio de la limpieza y todavía parecía un poco sorprendida. “Srta. Yuna, ¿qué ha pasado?”

“Quería mostrarles a estas dos el océano y conseguir algunos ingredientes”, dije, y les presenté a las dos detrás de mí.

“Soy Fina”.

“Soy Shuri”.

Los dos inclinaron la cabeza con recato.

“¡Oh, Dios mío¡¡qué bellezas!”

“Sí. Vinimos para hospedarnos. ¿Está todo bien?”

“Hmm”, dijo Anz, y no fue un buen “hmm”.

“Creo que lo sabes, pero tenemos muchos ayudantes que vienen de Crimonia para ayudar con el túnel, así que nuestra posada está llena”.

“¿No podemos quedarnos aquí, entonces?” Y aquí estaba yo, pensando que la posada estaba vacía cuando todo el mundo estaba trabajando.

“Lo siento. Nos ayudaste mucho y desearía poder hacer algo. Pero, Srta. Yuna, puede quedarse en la casa de los osos incluso si no puede quedarse aquí, ¿verdad?”

Claro, por supuesto que ella sabría sobre la casa de los osos. “Esperaba dejar que estas dos comieran la deliciosa comida de Deigha y tuya”.

“Oh, eso no será un problema. Voy a sacar algo delicioso”.

“¿Estás segura?”

“Es lo menos que puedo hacer para agradecerte”, dijo, y se volvió hacia atrás. “¡Papá! ¿Puedes servir algo ahora mismo?”

“¡Todavía me estoy preparando!”

“Pero la Srta. Yuna está aquí”. Escuché el golpeteo de pasos fuertes cuando Deigha entró por la parte de atrás.

“Señorita, ¿ha vuelto?”

“Si. Encantado de verte, Deigha”.

“Me alegra que hayas venido. ¿Son esas dos chicas tus hermanas?” lo soltó a pesar de que no nos parecíamos en nada.

“No, esta es Fina, a quien le debo la vida, y su hermana pequeña Shuri”.

“¡Yuna!” Fina hizo un puchero y se enfureció. “Te pedí que ya no me presentaras así”.

“Lo siento, lo siento, pero es cierto, ¿no?”

“Pero Yuna, tú fuiste quien me salvó”.

“Ehh”. Me encogí de hombros. “De todos modos, niñas, preséntense”.

“Soy Fina. Yuna me ha estado cuidando”.

“Soy la hermana de Fina, Shuri”. Las dos inclinaron la cabeza.

“Soy Deigha. Soy el dueño de esta posada, y esta es mi hija Anz”.

“Soy Anz. Fina, Shuri, es un placer conocerlas”.

“Ahora que todo el mundo conoce a todo el mundo, ¿podemos hacer que estas dos prueben tu cocina, Deigha?”

“¡Por supuesto que podemos! Dense prisa y tomen asiento, ustedes tres. Les prepararé la comida más deliciosa que podamos ofrecer”. Deigha flexionó el brazo y sonrió con los dientes sin motivo alguno.

“Papá…” dijo Anz. Sus ojos estaban hartos de las payasadas de papá, pero sonrió. “Está bien, ahora, ayudaré”.

Deigha asintió. “Tienes algo que preguntar, ¿no? Asegúrate de preguntárselo tú misma, ¿de acuerdo?”

Deigha dejó atrás a Anz y se dirigió a la cocina. Me preguntaba qué necesitaba ella de mí. Ella no me iba a rechazar con la idea de ir a Crimonia, ¿verdad?

“Entonces, Srta. Yuna…” comenzó.

“¿Qué pasa?”

“Sobre la tienda que mencionaste antes…”

“Esto no va a ser una mala noticia, ¿verdad?”

“No, no es eso …” Uf. Parece que adiviné mal, pero Anz todavía se veía un poco indecisa cuando bajó los ojos y habló:

“Tengo que pedirte un favor…”

“Um, entonces, ¿qué es?”

“¿Te acuerdas de las mujeres que capturaron los bandidos?”

Por supuesto. Sus familias habían sido asesinadas, sus seres queridos les habían sido arrebatados y habían sido sometidas a cosas aún peores. Después de que salvamos a las mujeres, ni siquiera sabía qué decirles… así que en realidad no había dicho nada.

“¿Les permitiría trabajar también en la tienda? Sería mucho para mí hacerlo sola. Han crecido aquí, por lo que saben cómo procesar y preparar mariscos. Además, me haría muy feliz viajar con gente que conozco, en lugar de ir allí sola…” su voz se fue reduciendo cada vez más.

¿Quizás pensó que estaba pidiendo demasiado? Más empleados significaban mayores costos laborales, y probablemente lo sabía porque sus padres tenían una posada. Pero no me importaban cosas así. De hecho, estaba feliz de tener gente que sabía cómo preparar la comida.

“Todas perdieron a sus familias, ¿sabes?” Anz continuó. “Vivir aquí solo les recuerda eso. Pero incluso si quisieran irse, no conocen a nadie fuera de esta ciudad, no tienen dinero ni trabajo. Pero cuando se enteraron de que iba a Crimonia, me pidieron que… te preguntara. Y lo estoy haciendo. Ahora.”

Bueno, no tenía ninguna razón para decir que no. “Está bien. ¿Cuánta gente?”

“Está bien, yo…” hizo una pausa, parpadeó. “… espera, ¿estás segura?”

“Si. Ya había planeado encontrarte algo de ayuda, por supuesto, pero los crimonianos no sabrían nada sobre mariscos, así que me preocupaba que fueran una carga. Sería muy útil si trajeras personas que sepan preparar pescado”.

“Muchas gracias. Son cuatro mujeres”.

“Cuatro, ¿eh?”

“¿Son demasiadas?”

“No, está bien. Es solo que podría pedirles que hagan algún otro trabajo también”.

“¿Otro trabajo?”

“Básicamente, quiero que estés a cargo de la comida en última instancia, así que me gustaría que otras personas administraran cosas como el dinero y la adquisición de ingredientes. Sería mucho para hacer por tu cuenta, ¿verdad?”

“Sí, creo que sí. Dinero, suministros y cosas así… mi papá siempre se ocupa del dinero y mi hermano pesca el pescado que cocinamos, pero supongo que yo también tendré que ocuparme de esas cosas a partir de ahora”.

“No, hay otras personas en Crimonia que saben de verduras y carne, así que estarás bien. Aun así, no saben qué tipo de ingredientes necesitas, por eso creo que sería mejor dividir el trabajo. Sin embargo, si terminan por encomendarte más trabajo porque están holgazaneando, las echaré. Me preocupo por tu bienestar aquí, ¿de acuerdo?”

“Srta. Yuna… muchas gracias, pero no creo que tengas que preocuparte por eso”, dijo con una sonrisa. “Todas son buenas personas. Entonces… si todo está bien, iré a ayudar a mi papá ahora”. Anz me agradeció una vez más antes de prácticamente saltar a la cocina.

Después de esperar un rato, un delicioso aroma salió de la cocina. Deigha trajo las comidas. “Perdón por la espera. Escuché todo de Anz. Vigila a Anz y a todas las demás”

Mostré mi sonrisa más súper villana. “¡Tu hija me pertenece, viejo!”

“Por favor”, dijo con una sonrisa, “¡llévatela! Y si también pudieras encontrarme un yerno que sepa cocinar, sería genial”.

“¡P-papá!” Anz se puso roja cuando golpeó a Deigha. Aww, ¿no tenía un novio en el puerto marítimo? Habría sido un fastidio para el chico si tuviera que irse, pero sonaba como si estuviera soltera después de todo. Una chica como ella, súper linda y genial cocinando… divertido pensar que nadie la estaba viendo.

Tal vez eso tuviera algo que ver con la masa de músculos a su lado.