Toaru Majutsu no Index – New Testament (NL)

Volumen 9

Capítulo 6: Mundo Fluctuante y Cambiante. Version_Omega.

Parte 5

-… ¿¡Ah!?

Kamijou despertó.

Se había acostumbrado a preguntarse inexpresivamente lo que le había sucedido. Era similar a ser golpeado tantas veces que toda su cara se sentía caliente y no pudiera distinguir las lesiones individuales.

Había sido golpeado a ese grado.

Su corazón había sido despedazado y amenazó con dispersarse en todas direcciones. Su instinto lo llevó a reunir desesperadamente los pedazos de su corazón, pero su propio exterior había adelgazado tanto que ni siquiera podía recordar cuántas piezas necesitaba reunir.

Aun así, un estímulo externo causó que el dedo índice de Kamijou se moviera. Fue hecho moverse a la fuerza como cuando alguien levantaba instintivamente una mano para bloquear una luz brillante de sus ojos.

Se encontraba en un parque lleno de una luz solar suave.

Estaba sentado en un banco blanco y parecía que había estado durmiendo apoyado en el respaldo.

Quería preguntarse cuánto tiempo había estado dormido allí, pero dudaba que la pregunta tuviera mucho sentido.

Era posible que este lugar hubiera sido creado en el instante que había despertado.

Este lugar probablemente era una construcción cruel elaborada por Othinus mientras ella miraba desde arriba. Al igual que las anteriores, negaría su propia existencia y lo golpearía con una sensación de impotencia.

Cualquier lugar que inicialmente pareciera tranquilo y pacífico siempre traería una destrucción total al final. Su alma sería aplastada por la vista de la gente que conocía gritando y hundiéndose en charcos de sangre.

Así que se tensó defensivamente.

Después de todo lo que había visto, él no se quedaría de brazos cruzados viendo ocurrir el cambio con optimismo.

(Haré el primer movimiento.)

Su mente borrosa se centró en un solo punto en el centro de su cabeza. Sintió su circulación volverse más fuerte a través de su cuerpo.

(Afortunadamente, he sido capaz de mantener mis recuerdos todo este tiempo. Eso me da una oportunidad de armar un medio para resistir el poder aparentemente infinito de Othinus…Los voy a salvar. Sin importar lo que me pase,

¡¡voy a regresar a todo el mundo a la normalidad!!)

¿Qué pasaría si su corazón se rompiera incluso una vez en medio de todos estos mundos fluctuantes y cambiantes?

No había pensado en eso para nada.

Tenía cosas más importantes en que centrarse.

Othinus comenzaría pronto. Una vez que comience, la destrucción y el colapso del mundo no podían ser detenidos. Afortunadamente, nunca fue hecho esperar durante 100 años en un vasto desierto vacío. Ella probablemente no quería esperar tampoco. Ningún humano trataría de matar una fea cucaracha cuidándola en una jaula para insectos hasta que muriera. Esto era lo mismo.

Tenía que averiguar lo que iba a suceder.

Tenía que comparar las diferentes variaciones de destrucción y calcular el “rango” de Othinus.

Tenía que encontrar cualquier rasgo común y determinar cuáles eran los hábitos y disposiciones de la Diosa Mágica.

Podría haber un pequeño agujero en alguna parte.

Podría haber una grieta fina y delgada que no se notaba a primera vista. O podría haber algo pequeño que ni siquiera Othinus había notado.

Podría haber algo en alguna parte.

(Así que no apartes la vista. Enfréntalo de frente. ¡¡Enfréntalo y supéralo!! No importa lo que me pase. No importa si esas escenas repetidas que superan todos los límites terminan friendo mi cerebro. No puedo dejar que manipule a Index y los demás por más tiempo. ¡¡Regresaré todo a la normalidad y recuperaré su honor!!)

Reunió la fuerza en todo su cuerpo. Comenzó a levantarse del banco del parque. Pero algo más sucedió primero.

-…llis.

Escuchó una voz.

Parecía estar hablando inglés, por lo que no fue capaz de entender los detalles. Lo único que pudo distinguir fue un nombre.

Pero ningún nombre lo sorprendería ahora. Él incluso había visto a un completo extraño ser llamado “Kamijou Touma” por su clase, pero lo había superado.

Así que sabía que podía superar esto también.

Pero entonces el nombre completo entró en sus oídos.

-¡Espera, Ellis!

Fue solo un instante, pero la respiración de Kamijou Touma definitivamente se detuvo.

Se olvidó por completo de levantarse del banco. Volvió solo su cabeza y lentamente miró hacia la persona que habló.

Una pequeña niña con pelo rubio ondulado y piel morena pasó corriendo. Un chico corría delante de ella.

Kamijou reconoció a la niña. (Pero…)

¿No era Ellis el nombre del golem que pertenecía a la maga llamada Sherry Cromwell?

¿Y no el nombre venía de un amigo cercano de ella que había muerto hace mucho tiempo?

-…

Kamijou miró sin comprender; realmente sin comprender; mientras el chico y la chica corrían.

Y entonces escuchó otra voz.

Estaba hablando en francés o italiano. De cualquier manera, era un idioma que él no entendía en absoluto. Aun así, pudo notar que la voz estaba feliz.

Se volvió hacia ella y encontró a una chica joven y a una joven pareja sentada en una manta de picnic de plástico tendida sobre la hierba verde. Ellos de vez en cuando sacaban sándwiches de una cesta de mimbre y los comían felizmente. Sus expresiones decían que la felicidad venía más de la situación que del sabor de los sándwiches.

La niña tenía pelo castaño atado en delgadas trenzas. Kamijou recordó a la monja llamada Agnese Sanctis. Pero ¿alguna vez había oído algo de que tuviera padres?

-No puede ser…

Gradualmente sintió una gran sombra formarse sobre él.

La chica conocida como Vento del Frente caminó tomada de la mano con su hermano menor. El hombre conocido como Terra de la Izquierda no había sido ejecutado por su colega y bebía café helado bajo la misma sombrilla que los demás miembros.

La mujer llamada Oriana Thomson no trabajaba como una mensajera mágica y en su lugar sonreía con algunos niños y ancianas diferentes.

-Ahí estás, sensei.

Esa voz parecía pertenecer a Kumokawa María que llevaba un extraño traje de Maid. Eso significaba que Kamijou ni siquiera tuvo que comprobar para saber a quién le había hablado.

Fue Kihara Kagun.

Era alguien que definitivamente había muerto y debería estar muerto.

-Recházalo todo.

Esas dos palabras se clavaron en el pecho de Kamijou.

La voz maliciosa pertenecía a la chica rubia del parche en el ojo. A la cual llamaba la Diosa Mágica Othinus.

-Si insistes en que los mundos cambiados y que el acto de cambiar el mundo son malvados, entonces rechaza este retorcido mundo sin crimen, deudas, o corazones rotos.

-…

Othinus se inclinó por detrás del banco, se apretó contra él, acercó su mejilla, y casi mordió suavemente el lóbulo de su oído mientras le susurraba.

Kamijou no dijo nada.

No tenía ninguna refutación que dar.

-Destruir el mundo es fácil. Matarme o destruir la lanza que utilizo para controlar mi poder funcionaría. Dudo que un humano pueda lograr cualquiera, pero al menos vale la pena intentarlo. Fallarás en cualquiera de los dos y serás incapaz de quitármelo todo, pero podrías crear un poco de estática. Eso sería suficiente para destrozar este mundo improvisado creado con una fase incompleta. Serías capaz de eliminar uno de los mundos que crees están tan horriblemente distorsionados.

En algún momento, una lanza había aparecido en su mano. Esa era Gungnir.

Ese objeto espiritual ayudaba a controlar el poder de un Dios Mágico. Era la clave de todo. Provocaba cambios en el mundo ignorando los deseos de la misma gente que afectaba. Ese único punto conectaba al centro de la cuestión.

Othinus estaba abrazando los hombros de Kamijou desde atrás.

Y ella también sostenía la lanza. Esto la puso muy bien al alcance de su mano derecha.

En este momento, podría destruirla.

-Rápido. – instó Othinus en voz baja. Su largo cabello desprendía un aroma dulce.

– Es un error torcer el mundo hacia la dicha. Es correcto regresarlo a la normalidad. Eso es lo que dices y probablemente tienes razón. Así que muéstralo con tus acciones. Prueba tu propia idea de justicia. Hazlo.

(¿Esto realmente puede suceder?)

Othinus había estado usando libremente su poder absoluto para manipular todo. Él había asumido que ella era un mal absoluto. Por su propia conveniencia, ella había destruido repetidamente el mundo, traído gente a la ruina, y le mostró a Kamijou mundos infernales de agonía.

Durante todo eso, la idea de regresarlo todo a la normalidad lo había apoyado. Ese había sido su objetivo.

Pero…

-Dije esto antes. – mientras observaba este mundo de felicidad, Othinus susurró en el oído del chico tembloroso. – El mundo realmente no te necesita. Incluso sin ti específicamente, sus peligros fueron evitados. El número de muertes, los grupos de amigos de las personas, la cantidad de los activos de la gente, y los titulares de las noticias pueden cambiar un poco, pero el mundo no se detiene. La vida de las personas, trabajos y romances siguen adelante.

-…

-Tú los salvaste de una manera. Yo los salvé de otra. Eso es todo. En este mundo, yo me enfrenté a esos incidentes irrazonables en tu lugar. Este no es un problema del bien y del mal. No sirve de nada discutir quién tenía razón. Es un problema de las opciones disponibles y los resultados producidos. Estos dos factores difieren mucho entre nosotros. Y eso afecta la vida de las personas, finanzas, vidas amorosas, y mucho más.

-Entonces…

El débil chico finalmente movió sus labios temblorosos para hablar.

-¿Qué he estado haciendo todo este tiempo?

-Lo hiciste bien para un simple humano. – la respuesta de Othinus fue simple. – Pero ¿lo olvidaste? A mí me conocen como un dios. Puedo salvar a la gente en maneras que tú no puedes.

Esa puede haber sido la teoría en diversas mitologías.

Podría haber sido hecho más complejo por las mentes de aquellos que creían en ellas.

Pero…

-Eso no es justo.

-Tal vez.

-Ellis ya estaba muerto para el momento en que conocí a Sherry. Había ocurrido veinte años antes. Sin importar lo mucho que me esforzara, no había manera de que pudiera salvar a ese chico. Yo ni siquiera había nacido entonces.

-Entonces no hiciste nada malo.

-Es lo mismo con Oriana y Agnese. Tenía que haber habido tragedias que ni siquiera conocía. No puedo saberlo todo acerca de las deudas y los corazones de la gente. ¿Cómo se supone que salve a la gente de esas cosas?

-Nadie te está culpando.

Un avión de papel pasó por delante de ellos.

Una pequeña niña fue tras él junto con algunas chicas con el mismo rostro exacto que ella.

Kamijou se volvió en la dirección de la que había sido arrojado el avión de papel y vio a dos Nivel 5.

Eran el Número 1 y la Número 3.

Este probablemente era un futuro ligeramente diferente donde se habían reconciliado perfectamente sus problemas.

-No podía salvarlos. ¡¡Era imposible para mí!! Eso es cierto. Más de 10,000 clones fueron asesinados. ¡¡Si me hubiera dado cuenta antes, podría haber existido una opción diferente!! Fue mi culpa por aceptar eso. ¡¡Solo pensé que todo estaba resuelto porque había salvado a una o dos personas en frente de mí!!

–Si dejas de culparte a ti mismo, todo el mundo lo aceptará.

-Entonces… ¿Qué logró mi elección?

La respuesta verdaderamente correcta era probablemente la que tenía ante sus ojos.

Era irrazonable y requería engañar y volver el tiempo atrás, pero Kamijou no podía pensar en ninguna respuesta mejor que esa.

-¿Mi elección aceleró algunas tragedias? ¿Es posible que causara muertes innecesarias? ¿Hice sufrir a alguien, obligué una gran deuda sobre alguien, y destruí la oportunidad en el amor de alguien? ¿¡Me quedé satisfecho y pensé que los había salvado, entonces qué me vuelve eso!?

¿Cambiar las cosas era realmente malvado?

¿Regresarlas a la normalidad era realmente bueno?

¿Podía seguir diciendo eso después de ver un mundo tan maravilloso?

¿Incluso si alguien estaba controlando ese mundo?

Othinus había protegido las sonrisas que Kamijou no había podido, entonces ¿ella tenía razón? ¿Esto realmente era una forma de gobierno justo en lugar de dominación mundial?

Un balón de fútbol rodó hasta los pies de Kamijou. Othinus retiró suavemente los brazos de su cuello. Liberado de su agarre, Kamijou se volvió.

Una pequeña forma se acercó a él. Era una monja con hábito blanco.

-Mi balón…

Al oír esa voz, Kamijou instintivamente tomó el balón de fútbol a sus pies. Mientras Index se acercaba al balón, ella casi parecía un cachorro.

Algunas otras personas eran visibles detrás de ella. Stiyl Magnus.

Kanzaki Kaori.

Y algunos sacerdotes y monjas que no reconoció.

-Oh. – murmuró Kamijou.

Debido a su pérdida de memoria, había perdido los eventos reales. Pero más o menos lo entendió en base a su conocimiento.

Este era un futuro donde ellos no habían fallado y Kamijou no les había arrebatado su papel.

-¿?

Cuando la chica de cabello plateado tomó el gran balón de él, lo miró a la cara e inclinó su cabeza.

-¿Qué pasa? ¿Te duele el estómago? – preguntó Index. Kamijou adivinó que estaba haciendo una cara muy extraña.

¿Cambiaría algo si extendía su mano derecha y le frotaba la cabeza? ¿O no cambiaría nada en absoluto?

Por un instante, su mano derecha tembló siniestramente.

-No.

Kamijou formó una sonrisa.

Apretó en silencio su puño derecho sobre su regazo.

-No es nada. Estoy bien.

Kamijou miró la espalda de la chica mientras se alejaba corriendo.

Esa visión de ella uniéndose a otro grupo tenía que ser lo que esas personas habían visto tantas veces en el mundo que él conocía.

¿Eso realmente había sido una forma de salvación?

¿A quién había estado salvando al proporcionar continuamente a esa gente con esta horrible sensación de pérdida?

-Proteger o destruir. – susurró Othinus mientras se sentaba en la parte trasera del banco y apoyaba su espalda contra la suya. – Solo puedes elegir una u otra. Y esa decisión no solo te afectará a ti, sino también a todos los que conoces. Lo decidirá todo para todos ellos.

-¿Qué me estás pidiendo que haga? – preguntó el chico mientras temblaba. – Vas a salvar al mundo incluso si no hago nada. ¡Acabas de mostrarme eso! ¿Qué quieres de mí? ¿Qué queda para que yo haga en este mundo absolutamente perfecto? ¿¡Qué me estás confiando!?

-Es muy simple. – el tono de Othinus era tan despreocupado que casi parecía que empezaría a silbar. – Como has dicho, este mundo es perfecto. Absolutamente perfecto. Todo está protegido por la proporción áurea calculada en base a la suposición de que Kamijou Touma no existe. Pero piénsalo a la inversa. Tu simple presencia aquí causará un mal funcionamiento en este mundo. Un engranaje innecesario o una sola cuña pueden obstruir los movimientos de todos los demás engranajes…Ese es el estado actual y pronto comenzará a derrumbarse. No sé si sucederá dentro de un segundo o en un mes, pero va a suceder. Sucederá en el instante que este mundo recuerde que sigues aquí.

La Diosa Mágica Othinus miró a Kamijou con su único ojo y dio su conclusión.

-Pon fin a tu vida. No hay otra manera de proteger a este mundo.

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Por un instante, Kamijou mostró una expresión relajada que parecía una sonrisa bizarra.

Pero cualquiera podía decir que definitivamente no estaba sonriendo. Othinus lo ignoró.

-Podría matarte, pero estoy segura de que te has dado cuenta del problema con eso. Tienes una forma de escapar de alguna manera de situaciones peligrosas provocadas por factores externos. Tu incapacidad de morir cuando deberías puede ser la mayor desgracia de toda la mala suerte a la que has estado expuesto constantemente. Puedo matarte con probabilidades superiores al 99%, pero si quieres llenar la brecha y llegar al 100%, sería más rápido que tú acabaras con tu propia vida. Esa sería la opción más saludable para el mundo.

Kamijou escuchó un sonido bajo. Algo había caído del cielo.

Era el lazo de cuerda gruesa utilizado para colgarse uno mismo. Tan pronto como se dio cuenta de lo que era, más objetos cayeron a su alrededor: un cuchillo, una parrilla de carbón, una pistola, detergente, un auto, pastillas, una gruesa bolsa de plástico, un secador de pelo roto, un vaso de sake plateado, un cuchillo en una funda de madera, una lata llena de gas, y ropa con rocas llenando la parte inferior en lugar de pesos. Era una escena colorida, cómica y surrealista que recordaba a las lluvias de dulces vistas en los libros ilustrados para niños.

-Elige por tu cuenta y toma la decisión tú mismo. Si estás preparado para soportarlo todo, entonces puedes luchar conmigo y destruir la lanza. Si no estás preparado para hacer eso, entonces debes poner fin a tu propia vida.

Kamijou se volvió lentamente hacia Othinus. Pero ella ya había desaparecido.

El chico se quedó completamente solo.

El enorme peso de ese mundo feliz y perfecto presionó sus hombros.