Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

EL SOL SE PONÍA cuando salimos del túnel. La brisa del mar nos envolvió y bendijo nuestros pulmones con aire fresco, tanto mejor porque habíamos pasado horas y horas confundiéndonos bajo las montañas. Cliff y Milaine parecían tan aliviados como yo cuando mirábamos hacia el océano.

“Es tan bonito”, dijo Milaine.

“Mm. Así es.”

“Con el nuevo túnel, supongo que podríamos tomarnos nuestras vacaciones aquí”.

“Tal vez traiga a mi hija conmigo la próxima vez”.

(Aquí está la esperanza. Noa estaría loca por completo).

“Nunca imaginé que llegaríamos al otro lado de las montañas Elezent en un solo día”.

“No quiero ni pensar en cuánto tiempo habría tardado en dar la vuelta”.

Yo tampoco, y lo había hecho. Los tres hablamos y caminamos y miramos la puesta de sol sobre el mar. El misma viejo guardia que me saludó por primera vez esperaba fuera del puerto marítimo. Guardé a Kumayuru y Kumakyu, y luego me dirigí a la entrada.

“¡Niña oso! ¡Has vuelto!” El guardia de la puerta se acercó corriendo, luciendo encantado. “Escuché que te fuiste mientras yo no estaba aquí. ¡No poder agradecerte antes de que te fueras me destrozo, amigo! ”

Ahora que lo mencionó, realmente había una persona diferente cuando me fui. UPS.

“Gracias por rescatar la ciudad”

Era mucho tener a alguien simplemente … decirme eso, directo a mi cara. Quizás me sonrojé, quizás no. “Muchas otras personas ya me han agradecido, así que no es necesario que lo hagas. Y, quiero decir, ¡ya me dieron tanto arroz!”

El arroz de agradecimiento fue la mejor parte, para ser honesta. Favorecer los regalos por encima de los pensamientos agradables no era una buena imagen, es cierto, pero ehh.

“¡Sí, pero me gustaría que supieras que también traje arroz de mi casa! No fue tanto, ¡pero lo traje!”

“¿En realidad? Gracias. Saborearé cada bocado”, dije, lo que hizo que su rostro se iluminara.

“Me encanta escuchar sobre el arroz de la victoria de otra persona”, dijo Cliff, “pero ¿podrías dejarnos pasar pronto?”

“¡Oh, ja! Lo siento, hombre. Ustedes dos, como… ¿la conocen? Está bien.”

“Sí, eso es correcto”.

“Ejem.” El guardia se puso rígido y volvió inmediatamente al modo profesional. “¿Puedo ver sus tarjetas? Es parte del trabajo es todo”.

Cliff y Milaine entregaron obedientemente sus tarjetas. El hombre las miró. Su expresión cambió ante nuestros ojos.

“Usted es el Conde y el maestro del gremio …” Devolvió las cartas e inclinó solemnemente la cabeza. “Por favor acepte mis más profundas disculpas. Por aquí, milord”.

Cliff se encogió de hombros. “No te castigues por eso. No es necesario que seas tan formal”.

“Así es”, dijo Milaine, dándole un pequeño empujón a Cliff. “No necesitas inclinarte ante este tipo”. El guardia pareció tan sorprendido al ver que Milaine era maestra de gremio.

Nos dirigimos hacia el puerto marítimo propiamente dicho. El sol se había puesto por completo ahora y el cielo estaba oscuro. Parecía que no íbamos a tener nuestra discusión hoy. “Es bastante tarde. ¿Qué queréis hacer vosotros dos? Puedo llevarlos a una posada, si la necesitan”.

“No, primero quiero conocer al maestro del gremio de aventureros”.

“Bien”, dijo Milaine. “Como no hay alcalde, deberíamos saludar a los tres ancianos que representan a la ciudad, pero hoy es demasiado tarde. Por ahora, vamos a conocer la situación del maestro del gremio”.

La gente del pueblo que me vio me recibió en el camino hacia el gremio de aventureros. La mayoría me dio las gracias, pero algunos se enojaron porque me escapé sin decir nada.

“Parece que eres bastante popular, Yuna”, dijo Milaine.

“Ella derrotó al kraken, si recuerdas.”

“Sí, sí, pero eso no puede ser todo. Mira lo adorable que es esta chica y dime, honestamente, que eso no influye en su popularidad”.

¿Mi apariencia? ¿Todo el asunto del oso? Impresionante, genial, me encanta. Todo el tiempo, me preocupó que el traje de oso se convirtiera en lo único que tenía a mi favor, como si alguien me dijera que mi única característica definitoria eran cintas o anteojos, y aquí estaba. Uf, aquí estaba un pensamiento deprimente: ¿qué pasa si caminaba más tarde sin mi traje y todos los habitantes del pueblo me ignoraran?

Eh. Extraño, ¿no? Quiero decir, aquí estaba yo, siempre quejándome de que la gente se molestaba en hablar conmigo, pero ¿si no me hablaban? Eso sería aún peor. Me sentiría sola. Tres hurras ​​por los problemas de abandono, supongo.

Bueno lo que sea. Lo importante era que el traje de oso no formaba parte de mí. No era Yuna, ¿sabes? Si. Definitivamente no.

Con seguridad.

Encontramos a los miembros del personal limpiando en el gremio de aventureros, pero no vimos a ningún aventurero. Escuché que ahora había muchos aventureros en la cárcel por conspirar con el gremio comercial, y que muchos otros abandonaron la ciudad, tal vez por pura culpa.

“¿Srta. Yuna?” Un miembro del personal se fijó en mí y desde allí todos se fijaron en mí.

“¿Está Atola?” Pregunté.

“Sí, ella está aquí. La llamaré de inmediato”.

El empleado corrió a una habitación interior, una puerta se estrelló en algún lugar de la parte de atrás y Atola se acercó directamente a nosotros. Vestida con su habitual, uh, atuendo de pecho.

“¡Si no es Yuna! ¿Ya volviste?”

“Oye, Atola. Es bueno estar de vuelta.”

“¿Come te fue? ¿Qué dijo el señor de Crimonia?” Supongo que no se había fijado en Cliff y Milaine.

“Atola, retrocedamos un poco. Lo explicaré.”

“Oh, seguro. Bien, entonces, ¿quiénes son estos dos?” preguntó, mirando a Cliff y Milaine.

“¿Este hombre es el señor de Crimonia, Cliff Fo… Fro…? Escucha, es un nombre noble genial o lo que sea, quién sabe”.

Cliff me dio un pequeño empujón en la cabeza. “¿Ni siquiera sabes mi nombre? Si presentaras a otro noble así, estarías en problemas. Tienes suerte de que sea solo yo”.

Me encogí de hombros. “Entonces, ¿por qué sacarlo a colación?” El nombre de Cliff era tan largo que no había forma de que pudiera recordarlo todo. Además, nunca antes lo había dicho en voz alta.

“Eres tan …” Cliff dejó escapar un profundo y exasperado suspiro antes de mirar a Atola. “Soy el señor feudal de Crimonia, Cliff Fochrosé. Acabamos de llegar. Aunque sea tarde, creemos que sería correcto saludarla lo antes posible”.

“¿Eres el señor de Crimonia, mm?” Repitió Atola, con los ojos brillantes de emoción.

Puse los ojos en blanco. Como Atola, ¿eh? Bien. Cliff ya tenía una hermosa esposa llamada Ellelaura, así que es mejor que deje de hacerlo.

“Y esta mujer”, continuó Cliff, “es la maestra del gremio comercial de Crimonia, Milaine”.

“¿Y eres el maestro del gremio comercial?” Atola la miró sorprendida.

“Soy Milaine, y tengo el placer de servir como maestra del gremio comercial de Crimonia. Parece que uno de los nuestros ha provocado bastantes problemas. Permítanme ofrecer mis más sinceras disculpas”.

Finalmente, Atola recobró el sentido. “S-sí, por supuesto. Soy Atola y sirvo como maestro de gremio del gremio de aventureros del puerto marítimo. Gracias por venir desde tan lejos”.

“¿Muy lejos?” Cliff enarcó una ceja.

“¿De verdad?” añadió Milaine.

La pareja se estaba divirtiendo con esto, ¿eh? Atola los miró con expresión burlona en el rostro. “Nunca me hubiera imaginado que el señor y el maestro del gremio comercial vendrían aquí en persona”.

“Teniendo en cuenta el contenido de la carta”, dijo Cliff, “no podríamos confiar estos asuntos a nadie más. Mis disculpas por no hacer arreglos antes de nuestra llegada”.

“En absoluto, simplemente estoy agradecida de que hayan venido. No te has impuesto en absoluto”.

“Me alegra escucharlo.”

“Bueno, Lord Cliff” dijo Atola en tono de disculpa, “es un poco tarde para intentar una reunión. Me gustaría repasar todos los detalles mañana. ¿Eso estaría bien?”

“Lo entiendo completamente. Si está bien.”

“Y en cuanto a dónde te quedarás esta noche…” Atola vaciló. “Ahora, normalmente te quedarías en la residencia del alcalde, pero actualmente no tenemos un alcalde, por lo que no estamos en condiciones de ofrecer nuestra mejor hospitalidad, así que ya ves …” La voz de Atola se hizo cada vez más suave.

“No tienes que preocuparte por eso. Llegamos sin previo aviso, después de todo. Una posada será suficiente”.

Atola inclinó la cabeza por segunda vez. “Muchas gracias. Enviaré a un miembro del personal para que se reúna con usted en la posada mañana, así que espero que tenga una velada tranquila. Naturalmente, cubriremos el costo de la posada”.

“Sí, amablemente aceptaremos su oferta de descanso”.

“Yuna”, dijo Atola, volviéndose hacia mí, “¿Supongo que te quedarás en casa de Deigha?”

“Sí, quiero que sepan que también he vuelto”. También estaban las cosas con Anz, y … ¿honestamente? No sabía cómo eran las otras posadas por aquí y no me importaba lo suficiente como para averiguarlo. “Además, Atola, ¿no estás hablando un poco raro?”

Atola parpadeó. “¡Yuna! ¿Con quién crees que estamos hablando?” Ella robó una mirada rápida a Cliff.

“¿Cliff?” Ofrecí. Eso no pareció ser suficiente por alguna razón. “Cliff, ¿quién es el señor de Crimonia y esas cosas?”

“¿Y esas cosas? Deberías saberlo mejor. ¿Y no deberías realmente llamarlo Lord Cliff en lugar de su nombre de pila?”

Oh, eh. Cambié a una base de primer nombre con Cliff sin siquiera darme cuenta. ¿Cuándo empezó eso? Desde la primera vez que nos conocimos, ¿verdad? Y si no fue entonces, seguramente todas las cosas del orfanato realmente lo arreglaron.

“Uhh. Señor … ¿Cliff? Cliff el señor?”

Cliff se estremeció. “¡Para! Oírte decir eso es simplemente … ¡repugnante!”

“Está bien, no hay necesidad de ser un idiota al respecto”.

“No, es que… Atola está actuando como lo haría la gente normal con los nobles, ya ves. Eres la extraña. No es que me guste cuando los demás se preocupan tanto por mí, pero también sería un problema si todos actuaran como tú, Yuna. Maestro del gremio, si pudieras actuar normalmente a mi alrededor, sería útil”.

“Lo haré lo mejor que pueda. ¿Puedo preguntar cuántas personas le acompañaron aquí?”

“Ninguno.”

Atola se quedó atónita en silencio. Los nobles normalmente iban acompañados de guardias, ¿no es así?

“Tenemos a Yuna. No necesitábamos guardias”.

“¿En serio?”

“Sí. De hecho, llegamos hasta aquí con los osos de Yuna. Basándome en la carta, pensé que sería mejor venir lo antes posible. Era la forma más rápida”.

“M-muchas gracias.” Atola estaba profundamente conmovida. Parecía un poco fuera de lugar para ella, ¿no? Pero ella siguió hablando en este tono extraño. Me dio escalofríos. “Por favor, permita que los empleados del gremio lo vigilen, al menos”.

“Atola, está bien”, dije. “Tenemos los osos, es decir, yo”.

“Pero…”

“¿Qué tal esto? Puedes darle guardias cuando no esté con ellos”.

Atola se mordió el labio. “Bien. Supongo que contaré con tus osos para vigilarlos esta noche”.

“Mientras estén en la posada, los osos, es decir, ¡yo! – los mantendremos bien”. Kumayuru y Kumakyu tampoco necesitaban dormir.

Como se hacía tarde, terminamos las cosas y dejamos el gremio de aventureros. Pocos días después, estaba yo en la posada de Deigha.

“¡Señorita! ¿Has vuelto?” Deigha, el gigante que era, se acercó tambaleándose en el momento en que abrí la puerta.

“Así es. A partir de hoy, volveré a ser tu problema”.

“¡Ja! Siempre eres bienvenida aquí. ¿Quiénes son esos dos?” Deigha miró a Cliff y Milaine, de pie detrás de mí.

“Soy el amigo de Yuna, Cliff”, dijo asintiendo. “Te impondremos por un tiempo”.

“Y yo soy Milaine”.

“Un amigo de Yuna es amigo mío. Tenemos montones de habitaciones abiertas. Quédate el tiempo que quieras. ¡Libre de cargo, por supuesto!” Dado que Atola cubría los costos, no importaría que fuera gratis para nosotros de todos modos.

“Oh, ¿estás seguro de que puedes decir eso?” Milaine dejó escapar un pequeño jadeo falso. “¿Y si Yuna se juntara con la gente equivocada? ¿Y si quisiéramos quedarnos aquí … para siempre?”

“Ella no hace ese tipo de amigos. Si estuvieran diciendo la verdad, entonces todos ustedes serían impostores”.

“Je. ¡Parece que tiene mucha confianza en ti, Yuna!”

“No confiaría inmediatamente en extraños, pero esta chica es diferente. Todos aquí están de acuerdo en eso”. ¿Qué pasaba con esta fe que tenían en mí? Fue algo aterrador. ¿Realmente había hecho algo tan bueno?

Bueno, eh. Ahora que lo pensé… ¿sí?

Distribuí comida, capturé ladrones, rescaté secuestrados, limpié accidentalmente el gremio comercial, herví el kraken y luego doné todos los trozos de calamar cocidos. Cuando lo escribes todo claramente, así de simple, supongo que sería natural que confiaran en mí.

“Si ella me dice que ustedes son sus amigos”, dijo Deigha, “entonces solo eso vale mi confianza”.

Vamos, esto se estaba volviendo culto. No quería una secta, eso sonaba como un gran dolor. “Realmente no fue gran cosa, estaba en el momento, haciendo lo que debía. Lo digo en serio, por favor, no le den demasiada importancia, no estaba tratando ser una salvadora o lo que sea”. Fuera lo que fuera lo que estaba pasando aquí, tenía que detenerlo.

“Pero …” Deigha frunció el ceño.

“Si realmente quieres agradecerme, hazme un simple favor la próxima vez”.

“¿Qué es eso? ¿Qué simple favor?”

“Supongo que todavía es un secreto”.

“Vamos, si es algo que puedo hacer, te escucharé”. ¿Estaba seguro? ¿Realmente podría hacer una promesa como esa?

Mwahahaha… ¡estaría… llevándome a su hija! … Porque los dos ya hablamos de ese tipo de cosas, obviamente. Ahora solo necesitaba el permiso de su padre, pero eso podría esperar un poco.

“Bueno, entonces, amigos de la niña oso, ¡prepararé un festín! Coman con el contenido de su corazón”. Deigha llenó la mesa con platos de mariscos y los dos comieron hasta que se llenaron.

Cada uno de nosotros alquilamos nuestras propias habitaciones y nos relajamos, durmiendo por la aventura de hoy y por la promesa del mañana. No me olvidé de convocar a Kumayuru y Kumakyu como guardias.

“Asegúrate de avisarme si notas que alguien sospechoso se acerca también a las habitaciones de Cliff o Milaine”, les pedí a Kumayuru y Kumakyu, acariciando suavemente sus cabezas. Me respondieron con un suave “cwoom”.