Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

LOS NIÑOS DEL ORFANATO estaban trabajando duro, cuidando bien los kokekko y haciendo un gran trabajo en el Salón del Oso. Quería hacer algo por ellos. Veamos … Reparé el antiguo edificio del orfanato, pero aún estaba viejo y gastado. Ninguno de los niños pronunció ni una palabra de queja al respecto, pero…

“¿te importa si reconstruyo el orfanato?” Le pregunté a Cliff un día.

“¿Qué? ¿Apareces de la nada y eso es lo que pides?”

“Quiero decir, es tu ciudad, ¿verdad? Estaba pensando en consultarte antes de hacer algo”.

Cliff suspiró. “¿De verdad crees que soy una persona tan mezquina?”

“Ehh”.

“Te haré saber, jovencita …”

“Estoy bromeando. Realmente vine a pedir tu permiso. El edificio es propiedad de la ciudad, ¿no?”

“Hm. Está bien, tienes mi permiso. Haz lo que quieras con él”.

“Gracias.”

“No hace falta.” Traté de irme, pero me detuvo y llamó a su mayordomo. “Rondo, por favor prepara algunos fondos”.

“Sí, mi señor,” respondió Rondo, e inmediatamente salió de la habitación.

“Realmente no necesito dinero”.

“No podemos no darte nada. No creo que el dinero pueda compensar mi negligencia, pero aun así voy a ayudar si vas a reconstruir el lugar”.

“Pero…”

“El orfanato puede sostenerse por sí mismo incluso sin la ayuda del pueblo gracias a ti. Yo sé eso. Acepta el dinero. Considérelo una disculpa mía”.

Incluso si lo aceptaba, no lo necesitaba para construir el edificio. Iba a hacerlo con magia después de todo, pero … “¿Puedo usarlo para cualquier cosa?”

“Úsalo como quieras”.

En ese caso, tal vez lo usaría para comprar muebles y cosas que necesitaban para su vida diaria. Necesitaban ropa de cama nueva y yo también quería conseguir platos y cubiertos a juego. Sin embargo, primero tendría que consultar a la directora y a Tiermina.

La puerta se abrió justo cuando nuestra conversación terminaba; volvió el mayordomo Rondo.

“Lord Cliff, aquí está”.

“Por favor dáselo a Yuna”.

Rondo me ofreció una bolsa que casi estaba llena de dinero. “Sus fondos, señorita”.

Le di las gracias y lo acepté. Dios, era pesado. Me dio mucho más de lo que esperaba. “Si sobra algo, ¿puedo devolverlo?”

“No hay necesidad. Como dije, esto incluye mi disculpa. Si queda algo, úsalo cuando lo necesites”.

Después de recibir el permiso de Cliff para reconstruir el orfanato, me dirigí hacia allí y le pedí a la directora, Liz y Tiermina que se reunieran en una habitación.

“¿Reconstruir el orfanato, dices?” Tiermina enarcó una ceja.

“Ya has hecho muchas reparaciones”, dijo la directora. “Creo que lo estamos haciendo muy bien. La corriente se acabó y tenemos un lugar cálido para dormir”.

Liz asintió. “Los niños están tan felices”.

“Además”, agregó Tiermina, “reconstruirlo será mucho trabajo”.

“Solo usaré mi magia”.

Los tres parecían aún más exasperados, pero …

“Ahora que lo pienso, tú mismo hiciste tu propia casa, ¿no es así, Yuna?”

“Y tú también hiciste ese gallinero”.

Al menos se estaban acercando…

“¿Estás seguro de que puedes reconstruirlo? Estamos dirigiendo el orfanato con tu dinero, Yuna, pero ¿el edificio no es propiedad del señor?”

“Oh, eso. Ya obtuve el permiso de Cliff “.

“¿Del mismo Lord Cliff?”

“¿De verdad, Yuna?”

“Oh Dios…”

¿Qué pasaba con esa mirada? Les di un breve resumen de mi conversación con Cliff y, al final, puse sus fondos sobre la mesa.

“Dinero del señor …”

“Has hecho algo increíble”.

“Algo aterrador”.

¿Le tenían miedo a Cliff? Bueno, recordé que Fina también había sido así por un tiempo. Incluso estaba nerviosa con Noa, aunque se llevaban bien estos días. Cliff era un poco atrevido para mi gusto, pero escuchaba. El tipo era diferente de lo que imaginaba que era un aristócrata. Quizás si las tres lo conocieran, lo verían.

Al final, exasperadas o no, las tres acordaron permitir la reconstrucción del orfanato y comenzamos a planificar.

Primero, decidimos cómo separar las habitaciones de niños y niñas, dónde estaría el baño, dónde colocar el comedor y todo eso. La planificación fue mucho más divertida de lo que pensé, al igual que con la casa de los osos. La directora les explicó las cosas a los niños y les dijo que se mantuvieran alejados del sitio de construcción mientras se construía el nuevo orfanato. ¡Se veían muy emocionados!

“Sin embargo, no pueden molestar a Yuna”, insistió.

“¡Sí señorita!” gritaron enérgicamente.

Iba a hacer el orfanato mientras los niños trabajaban, Liz iba a estar alerta para asegurarse de que ninguno hiciera novillos y la directora iba a vigilar al grupo de niños pequeños que no podían trabajar.

Usé magia para crear el orfanato más o menos de la misma manera que hice la casa de los osos. Imaginé … veamos, ¿tal vez una vieja escuela rural? La entrada estaba en el centro, y cuando entraba, los pasillos se extendían a derecha e izquierda con una puerta en el frente. Cuando atravesabas esa puerta, había una habitación donde todos comían. Más allá de eso, tendríamos la cocina.

El pasillo de la derecha tendría las habitaciones de las niñas y el de la izquierda las de los niños. Los extremos de los pasillos derecho e izquierdo serían los baños. Por supuesto, no podía olvidarme de colocar estatuas de piedra de osos de donde saldría el agua caliente.

El segundo piso se dividió de manera similar en habitaciones para niños y niñas. La habitación central justo encima del comedor era un área de juegos. En cada habitación cabían cuatro niños con cuatro escritorios y dos literas colocadas hacia las ventanas.

Tiermina ordenó artículos para el hogar con el dinero de Cliff. Incluso compramos ropa de cama nueva.

Aunque los niños estaban haciendo un alboroto todos felices, escucharon a la directora y se mantuvieron alejados del sitio de construcción. De vez en cuando, uno de los pequeños intentaba acercarse, pero uno de los mayores los detenía.

“Yuna, ¿podemos entrar?”

“Aún no está hecho, así que no. Sería peligroso”. Eso era mentira; sería más bien una molestia.

Los niños parecían insatisfechos, pero un niño mayor intervino. “No le den ningún problema a Yuna, muchachos. Prometimos que la escucharíamos, ¿no es así? ¿Quién fue la que nos salvó? ¿Quién nos dio de comer? ¿Nos dio un lugar cálido para dormir? Yuna nos está haciendo este nuevo orfanato. ¡No sean egoístas y no le provoquen problemas!”

Los niños pequeños parecían bastante tristes por eso, pero al menos estaban convencidos.

“Oh. Okey.”

“Lo lamentamos.”

Disculpas sinceras por todos lados, pero …

“No soy yo con quien deberían disculparse”, dijo el chico. “Deberían decirle eso a Yuna”.

Agradecí la ayuda, pero realmente, los niños estaban trabajando bastante duro. Se ocuparon de los kokekko y estaban ocupados trabajando en la tienda de Morin.

El edificio del orfanato progresó bastante bien después de eso. Tiermina encargó la ropa de cama, los tocadores, las mesas y las sillas. También compramos vajilla nueva para reemplazar lo que le faltaba al orfanato. Lo sugerí antes, ya que había ingresos por los huevos, pero la directora me rechazó. Esta vez ella finalmente estuvo de acuerdo.

Finalmente, trasladamos las cosas que necesitábamos del antiguo orfanato al nuevo. Hicimos que los niños ayudaran con eso, y estaban encantados con la posibilidad de ir al nuevo orfanato.

“Todos, por favor pregunten a la directora y a Liz cómo están divididas sus habitaciones. Una vez que sepa dónde está la suya, pregúnteles qué necesitan llevar”.

Los niños vibraban de emoción. “directora, ¿dónde está mi habitación?”

“Oh ¡dónde está la mía!”

Los niños se arremolinaron en torno a la directora.

“¡Muy bien, vamos a calmarnos! Los llevaré a sus habitaciones. Chicos, venid conmigo. Chicas, vayan con Liz”.

Los seguí para asegurarme de que no pasaba nada.

“Esta es la habitación para ustedes cuatro”.

“Vaya, hay una cama y sábanas y todo”. Los chicos intentaron saltar a la nueva cama, pero los detuve.

“Si te metes en ella mientras aún estás sucio, la cama también se ensuciará. Asegúrate de bañarte y ponerte el pijama primero”. Después de todo, se estaban ocupando de los kokekko, y ese negocio podía complicarse.

“¿Hay un baño?”

“Es la habitación al final del primer piso. Hay uno para niños y otro para niñas, así que asegúrense de que cada uno limpie después”. Y los chicos echaron a correr.

Una vez que terminamos de asignar las habitaciones, la directora les indicó que trasladaran sus cosas, con ropa y todo. Al final, no todavía, íbamos a demoler el viejo orfanato.

Finalmente, los niños también me pidieron que hiciera un oso como el de enfrente de la tienda.

Parpadeé. “¿Para qué?” Hice uno para la tienda para atraer clientes, ya que se llamaba Salón del Oso y todo. El orfanato no debería necesitar uno.

Pero los niños me suplicaron y eran demasiado lindos para negarse. Así que ahí estaba: un orfanato nuevo con un gigantesco e inexplicable oso de piedra en el frente.