Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Cuando Mia regresó a la residencia de los Lampron, el sol había empezado a ponerse. Entró en su habitación y, poco después, Esmeralda y Ludwig le hicieron una visita.

“Vaya, ¿dónde se ha ido el tiempo? Debo haber tenido una charla muy larga con la señorita Rafina”, murmuró Mia.

Los ojos de Ludwig se abrieron de par en par. “¿Lady Rafina está aquí?”

“Sí. Para asistir al próximo baile, al parecer. Abel también está con ella.”

“Entiendo… Hm… Con Lady Rafina…” Un destello bailó en sus gafas, revelando una mirada aguda detrás de ellas. Mia se apartó un poco. Era un poco demasiado aguda para la comodidad.

Oh-oh. No he pensado en la propuesta de matrimonio de Esmeralda ni en el asesinato de Sion. Me he pasado todo el día comiendo y charlando con la señorita Rafina. Vale, necesito una excusa. Piensa, Mia, piensa…

Después de un momento de reflexión, se le ocurrió una.

“Y, antes de que preguntes, me las arreglé para obtener algo de información.”

Había recibido una descripción verbal del carácter del Conde Lampron. Eso tenía que valer algo. Además, aprendió a hacer comida al vapor en una olla de barro tradicional. Esa era definitivamente una técnica culinaria inédita en Tearmoon.

Esos hongos cocidos al vapor eran realmente increíbles. Me alegro de haber aprendido a hacerlas.

Si le explicaba el proceso al jefe de cocina y le hacía investigar un poco más la técnica, podría contribuir legítimamente a la cultura alimentaria de Tearmoon. Sería un tiempo bien empleado.

¡Así es, no sólo comí y volví! ¡Tenía un trabajo que hacer, lo hice!

Después de convencerse a sí misma de que no había pasado un día entero holgazaneando, miró a Ludwig.

“Ugh…” Se quejó. La mirada fue un error.

“Entiendo. Un paso adelante como siempre. Su Alteza nunca deja de impresionar.” La admiración incondicional de su mirada le remordió la conciencia y tuvo que apartar la mirada. “Estoy totalmente de acuerdo con su enfoque”, continuó. “Si queremos recuperar la iniciativa en este compromiso, necesitamos más información. Con ese fin, he concertado — y me disculpo por la poca antelación — hecho arreglos para cenar con el Rey Abram esta noche.”

“…¿Eh?” Este repentino giro de los acontecimientos dejó a Mia aturdida. No estaba preparada para ver al rey.

Sin embargo, antes de que pudiera decir una palabra de protesta, Ludwig volvió a hablar. “Creo que es crucial sondear al rey de Sunkland respecto a su opinión sobre esta propuesta de matrimonio.”

¡Ciertamente era crucial! No había literalmente nada que ella pudiera decir para refutar eso.

“…E-Entiendo. Entonces, ¿has decidido seguir adelante y organizar esta cena?”

“Sí. Me puse en contacto con el príncipe Sion a través de Keithwood. La invitación también se extiende a Lady Esmeralda como posible consorte del Príncipe Echard. La señorita Tiona, como compañera del Príncipe Sion, también podrá asistir.”

“Vaya, ¿Tiona también? Hm…” Mia miró a Esmeralda.

“O-Oh, lunas… ¿Qué debo hacer, señorita Mia? Mi corazón… No está preparado para esto…”

Mia no encontraría ningún tipo de consuelo en su amiga, que parecía aún más nerviosa que ella.

Me sentiría mucho mejor si Ludwig y Anne vinieran conmigo… pero dudo que se permitan asistentes en una cena con el rey. Eso significa que, en el peor de los casos, podría tener que enfrentarme a él con Esmeralda como única aliada.

Ese no era el pensamiento más reconfortante. Como firme creyente de la idea de que “la fuerza en los números” describía el mejor enfoque para abordar todos los problemas existentes, quería el mayor número posible de personas de su lado.

Por otra parte, fueron ellos los que plantearon esta propuesta en primer lugar. También me dejan llevar a Tiona, lo que haré con gusto. Dado que…

“N-No pensé que me reuniría con él tan rápido. Oh, mi corazón…” tartamudeó Esmeralda.

Mia estudió a su amiga, cada vez más nerviosa, algo sorprendida por la intensidad de su reacción. Por lo general, Esmeralda estaba acostumbrada a salirse con la suya, sin importar las reglas. Podría estar hablando con un rey extranjero y seguiría burlándose como siempre. La chica tenía valor. Al menos así la veía Mia.

La Esmeralda actual, sin embargo, parecía haber perdido toda su ventaja.

Apuesto a que es porque la persona con la que sale podría convertirse en su suegro. ¡Oh, vamos, Esmeralda, contrólate!

Con un hmph asertivo, Mia procedió a darle a su amiga una charla de ánimo.

“Muy bien, escucha, Esmeralda. ¿Quién eres tú? Eres una orgullosa Etoile, hija de Lord Greenmoon, uno de los renombrados Cuatro Duques de Tearmoon, y debes comportarte en consecuencia. Tu mera presencia debería causar temor en la gente, como… ¡Como la Estrella Esmeralda! Ese yate es un espectáculo para la vista, ¿verdad? ¡Sé cómo la Estrella Esmeralda!”

“¿La… Estrella Esmeralda?”

Mia asintió, sintiéndose especialmente orgullosa de su analogía.

Ignoremos el hecho de que Mia se había quedado muy poco impresionada cuando vio por primera vez el barco.

“L-Lo haré, señorita Mia… Seré como la Estrella Esmeralda.”

Sin embargo, pareció funcionar, a juzgar por cómo hizo llorar a Esmeralda.

Uf, me gustaría que alguien me diera una charla de ánimo ahora… Después de despedir a Esmeralda, Mia hizo que Anne la ayudara a cambiarse. Luego, suspiró. Todo esto es más fácil de decir que de hacer…

En ese momento, llamaron a la puerta.

“Discúlpenos, señorita Mia.”

“Estamos de vuelta, Su Alteza.”

La puerta se abrió para revelar a Bel y Citrina.

“Vaya, ¿ustedes dos también estaban fuera?”

Mia las reconoció antes de volver rápidamente a sus propios pensamientos. Me pregunto qué clase de persona es el padre de Sion… Es decir, es el padre de Sion, así que probablemente tenga mucho trabajo. Realmente espero poder sacarle alguna información útil…

El rey ni siquiera era el peor de sus problemas.

“El príncipe Echard es el verdadero problema, ¿no?”, murmuró.

Los ojos de Citrina se abrieron de golpe.

“Entonces… ya lo sabes. Vaya…”, dijo, visiblemente impresionada. “¿Cómo debo proceder?”

Mia frunció el ceño. No tenía ni idea de lo que estaba hablando Citrina, pero también había estado tan concentrada en sus propios pensamientos que podría haberse perdido algo que Citrina había dicho. Como no quería parecer desatenta, decidió decir “Hm, digamos… Lo dejaré en tus manos”, pensando que probablemente se trataba de llevar a Bel a ese mercado o algo así.

Luego se inclinó y añadió en un susurro: “Sinceramente, nuestra querida amiga parece un poco aburrida últimamente, así que adelante, hagan lo de ustedes juntas si quieren. A mí no me importa especialmente.”

Las habilidades de Citrina eran ciertamente inestimables, pero sería más tarde cuando las necesitaría, e incluso entonces más como precaución que otra cosa. Mientras tanto, pensó que podría mantener a Bel entretenida. Citrina, por su parte, asintió sobriamente.

“Entendido. Se hará, o moriré en el intento…”

“Uh… Muy bien. Eso es… un poco intenso, pero seguro.”

Mia la miró algo incómoda, preguntándose qué tenía Bel que encaprichaba tanto a esta chica. ¿Iba a llevar a Bel a divertirse o a morir en el intento? Qué raro.