Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

A mitad de su viaje de regreso a la capital imperial, Ludwig comenzó a hablar de forma pausada. “Su Alteza, permítame felicitarle formalmente por su magistral resolución del dilema de Perujin.”

“Hm… Bueno, gracias, pero para mí, realmente no era para tanto. Ni siquiera tuve que hacer mucho, en realidad”, respondió Mia con no poco orgullo.

No olvidemos que realmente no hizo mucho. En concreto, recogió algunas frutas, subió una cuesta descalza, bailó y conoció al padre de su amiga. Eso fue todo. Para ella, fueron más o menos unas vacaciones de verano normales. Y muy divertidas. En fin…

“En una nota relacionada”, dijo Ludwig, “con respecto a la cuestión de convertirse en emperatriz… Hacerlo requeriría sin duda el apoyo de dignatarios extranjeros. En ese sentido, el establecimiento de relaciones amistosas con Perujin debería resultar inestimable. Aunque de pequeña escala, Perujin es un vecino y aliado cercano. El apoyo de su familia real puede muy bien ayudar a inclinar la balanza a nuestro favor.”

La dinámica social dentro de la Academia Saint-Noel era efectivamente una versión en miniatura de la dinámica política de las naciones dentro de la esfera cultural centrada en el Santo Principado de Belluga. Las estrechas — a veces asfixiantes — relaciones entre los estudiantes eran muy representativas de sus homólogos a nivel nacional. Los nobles no limitaban sus amistades a sus compatriotas. Ese tipo de red que traspasaba las fronteras era también, convenientemente, el mismo tipo de círculo de amigos que Mia había esperado establecer en la academia.

“Por lo tanto, sería prudente seguir estableciendo relaciones con personas influyentes de otras naciones hasta el día de tu coronación.”

“Es cierto. Después de todo, tener muchas conexiones personales será muy importante para convertirse en la primera emperatriz de Tearmoon”, convino Mia, mientras esperaba que dicha coronación nunca llegara a producirse.

“Dicho esto, creo que tu éxito en conseguir el apoyo de Lady Rafina y el Príncipe Sion fue una hazaña crucial, ya que nos permitió hacer una declaración a todos los nobles durante el Festival de Cumpleaños. Fue un golpe de brillantez, de verdad.”

“Oho ho, me estás dando demasiado crédito.”

Lo hizo, pero…

Huh. Ahora que lo pienso… A este paso, tal vez no esté tan lejos de convertirme en emperatriz. Quiero decir, la señorita Rafina me apoya. Sion también, y es el futuro rey de Sunkland. Con esa clase de apoyo político, tal vez…

La comprensión de que la mayor parte del trabajo pesado podría estar ya hecho hizo que todo el asunto de la emperatriz se sintiera considerablemente más interesante.

Hmm… Eso me recuerda. Últimamente, no he estado leyendo las Crónicas. Debería volver a echarle un vistazo cuando regrese.

Así, el grupo de Mia regresó a la capital.

Mientras tanto, en la Academia Saint-Noel…

Rafina Orca Belluga, libro en mano, esperaba pacientemente a un invitado en su habitación privada. Consiguió leer un poco antes de que llamaran a su puerta. Entró un joven. Rebosaba de la energía ruda de un hombre al aire libre. Llevaba el pelo largo y negro recogido, y su estructura fuerte, delgada y firme era casi hipnotizante.

Rafina sonrió amablemente a Lin Malong.

“Hola, Malong. Hacía tiempo que no nos veíamos.”

“Claro que sí, señorita Rafina.” Él levantó la mano, saludándola con su habitual despreocupación.

“Siento pedirte que vuelvas después de graduarte, pero te agradecería mucho que siguieras cuidando de los caballos.”

“Está bien. Yo mismo estaba empezando a echarlos de menos, para ser sincero. Esperaba poder verlos en algún momento. Además, no es que el Reino Ecuestre se quede siempre en un lugar. Pasar por aquí cuando el campamento esté cerca no es un problema.”

Incitado por Rafina, tomó asiento frente a ella. En su lado de la mesa había una taza de té celeste, un favorito de los ecuestres. Sin dudarlo lo más mínimo, se bebió la bebida ligeramente humeante de un solo trago, y luego la miró.

“…¿Y bien? Oigámoslo entonces. ¿Para qué me has llamado aquí realmente?”

“Dios, ¿qué se supone que significa eso? ¿No puede una chica simplemente invitar a un buen amigo a tomar el té?”

“La mayoría de las chicas pueden, pero no esta chica. Te conozco desde hace demasiado tiempo como para creer que tienes tiempo libre para estar tomando el té con alguien como yo.”

“¿Es así, Sr. Lin Malong, el siguiente en la línea para ser jefe de los Lins del Bosque, el clan más poderoso del Reino Ecuestre? Me parece que tiene valor político el simple hecho de sentarse con usted.”

Rafina dejó un breve silencio antes de continuar.

“Pero, supongo que el tiempo es realmente valioso, y he oído que estás bastante ocupado, así que iré al grano.” Le miró tranquilamente a los ojos. “¿Estás al tanto del atentado que sufrió la princesa Mia el pasado invierno?”

“¿Alguien ordenó un atentado a la pequeña señorita? Eso es nuevo para mí”, dijo, levantando un poco las cejas en señal de sorpresa. “La última vez que la vi, parecía estar en plena forma.”

“Por la misericordia del Señor, logró escapar ilesa… pero el agresor era un hombre que montaba un caballo que podía correr más rápido que Kuolan, que es una Liebre Celeste. También era un experto espadachín y, además, comandaba dos lobos.”

“Un caballo a la altura de Kuolan, y un jinete que entrena lobos, eh…” Se cruzó de brazos. La expresión distante que le caracterizaba se había desvanecido, sustituida por un ceño severo.

“Sí, y me preguntaba si tendrías alguna idea sobre la identidad del hombre”, dijo Rafina. Tomó un sorbo de su té, sin dejar de mirarlo a la cara. “Porque recuerdo haber oído algo hace tiempo sobre un clan perdido en el Reino Ecuestre…”

Malong asintió lentamente.

“Este invierno pasado, ¿eh…? Puede que tenga algo que ver con los bandidos que están causando problemas cerca de las afueras de Sunkland, entonces…”