Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 14

Historia Corta Adicional: Pequeño Brote

Era algo que ocurrió después de completar una misión y regresar al cuartel militar.

En Clevideet, las habitaciones que se daban a los Únicos eran nada menos que magníficas. Esta habitación no era una excepción, una habitación hecha sólo para Fanon Trooper en un rincón de su cuartel general, que utilizaba por separado de su propia casa. Ni siquiera la habitación del Gobernador General era tan grande.

El interior había sido completamente renovado, con el confort de un hotel de lujo. También disponía de una sala de espera independiente para su escuadrón, con salas para cambiarse y reunirse. Los miembros de su escuadrón podían solicitar habitaciones individuales, que probablemente obtendrían, o elegir vivir en los dormitorios militares. Sin embargo, había pocos en todo Clevideet, o incluso en las siete naciones, que recibieran el mismo nivel de trato que Fanon.

Tras dejar su escuadrón, Fanon se dirigió a su magnífica habitación. Cuando llegó, abrió las pesadas puertas dobles, y lo primero que le llamó la atención fue una larga y suave alfombra y los muebles blancos. No era del todo del gusto de Fanon, pero no era difícil imaginar que se habían invertido muchos fondos del gobierno en la habitación. Incluso había criadas junto a la puerta principal.

Fanon les pidió que se quedaran allí y entró en la habitación sola. Las habían contratado para que la cuidaran limpiando la habitación o ayudándola a cambiarse de ropa, pero Fanon nunca les había permitido realmente ayudarla.

Exceles, que se había retrasado un poco, apareció tras ella. Hizo una ligera reverencia a las criadas y entró en la habitación antes de que las puertas pudieran cerrarse del todo.

―Lady Fanon, por favor, anímese. No es que esto no haya sucedido antes ―dijo Exceles, con su exasperación dirigida a Fanon, que estaba bastante alterada.

Pero no recibió respuesta. Fanon empezó a quitarse la ropa sin decir nada pero con violencia, a lo que Exceles suspiró y cerró la puerta tras ella. Fanon no prestó atención a su segunda al mando mientras se quitaba una prenda tras otra. Cuando llegó a su ropa interior, sus manos se detuvieron un momento…

Miró a Exceles por un momento antes de darle ligeramente la espalda a la mujer antes de quitarse la ropa interior. Se oyó un ligero sonido cuando las almohadillas del interior cayeron al suelo. Fanon ni siquiera las miró y se dirigió directamente a las duchas.

Exceles suspiró mientras recogía la ropa desperdigada antes de perseguir finalmente las almohadillas que habían rodado.

Sólo dos hoy. Creía que estaba siendo modesta. Aun así, no puedo creer la cantidad de almohadillas que he visto… Lady Fanon sí que se esfuerza, pensó.

Fanon cambiaba el tamaño de su busto dependiendo de su estado de ánimo del día. Por cierto, Exceles no creía que dos fuera un mal número. Después de todo, Fanon tendía a ponerse más almohadillas cuanto peor era su estado de ánimo y más insegura se sentía. Así que cuanto peor era su estado de ánimo, más se le hinchaba el pecho.

Exceles sólo podía esperar que Fanon pudiera superar su complejo. Pero era difícil para ella ayudar, ya que llevaban tanto tiempo juntas. No importaba cuántas veces dijera que no era bueno acolchar demasiado, eso no disipaba el sentimiento de inferioridad de Fanon.

En ese sentido, hoy era un buen día. Dos era un número relativamente tranquilo.

Significaba que estaba en un estado de ánimo relajado.

―Recibir una misión al volver es algo que sucede. Sin embargo, enfadarse y salir corriendo incluso antes de conocer los detalles… Puede ser tan infantil a veces… ―dijo lo último en voz baja para que nadie pudiera escuchar, aunque Fanon estaba en la ducha.

El hecho de que Exceles siempre tuviera que convencer a Fanon no le gustaba. Dicho esto, tenían una relación única que superaba sus posiciones militares; ella era la única a la que Fanon podía revelar su complejo.

Por cierto, cuando Exceles recogió su ropa interior, le pareció que la talla era innecesariamente grande. Francamente, era la misma talla que la suya. Quizá fuera por vanidad, pero Exceles casi sintió una forma de admiración…

Por supuesto, una vez que la encontró un poco linda, no pudo ser tan estricta. Mientras reflexionaba sobre qué hacer, Fanon cerró la ducha y salió con una toalla envolviéndola. Sin más tiempo para pensar, Exceles se rindió y se disculpó mentalmente.

―¡¿Ah?! Lady Fanon, ¿se ha hecho un poco más grande? ―Exceles no podía saber si estaba fingiendo muy bien la sorpresa… pero probablemente estaba bien.

Se sintió avergonzada por haberse acostumbrado a este tipo de actuación. Había perdido la cuenta de las veces que había deseado que crecieran de verdad. Si los pechos de Fanon pudieran reconocer los esfuerzos de su dueña… La respuesta de la chica fue la esperada.

―¿De verdad?

Exceles nunca había conocido tanta alegría. La sonrisa y los ojos brillantes de su capitana eran tan despreocupados e inocentes. Lo siento, Lady Fanon, pensó Exceles.

―S-Sí, por supuesto ―Exceles apartó torpemente la mirada, pero no podía pasar por alto esta oportunidad; insistió en el punto mientras Fanon estaba de buen humor. Agitó las almohadillas entre sus dedos y dijo―: Pero no puede bajar la guardia todavía, Lady Fanon. ¿Por qué no reducir el número de almohadillas? ¿Qué tal una sola almohadilla más gruesa? Tal y como van las cosas ahora, podría impedir su crecimiento… No importa cuántas semillas plantes, no brotarán si pone una tapa encima.

Exceles sabía que era un ejemplo terrible, pero supuso que no se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos. Fanon arrugó la frente, luego miró su cuerpo y asintió como si hubiera recibido un consejo de oro. Con el humor de su capitana restablecido, Exceles pasó al tema principal.

―Entonces volvamos a nuestra misión, ¿de acuerdo?

―No quiero.

―…Ah, entiendo.

Había sido una clara negativa. Siempre que Fanon se ponía así, no cedía. Pero eso no significaba que Exceles pudiera revelar que el “crecimiento” de Fanon era una mentira. Al final, Exceles había esparcido las semillas pecaminosas del engaño en la tierra del inocente corazón de su capitana, cuando lo único que había querido era un pequeño brote.

-FIN DEL VOLUMEN 14-