Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 14

Capítulo 83: Recepción Y Entrega Inoportunas

Parte 2

Y eso significaba que se trataba de alguien con quien no podían bajar la guardia. Aunque el enemigo no conociera el campo de visión de Alus, se había dado cuenta de que él y Loki utilizaban algún método de detección, y habían usado la bala para ocultarse.

Aun así, Alus y Loki no pudieron averiguar la razón por la que decidieron esconderse después de todo este tiempo. Entonces, varias barreras más en forma de cúpula se extendieron ante Alus y Loki, lo que les hizo fruncir el ceño.

―¡Otra vez no! Esta vez son… diez, no… ¡¿casi veinte?! ―exclamó Loki, poniéndose pálida.

―A este paso los vamos a perder por completo. Esto va a ser un poco contundente, pero tenemos que eliminar a este tipo ahora mismo ―dijo Alus.

Como no se trata de un ataque directo con magia, es más difícil de tratar, pensó Alus.

Si el hechizo se utilizaba contra el cuartel general militar, desconectaría todos los sistemas. El cuartel general, por supuesto, tenía medios para evitar la interferencia, pero contra este método inesperado y estos números, la defensa estaba lejos de ser perfecta. Definitivamente tendría algún impacto. Sería un golpe demasiado grande contra los militares, cuya primera prioridad era proteger a la nación de las amenazas del Mundo Exterior.

Habiendo decidido no perseguir sino eliminar al enemigo sin falta, Alus se devanó los sesos. Supongo que ha decidido no perseguir, pensó Alus.

Mezclándose con la oscuridad, Alus se puso su máscara, y Loki se puso una capucha sobre la cabeza y la cara. Mientras aceleraban rápidamente, Alus le contó a Loki el plan: Sólo tenía que localizar y detener al enemigo por un momento. En ese momento, Loki utilizaría Force para lanzarse y cortar el paso al enemigo.

Alus corrió entre los árboles. Al poco tiempo, una zona abierta se extendía más allá de él. En cuanto estuviera en un lugar donde pudiera ver, despegaría.

Un destello de luz estalló a su alrededor mientras vertía maná en la cadena de su mano derecha. Justo antes de que el maná hinchado empezara a construir una fórmula mágica, dejó los árboles y su vista se abrió. Lo vio…

―¡Una trampa! Tal y como pensaba.

Un grupo sospechoso había aparecido de alguna manera junto a Alus. Debido a las barreras que interferían, el encuentro había sido una sorpresa, incluso para Alus. Al igual que él, los miembros del grupo cubrían sus cuerpos con capas.

En un momento dado, Alus lanzó Night Mist al frente del grupo que se acercaba rápidamente. Al percibir su intención, el frente del grupo contraatacó. Se acercaron rápidamente a él, como si lo hubieran planeado todo de antemano.

Se oyó un fuerte sonido metálico y saltaron chispas; sus armas se repelieron. Alus y el adversario se empujaron mutuamente.

Mirando a sus oponentes, Alus encontró que eran muy pocos. El misterioso grupo de seis se frenó y adoptó una formación de triángulo con la pequeña figura formando la punta delantera.

¿Más prisioneros fugados? Alus forzó la vista en la penumbra.

La delicada barbilla de la pequeña figura asomaba bajo la capucha de su capa. Ahora que se habían frenado, su pelo color glicina atado a ambos lados se había balanceado hacia los lados. Y en su mano había…

¿Un paraguas? Eso es lo que usaron para repeler a Night Mist, se preguntó Alus. La respuesta y la textura sugerían que se trataba de una AWR, pero qué extraña elección para un arma.

―Tsk, ni siquiera es el usuario del arma. No tengo tiempo para ocuparme de cosas de poca monta, pero…

Antes de que Alus pudiera terminar, la pequeña figura dio un pisotón y saltó hacia delante, acercándose a Alus en un instante y blandiendo su paraguas sin dudarlo. Alus esquivó, pero se dio cuenta de que tendría que permanecer en guardia, le gustara o no, cuando vio que el suelo se abría de golpe. El paraguas parecía frágil, pero sin duda había un maná tremendo detrás de él.

Contraatacando sin descanso, Alus tiró de la cadena y formó una hoja de maná, infundiéndole además la Hoja Relámpago. Lanzó un tajo lateral sin ninguna emoción, pero fue repelido por el paraguas giratorio. Incluso el relámpago de seguimiento fue barrido, dispersándose y desapareciendo en los alrededores.

Así que pueden repeler hechizos sólo con maná, pensó. Era un movimiento de fuerza bruta que Alus también utilizaba de vez en cuando, pero no podía hacerse sin bastante maná.

Alus, intuyendo eso, lanzó Night Mist y desplegó a Oboro Hien por encima de su cabeza. En un instante, se dispararon docenas de cuchillas de maná modeladas como Night Mist. Cuando el oponente esquivó Night Mist con una voltereta, Oboro Hien llovió para acabar con él.

Tras quitarle rápidamente el cierre, se abrió el paraguas. Una poderosa barrera se desplegó, bloqueando el Oboro Hien. Un gran número de cuchillas se estrelló contra la barrera, haciendo que sonara como si lloviera a cántaros.

Unos segundos después, los alrededores volvieron a quedar en silencio y, por lo que Alus pudo ver, el oponente estaba ileso. Se mantenía en pie con una postura impávida.

―¿Oh? Interesante ―dijo Alus, con el maná brotando de su cuerpo. La cantidad y la intensidad podrían llenar el bosque. Era suficiente para que una simple mirada dejara impactado a un Magicmaster típico.

Al ver a Alus así, Loki ya no tenía intención de entorpecerle, decidiendo dejarle en sus manos. Mientras tanto, la pequeña figura levantó una mano para detener a sus cinco aliados, cuya sed de sangre se mostraba claramente. Entonces, como para competir con él, la pequeña figura dejó salir también una gran cantidad de maná. Al igual que Alus, era una cantidad aberrante de maná.

La ráfaga de viento creada por eso hizo que la capa de la figura se agitara, dejando al descubierto el cabello color glicina atado a cada lado.

¿Una mujer? ¿Y su capa revoloteando…? Alus se sorprendió.

Al sentir que la barrera de interferencia se había debilitado por su propio maná y el del oponente, Alus susurró a su compañera:

―¡Loki, ahora! Usa tu detección para lanzar una red.

―De acuerdo ―Loki respondió inmediatamente y utilizó su sonar de maná en un intento de marcar al tirador que escapaba. Sin embargo, todo fue en vano. Algo interfirió con su maná y lo selló antes de que pudiera liberarlo por completo.

Alus no dijo nada, pero desplazó sus ojos de la chica del paraguas a una figura alta y delgada que se llevaba un dedo a los labios. Por sus labios brillantes, sus dedos blancos y delgados, y sus ricas curvas visibles incluso a través de su capa, todo sugería que era una mujer.

Así que ella puede interferir con el reino del maná, normalmente irreconocible, y también es un dolor de cabeza… ¡eh! pensó Alus.

Cuando se dio cuenta de que había perdido la iniciativa, había tres capas de anillos translúcidos a su alrededor. Cuando la mujer del paraguas vertió maná en él, los anillos de contención se cerraron. Sin duda era magia de contención, pero parecía estar basada en la magia de barrera.

Sin embargo, Alus no se asustó y lanzó un ligero golpe con Night Mist contra los anillos. Si suponía que era la misma barrera que bloqueaba a Oboro Hien, podía calcular su fuerza. El filo de su espada formó una hoja diferente a la anterior hoja de maná. Cortó a través del objetivo, el espacio y todo.

El espacio fue desplazado por su Dimension Thrust, y los restos de los tres anillos se extinguieron mientras el espacio se reparaba a sí mismo. Pero sólo se había ganado un momento de respiro. En cuanto los anillos desaparecieron, apareció una barrera rectangular que rodeó a Alus, como si quisiera encerrarlo.

Seguramente era la chica del paraguas otra vez. A continuación, la barrera en forma de caja comenzó a encogerse. Probablemente no sólo trataba de retenerlo, sino también de utilizar el aire comprimido por la barrera. Quién sabía hasta dónde podía comprimirse un ser humano, pero al menos, una vez que pasara de cierto punto, no habría restos de carne ni de sangre, y mucho menos de su forma original.

Los ojos de Alus bajo su máscara se volvieron más oscuros. A medida que perdían su luz, los pensamientos de Alus se volvieron más equilibrados y, finalmente, su cerebro entró de lleno en el modo de combate.

Era como si incluso su sangre se enfriara.

―‹‹Memeriant Orga›› ―Alus pronunció el nombre en voz baja.

De repente, tres enormes cuernos negros brotaron del suelo junto a los pies de la chica del paraguas. Se decía que los Memeriant Orga, también llamados “cuernos del diablo”, tenían una dureza que superaba todo lo existente. Tenían un brillo oscuro, como si estuvieran hechos de la compresión de todos los minerales que se encontraban bajo tierra, y los tres cuernos negros en forma de colmillo atacaron a la chica del paraguas. En un momento, ella hizo girar el paraguas, doblándolo y transformándolo en un arma contundente, que utilizó contra los cuernos. Sin embargo, el paraguas sólo pudo bloquearlo por un momento, ya que no pudo acabar con el impulso.

Alus dobló los dedos, y los tres cuernos negros torcieron sus puntas, subiendo en espiral hacia la chica del paraguas. Cuando ella volvió a bloquear con su paraguas, la pequeña fue levantada y lanzada hacia arriba.

Cuanto más bloqueaba, más se elevaba. Quiso intentar alterar su trayectoria, pero los cuernos no le dieron ninguna oportunidad.

Sintiendo su desventaja, vertió mana en su paraguas para resistir con todas sus fuerzas. Construyó otra barrera en forma de caja. Los tres cuernos, ahora bloqueados por el portador en forma de caja, no podían ser destruidos, pero su rotación podía ser detenida.

Haber frenado los cuernos negros lo suficiente le permitió escapar. Abrió su paraguas y cayó lentamente hacia el suelo, junto con los restos de maná de su barrera destrozada. Su capa y su falda se agitaron en el aire. Simultáneamente, sus ojos se volvieron agudos y gritó.

―¡¿Qué pasa con esta magia?! ¡No puedo creer que se esté transformando aquí! ―espetó la chica mientras cambiaba la forma de sujetar su paraguas.

En ese momento, el Orga Memeriano se había transformado de tres cuernos negros en el mismo número de gruesos tentáculos de hielo. Estaban cubiertos de espinas como si fueran zarcillos de una enorme rosa.

El hechizo se había transformado de su atributo tierra a su atributo hielo… Cambiar un hechizo de este nivel después de la manifestación requería una cantidad increíble de técnica, y la expresión agitada de la chica lo decía todo.

El aire se congeló cuando las espinas de hielo se acercaron a la chica. Podían moverse con más flexibilidad que los cuernos negros. Pero cuando la chica los vio, les lanzó la punta de su paraguas, y los tentáculos se vieron envueltos por una sólida barrera y se hicieron añicos ruidosamente.

La chica del paraguas, Fanon Trooper Magicmaster Única de Clevideet, no pudo ocultar la irritación que sentía. Gordon y Suzar eran fuertes, pero esta persona estaba en un nivel diferente. Nunca esperó enfrentarse a un enemigo tan hábil.

Si traía a sus subordinados a esta lucha, los mataría. Los cinco morirían sólo para crear una apertura. Y eso era algo que no podía permitir, así que tendría que aguantar sola.

Ella había estado persiguiendo a Gordon y Suzar con una preparación perfecta, pero ahora había caído en una trampa. Además, el oponente estaba controlando el flujo de la batalla. Sin duda, era muy hábil en la lucha contra la gente. Si no fuera así, no se habría puesto tan fácilmente en desventaja.

Sin embargo, la especialidad de Fanon era la erradicación de Demonios y las batallas defensivas. Un encuentro repentino luchando contra un compañero humano estaba fuera de su área de experiencia. Pero como Única, no podía permitirse el lujo de retroceder. Y con la vida de sus subordinados en sus manos, se vio impulsada por la necesidad de acabar con este formidable enemigo.

Fanon apretó los dientes cuando el aire frío volvió a formar las espinas de hielo. Volvieron a alcanzarla, pero Fanon las aplastó de nuevo y se dejó caer. Miró al adversario que tenía debajo.

Una tempestad de viento se levantó desde abajo, pero Fanon ni siquiera parpadeó mientras fijaba su mirada en un punto.

Se podían ver destellos del uniforme de combate bajo su capa, y no le importó que el vendaje de su frente se cayera mientras dejaba salir sus emociones.

―¡No me subestimes! ―gritó, apuntando con la punta de su paraguas al enmascarado.

Se formó una pequeña bola que inmediatamente se expandió hasta convertirse en una enorme esfera. Dentro de la enorme barrera en forma de esfera había una hoja afilada y giratoria. Sólo quedaría sangre de un humano atrapado en esa gigantesca batidora.

―‹‹Juggernaut››

Justo cuando terminó de lanzar ese hechizo, una figura inesperada apareció a su vista: la mujer que podía moverse más rápido entre los subordinados que había traído con ella. Mientras la atención de Fanon estaba en el enmascarado, la subordinada parecía haber ido tras su seguidora.

Tal vez fuera la falta de experiencia, pero fue un movimiento terrible. No tenía una buena lectura de las capacidades del enemigo. Y Fanon no podía imaginar que el enmascarado pasara por alto algo así.

O tal vez había leído la situación y estaba apostando su cuerpo para crear una oportunidad para que Fanon contraatacara.

Ah, ¡por qué siempre son así! refunfuñó en su mente.

Fanon liberó su maná antes de llegar al suelo. Colocó una enorme barrera frente al enmascarado para bloquearle la vista y dirigió su atención a la compañera del hombre, una figura encapuchada que observaba la batalla.

Desde luego, parecía más fácil de tratar que el enmascarado. Así que, en ese sentido, las acciones de su subordinado eran correctas. Después de todo, nada cambiaría a menos que pudieran romper el actual punto muerto.

Fanon miró a Exceles, la mejor observadora del mundo, y su cara lo decía todo. Ya se encontraban en un territorio desconocido, con restricciones políticas impuestas. Pero con las extrañas barreras que interferían y la inesperada emboscada, estaban en clara desventaja.

Fanon se planteó tomar como rehén a la figura más pequeña y utilizarla como moneda de cambio. Capturarlos al menos limitaría las opciones del enemigo, y éste podría moverse para proteger a su compañera, así que no era mala idea a la hora de crear una apertura.

Con eso en mente, Fanon observó con inquietud cómo el enmascarado se ocupaba de la barrera que bloqueaba su vista y su subordinada se acercaba al enemigo más pequeño.

Era un movimiento imprudente, pero había llegado a la misma conclusión que Fanon, así que se movió para contener al enemigo más pequeño. Aprovechando la iniciativa, la mujer se movió hábilmente a su alrededor y la agarró de la muñeca, pero en el momento siguiente un pequeño rayo parpadeó ante sus ojos.

La pequeña figura desapareció, a pesar de que creía que la había agarrado de la muñeca, y en el momento siguiente, la subordinada sintió un tremendo impacto en el lado izquierdo de su cabeza. Había subestimado a la pequeña oponente, que se había movido a una velocidad súper alta utilizando una aceleración explosiva, superando con creces la percepción de la subordinada para moverse detrás de ella y soltar una poderosa patada.

Ella la bloqueó con su brazo izquierdo, pero salió despedida. Se recuperó en el aire y trató de mantener el equilibrio clavando los pies en el suelo. Aun así, no pudo frenar del todo su impulso y estaba a punto de caerse cuando Exceles le sostuvo la espalda con una mano.

―Muchas gracias. Bajé la guardia.

Sentía como si los huesos de su brazo se hubieran fracturado cuando lo había usado para bloquear la patada. La única razón por la que no había sido peor era porque era una de las subordinadas más fuertes de Fanon. Pero se había descuidado, y ahora ya no podía permitirse hacer otro movimiento. Su oponente había dejado de atacar y había adoptado una postura defensiva.

―Hablando de imprudencia. Al final, has acabado interponiéndote en el camino de Lady Fanon ―se quejó Exceles, y de repente miró detrás de ella.

El enmascarado había lidiado con la barrera que bloqueaba su vista, con facilidad como era de esperar, pero tan pronto como lo hizo, Fanon utilizó su hechizo de nivel experto, Juggernaut. La esfera que giraba rápidamente era difícil de contrarrestar sólo con magia, ya que la hoja se había convertido en una dura barrera. Se parecía mucho a algunos hechizos con atributos de viento, pero era la disposición original de Fanon de la magia de barrera, lo que la hacía mucho más duradera.

En otras palabras, poseía propiedades que la hacían superior a cualquier contramedida mágica.

A pesar de saberlo, Exceles no pudo evitar sentir un escalofrío que le recorría la espalda. Pudo ver cómo todo lo que tocaba se trituraba y se convertía en un material más fino que la arena. El enmascarado también estaba cubierto, pero…

―¡Exceles! ―La voz airada de Fanon llegó desde arriba. La tela y el armazón del paraguas desmontado atravesaron el suelo frente a Exceles. En la mano de Fanon sólo quedaban el mango y el eje.

En cuanto se dio cuenta, Exceles comprendió las intenciones de Fanon.

Quién podía esperar que utilizaran tan pronto las piezas de repuesto que habían traído. Pero Exceles comprendió la necesidad. En este momento, era matar o morir.

Al momento siguiente, el escalofrío que había sentido Exceles estaba justificado. La esfera del Juggernaut dejó escapar un aullido cuando el enmascarado atravesó la esfera desde todas las direcciones con innumerables estacas delgadas extendidas desde el aire.

El sonido de la hoja giratoria cambió a un sonido aplastante, como si la hoja hubiera sido atrapada por algo increíblemente duro. Y entonces…

Absurdo.

Imposible.

Los miembros del escuadrón se pusieron pálidos ante la escena, sin poder expresar sus pensamientos. Juggernaut era una aplicación avanzada de la magia de barrera que sólo Fanon podía utilizar, y sin embargo su giro se había detenido por completo debido a todas las estacas que lo atravesaban. Se preguntaron qué fuerza tenían las estacas para lograr eso.

Entre los miembros del escuadrón que se acobardaban, sólo Exceles permanecía tranquila, con el ceño fruncido en su hermoso rostro. Aceptó lo que estaba ocurriendo ante ella y se tocó suavemente la cintura.

―¡Dame Aegis! ―exclamó Fanon.

―¡Está bien! ―respondió Exceles. Esperaba que Fanon dijera lo mismo y se movió con suavidad, desenganchando un gran cilindro de su cintura y manteniéndolo en alto. Luego lo levantó de golpe. La AWR de repuesto voló hacia Fanon con una velocidad tremenda.

Como experta en batallas defensivas, capaz de defenderse tanto de ataques mágicos como físicos, Fanon podía levantar barreras y muros protectores. En otras naciones, la llamaban intocable, pero en realidad, los Magicmaster de Clevideet tenían una percepción ligeramente diferente de ella. En cierto sentido, era todo lo contrario a las demás naciones.

En Clevideet, se referían respetuosamente a Fanon Trooper como la Mayor Contradicción, y llamaban a sus tres AWR la Contradicción de los Tres Preceptos. Las AWR eran abrumadoramente poderosas, y no se permitía desplegar todas sus capacidades sin el permiso del gobernante o del jefe del ejército. Aegis, que Fanon acababa de recibir, era una de esas AWR, y sólo se le permitía utilizarla con el permiso de Exceles.

Después de confirmar que había llegado a Fanon, Exceles se dio cuenta de por qué Fanon había querido Aegis en ese momento. El cielo nocturno estaba oscuro, y en él pudo ver una gran ondulación como una serpiente, mientras unas nubes negras arremolinadas parecían colgar sobre su cabeza y cubrirlo todo.

Después de que Juggernaut desapareciera, Fanon aterrizó finalmente frente a su escuadrón y se apresuró a utilizar la AWR de repuesto para lanzar el Sistema Aegis.

Como si se riera de sus esfuerzos, el hombre enmascarado -que se había enfrentado fácilmente al hechizo Juggernaut de Fanon- apuntó la punta de su espada corta hacia el cielo, con sus cadenas bailando a su alrededor. Sus labios pronunciaron en silencio un nombre.

―‹‹Black Ikazuchi››

―Bien, paren ahí ―dijo una mujer, apareciendo de la nada. Dio una palmada, deteniendo al enmascarado.

Se interpuso entre el enmascarado y Fanon, y luego avanzó con pasos elegantes.

Inclinó adorablemente la cabeza y preguntó brevemente:

―Entonces… ¿qué está pasando aquí?

Con la aparición de esta inesperada visitante, Alus anuló a Black Ikazuchi y Fanon bajó su paraguas. La mera aparición de la mujer fue suficiente para poner fin a la batalla y aliviar la tensión. Sería justo decir que su sola existencia determinó el curso de una batalla que podría haber torcido el futuro tanto de Alpha como de Clevideet.

―Feli ―dijo Alus mirándola.

―Uhm… Señorita Felinella, ¡¿qué significa esto? ―Preguntó Exceles, quitándose la capucha y dejando ver su pelo rubio, con expresión perpleja.

―¡¿Eh, Felinella?! Sí que es ella, pero ¿qué pasa? ―preguntó Fanon.

Exceles miró a Fanon para reprenderla suavemente, pero ella parecía igual de confundida. Pero también se sintió aliviada. Al fin y al cabo, la batalla era una situación completamente extraordinaria que había surgido de repente: un encuentro inesperado entre dos Únicos era realmente desafortunado para ambas naciones.

―Señorita Exceles, yo tampoco entiendo del todo la situación… Para empezar, Alus, ¿podrías quitarte la máscara un momento?

Ante la insistencia de Felinella, Alus empezó a comprender poco a poco lo que estaba sucediendo y se quitó la máscara con despreocupación. Del mismo modo, Loki se bajó la capucha. Dejó escapar un suave suspiro y trató de decirse a sí misma que al menos no hubo ningún desafortunado accidente. Por supuesto, la otra parte había dado el primer paso.

Alus y Loki, Exceles y Fanon… después de mirar sus caras, Felinella se aclaró la garganta.

―Uhm… creo que las presentaciones son necesarias. Este es Sir Alus Reigin y su compañera, la señorita Loki ―dijo a Fanon y Exceles antes de girarse para mirar a Alus.

―Y, Alus, esta es la Magicmaster Única de Clevideet, Lady Fanon Trooper, y parte de su escuadrón. Estamos colaborando con ellos en este incidente.

Los miembros del escuadrón de Fanon reaccionaron con un cómico movimiento de sus mejillas; sólo Fanon miró a Alus.

―El Magicmaster Único de Alpha, el ranking 1… ―Exceles puso en palabras lo que la silenciosa Fanon estaba pensando.

Estaba por encima incluso de Fanon. El ranking 1. La persona que estaba en la cima de todos los Magicmaster. Por lo que Exceles sabía, era un Magicmaster enigmático cuya identidad se había mantenido oculta todo este tiempo. Sin embargo, Exceles recordaba haber oído que el ranking 1 había aparecido durante la conferencia del gobernante como guardaespaldas de Cicelnia. Así que, naturalmente, eso significaba que uno de ellos debía saber cómo era el ranking 1.

―Lady Fanon… ¿se dio cuenta? ―Preguntó Exceles.

―¿Cómo se supone que voy a saber quién es un tipo que lleva una máscara extraña? ―Preguntó Fanon.

Tenía razón. Sería imposible comparar la apariencia de alguien que sólo había visto una vez con el hombre enmascarado que tenía delante. Dicho esto, los dos acababan de estar en una lucha mortal, y había una parte que no tenía sentido para Exceles.

Alus se mantuvo callado, y Fanon parecía querer decir algo. Fue entonces cuando Felinella intervino con una brillante sonrisa, haciendo una sugerencia para suavizar las cosas.

―Para empezar, ¿por qué no cambiamos de lugar?

Su sonrisa era un poco forzada, pero al menos la situación estaba bajo control. Exceles volvió a mirar al cielo, donde estaban las inquietantes nubes negras. Sin embargo, ya habían desaparecido, sustituidas por el familiar cielo nocturno artificial.

Seguramente, Alus Reigin había estado intentando matarlos en serio. Las nubes negras habían sido un presagio de un poderoso hechizo, y ella dudaba que Fanon hubiera podido activar el Sistema Aegis a tiempo. Con su aguda intuición, Exceles había sentido que la muerte se acercaba a ella. No podía librarse de la sensación de un final siniestro.

Afortunadamente, evitaron el peor de los desenlaces.

Aliviada por haber salvado su vida gracias a la aparición de Felinella, Exceles respiró profundamente para calmarse a la fuerza. Con ello, el repentino encuentro cercano entre Únicos terminó, y en efecto, un conflicto militar menor llegó a una conclusión pacífica.