Meikyuu No Ou (NL)

Volumen 2

Capitulo 11: El Defensor Del Reino

Más rápido.

¡Más rápido!

Saliendo de las profundidades del Laberinto de Sazardón, un lugar repleto de poderosos monstruos, Panzel corrió tan rápido como le permitieron sus piernas.

Subió las altas escaleras casi volando, como si el agotamiento fuera un concepto extraño. Se movía a una velocidad que cualquiera que conociera bien el laberinto habría considerado imposible.

La Espada de Bora aumenta la velocidad de movimiento de su usuario en un 80%. También aumentaba la energía, la resistencia, el intelecto y todas las demás estadísticas en un 60%. La bendición de este objeto fue lo que permitió a Panzel ascender los pisos del laberinto con extrema rapidez. Ya era un caballero muy hábil, pero la bendición de la espada lo había elevado a niveles sobrehumanos.

Se deslizó con seguridad entre los monstruos que intentaron atacarle. Si alguno le bloqueaba el paso, lo atravesaba sin esfuerzo. Además de los beneficios mencionados, la Espada de Bora también triplicaba el poder de ataque del usuario y aumentaba su velocidad de ataque en un 80%.

El poder de ataque base de la Espada de Bora era bastante alto, y Panzel ya tenía la mayor fuerza física y destreza de combate del reino. Contra todas las bendiciones a su disposición, la alta defensa y agilidad de los monstruos no significaba nada.

Además, esta espada divina también aumentaba el índice de golpes críticos de su usuario en un 20%. Un golpe crítico era un golpe en el punto vital de un enemigo, lo que hacía que el ataque fuera mucho más mortífero de lo habitual.

Panzel absorbió la resistencia de los monstruos que abatió, y las heridas que sufrió se curaron en un instante. Esto fue gracias a la bendición del 10% de absorción de resistencia otorgada por la Espada de Bora, que no sólo alivió su agotamiento, sino que también curó sus heridas.

Una bendición que otorgaba un 20% de regeneración de maná reforzaba la elevada capacidad de pensamiento crítico y el espíritu de lucha de Panzel, e incluso si su espada estaba dañada, una bendición que la reparaba automáticamente devolvía la hoja a su estado más afilado.

Había muchos monstruos en el laberinto que poseían la capacidad de infligir envenenamientos o maldiciones. Aquí es donde la Daga de Kaldan resultaba útil. La daga estaba equipada con bendiciones que eliminaban todas las afecciones de estado y curaban el envenenamiento, y también otorgaba el elemento santo a su usuario.

Además, la daga revelaba a su portador el mapa del piso del laberinto actual y duplicaba su intelecto, lo que permitía a Panzel atravesar el laberinto a pesar de no estar familiarizado con sus rutas.

En otras palabras, el simple hecho de tener la daga en la cadera hacía que apareciera en su mente el mapa de cualquier planta en la que entrara, así como las posiciones de todos los monstruos de ese nivel, lo que le permitía encontrar al instante la ruta más rápida y segura.

Extraño guerrero… No tengo palabras que puedan transmitir con exactitud mi gratitud por estos tesoros de valor incalculable.

Volveré a ti un día y arreglaremos las cosas entre nosotros.

Estoy seguro de que eso es lo que estás esperando.

Pero ahora mismo…

Ahora mismo…

Para salvar a su señor y a su benefactor de los que les amenazan… para protegerlos de los malvados que se esconden en las sombras dentro del reino… Panzel tenía que volver a la superficie lo antes posible.

***

Pan’ja Raban, el principal vasallo de la Casa Mercurius, y Panzel se conocieron por primera vez en el año 1079 del Calendario Real. Al acogerlo en la Casa Mercurius como vasallo, Pan’ja le abrió los ojos al mundo. A partir de entonces, Panzel demostró un enorme crecimiento.

Julius, el joven jefe de la Casa Mercurius, también había mostrado un notable crecimiento. El rey observaba sus progresos desde lejos. Julius había nacido de un matrimonio secreto, y su madre era la querida hermanastra del rey.

Una vez que Panzel se convirtió finalmente en caballero, sus logros fueron muchos y variados. A su vez, estas victorias fueron acreditadas a su señor, Julius, pues tal era la voluntad del rey. Esto hizo crecer aún más el prestigio militar de la casa Mercurius. Seguían siendo una familia noble sin territorio. Sin embargo, sus propiedades en la capital real aumentaron de tamaño, y sus soldados aumentaron en gran medida en número.

Tres años antes, en el año 1076, Alkan, el duque de Riga había hecho una declaración.

“Cualquier persona que derrote sin ayuda al monstruo que acabó con la Cuarta División de la Guardia Imperial será alabado como un héroe a la altura de los fundadores de nuestro reino”.

La Casa Riga poseía un poder y una riqueza que superaban a cualquier casa del reino. Alkan tenía sesenta años ese año, y llevaba treinta y un años como Ministro Blanco, el jefe de gobierno del reino. En el mundo de la política, era un monstruo.

Esta declaración de la Casa Riga sorprendió mucho al rey, ya que también habían prometido que, si Panzel exterminaba al minotauro, sería nombrado Defensor del Reino. Algo así no tenía precedentes.

El nombramiento del príncipe heredero no podía aplazarse más, y eso estaba resultando problemático para el reino.

El rey quería que el primer príncipe -el hijo de la primera reina consorte- fuera el heredero del trono. Por el contrario, el duque de Riga, padre de la segunda reina consorte, quería hacer heredero al segundo príncipe, su nieto. El Consejo Privado se inclinaba por apoyar a la facción de Riga.

Pero Julius, que tenía un asiento en la corte imperial como jefe de una de las familias nobles del consejo, tenía lo siguiente que decir:

“Es una antigua tradición que el hijo mayor herede la casa. ¿No se aplica eso también al reino?”. Este comentario alteró el panorama político.

Julius ganó mucho apoyo entre la joven nobleza. Mientras tanto, los nobles de más edad, que le conocían como sobrino del rey, no se tomaron sus palabras a la ligera. Además, su argumento era convincente.

Y así, el asunto del primer príncipe para ser nombrado heredero ganó impulso.

El rey deseaba profundamente promover a Panzel a un alto rango entre los caballeros, lo suficiente como para darle un asiento en la corte imperial.

Los fundadores del reino a los que se refería el duque de Riga en su declaración eran los veinticuatro héroes que fueron nombrados Defensores del Reino tras ayudar al rey fundador a establecer el reino. Cada uno de ellos fue nombrado primer jefe de una casa noble. Incluso mil años después, no se había concedido este título a nadie desde entonces.

Si Panzel era nombrado Defensor del Reino, obtendría un estatus igual al de las familias nobles del consejo y ascendería a la corte imperial. Eso significaría que el primer príncipe tendría la posibilidad de ser nombrado heredero.

El que más se oponía a que Panzel obtuviera un puesto en la corte era el duque de Riga. Por esta razón, no tenía sentido que propusiera la posibilidad de que Panzel fuera nombrado Defensor del Reino, y explicaba por qué la idea despertaba sospechas.

Incluso entonces, el rey no podía pasar por alto esa posibilidad, así que apoyó firmemente la declaración de Riga. Así fue como se decidió que Panzel se enfrentara al minotauro.

El duelo estaba programado para el día de la Fiesta de la Cosecha porque todo el mundo estaría fuera celebrando, lo que significa que no habría nadie en el laberinto. Panzel no se entrometería en la exploración de nadie, y no habría nadie que interfiriera en la lucha.

El día de la Fiesta de la Cosecha, Panzel fue convocado al palacio y recibió la orden real de matar al minotauro, y se aventuró al laberinto inmediatamente después.

Como si hubiera estado esperando la partida de Panzel, Bolan Nadal, el Barón de Paulo en ese momento, envió a sus tropas a la Casa Mercurius. El ejército marchó bajo los estandartes del Barón de Paulo y de Garrest, el hijo mayor del Duque de Riga.

El jefe de la casa, Nadal era uno de los señores más poderosos entre los Estados feudales de Fenks. Pero en el año 1040, bajo la dirección de Molzora, que guiaba como duque de Riga en ese tiempo, la casa fue sometida y convertida en una casa barón de Baldemost. El ejército que avanzaba sobre la casa Mercurius era muy poderoso.

La Casa Mercurius reunió sus defensas y se enfrentó al asalto.

Al mismo tiempo, una parte de las fuerzas del duque de Riga rodeó el palacio real.

Mientras la Casa Mercurius contenía el feroz ataque del Barón de Paulo, Panzel hizo su regreso.

***

“He vuelto, mi señor”.

“¡Panzel, has vuelto!”.

“Mis más sinceras disculpas por haber tardado tanto. La verdad es que…”.

Y así, Panzel informó a Julius y a Pan’ja Raban, el antiguo vasallo principal de la Casa Mercurius y actual comandante de sus fuerzas, de todo lo que había ocurrido dentro del laberinto. Panzel preguntó entonces si podía pedirle prestado a Julius el Brazalete de Alestra.

“Por supuesto. Aquí tienes”.

Panzel equipó el Brazalete de Alestra y se arrodilló frente a Julius.

“Espero sus órdenes para destruir al comandante enemigo”.

“Puedes partir”.

“Sí, mi señor”.

Procediendo en soledad, Panzel abrió la puerta, salió al exterior, atravesó la barrera mágica y comenzó a abrirse paso a través del ejército enemigo. A medida que avanzaba, iba cortando a todo aquel que se le acercaba, rebanando sus armaduras como si fueran de papel.

Aunque los soldados enemigos pudieron asestar golpes limpios a Panzel, éste no parecía estar recibiendo ningún daño. Eso se lo debía agradecer a la Espada de Bora. Las bendiciones de la mayoría de los objetos obtenidos en los laberintos no funcionaban en el mundo exterior, pero la Espada de Bora era una excepción.

Panzel se dirigió directamente a la plaza de Pantram, donde los invasores levantaban sus dos estandartes. Apuntando al estandarte de la Casa Riga, se escondió entre los soldados enemigos.

No mucho después, volvió a la finca. Esta vez nadie le atacó, sino que se limitaron a verle marchar, paralizados por el miedo. Panzel volvió a arrodillarse frente a Julius, esta vez presentando la cabeza del comandante enemigo, Garrest.

Luego, bajo nuevas órdenes de Julius, condujo una tropa de soldados al palacio real, entró al servicio como jefe de la Primera División de la Guardia Imperial y desde entonces protegió el palacio y al primer príncipe.

El barón de Paulo huyó de la capital, el duque de Riga afirmó que había enviado a sus soldados para proteger el palacio real, y los disturbios llegaron a su fin.

Este acontecimiento llegó a conocerse como la Revuelta de Pantram.

4

Poco después, el Consejo Privado abrió sesión.

Alkan afirmó que el barón de Paulo era el cabecilla de la rebelión y que su hijo mayor, Garrest, fue engañado para apoyarla. Calificó lo que hizo su hijo como un crimen imperdonable, pidió disculpas al rey y presentó las cabezas de los hijos de Garrest y de sus ayudantes cercanos.

Muchos indagaron sobre la culpabilidad de la Casa Riga, pero Alkan lo manejó con ingenio. La verdad seguiría sin estar clara hasta que el barón de Paulo fuera citado e interrogado, por lo que la investigación debía cerrarse ahí.

Mientras tanto, el rey y muchos de sus súbditos estaban distraídos con Panzel y la Espada de Bora. Cuando se supo que Panzel había recibido la espada bendita de manos del minotauro, la gente se obsesionó con el arma.

Por decreto real, Panzel fue obligado a luchar contra cien caballeros de la Guardia Imperial y luego a entregarle la Espada de Bora al comandante de la Primera División de la Guardia Imperial y a luchar contra él. Ganó ambos combates, ya que las bendiciones de la Espada de Bora no funcionaban para nadie más que para él.

Panzel fue nombrado Defensor del Reino, y pasó a fundar la Casa Goran. Alkan dejó su puesto de Ministro Blanco, y su segundo hijo, Draydol, ascendió al puesto de Ministro Azul. De los ministros blanco, rojo, azul y negro, el azul era el tercer puesto de mayor rango.

Desde el palacio real se envió un emisario al barón de Paulo, Bolan Nadal, para solicitar un interrogatorio. El barón dijo al mensajero que respondería con su espada.

Ese año, un ejército dirigido por los señores de Baldemost atacó los dominios de Paulo. Los Estados feudales de Fenks no tenían un rey, sino que las decisiones se tomaban mediante una conferencia de los distintos nobles. Los caballeros al servicio de los señores de Fenks se llamaban Caballeros del Norte. Eran conocidos por su pesado equipamiento y su imponente fuerza, y ningún país los había vencido en una batalla en igualdad de condiciones. Su poderío no podía ser subestimado.

El dominio de Paulo no fue cedido a la Casa Nadal por Baldemost. La tierra era originalmente suya. Consistía en una fértil llanura rodeada por todos los lados de escarpadas montañas, lo que hacía extremadamente difícil el ataque.

Bolan, el barón de la época consiguió brillantes victorias militares en Baldemost en los últimos años, y hasta la aparición de Panzel, era conocido como el mayor comandante militar del reino.

Como el dominio de Paulo consistía en una fortaleza construida por la naturaleza, y como estaban luchando contra los Caballeros del Norte de la Casa Nadal, todo el mundo en Baldemost creía que estaban luchando en una guerra imposible de ganar, que terminaría en una simple muestra de orgullo del rey. Incluso los señores que lideraban la invasión se comportaban como si su avance fuera sólo un espectáculo.

Sin embargo, en un impactante giro de los acontecimientos, Panzel, cien caballeros de la Guardia Imperial y los doscientos soldados de la Casa Mercurius que habían sido puestos bajo su mando rompieron la fortaleza natural e invadieron el núcleo del dominio de Paulo. A continuación, Panzel se llevó a los soldados de la Guardia Imperial y aplastó a una fuerza de doscientos cincuenta Caballeros del Norte bajo el mando de Bolan.

Se suponía que los Caballeros del Norte eran imposibles de derrotar, incluso con números abrumadores. Panzel los derrotó con una fuerza la mitad de grande que la de su enemigo. Esta victoria hizo que su fama se extendiera por todo el norte del continente.

Bolan consiguió la ayuda del influyente Lord Banust y huyó del país. Baldemost exigió a Lord Banust que entregara a Bolan. Sin embargo, Lord Banust insistió en que el dominio de Paulo fuera devuelto a Fenks, y así comenzaron las negociaciones.

Al año siguiente, 1097 del Calendario Real, Panzel se casó con Esseluleia, y Julius se incorporó al gabinete como Ministro Negro. Draydol ascendió al puesto de Ministro Rojo.

En 1098, Julius se casó. La revuelta en el dominio de Paulo fue reprimida, y la región pasó a llamarse Keza. Keza fue entonces entregada a Julius, que fue nombrado marqués de Keza.

En el año 1100 del Calendario Real, nacieron el hijo mayor de Panzel, Arza, y la hija mayor de Julius, Serruria. Pan’ja Raban falleció, y Draydol se convirtió en el Ministro Blanco. Las conversaciones de paz con Lord Banust se rompieron, y estalló la guerra entre Baldemost y catorce señores de los Estados feudales de Fenks.

La guerra continuó durante algo más de tres años.

Baldemost invadió con el príncipe heredero como comandante supremo de sus ejércitos, y la actuación divina de Panzel amplió su territorio ocupado en Fenks.

El Barón de Paulo luchó varias veces contra Panzel y dijo lo siguiente sobre él:

“Es el dios del trueno hecho carne…”.

Desde entonces, los caballeros de Fenks pasaron a llamarle Panzel “Tormenta de Truenos” por reverencia.

Panzel derrotó varias veces a los Caballeros del Norte de Lord Banust, a pesar de su reputación de ser los guerreros más fuertes de Fenks. Decapitó al Barón de Paulo, llevó a Lord Banust al suicidio y capturó su castillo, y estuvo a un paso de conseguir el control total de todo el dominio de Banust.

Luego, en 1103, murió repentinamente en el servicio militar. Al principio, la causa de la muerte no estaba clara, pero más tarde se determinó que fue el uso excesivo de las bendiciones de la espada divina.

Se estableció un tratado de paz gracias a los esfuerzos de Julius, y la región de Banust pasó a formar parte de Baldemost. El territorio ocupado fue entregado a la casa Goran, y Panzel recibió a título póstumo el título de marqués de Banust.

Así, la vida del héroe Panzel llegó a su fin. Tenía treinta y un años. Su hijo Arza fue criado por Julius, bajo cuyo cuidado aprendió a luchar.

En el año 1114 del Calendario Real, Arza cumplió catorce años, cambió su nombre por el de Zara, se convirtió en aventurero y dio sus primeros pasos en el Laberinto de Sazardón. Subió de nivel a un ritmo asombroso y, al cabo de un año y medio, consiguió llegar por sí mismo al piso 60 del laberinto. Entonces subió al nivel 65 y se convirtió en un aventurero de rango S.

Estaba naciendo un nuevo héroe.