Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 4

Capítulo 9: Una Ciudad Sobre Hielo

Parte 3

Quizás porque los otros edificios a su alrededor estaban congelados, la mansión se sentía terriblemente fría, incluso por dentro.

Cuando exhalamos, nuestro aliento era de un blanco nuboso antes de extenderse y desaparecer en el aire frío. La luz que entraba por las ventanas se balanceaba suavemente como cortinas.

“El nombre del dueño de esta mansión es la Gran Bruja Rudela… o eso parece”.

La señorita escoba que caminaba a mi lado podía escuchar las voces del viento o algo así, y de vez en cuando, de repente, inclinaba la cabeza y daba alguna información que averiguaba de quién sabe dónde. Era misterioso, pero pensé que incluso si le pedía que me dijera más detalles, probablemente no lo entendería de todos modos, así que me quedé callada y asentí. Después de todo, a decir verdad, esta ocasión en la que una escoba se puso de pie y caminó era demasiado desconcertante, y estaba teniendo problemas para aceptarlo del todo.

“Es la habitación más alejada hacia la parte de atrás”.

La señorita escoba tiró con fuerza de mi manga.

Caminamos por todo el corredor.

Sin dudar, la señorita escoba abrió las puertas del final y me dejo pasar. “Muy bien, adelante”.

“… ¿Qué hay aquí?”

Según las apariencias, era una habitación privada que podría haber estado en cualquier lugar y pertenecer a cualquiera. Apenas estaba amueblado con muebles espartanos—un escritorio y una cama, además de una estantería.

La señorita escoba no respondió a mi pregunta y se movió como si no fuera la primera vez que venía aquí. Como si estuviera siendo guiada por la voz de otra persona, se dirigió al escritorio y recogió la carta que estaba sobre él.

“Esto es”. Me entregó la carta.

Estaba cubierta de polvo y parecía muy vieja.

“¿Y esto es?”

“Bueno, parece ser algo escrito por la Gran Bruja Rudela”.

“……”

¿Por qué sabes eso…?

“Puedo escuchar las voces de los objetos, sabes. Este es un objeto”.

Como si viera a través de mí, la señorita escoba dejó escapar una risa tranquila.

¿Puede ella oír los pensamientos que están en mi mente también…?

“…Si leo esto, ¿sabré cómo hacer que Elaina vuelva a la normalidad?”

“……” No me respondió.

En cualquier caso, parecía que yo estaba destinada a leerlo.

Tomé la carta de sus manos. Mirando de reojo a la señorita escoba, que se alejaba como guiada por otra persona, abrí la carta.

El olor polvoriento del moho flotaba en el aire.

Allí, en esa página, estaba la historia del país.

Holis, soy la Gran Bruja Rudela.

Escribí esta carta con el único propósito de que la leyeras. No sé de dónde vienes ni quién eres, pero redacté esto porque quiero que salves a la gente de esta ciudad.

Para decirlo claramente, yo soy la razón por la que esta ciudad está congelada. La culpa es mía.

Sin embargo, comprende que hubo circunstancias atenuantes que me llevaron a tomar estas medidas. A pesar de mis deseos, no tuve más remedio que hacer esto, temporalmente, para salvar la ciudad.

Todo comenzó hace un año—aunque digo que sin saber qué tan lejos en el futuro puedes estar leyendo esto, supongo que probablemente será más de un año en el pasado.

De todos modos, un año antes de que escribiera esta carta, una plaga comenzó a extenderse por esta tierra.

Es una enfermedad terrible por la cual la piel se inflama y el cuerpo sufre una terrible fiebre. Desde el principio, los infectados tardaron solo unos cuántos días en morir.

Se desconoce su origen. Después de que la primera persona contrajo la enfermedad, se produjo un brote repentino. La plaga arrasó el área rural a una velocidad terrorífica.

El rey me encomendó que encontrara una cura a toda prisa.

Visité con frecuencia a los enfermos, recogí muestras de sangre y creé medicinas. Día tras día, repetí este ejercicio.

Sin embargo, no importó la fuente de la enfermedad, nunca supe cómo curarla. No importa qué tipo de medicamentos hiciera, no tenían ningún efecto.

Los ciudadanos murieron en masa, sufriendo hasta el trágico final.

Y a medida que la plaga continuaba extendiéndose, comenzó a circular un rumor.

—Un rumor de que la Bruja Rudela podría ser la que había provocado esta plaga.

Supongo que los ciudadanos empezaron a sospechar de mí porque nunca fui afectada por la enfermedad, a pesar de visitar con frecuencia a los enfermos en medio de una pandemia en todo el país.

Los propios rumores se extendieron como una segunda plaga. El rumor engendra rumor y, en poco tiempo, se convierte en una opinión popular. Los ciudadanos dejaron de saludarme, e incluso cuando iba a sus casas para tratar de curarlos, me negaban la entrada.

Me convertí en una especie de paria.

Sin embargo, eso no me importó tanto.

Para ser honesta, no era demasiado afectuosa con la gente de aquí. Bueno, nunca he sido una persona sociable. Siempre los odié, de verdad. Claro, siempre mantengo una apariencia amigable, pero en realidad solo me preocupo por las interacciones más básicas. Ese es el tipo de persona que soy.

De todos modos, no dejé de estudiar la enfermedad.

Esto se debió totalmente a mis sentimientos de patriotismo.

Amo mi tierra natal, donde nací. Puede que odie a la gente, pero lo que me llevó a investigar una cura para la plaga fue un simple sentido de obligación y deber. Por eso no había forma de que renunciara.

Finalmente, la plaga contagió al mismísimo rey.

El tiempo se había agotado, y si no podía resolver el misterio en unos pocos días, estaba muy claro que este país caería en la ruina.

Ya me estaba quedando sin ideas. La gente me miró con desprecio; ni una sola alma confió en mí. Me arrojaron piedras mientras caminaba por la calle, y algunas personas que habían perdido a familiares a causa de la plaga incluso me atacaron con cuchillos.

Oh, esto es inútil, pensé.

En ese momento, tuve que tomar una decisión.

Me quedé sin tiempo.

Estoy segura de que ahora, el paisaje a tu alrededor parece estar congelado. Estrictamente hablando, no es hielo lo que estás mirando.

Para salvar la ciudad, era fundamental que ganara tiempo. Y así conservé toda la ciudad, suspendiéndolo en el tiempo después de la propagación de la plaga.

Estoy segura de que aparecí como una figura espantosa para la gente mientras congelaba todo en la ciudad. Sin embargo, no escucharon ni una palabra de lo que dije, por lo que tuve pocas opciones al respecto.

Después de que todo en la ciudad estuviera completamente congelado, pude dedicarme al estudio de la enfermedad, sola.

Incluso que haya ganado tiempo congelando la ciudad, no significaría nada si no pudiera resolver el problema.

Mi investigación continuó durante mucho tiempo, pero finalmente pude desentrañar el misterio de la enfermedad que había comenzado a extenderse tan repentinamente.

El origen se encontraba en un país cercano—Esto, La Ciudad de la Fe.

Aparentemente, ese país había estado experimentando con magia cuestionable y, como subproducto, la energía mágica corrupta se convirtió en una toxina y contaminó el agua del río. Eso fue probablemente lo que provocó que mis compatriotas cayeran uno tras otro, mientras yo estaba a salvo. Tengo cierta resistencia a la energía mágica, mientras que ellos no. Eso es todo al respecto.

Una vez que entendí la causa, la solución fue simple.

Inmediatamente dediqué mi energía mágica al desarrollo de una vacuna.

Sin embargo, hubo un problema.

Aproximadamente había pasado un año desde que había congelado la ciudad y, a pesar de mi resistencia mágica, la corrupción finalmente había comenzado a devorarme. Cada vez que una parte de mi cuerpo se infectaba, congelé la parte enferma para detener el progreso de la enfermedad y seguí trabajando sin descanso en la vacuna.

Finalmente, se completó la curación.

Por cierto, ¿ves caer nieve por la ventana?

Esa nieve es la misma vacuna que creé. La nieve que se combina con el hielo, derritiéndose y adhiriéndose a él, debería eventualmente curar la enfermedad que aqueja a estas personas.

Sin embargo, este es el final de la línea para mí.

Congelar mi cuerpo poco a poco debe haber tenido algunos efectos secundarios negativos. De lo contrario, habría gastado demasiada energía mágica para hacer la vacuna.

La nieve no ha curado mi enfermedad, aunque tampoco la enfermedad ha progresado. Todo lo que se ha desvanecido gradualmente es mi humanidad.

Ya puedo sentir que mi mente se desvanece. Mi cabeza se siente vacía y me cuesta controlar mi cuerpo. Simplemente escribir estas palabras requiere cada gramo de esfuerzo que pueda reunir.

Me alegro de haber podido durar lo suficiente para hacer la vacuna. Sin embargo, no me queda energía para derretir el hielo. Temo que mi amado hogar permanecerá preservado en el hielo por toda la eternidad.

Solo hay una forma de derretirlo. Si muero, la fuente de la energía mágica que congeló la ciudad morirá conmigo, y el hielo debería desaparecer.

No hay otra forma que esa.

Y por eso te lo suplico.

Por favor acaba con mi vida—

La carta terminaba aquí.

La nota extremadamente inquietante se lee menos como palabras y más como un montón de garabatos irreconocibles. De hecho, era una súplica desesperada para cualquiera que pudiera leerlo.

Quería que la matáramos.

La carta había concluido con esas pesadas palabras.

“Señorita Amnesia”.

La señorita escoba regresó exactamente cuando terminé de leer. En su mano, sostenía un gran trozo de tela.

“… ¿Qué es eso?”

“Estaba en la otra habitación”.

Extendió la tela. Parecía una capa hecha de harapos. La miró con toda seriedad. “Es probable que la Señora Rudela predijera algo de nuestra circunstancia actual. Esto parece ser una capa que puede anular su magia”.

“……”

¿Cómo lo sabes? Ya no tenía ganas para preguntar. Estaba segura de que era algo que escuchó de las voces de los objetos.

“Señorita escoba, ¿sabes lo que había en la carta?” “Más o menos”.

“Ah, ya…”

“Sí”.

Tomé la capa de sus manos. “…Así que tendremos que asesinarla”.

“……”  Ella  desvió  su  mirada.  “En  este  momento,

podremos decir que no tenemos otra opción”.

“…Ese parece ser el caso”.

“…Lo lamento muchísimo. Este trabajo sucio es algo que debería asumir yo y no un humano, creo. Pero—” Miró sus manos.

El hechizo que Elaina le había lanzado ya debía estar llegando a su fin, ya que su cuerpo comenzaba a desvanecerse y se volvía translúcida. Podía ver el otro lado de la habitación a través de ella.

A la señorita escoba no le quedaba mucho tiempo.

“Está bien. No te preocupes por esto”. Mantuve mis manos temblorosas bajo control. “En realidad, este tipo de deber es ideal para mí, ¿sabes?”

—Porque mañana voy a olvidarlo por completo.

“Señorita Amnesia”. De repente, una sensación cálida envolvió mi cuerpo. La voz de la señorita escoba venía de algún lugar muy cercano, y cuando continuó hablando, me di cuenta de que me estaba abrazando. “No tiene ninguna razón para sentir responsabilidad o sentido del deber. Incluso si huyera, no hay nadie que le guarde rencor”.

“……”

“Así que por favor. Siga su corazón y actúe como mejor le parezca—porque si no lo hace, con el tiempo, seguramente perderá la capacidad de actuar por su propia cuenta”.

Me abrazó con más fuerza. Parecía que desaparecería en cualquier momento, pero era cálida que pensé que me derretiría. Era caliente. Ardía.

La abracé.

“Graci—”

Sin embargo, en ese momento, la señorita escoba desapareció.

Se deslizó entre mis manos y una escoba común cayó al suelo con estrépito. Dejó atrás sólo la más leve sensación de su presencia.

Me quedé como la única persona en esta ciudad helada.

No tenía otra opción.

***

Afuera caía nieve, cayendo lentamente.

Cubriendo mi cuerpo, la capa absorbió la nieve y se tiñó ligeramente de humedad.

No importa dónde caminara en la ciudad cubierta de hielo, el paisaje no cambiaba y no sabía cuánto tiempo había estado afuera ni cuánto tiempo tendría que seguir deambulando.

“……………………”

Desde el otro lado de la ciudad congelada, apareció la criatura que antes era Rudela, arrastrando su pierna. Era seguro que no quedaba humanidad dentro de ella.

Cuando me vio, la mujer con cristales de hielo creciendo desde el interior de su cuerpo me apuntó con su varita e inmediatamente me atacó con un frío hielo.

“…… ¡Tch!”

El hielo se rompió cuando golpeó la capa que había recibido de la señorita escoba y el frío se disipó en el aire. Oh, gracias al cielo, realmente funcionó. Sintiéndome un poco aliviada, di un paso al frente con firmeza, un pie a la vez.

Luchando bajo la embestida del hielo mágico, mis pisadas se sintieron muy, muy pesadas. Sentí que colapsaría en el momento en que dejara de intentarlo.

Sintiendo muchas veces como si estuviera a punto de resbalar, puse una mano sobre mi sable que descansaba debajo de la capa.

Se sacudió ruidosamente con mi temblor.

Antes de perder la memoria, probablemente estaba acostumbrada a la batalla. Esto está bien.

Si no hago esto, no recuperaré a Elaina. No hay otra manera.

Rudela está dispuesta a morir. Nada de esto es triste.

Repitiendo estas excusas en mi mente, cerré la distancia entre nosotras paso a paso.

“……………………”

Y luego…

“Lo siento”.

La apuñalé.

Mi sable atravesó la capa y penetró en el pecho de la criatura que había sido Rudela. La hoja se hundió profundamente en ella, deslizándose suavemente a través del espacio entre los huesos.

Me dolía el pecho. Era casi como si yo lo hubiera recibido.

La sangre que salía del pecho de Rudela bajó por mi sable y cayó en gruesas gotas sobre el hielo. La magia helada que manaba de su varita cesó, y la dejó caer mientras su mano se aflojaba.

El cuerpo de Rudela se derrumbó sobre mí. Su cabeza golpeó mi hombro.

Estaba pesada.

“—Gracias”.

También pesaron las palabras que me dijo al oído.

Esas palabras fueron las últimas y no volvió a moverse.

No pude decir nada.

Estaba segura de que nunca contaría esta parte de la historia. ¿A quién? A Elaina.

No hay forma de que pueda decirle… que le quité la vida a una persona por su bien.

***

“Oh, señora bruja, realmente me siento muy mal por esto”. Mientras restauraba la ciudad, el rey se me acercó con una risa baja.

Moví la cabeza y continué mi trabajo. “No, no. Es mi forma de disculparme por destruir su ciudad”.

“Pero tú derrotaste a esa mujer por nosotros. Incluso si los edificios están un poco deteriorados, está claro que fue un sacrificio necesario. ¡No tenías que ir tan lejos!”

“No estaré satisfecha a menos que lo haga. Y, en cualquier caso, me alegro de que nadie haya resultado herido”, respondí y volví al trabajo.

La cosa humana. Me había congelado durante mi pelea con la criatura que había sido difícil de describir. Cuando volví a la normalidad, descubrí que los edificios a mi alrededor estaban completamente demolidos.

Oh, rayos, pensé, y comencé a repararlos de inmediato.

Mientras hacía eso, la gente del pueblo a mi alrededor había comenzado a hacer un escándalo: “¡¿Derrotó a ese monstruo por nosotros, señorita bruja?!”

Habíamos llegado a la situación actual, en la que el rey se acercó especialmente a saludarme.

Bueno no fui yo quien la derrotó en realidad…

Incluso después de que terminé con mi trabajo, el rey estaba tratando de acercárseme para caerle bien.

“¡Realmente nos ayudó! Estábamos atrapados en una larga pesadilla a causa de esa malvada bruja. Si no nos hubieras salvado, podríamos habernos quedado así en el hielo por toda la eternidad…”

“… ¿Sí?”

Tú sigue con los elogios, pero yo no fui su salvadora.

De hecho, yo también estaba congelada.

“……”

Amnesia, la que en realidad había salvado al país, se quedó detrás de mí todo el tiempo, inclinando la cabeza, sin pronunciar una palabra, sin siquiera moverse.

Yo no tenía ni la más mínima idea de lo que había sucedido.

Entre los ciudadanos alegres, encantados de recuperar su libertad, ella era la única sombría. Se veía tan desconsolada que ni siquiera me atreví a decirle nada.

“Deseamos mostrar nuestra gratitud a las brujas que mataron a ese demonio por nosotros, así que ¿qué tal?” Preguntó el rey. “Deberíamos conmemorar este día. Grabemos en la eternidad como el día en que el demonio fue eliminado de nuestra tierra”.

“……”

“¿Qué le parece? ¿Nos permitirá mostrarle nuestro agradecimiento? Nos gustaría ofrecerle un tesoro o cualquier otra cosa que desee. Ah, ¿y tiene un poco de tiempo libre? ¡Si está dispuesta, le prepararé un banquete de primera clase en el palacio!”

“……”

Está en un muy ambiente festivo. ¿Es realmente una ocasión tan feliz?

Realmente no entiendo lo que está pasando.

“¿Qué le parece?” El rey, de buen humor, me preguntó de nuevo, con bastante insistencia.

“—No podemos”, dijo alguien en voz baja mientras tiraba firmemente de mi túnica. Cuando me volví, vi a Amnesia mirando hacia abajo oscuramente y negando con la cabeza muy levemente.

Esas fueron las primeras palabras que pronunció desde que el hielo se derritió.

No tenía ni idea de lo que había sucedido. Sin embargo, entendí que le había pasado algo terrible, algo que ni siquiera podía expresar con palabras.

Me volví para enfrentar al rey.

“Por favor, no se tome la molestia. Tenemos prisa por seguir adelante. Somos viajeras, después de todo”.

***

Ya había dejado de nevar fuera de la ciudad que se había liberado del hielo. Las ráfagas de nieve en el bosque también, al final, debe haber sido el resultado del clima mágico.

“……”

Incluso yo no entendía cómo todo había vuelto finalmente a la normalidad.

Salimos del país y atravesamos el bosque a pie. Simplemente no teníamos ganas de viajar en la escoba, así que seguimos caminando todo el camino.

Finalmente, en el momento en que la silueta de la ciudad desapareció por completo de la vista, me di la vuelta y miré a Amnesia.

“……”

Ella había tenido la misma expresión todo el tiempo, desde que me liberé del hielo—silenciosa y malhumorada.

“¿Te encuentras bien?” Pregunté.

Ella asintió levemente. “Sí. Lo olvidaré pronto, así que—” Habló con desesperación, con una voz muy, muy temblorosa.

Le temblaban las yemas de los dedos, le temblaban los hombros e incluso le temblaba la boca. Como si estuviera temblando de un frío insoportable.

“¿Segura que te encuentras bien?” ¿A pesar de que pareces sufrir mucho?

Era demasiado lamentable.

Pensando que podría traerle algo de alivio—aunque no sabía si esto tendría algún efecto en ella—la abracé.

“…Por favor, no digas nada tan triste”.

“……”

Los brazos de la temblorosa chica me agarraron de inmediato. Apretó, más y más fuerte, como si se asegurara de que yo estuviera sólida al tacto, agarrándome mientras sus brazos rodeaban mi espalda. Yo apenas podía respirar.

“…Lo siento. ¡Lo siento…! ¡Lo siento…!”

La chica hundió la cabeza en mi hombro. Ella se estaba disculpando conmigo. Siguió pidiendo perdón mientras soltaba grandes sollozos y empapaba mi túnica con lágrimas.

Le froté la espalda. A pesar de su apariencia caballeresca, era la espalda pequeña e indefensa de una chica solitaria.

Acaricié su cabello. Era suave y cálido, el cabello de una chica viva.

“Una vez que hayas terminado de llorar, continuemos nuestro viaje”.

Pude sentir que asentía ligeramente.

Continué abrazándola, sin soltarla, durante el tiempo que tardó en calmarse.

“……”

No había forma de que pudiera preguntarle… sobre lo que había sucedido.