Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 4

Capítulo 9: Una Ciudad Sobre Hielo

Parte 2

Si el bosque era blanco, la ciudad era azul.

El suelo estaba completamente cubierto por una gruesa capa de hielo. Parecía que un paso en falso te haría resbalar. Caía nieve, pero los copos que se adherían al hielo pronto se fusionaban y desaparecían. Tal vez por eso, el hielo estaba ligeramente húmedo, lo que significa que el suelo estaba bastante resbaladizo y era muy difícil caminar sobre él.

En la gran avenida, flanqueada por edificios altos, la gente parecía que se dedicaba a sus asuntos, excepto que todos estaban completamente cubiertos de hielo.

“Me pregunto si estarán vivos…” dijo Amnesia mientras golpeaba la frente de los peatones congelados en medio de la calle.

“Si fueron congelados por un hechizo, existe la posibilidad de que aún sigan con vida. Los hechizos de hielo a menudo incorporan magia que suspende el tiempo, sabes”.

“Umm … ¿es decir?”

“Lo que significa que es probable que estén vivos por dentro”.

“… ¿En serio? Como que muy conveniente la magia”. “Es magia. ¿No es la conveniencia su propósito?”

“¿Así funciona?”

“Así funciona”.

La ciudad congelada estaba mucho más fría que el bosque. El mismo aire también parecía estar frío.

Como era de esperar, no podíamos pasar por una ciudad bajo un hechizo tan extraño sin detenernos a echar un vistazo y, además, no podíamos deshacernos de la inquietante sensación final de que esta era Esto, La Ciudad de la Fe. Nos embarcamos en una investigación exhaustiva de la ciudad.

“…Pero todo está congelado. ¡No hay nada aquí!”

Mi compañera comenzó a quejarse a los diez minutos de nuestra operación. Por cierto, en esos diez minutos aproximadamente, se había resbalado y caído no menos de diez veces.

“Me voy a romper el trasero”, dijo, pero no le presté atención.

“Ya, tranquila. Vamos, levántate”. Estaba en el suelo y la levanté.

“…Ay,” Gritó Amnesia.

“¿Por qué estás llorando? ¿No eres una caballero o algo así?”

Al menos, según tu vestimenta.

“¡Los caballeros sienten dolor!” Ella se puso seria.

“Además, ni siquiera recuerdo si era una caballero o no”.

“A decir verdad, no sé cómo responder a eso. Pasemos a otro tema…”

“No tienes que ser tan delicada conmigo. Apuesto a que ayer dije lo mismo, ¿verdad?”

“No solo ayer. Lo dices todos los días”.

“Voy a seguir diciéndolo mañana también. Gracias por aguantarme”.

Ojalá me ahorrara la gratitud.

Suspiré. “… ¿Pero por qué alguien en tu situación está vestida como caballero?”

Amnesia se encogió de hombros exasperada. “Nunca lo sabrás hasta que puedas preguntar a la versión de mí que se puso esta ropa”.

De alguna manera, ella no parecía estar tan interesada, a pesar de que estábamos hablando de sus circunstancias personales. Supongo que, si está tan alegre después de perder la memoria, debió ser sol y arcoíris antes de que todo esto sucediera.

“Por ahora, vayamos al palacio”, dije, inclinándome para quitar un poco de suciedad que se había pegado a su trasero.

“¿Hay algo en ese lugar?”

“Siempre que no sé lo que está pasando, normalmente lo entiendo si voy al palacio”.

Me enderecé de nuevo.

Afortunadamente, el palacio estaba situado directamente al final del camino que recorríamos.

Como todo lo demás, estaba recubierto de hielo, pero nos daría una panorámica del lugar.

“En cualquier caso, la gente de este país es un poco extraña, ¿eh?” Dijo Amnesia después de haber estado caminando por un rato, mientras delineaba a una de las personas congeladas con su dedo. “Todo el mundo parece asustado por algo”.

Ella tenía razón. Los peatones—suspendidos en el hielo—tenían expresiones distorsionadas, luciendo exactamente como si hubieran presenciado algo horrible. Una persona se había congelado a mitad de un salto. Otro se había postrado. Un individuo había estado tranquilamente defendiendo su posición. Otro había presenciado algo horrible.

Estaba claro que no habían sido encerrados dentro del hielo permanente por su propia solicitud.

Eso lo entendí con solo caminar por la calle.

“Además, mira esto. El hielo no se derrite”. Amnesia me mostró la yema de su dedo blanco, totalmente seco sin una sola gota de humedad. “Antes, sentí un poco de curiosidad e intenté golpearlo con mi espada, pero no pude hacer un solo rasguño. Es menos como hielo y más como cristal”.

“Pero está frío”.

“Está bien, es como un cristal frío”.

“……”

Imitándola, pasé el dedo por el hielo. Un escalofrío gélido subió instantáneamente a mi dedo. Sin embargo, eso fue lo único que salió de eso. El hielo no se derritió ni un poquito, y no había nada pegado a la punta de mi dedo. Cuando aparté mi dedo, solo el frío del hielo se quedó conmigo.

“Bien”.

Como prueba, saqué mi varita y lancé llamas sobre el hielo.

El resultado fue el mismo. El fuego ciertamente había abrasado el hielo, pero no se derritió.

Todavía estaba allí, congelado, sin cambios.

…Parece ser hielo que no se derrite.

¿Por qué alguien se molestaría en crear esto…?

“Esperaba que todo esto fuera falso”, dijo Amnesia.

“Yo igual…”

Sin embargo, era demasiado elaborado para ser falso.

Además, eso no explicaría el clima extremo.

Estaba segura de que aquí sucedía algo que aún no descubríamos.

Sin embargo… En el palacio nos esperaba más de este mundo encerrado en el hielo.

“Realmente no hay nada aquí, ¿verdad?”

Con el edificio congelado, ni siquiera pudimos entrar. En otras palabras, no había nada que decir excepto que no sabíamos nada.

“Voy a intentar mirar la ciudad desde arriba con mi escoba”.

La saqué y miré a Amnesia. Si todo en esta ciudad estuviera completamente cubierto de hielo, entonces sabríamos que ya no hay nada aquí. Si hubiera lugares no congelados, podríamos pensar qué hacer en ese momento.

De todos modos, estaba pensando que lo mejor sería que nos rindiéramos rápidamente y cambiemos rumbo a la Ciudad de la Fe.

Sin embargo…

“Aguarda… hay alguien ahí”.

En ese momento, la expresión de Amnesia cambió. Su mirada se había posado en las sombras de una casa congelada. Puso su mano sobre su espada, todavía mirando intensamente en un solo punto.

También saqué mi varita un poco más tarde. Agarraba mi escoba en mi mano derecha y mi varita en la izquierda.

“El que está ahí, ¿quién eres?”

Cuando ella habló por segunda vez, la cosa salió de su escondite.

“……………………”

Es difícil de describir.

Tenía forma de niña. El cabello negro colgaba suelto sobre su rostro, y en los espacios entre el cabello flotaban ojos sin vida. Llevaba trapos sucios y hechos trizas.

Probablemente había sido una vez una bruja. En su cabeza había un sombrero puntiagudo, en su pecho había un broche en forma de estrella, y en su mano, sostenía una varita.

Pero lo más extraño de todo era que por todo su cuerpo había puntos donde crecían cristales de hielo. Podíamos verlos por los huecos en los trozos de tela que alguna vez fueron una túnica. Y en su rostro y piernas. El hielo crecía como hongos parásitos en un árbol.

“……………………”

Arrastrando sus piernas, la cosa caminó lentamente hacia nosotras.

“¡No vengas aquí!” Debió haber sentido el peligro para su persona de inmediato. Amnesia ya había sacado el sable que tenía en la cadera. “No sé de dónde eres o quién o qué eres—pero si te acercas más, ¡te eliminaré!”

“……………………”

Sus palabras aparentemente no fueron escuchadas.

Lentamente arrastrando una pierna tras otra, la criatura no se detuvo.

“…Parece que no me escuchas”.

“……………………”

“¿Fuiste tú quién hizo esto?”

“……………………”

Sus palabras se apoderaron de la criatura en un intercambio unilateral. No hubo respuesta. Simplemente siguió caminando intensamente.

Cerró la distancia entre poco a poco. Amnesia retrocedió. “¿Qué le pasa a esta chica—?”

“¡…………………!”

Su mano se retorció. Con un movimiento repulsivo y antinatural, como un insecto rastrero, preparó su varita y apuntó a Amnesia.

Una corriente de hielo fue lanzada hacia Amnesia. “¡Cuidado!”

Aparté a Amnesia con un hechizo e inmediatamente después, se formó un carámbano en el lugar donde había estado parada.

“¿Qué…?”

Si el hechizo del atacante hubiera acertado, Amnesia seguramente habría terminado como todas las demás personas aquí. “¡Comienzo a pensar que ella es el culpable que congeló la ciudad!”

“Eso parece”. Preparé mi varita de nuevo.

Porque la cosa ya había cambiado el objetivo de su ataque de Amnesia a mí.

“……………………”

Movió su varita de nuevo, disparando más hielo.

Estaba segura de que un solo ataque sería lo suficientemente potente como para congelarme de la cabeza a los pies. Mientras esquivaba explosión tras explosión, agité mi varita, enviando bolas de energía mágica para mantener los ataques bajo control.

Pero—

“… Es como si no tuvieran efecto en ti”.

La criatura ni siquiera se estremeció mientras la atacaba con energía mágica una y otra vez. Me sentí tan impotente como si estuviera lanzando hechizos a un árbol enorme.

“……………………”

Todavía me miraba fijamente. Sus ojos incoloros eran tan negros como el abismo y no mostraban la menor emoción.

¿Quién una vez había sido esta cosa? ¿Y cuál su propósito?

Todo era un misterio, pero una cosa estaba clara como el cristal—la criatura ante nuestros ojos estaba tratando de matarnos, de eso no había duda.

“……”

Una vez más, preparé mi varita. “Esto debería bastar—”

Disparé un rayo de calor. La única corriente de energía térmica abrasadora, lo suficientemente caliente como para derretir sangre, carne, tierra, hielo, aire y cualquier otra cosa que pudiera encontrar, envolvió a la cosa con forma humana en un instante.

Los rayos de luz cegaban, brillando en todas las superficies de la ciudad congelada.

Estaba segura de que ni siquiera mi retorcida oponente podría resistir un hechizo de tal magnitud.

Eso es lo que pensé.

Pensé que esto seguramente acabaría con la amenaza.

Yo estaba convencida.

“……………………”

Sin embargo—

“—No puede ser”.

Oh, esto es malo, pensé.

Repentinamente comprendí claramente que jamás sería capaz de vencer a esta cosa.

Mi rayo de calor abrasador se había congelado. El hielo fluía hacia mí desde el monstruo humanoide, cubriendo mi rayo de calor. Incluso había podido congelar el mismo calor en sí.

Incluso los fragmentos del rayo de calor que se habían dispersado. Incluso el ataque saliendo de mi varita. El hielo incluso había alcanzado mi mano izquierda.

“…Tch”. Chasqueé la lengua con frustración. Ya no podía mover mi mano izquierda.

“……………………”

Además, podía ver al monstruo más allá del rayo de calor congelado, luciendo completamente ilesa. Nada podría haberme enojado más.

Pensé que habría infringido un poco de daño al menos.

Pero no le hizo nada. ¿Qué será esa cosa?

“¡Elaina…!” Amnesia tenía una expresión miserable mientras corría hacia mí. “¡Tranquila, voy ayudarte!”

¿De qué hablas?

No puedes hacer nada. Nuestra oponente ártica ni siquiera recibió daño con el rayo de calor.

“Lo siento. Parece que mi momento ha llegado”.

Solté mi escoba de mi mano derecha y la dejé flotar.

Saqué una nueva varita. “Lo siento”.

En esta situación mortal, aún en mi estado actual, pude actuar lo más tranquila posible.

Lancé un hechizo a mi escoba flotante con la varita en mi mano derecha. “Cuida de ella”. La envié volando.

La escoba siguió fielmente mis instrucciones, abriendo un camino recto a través del cielo hacia Amnesia.

“¿Eh…?” Se enganchó a la ropa de Amnesia y se la llevó lejos de mí. “¿Elaina…? ¿Qué estás haciendo?”

“Tienes que escapar. No creo que yo vaya a lograrlo”.

No parece que pueda moverme de este lugar. Estoy atrapada.

“……………………”

Y esa cosa todavía me persigue.

Es un jaque mate.

“Pero, si haces eso, vas a—”

“Está bien”.

“¡Pero—!”

Como para interrumpirla, la escoba salió disparada. No pasó mucho tiempo antes de que desapareciera de mi vista.

“……………………”

La cosa la miró irse como si estuviera mirando algo curioso.

Supongo que está pensando en ir tras ella. Parece impulsada a perseguir cualquier cosa que se mueva. Eso, y supongo que me está considerando como alguien que ya no puede pelear.

Eso me molesta mucho.

Apunté a la cosa con mi único brazo libre.

“¿Supongo que piensas que ya me venciste?”

Se dio la vuelta. Como si acabara de recordar que existía.

“……………………”

“¿Por qué no dices nada?”

Bueno, no importa.

“…Sabes, no me voy a rendir. Odio la idea de que todo termine en un lugar frío”.

Si me congelara aquí… Si me quedara por la eternidad como el resto de esta ciudad—como toda esta gente…

Por lo menos, me gustaría montar un buen espectáculo.

“Voy a dar una verdadera pelea, así que prepárate…” Lancé algunos hechizos.

Dejo el resto en tus manos, supliqué en silencio a cualquiera que pudiera estar escuchando.

***

“¡Basta…! ¡Ya suéltame! ¡Si nos vamos sin más, Elaina va a…!”

Me desplaza por los cielos, llevando un equipaje muy pesado.

En el aire frío, ella pataleaba y forcejeaba con mi mango, con su túnica enrollada alrededor de la nuca. Parecía un gatito llevado por su madre.

“¡Rayos…! ¡Que me cargue una simple escoba…! ¡Gah!” Ella estaba agitando sus manos, tratando de soltar su bata de mí, así que continué restringiendo sus movimientos girando hacia adelante y hacia atrás en un patrón de zigzag.

Es extremadamente grosero llamarme “una simple escoba”. ¿Quién te crees que eres?

Los cambios en mi cuerpo empezaron a ocurrir después de haber volado un poco más lejos y haber puesto mucha distancia entre nosotras y la señorita Elaina.

En el momento exacto, dije, “Por favor, cálmese, señorita Amnesia”.

Después de arrojar a la señorita Amnesia al suelo, aterricé. Ella cayó de espaldas una vez más, y con mucha calma apunté el extremo de mi cepillo hacia abajo y me puse de pie.

Inmediatamente, mi figura cambió de la de una escoba ordinaria a una forma diferente.

“… ¿Eh? ¿Elaina?” La señorita Amnesia me miró con ojos llorosos, estupefacta.

“Soy una escoba”.

“¿Eh? ¿No, pero…? ¿Qué? Oh, bueno, el color de tu cabello es… diferente”. Casi podía verle los muchos signos de interrogación flotando sobre su cabeza mientras era presa de un estado de conmoción.

Ciertamente, mi cabello era rosa y el de la señorita Elaina gris—pero aparte de eso, éramos casi idénticas, por lo que no era sorprendente que me haya confundido con ella.

“La señorita Elaina me lanzó un hechizo antes y me dio esta forma. Ella usa un hechizo que cambia los objetos a una forma humana”, expliqué, pero ella aún parecía confundida.

“… ¿Eh? ¿Qué rayos…?” Preguntó.

…Esto es una pérdida de tiempo, así que intentemos concluir la explicación.

“Soy una escoba. Se me ha dado la forma de la señorita Elaina. Como tal, me veo así. Y ahora mismo, estamos en medio de nuestra huida, tratando de escapar de ese monstruo”.

“¡…!” En ese momento, la expresión de Amnesia cambió. “¡Así es…! ¡Tenemos que ir a ayudar a Elaina!”

“No”.

Agarré a la señorita Amnesia por el cuello mientras intentaba salir corriendo. Por extraño que parezca, nos encontramos en la misma condición que cuando habíamos estado volando antes, a pesar de que había cambiado de forma.

“¡Tch—déjame ir!” Ella frunció el ceño.

“¿Cómo piensa luchar contra un oponente con el que ni siquiera la Señorita Elaina es rival?”

“Bueno…”

“Aunque me conmueve su sentido de la obligación y la responsabilidad, me gustaría que considerara por qué ella decidió enviarla lejos de ahí”.

“……” Su insistente tirón en mi brazo se redujo.

“¿Se ha calmado?”

Se dio la vuelta, luciendo como si fuera a llorar en cualquier momento.

“Tengo que ayudar a Elaina… pero no hay nada que pueda hacer…”

“……”

“… ¿Dime, señorita Escoba? ¿Elaina me envió lejos para que pudiera pedir ayuda?”

“……”

“Sabes que ni siquiera recordaré su cara mañana, ¿no…? Incluso si fuera a buscar ayuda, es seguro que, si me voy a dormir, no recordaré nada sobre Elaina o sobre este lugar. Incluso si dejo una nota, no hay forma de saber qué tan en serio podría tomarla mañana”.

“……”

“¡Tengo miedo de olvidarla…! Es por eso que—”

Ella nunca ha conocido una mañana sin la señorita Elaina. Nunca ha conocido un solo día sin que su amiga le cuente sobre ella cuando abre los ojos.

Para  esta  chica  sin  recuerdos,  tener  a  la  señorita

Elaina en su vida debe ser increíblemente importante.

Tiene a alguien que le dirá quién es ella nuevamente.

Sólo eso debe darle una paz mental increíble.

Por eso debe depender de la señorita Elaina más de lo necesario. Debe ser por eso que esta chica puede ser tan despreocupada.

Sin embargo, sé cuánto trabajo hace la señorita Elaina para darle esa tranquilidad. Cómo espera que se despierte cada mañana, cómo se queda con ella constantemente mientras viajan, cómo la vigila de noche hasta que se duerme, y mucho más.

Pero la señorita Elaina ahora está atrapada en ese hielo. Y todo el miedo que la señorita Amnesia había empujado hasta lo más profundo de su mente debe estar surgiendo y abrumándola.

Supongo que es normal que rompa su compostura.

“Si decide odiarse a sí misma después de haber sido aplastada por tu sentido de obligación y responsabilidad, esa es su decisión. Pero considere el por qué la señorita Elaina pudo haberme dado una forma humana”.

“¿……?”

“Desde el principio, ella no tuvo la menor intención de posponer este asunto para mañana”.

Mientras limpiaba las lágrimas que se habían acumulado en los ojos de la señorita Amnesia, señalé con el dedo.

Allí estaba una gran mansión.

Entre estas personas y edificios que estaban todos revestidos de hielo, la señorita Elaina debió pensar: si no hay nada más que hielo, tal vez deberíamos escuchar lo que el hielo tiene que decir.

Debe ser por eso que me transformó en forma humana y me confió que desentrañara los misterios de este lugar.

Su intuición resultó ser correcta.

“Mira delante de ti”. “El edificio de enfrente”. “Ve allí”.

“Date prisa”. “Justo delante”. “Toma el caso”.

Desde el momento en que entramos en la ciudad, los había estado rechazando—las palabras entrecortadas del hielo que nos rodeaban eran terriblemente fuertes.

“Estoy segura de que, si vamos allí, lo entenderemos todo”.

Era un solo edificio grande, una mansión y lo único en esta ciudad congelada que se mantenía libre del hielo.