Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 4

Capítulo 7: El Diario de Viaje Olvidado de Amnesia

Parte 2

Volví a mi habitación por el momento, dónde abrí el diario.

Lee esto al despertar.

Cuando volteé la portada con esas instrucciones, encontré anotaciones del viaje de una chica llamada Amnesia.

Parecía que había comenzado su viaje aproximadamente hace un año. Se sentía mal leer demasiado, así que hojeé las páginas, miré las fechas y descubrí que esta chica, Amnesia, tenía una naturaleza bastante consistente. Todos los días, sin falta, registró los hechos que habían ocurrido. Personalmente, preferiría no escribir sobre un día a menos que sucediera algo interesante, por lo que se podría decir que teníamos personalidades prácticamente opuestas.

En el día anterior según el diario, Amnesia escribió un interminable párrafo sobre la belleza del Pueblo Fronterizo. A media hoja, terminó abruptamente una línea extraña con garabatos y un rayón.

“……”

La chica de cabello blanco con la diadema debe llamarse Amnesia. Eso explicaría las cosas.

Me imaginé que accidentalmente intercambiamos diarios cuando chocamos, y terminamos abandonando la escena con el diario equivocado.

“……”

…Vaya desastre.

¿Por qué rayos usa mi nombre?

Descubrí una pista que podría explicar el motivo, escrita en la página reversa de la portada. Decía:

Este es tu diario. Léelo en las mañanas al despertar.

Tu nombre es Amnesia. Tienes 17 años. Ya que apenas despertaste, quizá no recuerdes tu propio nombre, pero echa un vistazo al collar que cuelga en tu cuello—creo que tiene tu nombre escrito “Para nuestra amada Amnesia”. No sé de dónde lo obtuviste, pero no cabe duda que tu nombre es Amnesia.

En este diario, escribes todo lo que has hecho o vayas a hacer.

Actualmente padeces de una enfermedad que borra tus recuerdos cuando duermes por las noches.

No sé la causa de tu enfermedad. Sin embargo, tu ropa fina y el sable que cuelga de tu cintura fueron claramente hechos en una ciudad en particular. Ese lugar debe ser tu hogar, así que deberías dirigirte allí. Por favor, continua tu camino hacia tu tierra natal.

Rezaré para que regreses a casa a salvo.

Luego el reverso de la portada terminaba con una sola oración.

El nombre de tu ciudad natal es Esto, La Ciudad de la Fe.

Esto era lo que decía.

“……”

Era difícil de creer.

Sin embargo, tomando en cuenta la situación actual, este nuevo desarrollo era consistente con lo que había visto antes.

Por ejemplo, asumamos que en verdad pierde todos sus recuerdos cada día.

Chocó conmigo, intercambiamos nuestros diarios por accidente, luego por esta razón, se fue a la cama sin registrar los eventos de ese día.

Despertó luego sin ningún recuerdo de lo ocurrido el día anterior. Dado que no sabe su propio nombre, debió haber encontrado mi diario a su lado y debió asumir por error que su nombre es Elaina.

Sin saber nada sobre este país, debió concluir que había perdido la capacidad de usar magia, a pesar de ser una bruja.

Claro, nunca había tenido la capacidad de usar magia.

Para empeorar las cosas, tenía días de no escribir nada en mi diario, por lo que la última página que leyó debió tener la fecha de muchos días antes.

No debió ser raro que asumiera que había perdido la memoria de los últimos días.

“……”

Desafortunadamente para ella, todo parecía encajar. “…La Ciudad de la Fe, ¿eh?”

Pensé en Amnesia, que había perdido la memoria. Sobre mi diario. Sobre Esto, la Ciudad de la Fe adonde debería dirigirse.

¿Qué hago?

Suponiendo que ella sea ciudadana de Esto, deberían permitirme entrar al país como su compañera de viaje. Y si no es ciudadana de Esto, estoy segura de que la ciudad tiene algo que ver con su pérdida de memoria. Si hacemos suficiente revuelo, al menos deberían dejarnos entrar al país.

Será que tengo el deber de ayudar a la chica que han confundido con Elaina. ¿Será necesario?

“…Supongo que sí”.

O, más bien, no tengo ninguna razón para negar mi ayuda. Sin mencionar que es imposible decir que soy parte de la razón por la que ella está en prisión en este momento.

Parecía que ayudar a la chica tenía demasiado sentido.

Por lo que me levanté y me dirigí hacia la fortaleza una vez más.

***

“Sí, bueno, pensándolo bien, me di cuenta de que la bruja de antes, Elaina, es como, ¡mi amiga!” Afirmó una chica solitaria de una manera muy estúpida, rascándose la mejilla. “¡Tee-jee!”

Ella se encontraba en la fortaleza, dándole una tonta excusa al guardia.

¿Quién será esta chica?

En efecto, soy yo.

“Por alguna razón, tiene una enfermedad en la que periódicamente pierde la memoria y luego la recupera, y bueno, ha viajado conmigo. Aparentemente, ella ni siquiera sabe quién es, y de alguna manera vagó por aquí, ¿sabes?”

El guardia asintió hacia mí poniendo excusas. “…Eh. ¿Dices que apenas recordó esta mañana que es la Bruja Ceniza?”

“Bingo”.

La trama básica era que trataba de venderle la idea de que ella solo había entrado por error al Pueblo Fronterizo debido a su lamentable condición.

Agradecería que todo saliera bien y el guardia simplemente la soltara, diciendo algo como: “Si perdió la memoria, entonces creo que es un error tonto. La dejaré ir”.

“Aun así, eso no quita el hecho de que es una bruja y se haya colado en el país. Si quieres liberar a esa mujer, tendrás que pagar la multa”.

“Tch”.

“Oye, ¿me acabas de chasquear la lengua?”

“¡No! ¡Nunca haría algo así!” Aunque, sí lo hice. Qué harás al respecto, ¿eh? “Entonces, ¿de cuánto es la multa?”

“Aproximadamente veinte monedas de oro”.

Es demasiado… Bueno, tengo dinero suficiente… pero no quiero pagar tanto…

“Si quieres que libere a la bruja, tienes que pagar esa cantidad. Pagas por adelantado esas frías y sólidas monedas. ¡No hay problema si no puedes! Tu amiga simplemente pasará el resto de su vida en prisión”.

“……”

Por su firme posición, no parecía que fuera a tocarse el corazón y rebajar la multa.

Resignada, dejé escapar un gran suspiro. “…Bueno, pagaré”.

Sólo porque no podría continuar si no lo hacía.

“Muy bien, antes de entregarte a la Bruja Ceniza, tendremos que confirmar que es ella. Dijiste que eras su compañera de viaje, ¿no? En ese caso, deberías saber todos los lugares que ella ha visitado hasta hoy”.

“……”

Esperaba que me entregaran la chica sin trabas, pero me había dado un aburrido cambio de trama.

Ya sentía resentimiento. No me importaba mucho que me metieran en prisión también.

Con una mirada indiferente, el guardia abrió el diario de la Bruja Ceniza—bueno, era mi propio diario.

“Primero, ¿cuál es el país más reciente que visitó la Bruja Ceniza?”

“……”

Por supuesto, estaba hablando de mí.

“La Ciudad Hundida”.

“Correcto. ¿Y su comida menos favorita?” “Todas las variedades de hongos”.

“Mm-hmm. ¿Y la persona que idolatra en secreto?” “…Su maestra”.

… ¿Qué rayos con esta sesión de preguntas y respuestas? ¿Y cuánto de mi diario leyó?

“Muy bien, entonces, ¿cuál es el título de este diario?” “……Bruja Errante”.

“Bien.” Luego, el guardia se detuvo un momento y luego inclinó la cabeza. “Tengo una última pregunta…

¿Por qué diantres la Bruja Ceniza repite `En efecto, soy yo’ tan a menudo? ¿Es un eslogan o algo así?”

“………Um, supongo que sí”.

“Y parece estar realmente obsesionada con el dinero. ¿Y eso? ¿Significa que las brujas no tienen ningún problema con cometer actos sucios?”

“…………Estoy segura de que ella considera que esas

ocasiones son excepciones, como cuando es robada por alguien detestable que le gustaría olvidar su existencia de inmediato”.

“Además, escribe muchas palabras poéticas sobre su belleza. ¿Qué hay con eso? ¿Está la Bruja Ceniza enamorada de sí misma?

“……………Supongo que sí.”

“¿Por qué es tan cariñosa con las mujeres? Suena a que tiene algo contra los hombres”.

“……………Supongo que no está acostumbrada a lidiar

con hombres”.

“Además de esto—”

No estoy particularmente interesada en escuchar el resto del interrogatorio, así que decidí ponerle fin.

“……………Por favor, detente… te lo suplico”.

Después de que todos los secretos de mi diario se gritaran a los cuatro vientos, pude sentir mi cara enrojecer.

El guardia finalmente pareció satisfecho, cerró el diario. “Mm, muy bien. ¡Oye, trae a esa mujer!” Gritó a sus espaldas.

“……”

Esperamos un breve momento. Desde el edificio al otro lado de la puerta, apareció una mujer, arrastrada por un hombre. Llevaba una gruesa diadema negra en su cabello blanco y sus ojos estaban muy abiertos por la sorpresa. “¿Eh? ¿Me van a liberar?”

Ella me miró a los ojos. No debe haber recordado chocar conmigo el día anterior, porque ladeó la cabeza. “… ¿Quién eres?”

“Soy tu amiga. Supongo que no me recuerdas”, respondí.

“¿Por qué tienes la cara roja? ¿Tienes fiebre?”

“Por favor, déjame en paz”. Giré mi rostro a un lado. Quería escapar de la realidad dónde mi diario había sido leído en voz alta.

El guardia nos miró. “Bruja Ceniza”, dijo. “Tu amiga ha venido por ti. Una vez seas liberada, debes irte de inmediato y no volver jamás aquí”.

Luego se dirigió a mí; “Serán veinte monedas de oro.

Paga ahora”. Dijo extendiendo su mano.

“……” Después de dejar escapar un gran suspiro, le

pagué la cantidad de mi monedero. “…Aquí tienes”.

“Perfecto”.

El guardia confirmó la cantidad, las guardó y quitó las esposas de la chica. Mientras lo hacía, también entregó sus pertenencias, como el diario y su sable. Bueno, recordemos que el diario era mío.

La chica había recuperado sus manos y su libertar con un clink. “… ¿Gracias?” Dijo mientras inclinaba su cabeza de lado, quizá aún no comprendía la situación.

“Ni lo menciones” respondí. Luego la tomé de la mano y empezamos a caminar. “Ven conmigo”.

Y así fue como dejé Albed apresuradamente— llevando conmigo a la amnésica que había adoptado mi nombre.

***

Salimos del Pueblo Fronterizo y estuvimos caminando por una pradera.

Luego de ponerme mi túnica, expliqué todo.

Expliqué que en realidad no era su amiga, y que yo era Elaina, la Bruja Ceniza. Y el motivo por el cual había sido arrestada.

“… ¿Hmm? Aguarda un minuto. ¿De qué rayos estás hablando?”

En respuesta a mis explicaciones, Amnesia parecía tener dificultad con procesar la situación, tal como esperaba.

“Es tal y como dije, no eres la Bruja Ceniza. La razón por la que piensas que eres Elaina, se debe a que recogiste mi diario por error”.

“…pero, no recuerdo que eso haya pasado…” “Ten, lee esto”.

Sería más fácil hacer que leyera ella en lugar de profundizar más la explicación.

Le entregué su diario.

“……”

Luego de pasar unas cuántas páginas mientras caminábamos, susurró, “Me llamo Amnesia… eh. Encaja mejor que Elaina…” A su vez, sacó una pluma.

Con espléndidos movimientos naturales, comenzó a escribir mientras caminábamos.

Su encantadora caligrafía parecía escrita por la misma persona que había escrito las palabras en todos los demás apuntes.

En este punto, parecía que finalmente se había dado cuenta que ella era Amnesia.

“Pero… sentí que algo andaba mal… estaba escrito en el diario que era una bruja, a pesar de no sentir ni una pizca de poder usar magia…”

“Me lo imagino”.

“Y tampoco pensé que era tan hermosa cuando me vi en el espejo, pasé mucho tiempo alabando mi propia apariencia…”

“Quieres que te golpee la cabeza, ¿no?” ¿Buscas pelea? ¿Eso es lo que quieres?

“Pero, entonces, por qué—emm, ¿Elaina, la Bruja Ceniza? ¿Por qué me ayudaste? Te estoy agradecida, pero me temo que no entiendo tus motivos”.

“En tu diario está escrito que tu tierra natal es Esto, La Ciudad de la Fe, ¿verdad?”

“¿Eh? Mm, así parece”.

“Bueno, tengo interés en ese lugar, y ya que no podré entrar ahí sin ti…”

Amnesia dio un aplauso y asintió vigorosamente. “¡Ah, ya! Es todo un plan que ideaste para utilizarme y poder entrar a Esto, ¿verdad?”

¿Sí, pero no pudiste decirlo de otra forma? Haces que parezca que soy la mala de la historia.

“¿Te parece bien que te acompañe en tu viaje?”

“¡Claro que sí!” Dijo con una gran sonrisa. Ya lo había notado más o menos, pero no parecía ser una mala persona. “Estaba a punto de preguntarte lo mismo. Ya que parece que no llegaré a ninguna parte sin mi diario— pensaba que sería oportuno tener a una persona como tú a mi lado. Por esa razón cuando me dijiste que eras mi amiga, me alegré mucho. Oh, así que esta linda chica es mi amiga, pensé… aunque, al parecer era una mentira……” Ella se miraba un poco triste.

“…… ¿Y bien? ¿Cómo debería llamarte?”

“¡Amnesia! ¿Y tú?”

“Elaina”.

“Es un placer conocerte, Elaina”.

“Lo mismo digo, Amnesia”.

Nuestra charla fue un poco rara, y ambas nos reímos por la vergüenza mutua. Luego, como si nada hubiera pasado, empezamos a caminar juntas.

Esta vez, íbamos en la misma dirección.

***

Después de que la Bruja Ceniza y la chica se marcharan, el hombre que custodiaba la puerta se puso de pie frente a la fortaleza que servía como Centro de Detención Temporal de Magos, como siempre lo había hecho.

“He visto esa ropa antes”, murmuró.

El soldado que había llevado a la Bruja Ceniza al Centro de Detención Temporal de Magos lo escuchó. “… ¿Dónde lo viste?”

El guardia miró al cielo, como si siguiera sus propios recuerdos mientras fluía como las nubes.

“Estoy empezando a pensar que ella no era la Bruja Ceniza, después de todo”.

“…Bueno, por su actitud tranquila, no me dio mucha impresión de bruja, pero…”

“No es eso a lo que me refiero”.

“… ¿Entonces?”

“Esas eran las vestimentas de la Orden de los Caballeros Sacros de la Ciudad de la Fe. Lo leí hace mucho tiempo”.

“La Ciudad de la Fe, ¿eh…?”

Esas eran las palabras que tanto el guardia como el soldado no estaban particularmente contentos de escuchar.

La llamada Ciudad de la Fe era la misma que una vez expulsó a los antepasados de la gente del Pueblo Fronterizo de sus hogares originales mientras gritaban la supremacía de los magos.

La mujer que se hacía llamar la Bruja Ceniza—la mujer que habían arrestado—llevaba el uniforme de la misma orden.

Ese hecho fue más allá de lo incomprensible.

Puso en duda si esa chica con el pelo blanco y la diadema era la Bruja Ceniza después de todo.

El soldado de repente ladeó la cabeza con perplejidad. “Pero el hecho de que una bruja pierda la memoria es… extraño, ¿verdad? Cuando sales de la ciudad, se supone que solo tus recuerdos de Esto deben borrarse. Pero… si ella pertenecía a los Caballeros Sacros, entonces debía ser ciudadana de Esto. Y en ese caso, su memoria no debería haberse borrado en absoluto—¿eh?”

Cuando se fundó el Pueblo Fronterizo, la Ciudad de la Fe se había rodeado de una barrera mágica que impedía que el conocimiento de sus habilidades mágicas se filtrara al mundo exterior. De esta forma, cualquier forastero que abandonara la ciudad tendría todos los recuerdos de su estancia borrados.

Si eras ciudadano, te dejaban guardar tus recuerdos, confiando en ti para guardar sus secretos.

Sin embargo, la chica que había sido arrestada como la Bruja Ceniza no entraba en ninguna de esas categorías. Su situación era nada menos que peculiar.

“…Entonces, ¿crees que ella era realmente una bruja?”

“A saber—” El guardia se encogió de hombros dramáticamente. “Aunque realmente no importa si era una bruja o no—estoy seguro de que esa mujer estaba envuelta en algún tipo de situación complicada”. Continuó diciendo, “Oh, tengo el dinero que extorsionamos a la otra mujer. Llévalo a la bóveda”.

Perezosamente le arrojó al soldado la bolsa que contenía las veinte monedas de oro.

El soldado rápidamente tomó la bolsa del aire y, con el mismo movimiento, la abrió para inspeccionar el contenido—

“… ¿Mmm?”

Descubrió una situación aún más extraña.

El soldado parecía nervioso. “…Em, todas son monedas de cobre”.

“¿Qué dijiste?”

“… ¿Por qué aceptaste monedas de cobre?”

“¡No, claro que eran de oro! ¿Eh? Vaya, son de cobre. ¡¿Qué rayos sucedió?!”

“Yo qué sé…”

De forma misteriosa, el dinero que le quitaron a la mujer era ahora un montón de monedas de cobre.

Era casi como si las monedas de cobre fueron encantadas para parecer que fueran de oro.

***

Después de eso, Amnesia y yo saludamos juntas al sol de la mañana muchas veces.

Al siguiente día de habernos conocidos, supe que, por improbable que pareciera, su diario contenía la verdad.

Aunque caminábamos juntas, ella jamás recordaba nada, y por la mañana, las únicas palabras que me decía eran simplemente; “¿Quién eres tú?”

No importa que tan cercanas nos volviéramos, no importa cuánto habláramos, las palabras que ella me decía cuando nos veíamos todas las mañanas eran siempre las mismas.

Era doloroso y triste. Estos sentimientos se hicieron más fuertes con el paso del tiempo. Sin embargo, la chica que conocía todos los días, que no sabía nada del mundo, siempre estaba alegre y me preguntaba todo tipo de cosas con una sonrisa en su rostro como una flor.

Y luego, un día—

“… Dime, ¿qué tipo de lugar era el país donde nos conocimos?”

De repente, me preguntó algo como si simplemente se le hubiera pasado por la cabeza.

“Veamos…”

Después de fingir pensar en ello por un momento, respondí con solo dos palabras, haciendo que pareciera una broma.

“Lo olvidé”.