Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 4

Capítulo 6: La Ciudad Hundida

Parte 1

Una bruja solitaria estaba sentada en su escoba, serpenteando entre los espacios de los árboles mientras avanzaba por el bosque.

La luz del sol se filtraba a través de las copas de los árboles, centelleando como un cielo estrellado.

No obstante, al igual que el calor de las estrellas que flotan en el cielo nocturno no llega abajo en la tierra, el interior del bosque era tan tenue como la medianoche. Muy poca de la luz que se derramaba desde los cielos llegaba a la bruja bajo las ramas. Su brillo se reservaba para la parte superior del bosque.

Por eso, a pesar de ser principios de primavera, la bruja tenía un poco de frío y se abrazaba a sus propios hombros mientras avanzaba por el bosque.

Se trataba de una bruja joven, vestida con una túnica negra y un sombrero negro puntiagudo. Parecía estar al final de su adolescencia. Tenía el pelo largo, no era blanco ni tampoco negro, sino de color cenizo, y fluía suavemente en la brisa. Sus ojos de color lapislázuli exploraban el sombrío bosque.

La entrada más allá de este punto es…

En este bosque sin señales de otras personas, vio un vestigio apenas superviviente de actividad humana.

Se había detenido en seco para leer el letrero que antes debía tener escrito PROHIBIDA LA ENTRADA, pero las letras estaban borrosas y el letrero tenía hiedra enroscada a su alrededor. Parecía que había terminado sus funciones hace mucho tiempo.

La bruja actuó como si nunca hubiera visto el cartel y siguió adelante con su escoba. Habría seguido su camino incluso si el cartel hubiera estado intacto.

“……”

Era una bruja despreciable que ignoraba descaradamente las normas para conseguir el perdón en lugar del permiso fingiendo ignorancia, como “¡Ah, lo siento mucho! No lo sabía”. ¿Quién rayos podría ser ella?

En efecto. Era yo.

“……”

Yo no pasaba por este bosque porque estuviera buscando algo al otro lado.

Simplemente había visto una señal similar a la que acababa de ver en la entrada—la que decía LA ENTRADA MÁS ALLÁ DE ESTE PUNTO ESTÁ PROHIBIDA. Me había extrañado porque se había derrumbado, lo que despertó mi interés, y me adentré en el bosque.

No tenía ninguna buena razón para estar allí. No era que hubiera algo que sintiera que tenía que ver o algo así. Y si no había nada aquí, podía volver por donde vine.

Y así continué un rato distraída, mirando la copa de los árboles y bostezando mientras avanzaba.

Podía ver la luz brillante que se filtraba entre las ramas.

¿Ya se terminó? Ha sido un viaje muy largo.

Mientras estos pensamientos daban vueltas en mi mente, me dirigí hacia la luz, pero—

“—Tú. Detente”.

Inmediatamente después de salir del bosque, todo lo que podía ver era un sitio cubierto de espadas. Innumerables espadas, todas inmóviles y apuntando en mi dirección.

“… ¿Eh?”

Por reflejo, levanté las dos manos. Ofrecí mi rendición cuando todavía no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

Ante mis ojos había una única mujer, que me miraba con ojos tan afilados como las propias espadas.

Una hermosa melena negra colgaba del sombrero puntiagudo que llevaba en la cabeza. Su piel estaba muy bronceada y sus ojos eran azul claro como el océano en primavera. Su ropa era extraña. Estoy seguro que ella llevaba un sombrero puntiagudo y una túnica, pero bajo la túnica estaba bastante descubierta: su estómago y sus muslos estaban completamente expuestos. Si se hubiera quitado la bata, no habría nada que impidiera decir que estaba prácticamente en ropa interior.

¿No te enfermarás vestida así en esta época del año?

“Tú eres la que ha estado invadiendo nuestro territorio últimamente, ¿verdad?”

“No, no soy yo”.

“Mentirosa. Puedo oler tus mentiras. Apestas a mentiras”.

“No puede ser”. Olfateé mi bata, pero sólo tenía el agradable aroma de ropa recién lavada.

“¿Por qué viniste a este país? Viniste a atacarnos, ¿no es así?”

“Oh, ¿esto es un país?”

¿Sin un muro ni entrada ni nada?

Con ambas manos aún levantadas, me incliné brevemente hacia un lado y miré más allá de la chica.

……

“…Bueno”.

Allí vi una escena muy extraña y a la vez maravillosa.

Una ciudad sumergida en el agua.

Había un mar de un azul profundo que parecía que te iba a absorber, extendiéndose desde el borde del bosque. Los edificios rompían la superficie tranquila del agua. Había torres de todos los tamaños que parecían haber surgido de las profundidades, así como muchas viviendas más pequeñas que flotaban en la superficie. En las aguas poco profundas crecían árboles torcidos, con las raíces medio sumergidas.

El lugar en el que se encontraba la chica parecía ser la costa. Contemplar el vaivén de las olas resplandecientes acariciando sus piernas descubiertas y morenas, me hizo regresar en sí.

Junto a ella, había una pequeña embarcación que se balanceaba con las olas, meciéndose divertidamente. En la barca había peces dentro de una red, como si acabara de volver de una excursión de pesca, chapoteando.

En cualquier caso, parecía que llegué a una ciudad submarina.

Pero como al parecer yo estaba envuelta en un extraño malentendido, le dije: “No soy una persona sospechosa, ¿ves? Mira este broche. Soy una bruja”.

Extendí mi pecho, mostrándolo con orgullo a la chica.

“¿Una bruja? Nunca he oído hablar de eso. ¿Puedes comer esa… cosa?”

“……”

¿Eh?

“Tiene una forma que parece deliciosa…

“……”

Oh, es inútil hablar con ella.

Rápidamente renuncié a que nos entendiéramos. Tiré la toalla sin ninguna esperanza de comunicación.

“Eres sospechosa. Te llevaré conmigo”.

Finalmente, la chica me tiró del brazo, me metió en el pequeño bote y me llevó con ella a la ciudad. Pero antes de zarpar, me ató los brazos con una cuerda. Estaba muy floja.

……

Adopté una perspectiva optimista.

Supongo que todo se solucionará de alguna manera en cuanto conozcamos a alguien con quien pueda hablar.

Mientras esos pensamientos daban vueltas en mi mente, el pequeño bote se deslizó por el agua.

“… ¡Nngh! ¡Uf!”

Por cierto, la chica estaba remando, sus brazos temblaban mientras impulsaba el pequeño bote hacia adelante.

… ¿No puedes simplemente usar magia?

***

“¡Papá! ¡Encontré una mujer sospechosa!”

Llevábamos un rato a la deriva navegando por el agua.

La chica me había llevado a la torre más alta, donde abrió de golpe una puerta extrañamente colocada y gritó.

El interior era bastante espacioso, pero el encantador techo blanco era lo suficientemente bajo como para alcanzarlo con las manos, quizá porque la estructura no había sido diseñada originalmente como residencia. El suelo estaba hecho de simples tablillas de madera. Tenían un aspecto bastante rústico, como si fueran a deformarse si se pisaban con fuerza.

“…Eh”.

Más adentro, sentado en una silla de madera hecha a mano, había un hombre mayor de aspecto elegante y piel morena.

“¿Qué es esto? ¿Otro ataque de la ciudad?”, preguntó el hombre.

Por cierto, estaba casi desnudo. Como vestimenta, sólo llevaba una pieza de tela enrollada alrededor de las caderas.

¿No tienes frío? ¿Sus músculos protegen su cuerpo del frío? ¿Es eso posible?

La chica tiró bruscamente de mi brazo mientras yo me quedaba sorprendida. “¡Aquí! ¡Esta persona! ¡Muy sospechosa! Parece súper sospechosa”.

“No soy tan sospechosa”.

Como si tal aclaración de mi parte no sirviera para nada, el hombre temerario se levantó. “…Bueno, por ahora, sólo meterla en la cárcel. La interrogaré más tarde. La cena es lo primero”.

… ¿A qué viene esa respuesta tan perezosa? “¡Claro! Entendido. La torturaré”. Quieres decir “interrogar”, ¿no?

Al final, me vi arrastrada a la merced de la chica algo entusiasmada.

El interior de la torre parecía ser bastante amplio. En el segundo piso había una gran celda. La chica me metió en ella, diciéndome únicamente: “¡Espera aquí, y no hagas ruido!” y volvió al primer piso. Por cierto, la silla de la celda era, como todo lo demás, de madera.

“……”

“……”

Había otra persona dentro. Al parecer, habían detenido a otra persona, igual que a mí. Pude verla en la esquina de la celda.

“¿También te arrestaron a ti?”

Era una mujer adulta con un espíritu libre pero su forma de ser era refinada.

Su edad parecía ser de unos veinte años. Llevaba el pelo rubio y suave atado en un solo mechón a un lado de la cabeza y las puntas le rozaban los hombros. Sus ojos eran de un color púrpura azulado. Estaban enmarcados por unas gafas con finos bordes plateados.

Llevaba una ropa que me hizo preguntarme a qué dedicaba normalmente su tiempo—un vestido y una mantilla, como una chica de ciudad. Lucía terriblemente fuera de lugar dentro de una celda como ésta.

“Hola”. En ese momento, me incliné a modo de saludo.

La mujer dijo “hola” con una sonrisa. “Me llamo Viola. Soy una hermosa y joven arqueóloga en un viaje importante”.

“……” Bueno, no sé si debería llamarse joven…

“Oh, lo de ‘hermosa y joven arqueóloga’ era una broma, ¡oh-hoh-hoh!” Viola se llevó elegantemente la mano a la boca. “¿Cómo se llama, señorita bruja?”

“Ah, soy Elaina. Soy una bruja errante”. “¡Vaya, una linda viajera con un lindo nombre!” “Gr-Gracias…”

Me senté en el centro de la celda, y por alguna razón, Viola se levantó enseguida y se sentó de nuevo a mi lado.

“……” De repente, cara a cara, me sentí de alguna

manera vagamente incómoda.

“¿Qué rayos pasa en este país?” pregunté mientras intentaba poner un poco de distancia entre nosotras.

Viola volvió a reírse. “¡Este lugar se llama Ciudad Hundida!” Volvió a acortar la distancia entre nosotras.

“¿Ciudad Hundida, eh…? Nunca he oído hablar de ella”. Me alejé poco a poco, irritada, al mismo tiempo que ella se acercaba.

“Eso es porque sólo la gente que vive aquí la llama así”. Viola se acercó mucho más. “Lo que pasa con este lugar, verás, es que tiene una historia bastante triste”.

“Ajá…” Me eché para atrás.

“¿Quieres oírla?” Ella se acercó.

“Antes de que empieces, creo que estás demasiado cerca”.

“¡Oh, no me importa! Soy famosa por no tener sentido del espacio personal desde que era una niña”.

“¿Segura que no eres famosa por pisotear los límites personales de los demás?”

“Sólo quiero acercarme a las chicas lindas, así que no te preocupes, ¿sí?”

“……”

“Oh-hoh-hoh-hoh-hoh…” Se meneó su cabello de forma casual.

Un escalofrío subió por mi espalda.

“¡……!” Con todas mis fuerzas, escapé hasta el borde

de la celda y creé un muro entre ella y yo usando mi equipaje.

Sentí que estaba en peligro.

¿Qué pasa con esta cárcel? ¡El interior de la celda es más peligroso que el exterior! ¡Aquí no hay estado de derecho! Tengo mucho miedo. Estoy aterrorizada. ¿Qué debo hacer? Me gustaría recitar un par de hechizos y salir de aquí.

Intentaba liberarme de la cuerda que me ataba las manos.

“He traído comida para ti”.

La chica de piel bronceada de antes apareció, sosteniendo un plato cargado de ensalada en cada mano. Como estábamos en una ciudad en el agua, yo había pensado ingenuamente que nos servirían pescado u otro marisco.

Pero parecía que sólo servían ensalada a los delincuentes.

“… ¡Humph! Pueden desperdiciar el tiempo comiendo sólo hojas”. Con un tono de voz agresivo, la chica dejó los platos por un momento, se esforzó por abrir la celda y nos entregó la ensalada. “Sí, aquí tienen”. Se fue de nuevo.

O eso pensé. Volvió una vez más, dejó varias especies de botellas, dijo: “Tomen, aderezo para la ensalada”, y se fue de verdad esta vez.

Su buena educación se reveló.

“Esa chica se llama Atolie. Parece ser una de las pocas magas de este país. Y al parecer es la hija del patriarca”. Viola habló mientras masticaba hojas.

“¿El patriarca?”

Masticando su ensalada, Viola continuó. “Había un hombre mayor casi desnudo, ¿verdad? Ese hombre es el jefe de la tribu que vive en esta ciudad”.

“Ya veo”. Asentí con la cabeza. Un aspecto extraño para un patriarca.

“Por cierto, la pequeña Atolie es linda, ¿no?” “Eh, eh… bueno, claro…”

“Antes dije que era una joven y bella arqueóloga de viaje, pero la verdad es que sólo soy una aficionada.

Estoy intentando crear un catálogo ilustrado de chicas lindas”.

“Lo siento, no entiendo a dónde va esta conversación”.

“Oh, ahora que lo pienso, hay una razón por la que hay restos de una ciudad hundida aquí”.

“Esta discusión está por doquier”.

“¡Ah-hah!”

“……”

Oh, es inútil tratar de hablar con ella

Pero, en cualquier caso, hay que admitir que yo estaba un poco interesada en saber cómo esta ciudad llegó a tal estado, así que escuché lo que ella tenía que decir.

“Oh, ahora que lo pienso…”

Continuó.

La conversación siguió cambiando una y otra vez, pero finalmente me contó un poco de la historia de esta ciudad.

***

Algo había sucedido cuando Viola había visitado la Antigua Capital, Lolia, una ciudad ordinaria, en medio de sus viajes.

“Soy el rey de este país”.

Al tercer día de su estancia allí, había sido llamada por el rey.

“Oh, hola”.

Aparentemente ella era bastante indiferente incluso cuando trataba con la realeza.

“He oído que eres una arqueóloga viajera… ¿Es eso cierto?”

“Sí. ¡Soy una hermosa y joven arqueóloga!” “……”

“Ah, lo de ‘joven y bella’ era una broma”.

“… ¿B-Bien?” El rey tosió y se aclaró la garganta.

“Bueno, hay algo que me gustaría pedirte”.

“¿Quieres que te haga compañía durante la noche? Me temo que eso no será posible”.

“Eso no”.

“Lo siento, es que no quiero formar ese tipo de relación con un hombre—”

“He dicho que no es eso”.

Con gran exasperación, el rey se inclinó hacia adelante desde donde estaba sentado en su espléndido trono y comenzó a hablar con seriedad. “La verdad es que nuestro país se ha visto afectado por la escasez de alimentos…”

Según su relato, la población de su país había superado su capacidad para alimentar a toda su gente. Habían intentado importar alimentos de otros países, pero parecía que sus vecinos se habían encontrado en circunstancias difíciles. Incluso si hubieran podido llegar a un acuerdo, habría sido insignificante.

El rey estaba completamente perdido.

“Llegados a ese punto, para conseguir alimentos para mi país, pensé en desarrollar nuevas tierras para abastecernos”.

“Ya veo”.

“Envié al ejército, realicé un estudio de las regiones cercanas y descubrí que había un lago en medio del bosque prohibido. Nuestros soldados pusieron rápidamente todo su empeño en capturar el lago, pero…

aparentemente había un pequeño problema”.

Según el rey, no se habían encontrado con un lago cualquiera, sino con una ciudad sumergida en la que ya vivía gente. Los residentes eran terriblemente belicosos y atacaban implacablemente a los soldados del rey. No había forma de que pudieran atrapar algún pez.

“Así que”, dijo el rey, “me gustaría que fueras a la ciudad en el lago—la Ciudad Hundida—y tengas una conversación con esa gente. Queremos evitar más violencia. Así que nos gustaría que te comunicaras con los nativos del lago”.

“……”