Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 4

Capítulo 10: El Regreso al Hogar Olvidado de Amnesia

Parte 3

Estos son mis recuerdos—todos mis recuerdos fugaces.

“¡Onee-chan, mira! ¡Esta caja! ¡Si utilizo esto, puedo ir de incógnito!”

Mi hermana menor, Avilia, sostenía en alto una caja de tamaño extraño, lo suficientemente grande como para que una persona pudiera meterse dentro. Ella sonrió con orgullo. Ese fue exactamente el mismo día en que fue aceptada en la Orden de los Caballeros Sacros, creo.

De repente había venido a mi casa, haciendo algo muy extraño…

“Sabes que no hacemos ningún trabajo encubierto en la Orden de los Caballeros Sacros”.

“¿En serio?”

“Principalmente hacemos trabajos ocasionales en el palacio. Y no hay tantos criminales en esta ciudad”.

Los deberes de la Orden de los Caballeros Sacros son muy, muy claros y básicamente se limitan al palacio. Incluyendo la gestión de los cristales espejo, la preparación de materiales para reuniones y la limpieza y mantenimiento del palacio. Aparte de eso, involucraban escoltar a personas importantes y custodiar el palacio, etcétera. Si sucedía un incidente o accidente, nos enviaban a investigar, pero no existían las batallas llamativas ni nada por el estilo.

Era normal. Totalmente normal.

“Entonces… ¿qué debo hacer… con… esta caja…?” “Bueno, no tendrás la oportunidad de usarla”.

“Pero mira, si la uso todo el tiempo, ¡podría ser útil para lanzar ataques sorpresa! Alguien podría decir: ‘¿Hmm? ¿Y esa caja?’ Y luego saldré de adentro. O podrían pensar Avilia de los Caballeros Sacros está por allá junto a la caja, mientras yo me escabullo por detrás. O algo así”.

“Pero no existe la ocasión de usarla en primer lugar…” “…Mmm…”

Me miraba como si me necesitara para encontrar un uso para esta caja. Ojalá no lo hiciera.

“Oh, por cierto, Onee-chan. Me fui de casa”.

“¿Eh?” ¿De qué está hablando esta chica?

“Te fuiste de casa cuando te uniste a los Caballeros Sacros, ¿verdad? Así que pensé que también me iría por mi cuenta”.

“……”

Me había ido porque no me gustaba que me trataran como una carga, pero nuestros padres siempre habían adorado a Avilia, así que no pensé que hubiera necesidad de que ella hiciera tal cosa.

“No recuerdo haberme comprado una caja al mudarme de casa”. Me eché a reír.

Avilia hizo un puchero.

Pensando en ello ahora, es solo un recuerdo tonto.

Avilia se convirtió en mi superior aproximadamente un año después.

“A partir de mañana, ella será tu jefa. Debes de obedecerle”.

Esa había sido mi instrucción y trajeron a mi hermana menor. Yo apenas podía usar magia, y cualquier tipo de promoción era un sueño vacío y distante.

En lugar de magia, había perfeccionado mis habilidades con la espada, pero un miembro de la moderna Orden de los Caballeros Sacros rara vez necesitaba ese tipo de talentos, por lo que todavía se me consideraba poco mejor que una completa perdedora.

Ahora parecía como si la Orden me hubiera abofeteado.

“Onee-chan—” Avilia me miraba con preocupación en sus ojos.

“…Está bien. No te preocupes”.

De alguna manera, le respondí y le acaricié el pelo.

La verdad era que mi estómago se revolvía y quería gritar. Hasta este punto, me había culpado a mí misma y a mi falta de habilidad mágica por mi mal trato. Sin embargo, era imperdonable que los Caballeros Sacros usaran a mi hermana pequeña para acosarme.

A partir de ese día, mi relación con mi hermana se distanció.

Avilia siempre estaba aturdida, a menudo cometiendo errores por descuido, pero también era una genio con la magia, y escaló alto en las filas de los Caballeros Sacros.

Mientras ella florecía en el centro del escenario, mi existencia en segundo plano estaba perdiendo valor día a día.

Luego de haber pasado aproximadamente un año desde que mi hermana menor se unió a la Orden de los Caballeros Sacros, ya ni siquiera nos vemos la cara.

Nadie nos había impuesto esto. Ni siquiera era algo que hubiéramos decidido realmente. Simplemente, era demasiado doloroso para cualquiera de las dos mirar el rostro de la otra. Creo que debe haber sido malo para su moral verme aferrada a mi posición entre los Caballeros Sacros.

Sin embargo, yo sabía que, si renunciaba, no me quedaría nada, así que mantuve mi puesto, día tras día. Incluso cuando sufría, fingía que no pasaba nada y mantuve las apariencias con una sonrisa.

Pero cierto día, eso sucedió.

“… ¿Eh?”

Me habían encomendado la tarea de procesar cartas enviadas desde fuera de la ciudad como parte de mis deberes de rutina. Dicho esto, dado que no tenía interés en el mundo exterior, básicamente me habían ordenado “abrir los sobres y clasificar el contenido en la pila de reserva y la pila de basura”, y eso es exactamente lo que estaba haciendo, nada más.

Bueno, para abreviar la historia, encontré algo extraño mezclado con ese paquete de cartas.

“¿Informe de daños sobre la contaminación procedente de la Ciudad de la Fe…? ¿Qué es esto?”

“Era una carta de alguien llamada la Gran Bruja Rudela, o algo por el estilo, que vivía en una ciudad cercana”.

En resumen, era un llamamiento directo a nuestro gobierno, afirmando que “la contaminación tóxica viene de su ciudad. Está destruyendo nuestro medio ambiente y provocando el caos en nuestra ciudad. ¡Este es un asunto urgente! ¡Por favor, actúen de inmediato!”

Contaminación tóxica—esa frase me había llamado la atención.

La Ciudad de la Fe era extremadamente aislacionista y hacía todo lo posible para evitar disputas con extraños. Si la ciudad era la fuente de este problema, sería un problema muy serio. Era el tipo de cosas contra las que la ciudad debería haber estado en guardia.

Por supuesto, las investigaciones de este tipo se habrían confiado a los Caballeros Sacros.

En cualquier caso, la propagación de la contaminación tóxica era un asunto que no podía pasarse por alto. Así que lo informé de inmediato a mi supervisor directo.

“…Disculpa, Onee-chan. No tengo tiempo para eso en este momento”.

Mi jefa, con lo que me refiero a mi hermanita, dijo que tenía las manos ocupadas con otro asunto. En resumen, obviamente ella no podía perder el tiempo para investigar algo tan trivial.

Debes estar bromeando.

No sabía dónde estaban los verdaderos sentimientos de mi hermana. En su corazón, yo estaba segura de que quería ayudarme. Pero cuando le mostré la carta a mi hermana, había otros subordinados a su alrededor y me gritaron insultos.

“Avilia está ocupada investigando un asesinato en este momento”.

“¡Ella no es solo una ladrona de salarios como tú, clasificadora de cartas!”

“Sí, eres una holgazana”.

“¿No podrías dejar de agregar trabajo innecesario a su día?”

Estaban tratando de que reaccionara de mala manera.

No sabía cómo ella se sentía realmente.

“…Está bien, lo entiendo. Voy a volver a clasificar las cartas, dije mientras tomaba el informe de Avilia, ignorando a sus subordinados.

Mentí.

Si nadie iba a hacer nada, yo tenía la intención de hacer algo por cuenta propia. Solo investigaría bajo mis propias condiciones.

“…Lo siento”.

Ignorando a Avilia mientras ella susurraba una disculpa con la cabeza gacha, salí.

Para ser honesta, la investigación fue sorprendentemente simple. Una vez que me propuse hacerlo, fue tan fácil que lo terminé en un día, trabajando sola, con tiempo de sobra.

La Gran Bruja Rudela, quienquiera que fuera, parecía haber tomado la decisión de que si la gente de esta ciudad no se daba cuenta de que ellos eran la causa de la contaminación, debían ser un montón de idiotas. Convenientemente ella había adjuntado a su carta unas misteriosas tiras de papel que cambiarían de color solo en presencia de una sustancia tóxica.

“Está bien. Básicamente, buscaré en las alcantarillas y luego seguiré el rastro hasta la fuente”.

Con eso, me colé debajo de la Ciudad de la Fe.

Estaba oscuro, tan oscuro que no habría podido ver ni una pulgada de lo había delante de mí sin una linterna. Las paredes y el techo estaban hechos de ladrillo carmesí. Junto a la estrecha pasarela, los desechos de la ciudad fluían en un caudal lento. Quizás porque solo tenía mi luz tenue, o quizás porque reflejaba el rojo oscuro del ladrillo, el color del agua era muy turbio y se veía exactamente como la sangre.

“…Nnh”.

Quería salir de allí rápidamente, así que inmediatamente metí una tira de papel en el agua y miré el color.

“¡Oh, se puso azul!”

Solo la parte húmeda del papel blanco había cambiado de color. Según Rudela, “Si se pone azul, ese lugar está lleno de toxina, así que tomen nota”. Eso es lo que está ocurriendo aquí.

Después de eso, seguí revisando el color mientras avanzaba aguas arriba a través de la alcantarilla. Todas las tiras se volvieron azules. Era suficiente para hacerme pensar que toda el agua que sale de esta ciudad debe estar contaminada.

Pero la verdad fue diferente.

“… ¿Eh?”

Aproximadamente una hora después de haber comenzado mi investigación.

El color del papel que metí en el agua no cambió. Solo tenía una tira de papel empapada y marchita en la mano.

“……”

Levanté la cabeza y cuando me volví para mirar detrás de mí, vi que había una sola puerta cerca de mí.

En la cloaca. En un lugar donde la gente no debería ir y venir. En un lugar para aguas residuales.

¿Qué es esto? Confundida, metí un trozo de papel en el agua que fluía justo debajo de la puerta.

Se puso azul.

Pero si iba río arriba, el color no cambiaba.

“… ¿En serio?”

Parecía que no podía haber ninguna duda de que la sustancia tóxica fluía por lo que fuera que estaba detrás de esta puerta increíblemente sospechosa.

Observé la puerta incompleta.

Estaba bastante indecisa sobre si debía entrar o no.

Pero nada se acabaría si me quedaba allí.

Después de algunas dudas, finalmente abrí la puerta.

Y un mundo aún más lúgubre que la cloaca, un abismo negro, abrió sus fauces.

“……Que es esto…?”

Había encontrado cadáveres. Tantos cadáveres.

Estaban rodeados de lo que parecían equipos de laboratorio, sustancias químicas extrañas y frascos de vidrio que contenían órganos internos que supuse habían sido sacados de los cadáveres.

INMORTALIDAD. LA ETERNA JUVENTUD. MAGIA ETERNA.

Entre los frascos había pilas de papel esparcidas con palabras que parecían sacadas de un sueño febril.

Un momento después, noté que el hedor a descomposición envolvía toda la habitación. También me di cuenta que los cadáveres pertenecían a brujas a las que reconocí.

Me había encontrado con un problema que posiblemente no podría resolver por mi cuenta.

“Oh no—estás en propiedad privada”. Una voz lenta resonó detrás de mí—justo detrás de mí.

“¿Qué—?” Grité mientras trataba de darme la vuelta.

“Ya sé. Ya que estás aquí, también puedo usarte como chivo expiatorio de mis crímenes—”

Conocía esa voz.

Pertenecía a Elimia, La Bruja de la Rosa—

—Y luego perdí el conocimiento.

***

Al día siguiente, el rumor de que mi hermana mayor había matado a cuatro brujas y robado su magia se extendió como pólvora.

El resumen del incidente seguía los materiales que Elaina había leído en la biblioteca. Sin embargo, no pude evitar encontrarlo misterioso.

¿Realmente pensaron que ella podría lograr tal cosa?

Por lo que yo sabía, mi hermana tenía una espada en su mano, pero era demasiado buena para matar un insecto. Ella solo usó su espada para ahuyentar a los posibles alborotadores.

Y no para parecer ruda, pero ¿podría incluso matar a esas brujas cuando solo tenía su espada para apoyarse?

Lo pensé poco probable.

Sin embargo, fue detenida y juzgada en el palacio, sentenciada a un regreso al hogar olvidado.

Por supuesto, mantuvo su inocencia durante el juicio. Mi hermana mayor, que rara vez lloraba frente a otras personas, se había echado a llorar, mirando a Elimia como si insinuara, “¡No fui yo! ¡Tú eres quien las asesinó!”

Sin embargo, la bruja presentó una pieza de evidencia condenatoria tras otra y silenció cualquier argumento.

Los jueces y magistrados en el juicio aceptaron fácilmente las pruebas de Elimia y prontamente dictaron la sentencia de un regreso al hogar olvidado.

Incluso ahora, creo que fue una gran farsa.

Todos en la sala ya habían decidido que las palabras de mi hermana eran delirios vacíos y ni siquiera se molestaron en escuchar su testimonio. Todos menos yo.

En algún lugar de mi corazón, creí que sus palabras eran la verdad.

Estaba segura de que todo había sido una trampa de Elimia.

No me importaban las pruebas.

Mi hermana mayor había ido sola a investigar las alcantarillas después de que yo me negué a escucharla. Y allí, había visto algo que se suponía ella no debía ver. Por eso la hizo pasar por asesina. Eso debe haber sido la verdad.

Es por eso que necesito salvar a mi hermana.

Se acercaba mi oportunidad—cuando ascendiera a la guillotina y recuperara la memoria. Esa sería la única oportunidad.

Luego de contarle la verdad, Elaina dijo, “Em, creo que iré a tomar aire fresco”, y salió de la casa. Podría escucharla hablar incompresiblemente con alguien. Al echar un vistazo a escondidas, la vi hablando con su escoba.

¿Quién es ella? ¿Es una manic pixie dream girl?

Un momento. La escoba le responde a Elaina. Pero tiene su voz… ¿Es ventriloquia? Confirmado, es una manic pixie dream girl.

Luego de volver a entrar a la casa y decirme que cooperaría, Elaina había descartado mi plan rotundamente. “¿Em, qué? Nunca rescataríamos a tu hermana así. ¿Eres idiota o tonta o simplemente incompetente?”

¡Demonios!

Además de eso, me sorprendió al actuar con compostura. “Si logramos acabar con Elimia, eso sería todo”.

Te lo pido, no seas absurda.

Sacudí mi cabeza. “Es una bruja poderosa. Además, ha sido una figura importante en esta ciudad. Ha sido así por mucho tiempo. No hay forma de que puedas ganar”.

Siendo honesta, el verdadero problema con, Elimia, la Bruja de la Rosa no tenía nada que ver con sus habilidades. Era que ella siempre estaba protegida por un cuadro leal de Caballeros Sacros.

Enfrentarla directamente significaría enfrentarse a todos ellos también.

“Es por eso que he hecho del rescate de mi hermana la única prioridad”.

“Necesitamos despojar a Elimia de su poder”, dijo Elaina. “De lo contrario, aunque salvemos a Amnesia, no habría garantía de salir de la ciudad”.

Elaina estaba extrañamente confiada.

Y luego levantó el dedo índice. “Solo falta una pieza del rompecabezas para llevar a cabo este plan. Necesito que me digas solo una cosa. Una vez que lo tengamos, el resto caerá como un efecto dominó”.

Le dije lo que quería saber y luego pasamos mucho tiempo trabajando y reelaborando el plan de rescate. Después de eso, nos quedamos dormidas. Era la primera buena noche de descanso que conseguía en mucho, mucho tiempo.

Me pregunté si sería porque podríamos salvar a mi hermana.

“Creo que es porque te he limpiado la habitación”. “……”

***

“¡Por fin el momento ha llegado!”

Un cristal espejo mostraba a la alegre multitud reunida para presenciar la ejecución de Amnesia. Le llovía todo tipo de insultos, y sus burlas sonaban como gritos de alegría mientras ella cruzaba la plaza hacia el lugar de decapitación paso a paso, aturdida y confundida.

Cuando llegara a las escaleras y comenzara su ascenso, su memoria regresaría.

“Ya casi es hora, supongo”. Elimia, que había estado mirando el cristal espejo sola en la sala de conferencias, se puso de pie lentamente como si todo su cuerpo pesara exageradamente y tomó su varita.

Empezó a caminar, pero no llegó muy lejos.

“¿A dónde vas?”

Se sorprendió bastante cuando aparecí de repente desde un rincón de la habitación, pero se las arregló para mantener la calma. “¿Cuánto tiempo llevas ahí?”

“Desde que te sentaste, parecías aburrida”.

“…He estado sentada todo el tiempo”.

“Estoy diciendo que he estado aquí desde el principio”.

Aunque supongo que no me reconoces, ya que me transformé en un ratón.

“No debería convertirse en un hábito de tenderle una emboscada a la gente”.

“Lo dice la que incrimina a una chica inocente”.

“Supongo que estás hablando de Amnesia”. Mirando el cristal espejo, Elimia inclinó la cabeza, luciendo aburrida. “¿Insinúas que ella no ha matado a nadie?”

“Ella no es el tipo de persona que hace tal cosa”.

“Me pregunto cómo puedes estar tan segura, ya que solo has conocido a Amnesia sin su memoria”.

La Amnesia que conocía era alguien que priorizaba el bienestar de los demás antes que el suyo, aunque no sabía quién era. Era como una chica protegida, débil y muy consciente de sus propios defectos, pero trabaja duro para nunca mostrárselo a nadie. Estaba alegre con una tendencia a soportar las cosas dolorosas por sí misma. Tal vez era un poco despreocupada y, para decirlo con crueldad, una especie de tonta, pero tomó la decisión de no causar daño a nadie, incluso en situaciones desesperadas. Ella era una persona increíble.

Imaginar que estaba construyendo en secreto un extraño dispositivo para absorber la energía mágica de cuatro brujas asesinadas, todo por sus propias razones egoístas… Bueno, era impensable, obviamente.

“…Tú eres la responsable de la decapitación programada de Amnesia para hoy en la plaza”.

Ella asintió. “Sí. Soy la última bruja que queda, así que es correcto. Debo despejar todos los rencores por el bien de mis hermanas caídas”.

Yo estaba de pie bloqueando su camino mientras ella hablaba con su acento habitual.

“Me temo que no puedo dejar que hagas eso”, le dije.

“Debo interponerme humildemente en tu camino”.

Y luego saqué mi varita.

Elimia me miró fijamente por un momento, como si no estuviera muy segura de lo que estaba haciendo. Después de una pausa, sus ojos se abrieron de par en par y me lanzó un bufido. “Sospechaba que apoyarías a Amnesia en las buenas y en las malas”. Sacó su varita y caminó hacia adelante—como si no estuviera prestando la más mínima atención al hecho de que yo me interponía en su camino. “Has estado muy preocupada por esa chica desde que llegaste. ¿Quién rayos puso esa idea en tu cabeza? ¿Se te dijo que yo de alguna manera inculpé a Amnesia por sus crímenes? ¿Fue la propia convicta?”

“No tengo ninguna obligación de responderte”.

Supongo que, si te lo digo, intentarás matar a esa persona después de que hayas terminado conmigo.

“…Bueno, realmente no me importa”. Elimia se detuvo frente a mí, mirándome con sus ojos fríos y sin emociones.

“No tengo tiempo para jugar. En este momento, tengo una tarea que no debo dejar de completar. ¿Serías tan amable de hacerte a un lado?”

“¿Por qué no intentas apartarme por tu cuenta?”

“……”

“Por supuesto, no me voy a hacer a un lado tan fácilmente. Soy una bruja, como tú. En el peor de los casos, estoy preparada para pelear por un empate. Aunque creo que es probable que yo gane”.

“……” Ella suspiró, como si estuviera completamente

asombrada. “Eso es muy malo. Te convertiste en una bruja tan joven que pensé que debías ser algo especial— pero parece que eres una idiota sin remedio”.

“¿Es así como me ves?”

“Pues, estás apoyando a una criminal, ¿no es así?” Elimia, que todavía se aferraba a la ilusión de que Amnesia era una delincuente y de que estaba haciendo justicia, chasqueó los dedos. “…Pero permíteme modificar los términos de nuestro combate”.

Los magos salieron de todas partes de la habitación, vestidos con el uniforme de la Orden de los Caballeros Sacros.

Deben haber estado escondidos todo este tiempo— ¿desde cuándo?

“Desde ayer, cuando te conocí por primera vez en esta habitación, pensé que definitivamente vendrías por mí. Después de todo, parecías tener mucha fe en Amnesia”.

¿Es eso lo que parecía? Pero estaba tratando de poner la cara más seria posible.

“Y me tendiste una emboscada”. Ella sonrió, luciendo profundamente feliz por primera vez. “Creí con certeza que vendrías por mí; después de todo—yo también soy una bruja, así que supusiste que podrías ganarme uno a uno. Pero, ¿qué harás en esta situación?”

Uniformes blancos hasta donde alcanzaba la vista.

Los magos llevaban las capuchas muy bajas sobre la cabeza, de modo que incluso sus géneros eran un misterio. Me tenían rodeada, con sus varitas preparadas.

La presión era abrumadora, como si un solo paso en falso fuera suficiente para perturbar el nido de avispas.

Ah, ya veo—por eso estuvo charlando durante tanto tiempo. Por eso mantuvo ocultos sus verdaderos motivos y continuó con esta farsa contra Amnesia.

Lo entiendo.

“—¿Y bien?” Golpeé el suelo con mi varita.

Inmediatamente, el hielo se esparció desde ese punto hasta que todo en la habitación quedó encerrado en él. Como cierta ciudad. Por lo que pude ver, todo estaba pintado de blanco y azul—incluso los magos, con sus uniformes blancos, estaban cubiertos por una segunda capa de escarcha blanca.

Todos excepto Elimia y yo.

Aparte de nosotros, todo era de un blanco puro.

Ella tenía la boca abierta, estupefacta, y yo respondí con un suspiro. Mientras mi aliento blanco y nublado bailaba levemente a través del aire como humo, simplemente continué mirando a la bruja ante mis ojos.

“Ha sido uno contra uno desde el principio. ¿No puedes ver nuestro entorno?”

¿Podría ser que tu visión sea débil porque tienes la edad suficiente para tener que arreglarte para lucir joven?

Sugiero gafas para leer.