Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

SEGUIMOS CORRIENDO en dirección a Crimonia, pero no pude encontrar a Cliff. Como estaba usando la habilidad de detección, no pensé que se me escapara, no estaba muerto, ¿verdad? No estaba recogiendo ningún cadáver, aunque hice ping a más monstruos de los que podía contar en el borde de mi radar. Miré en la dirección de las señales del monstruo y vi un bosque cercano.

Tenía que tomar una decisión. ¿Seguiría buscando a Cliff o mataría a los monstruos?

No había tenido ningún problema con lobos, goblins y orcos en el pasado. Mi preocupación era mi maná. ¿Tenía suficiente maná para poder derrotar a diez mil monstruos? No sabía exactamente cuánto maná tenía. Nunca usé magia hasta el punto de que se me acabara desde que vine a este mundo. Como resultado, no sabía exactamente cuánta magia podía lanzar o cuánto maná podía soltar.

Además, no sabía qué tan fuertes eran los wyverns. Luché contra ellos en el juego, pero no en este mundo.

No tenía idea de lo que haría con Cliff una vez que lo encontrara. Si fuéramos atacados por diez mil monstruos en ese momento, sería difícil luchar y mantenerlo a salvo.

Lo pensé un poco y tomé una decisión. Para proteger la sonrisa de Noa, cambié de rumbo hacia el bosque. Si pudiera derrotar a los diez mil monstruos primero, todo saldría bien.

“Kumayuru, gracias por todo hasta ahora”.

Le di unas palmaditas a Kumayuru por el maratón por el que le hice pasar, luego lo cambié por Kumakyu.

“Kumakyu, vamos a atravesar algunos monstruos, así que cuento contigo”.

Cuando le acaricié suavemente el cuello, se acurruco contra mí y dejo escapar un pequeño gruñido. Ensillé y corrimos hacia el medio del bosque. Tan pronto como entramos en el bosque, un grupo de goblins se acercó a nosotros. Invoqué un cortaviento y lo solté en el cuello de los goblins. Desaparecieron de mi radar.

El oso blanco cargó por el medio del bosque. Las cabezas de los goblins volaron por todos lados cuando pasamos. Perdí la pista de los cadáveres de goblins que dejamos tras la sombra blanca de Kumakyu. Mientras corríamos, vi otra horda más adelante. De repente pasamos la línea de árboles y entramos en un pozo de luz brillante. Estábamos en un claro lleno de goblins.

Hice que Kumakyu corriera hacia el centro del grupo. Recordé mi tiempo en el juego y todas esas horas en los primeros puestos en los eventos de contrarreloj. ¿Cuántas turbas de basura puedes limpiar en cinco minutos? ¿Dos minutos? ¿Treinta segundos?

Elimine a los goblins en el claro con un par de hechizos y todavía me sobraba maná. Hice ping en mi entorno y encontré que solo quedaban lobos y orcos. No sabía cuánto más aguantaría mi maná, así que decidí matar a los orcos primero, con la esperanza de que una vez que me quedara seca, pudiera recurrir a las armas y al ocasional lanzamiento de piedras para manejar a los lobos.

Saqué jugo de oren helado del almacén de osos y lo bebí mientras descansaba un poco, luego hice que Kumakyu me llevara en dirección a los orcos.

“Lo siento Kumakyu. Aguanta un poco más”.

Todavía no estaba ni a mitad de camino.

Unos minutos después, me encontré con la horda de orcos. Puse más maná en el vuelo de las cuchillas de viento que en las que usé para los goblins, teniendo en cuenta la resistencia adicional de los cuellos de los orcos. Las cuchillas cortaron limpiamente a los orcos que se acercaban, por lo que parecía que había juzgado correctamente los niveles de maná.

Quería mantener esta pelea a larga distancia; de cerca, tendrían más fuerza y ​​capacidad de aguante que los goblins. Los orcos blandieron sus armas y se precipitaron hacia mí con una velocidad que no coincidía con su engorroso tamaño.

Las flechas volaron hacia nosotros mientras Kumakyu corría. ¡Arqueros orcos! También me acordé de los del juego; tanto aquí como allá, ser apedreado desde la distancia era molesto. Envolví a Kumakyu en un hechizo de viento protector. Un rayo de fuego pasó volando junto a mi cara.

“¿Tienen magos?”

Habían cubierto todas sus bases de combate de fantasía. Molesto. Oh, bueno , pensé. Combatir los números con números. Invoqué un hechizo de tierra e hice diez golems oso del mismo tamaño que mis convocaciones.

En ese momento, por primera vez, sentí que mi maná se agotaba. Fue casi desconcertante.

Hice que los golems oso atacaran a los orcos. Corrí detrás de ellos en Kumakyu. Usaron sus afiladas garras para apuñalar las gargantas de los orcos. Solté cuchillas de aire por encima, cortando cabezas donde pude. Los golems oso no se detenían ni siquiera cuando las flechas los atravesaban. La magia salpicó contra ellos inofensivamente. Incluso cuando sufrieron daños, les vertí maná para repararlos. Los golems coincidían con los movimientos de los orcos, y los rematé con mis hechizos. Incluso si estaba rodeada, los golems me protegieron.

Caray , pensé, ¿por qué hay tantos orcos alrededor? Si este hubiera sido el juego, podrías descartarlo como un evento, pero esto era simplemente ridículo. Tenía que haber una razón por la que estaban tan cerca de la capital y todos en un mismo lugar.

Corté el cuello del orco final. Se terminó. Miré detrás de mí. Dejamos un rastro de cadáveres de orcos. A pesar de que había peleado tanto, gracias a la ropa de oso no lo sentía mucho físicamente. Dejé escapar un pequeño suspiro y verifiqué mi maná restante.

“Todavía queda… algo de maná… pero tengo la sensación de que queda mucho menos”.

Si tan solo pudiera convertirlo en un valor numérico como en el juego, lo sabría con certeza.

Los últimos monstruos fueron los lobos y los wyverns. Me bajé la capucha y volví a comprobar mi radar. Había señales de wyvern más adelante; parecía que se acercaron mientras yo trataba con los orcos. Curiosamente, los wyverns no se movían. Incluso cuando miré al cielo, no los vi volando. ¿Estaban tomando una siesta o algo así? De ninguna manera.

Como no se estaban moviendo, desmonté mis golems y me puse la ropa de oso blanco para recuperar un poco mi maná. No había nadie alrededor, ¿verdad? Una cálida sensación que debió ser recuperación de maná me inundó cuando comencé a guardar los cuerpos de los orcos, tomando sus espadas, arcos y bastones como botín. Lo único que no tomé fueron las cabezas. Quiero decir, eran cabezas. Incluso acercarme a ellos me fastidiaba y no podías venderlas.

Una vez que sentí que recuperé suficiente maná, me cambié de nuevo al traje de oso negro. Nadie estaba mirando, ¿verdad?

Bueno, pensé, creo que es hora de matar a algunos wyverns.

Monté en Kumakyu y nos dirigimos hacia los wyverns. No se habían movido en absoluto hasta ahora, y pronto supe por qué.

“¿Están durmiendo?”

No sabía por qué estaban inconscientes, pero los derrotaría antes de que despertaran. Bajé de Kumakyu y me acerqué lentamente a los wyverns dormidos. Luego, uno por uno, les corté la cabeza. Todo terminó tan simple que fue casi decepcionante. Aunque estaba cortando las cabezas de sus vecinos, los wyverns no se despertaron. Una vez que terminé, puse sus cuerpos en mi almacén de osos.

Conseguir los materiales de los wyverns con tanta facilidad me parecía trampa, pero supongo que lo aceptaría como compensación por todo mi duro trabajo. En el momento en que terminé de poner el último wyvern en el almacén de osos, el suelo empezó a temblar.

“¿Qué?”

El suelo se hinchó y salté hacia atrás.

Vi un monstruo que había visto hacer apariciones en el juego levantarse del suelo. Parecía una lombriz de tierra inflada, era un wyrm. Abrió la boca de par en par y salió arrastrándose. No lo había notado mientras usaba mi habilidad de detección. Era posible que no llegara a las profundidades del subsuelo, o que no lo hubiera notado porque estaba debajo de los wyverns. El wyrm se volvió hacia mí. Grandes gotas de baba brotaron de su boca. Supongo que olía delicioso.

“Qué asco.”

Se abalanzó. Salté hacia atrás, lejos de su boca. Nada tan grande debería moverse tan rápido. Nunca luché contra los wyrms en el juego, simplemente eran desagradables. Cuando se rompe la piel, rocía líquido por todas partes y libera un olor terrible, luego se cura al instante. Fue un gran dolor luchar contra ellos.

Pero ahora tenía magia de oso.

En el momento en que intenté invocar la magia, el wyrm dobló su cuerpo bruscamente. Lo esquivé hacia atrás, pero me golpeó lateralmente con una de sus enormes espirales. Tienes que estar bromeando , pensé. Sali despedida, pero gracias al equipo del oso no me hizo daño. Arreglé mi postura y liberé algo de magia de viento, pero no pude cortar el cuerpo del wyrm. Tiré una bola de fuego de la misma manera, pero todo fue repelido.

Sabía que era un refrito, pero decidí derrotarlo de la misma manera que lo hice con la serpiente negra. Me enfrenté al wyrm desde un lugar un poco más lejos. Mientras la boca del wyrm estaba abierta, se arrastró y se acercó. Hice diez mini osos con fuego conjurado. Luego hice que se precipitaran hacia la boca abierta del wyrm.

“¡Vamos!”

El wyrm podría haber confundido a los osos con comida, ya que trató de comérselos. Fue estúpido. Los mini osos de fuego se movían dentro del cuerpo del wyrm. Se retorcía en el suelo, escupiendo baba. En un intento por escapar del dolor, trató de vomitar el material extraño, pero los mini osos de fuego se mantuvieron firmes dentro del wyrm. Tuve la sensación de que esta era la magia más fuerte que tenía para las criaturas grandes. No importaba el monstruo, mientras fuera una criatura viviente, sus entrañas serian suaves.

El wyrm se golpeó contra el suelo muchas veces, pero gradualmente dejó de moverse.

“Um, ¿podré vender esto?”

Con la serpiente negra, pude vender la carne y la piel y todo tipo de cosas. No quería comerme esta cosa y no estaba segura de la piel. Incluso si era comestible, no quería que Fina y los demás se lo comieran. Por el momento, dejé pensando en cómo lidiar con el wyrm para más tarde y lo guardé en el almacén de osos.

Con eso, lo único que quedaba eran los lobos. No había usado maná cuando luché contra los wyverns y solo usé los osos de fuego en la pelea con el wyrm. Me quedaba mucho maná para derrotar a los lobos. Sería un recado rápido y luego podría irme a casa.

Llamé a Kumakyu y me dirigí hacia la manada de lobos. Apenas valía la pena mencionar la pelea; lo difícil fue guardar los cuerpos. Podría haberlos dejado como están, pero cuando pensé en el orfanato luchando por comer, no quería desperdiciarlos, así que me aseguré de recogerlos. No se estropearían mientras permanecieran en el almacén de osos.

Hice que Kumayuru y Kumakyu me ayudaran a reunirlos, luego monté en Kumakyu y abandoné el bosque que ahora apestaba a sangre.

El aire se sentía genial para respirar. Miré al cielo; el sol se ponía. Estaba anocheciendo. En ese caso, supongo que tendría más sentido pasar una noche fuera que obligarme a volver.

Saqué la casa de los osos ambulantes de mi almacén de osos y decidí quedarme a pasar la noche.

Por alguna razón, aunque no estaba físicamente fatigada, todavía estaba terriblemente cansada. ¿Supongo que fue agotamiento mental? Tuve una cena sencilla y, después de darme un baño, me derrumbé en la cama y caí en el mundo de los sueños.