Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

Me desperté a la mitad de la noche cuando Kumakyu se movió.

“¿Kumakyu?”

Me froté los ojos. Fina dormía tranquilamente a mi lado. Usé mi habilidad de detección, asegurándome de no despertarla.

Había personas a cierta distancia que no habían estado allí cuando revisé antes de irme a dormir. Si Kumakyu está reaccionando a ellos, pensé, ¿eso significa que acaban de aparecer? Los miré durante un rato, pero no parecían moverse. ¿Quizás solo estaban acampando por la noche, como nosotros?

“Kumakyu, dime si se mueven”.

Me volví a dormir. Kumakyu no reaccionó de nuevo, y cuando me desperté a la mañana siguiente, el grupo no se había movido del lugar donde los había sentido anoche.

El desayuno fue ligero y salimos al amanecer. Mantuve mi habilidad de detección a medida que avanzábamos para no tener que lidiar con un segundo ataque de monstruos. Mi radar detectó gente que nos seguía. Cuando nos detuvimos para un descanso, se detuvieron. Cuando terminó el descanso, se mudaron con nosotros. La señal que estaba captando siempre estaba a la misma distancia detrás de nosotros.

Definitivamente era sospechoso, pero ¿qué significaba? No había muchas razones agradables para que alguien nos siguiera. Una posibilidad era que nos usaran como escoltas. Si una amenaza venía del frente, la manejaríamos por ellos, y si algo los atacaba por detrás, ellos correrían y forzarían a los monstruos hacia nosotros. La otra posibilidad era que nos estuvieran acechando. Este grupo era el equipo de reconocimiento, y solo estaban esperando el momento adecuado para atacar, o que más de sus amigos se unieran a ellos.

Todavía no sabía cuál era.

El carruaje se detuvo y parecía que habíamos encontrado dónde acamparíamos. Cuando volví a hacer ping en mi radar, nuestros misteriosos seguidores también se habían detenido, por supuesto. Será mejor que informe a los demás.

“Marina, ¿tienes un momento?”

“¿Qué es?”

Marina me miró mientras estaba montando el campamento. Le conté sobre la gente que nos seguía y lo que pensaba al respecto.

“Si bien es cierto que las personas a veces se quedan pegadas al carruaje que tienen delante, por lo general dicen algo con anticipación y llegan a un acuerdo mutuo sobre viajar juntos. Por supuesto, a veces la gente del frente cobrará por ello, por lo que hay casos en los que los demás seguirán a cierta distancia”.

“Entonces, ¿crees que está bien?”

“No puedo decirlo. Puede que nos estén observando. En realidad, ¿cómo puedes saberlo?”

“Mis osos me lo hicieron saber”. No mencioné la habilidad de detección. “Entonces, ¿qué debemos hacer?”

“Realmente me gustaría echar un vistazo a quién nos está siguiendo, para ser honesto, pero eso probablemente sería inútil”.

“¿Lo es?”

“Es poco probable que su apariencia nos diga algo. Yuna, sé que eres fuerte, pero ¿podemos también contar a esos osos como parte de nuestra potencia de fuego?”

“Están protegiendo a Noa y Fina, por lo que no podrás contar con ellos para pelear”.

Marina negó con la cabeza. “¿Podemos pedir su invocación para proteger a Lady Misana y Lord Gran? Eso también nos facilitaría la lucha”.

Es cierto, sería complicado proteger a las personas que estabas escoltando mientras también intentas luchar. En lo que a mí respecta, manejaría el ataque sola; solo quería poner al día a Marina y su equipo. Ser emboscados, por otro lado, era algo totalmente distinto a una pelea que todos podíamos ver venir.

“De acuerdo. Les diré que también protejan a Misa y Gran. Sería más fácil si estuvieran todos dentro del carruaje”.

Marina me agradeció y volvió a su grupo.

Después de la cena, comenzamos a prepararnos para ir a la cama. Marina informó a todos durante nuestra comida; le dijo a Noa, Misa y Fina que se refugiaran en el carruaje una vez que las cosas se pusieran calientes.

“Yuna, ¿realmente vamos a ser atacados?”

“No te preocupes”, le dije. “Si pasa algo, estos dos las protegerán”.

Kumayuru y Kumakyu gruñeron en respuesta.

“Además, no creen que me puedan vencer, ¿verdad?” Noa y Fina sabían más sobre mis habilidades que Marina y los demás. “Así que pueden dormir tranquilas”.

“Yuna, por favor no te presiones demasiado”, dijo Fina.

“Toda ira bien. Como dijo Marina, podrían ser viajeros normales usándonos furtivamente como escoltas”. Le di a Fina una suave palmadita en la cabeza para calmar sus nervios. Noa y Misa estaban mirando; parecían celosas, así que les di unas palmaditas en la cabeza de la misma forma. Era un pequeño precio a pagar por tranquilizarlas.

“Mañana tenemos que levantarnos temprano, así que vayan a la cama”.

“Sí, Yuna, buenas noches”, dijo Fina.

“Yuna, buenas noches”, dijo Noa.

“Buenas noches”, dijo Misa.

Se quedaron dormidas en los brazos de Kumayuru y Kumakyu. Marina y los demás parecían algo ansiosas, así que decidí confiarles a los osos el deber de vigilar y dormir un poco. Después de todo, no sabíamos si realmente nos atacarían y dormir era muy importante.

Algo me empujó. Cuando abrí los ojos, Kumakyu estaba allí, dándome un empujón para levantarme.

“¿Kumakyu?”

El plan volvió a mi mente lentamente mientras empezaba a recobrar el sentido. Cierto, pensé, existía la posibilidad de que nos atacaran. Hice ping en mi radar. Sí, estaban allí. Empezaba a formarse una multitud. Diez, veinte, tal vez unas veinticinco personas. ¿No era un poco exagerado para enfrentarse a cuatro aventureras?

Me alejé de Kumakyu, tratando de no despertar a Fina. Le dije a Kumakyu que protegiera a todos si los enemigos entraban en nuestro campamento. No es que estuviera planeando dejarlos llegar aquí.

“No están aquí, ¿verdad?” Marina y las demás se habían acercado.

“¿Todavía estaban despiertas?” Esperaba que se turnaran para vigilar.

“No es como si pudiéramos dormir después de que nos dijiste que podríamos ser atacados”.

“Hay un grupo bastante grande de personas congregándose allí”.

“Deberíamos despertar a todos y subirlos al carruaje”.

“Déjalos dormir. Iré.”

“¿Sola…?”

“Estaré bien. Si alguno de ellos se me escapa, por favor ocúpense de ellos”.

“Iré contigo.”

“¡¿Marina?!” Las otras aventureras parecían sorprendidas.

“Me estarías retrasando”, le dije sin rodeos. Realmente sería una carga.

“¿De verdad vas a estar bien por ti misma?”

“Estaré bien.” Dudaba que tuvieran a alguien más fuerte que un rey goblin o una serpiente negra.

“Muy bien. Entonces, por favor, hazlo”.

“Seguro. Me voy. Vigila a todo el mundo”.

Miré hacia donde Fina, Noa y Misa estaban acurrucadas con mis osos. Las tres niñas dormían como bebés. Confiando su seguridad en las capaces patas de mis osos, corrí hacia la oscuridad, siguiendo la señal de mi habilidad de detección de osos.

Podía ver bastante bien a mi alrededor. ¿El equipo de oso había adquirido algunas habilidades de visión nocturna cuando no estaba mirando? Había algunas personas más adelante, agrupadas en la oscuridad y apretando sus espadas con fuerza. Aunque era de noche, no tenían fuego. Incluso podía oír su desquiciada conversación.

Sin duda eran bandidos, lo que significaba que tenía vía libre para atacarlos antes de que intentaran atacarnos. Me abalancé sobre la desprevenida banda. Mis zapatos de oso no hacían ningún ruido y mi traje de oso negro se fundía en la oscuridad. Preparé un hechizo.

“¿Qué es eso?”

Cuando se dieron cuenta de mí, ya era demasiado tarde. Ataqué a los bandidos con ráfagas de aire, teniendo cuidado de apuntar para que golpearan a los montados, pero no a sus caballos. Después de todo, los caballos no habían hecho daño a nadie. Forcé a la pandilla a unirse con la descarga inicial, y seguí convocando barras de tierra a su alrededor. Finalmente, sellé la parte superior con una tapa de piedra improvisada. La jaula estaba completa.

“¡No podemos romper estos! ¡Los lanzadores al frente!”

Varios de los bandidos conjuraron hechizos, pero rebotaron en las barras y terminaron causando un caos dentro de la jaula.

“¡Deja la magia! ¡Moriremos!”

“¡Eso duele! ¿Qué diablos está pasando?”

“¡Alguien, encienda un poco de luz!”

“¡Buenas noches, bandidos!”

Solo se dieron cuenta de que estaba allí una vez que comencé a hablar con ellos. “¿Un oso?”

“¿Qué pasa con el atuendo?”

“¿Hiciste esto, pequeña idiota?”

“¡Déjanos salir de aquí!”

“Eres ese oso que estaba montando un oso…”

Uno de ellos parecía saber de mí. Supuse que era parte del grupo que nos seguía. Me sorprendió que decidieran atacar a pesar de saber sobre mis osos. Tal vez pensaron que podrían manejarlos, ya que tenían algunos hechiceros en su grupo.

“¿De verdad crees que puedes hacernos esto y vivir?”

¿Son estos tipos estúpidos? ¿De verdad creían que podían pelear conmigo cuando estaban atrapados en una jaula? Los regué con un hechizo de agua para hacerlos callar.

“La próxima vez que abras la boca, cambiaré al fuego”.

“¡Cállate la boca! ¡¿Crees que puedes hacerle esto al clan de bandidos Zamon…?!”

“Fuego.”

Lancé una masa de fuego a la jaula.

“¡Caliente! ¡Caliente! ¡Qué crees que estás haciendo!” Los hechiceros dentro de la jaula soltaron agua para apagar el fuego.

“Dije que, si volvías a abrir la boca, lo siguiente que haría sería lanzarte fuego. ¿Eres estúpido?”

“Por qué, pequeña…”

Parecían tener mucho que decir, pero esta vez mantuvieron la boca cerrada. Usé un hechizo de tierra para levantar la jaula del suelo en cincuenta centímetros. Algunos de los bandidos que estaban adentro perdieron el equilibrio y se cayeron, levantando un alboroto en el proceso, pero los ignoré. A continuación, coloqué ruedas en la parte inferior de la jaula para hacerla móvil. No me preocupaba su comodidad, así que no agregué resortes para absorber las sacudidas y baches de la carretera.

Ahora, todo lo que necesitaba era algo para mover la jaula. Pensé que podría usar los caballos, pero todos salieron corriendo. Lo pensé y se me ocurrió algo de inmediato. Llamaría bastante la atención, pero era mi única opción.

“¡Ven, oso!”

Hice un golem de tierra con forma de oso, siguiendo la misma lógica que cuando hice los osos de fuego y agua para matar a los Tigerwolves y la serpiente negra. Tenía unos tres metros de altura.

“¡Un oso!”

“¡¿Que es esa cosa?!” Los bandidos estaban haciendo un alboroto en su jaula.

“¿Qué planeas hacernos?”

“¡Dejadnos salir de aquí!”

Eran tan ruidosos. Aparentemente, los ladrones insignificantes eran idiotas sin importar en qué mundo vivieras. A veces venían con un líder inteligente, pero este grupo parecía una manada de matones. Lancé una bola de fuego a la jaula para silenciarlos y, como la última vez, uno de los hechiceros se dispuso a apagarla como si su vida dependiera de ello.

“La próxima vez que abras la boca, se las haré comer”.

Conjuré una bola de fuego para enfatizar, y me fruncieron el ceño en silencio. ¿Realmente no entendieron la situación en la que se encontraban? En cualquier caso, se habían quedado en silencio, así que hice que el golem oso de tierra tirara de la jaula de regreso al carruaje. Si tardaba demasiado, Marina y las demás podrían empezar a preocuparse.