Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

“Oho ho, eso fue nadando, si lo digo yo. He conseguido arrastrar a Shalloak al banquete.”

Una vez concluida la reunión inicial con el rey de Perujin, Mia fue conducida a una habitación del castillo para recuperarse. Con ella estaban Anne, Ludwig, Bel, Rania y Tatiana. Ella les sonrió alegremente.

“¿Cómo debemos actuar ahora?”, preguntó Ludwig, ajustando sus gafas. “Ciertamente podemos presionarle para que siga haciendo negocios con el imperio mediante amenazas veladas, pero…”

“Hm, el hecho de que sugieras eso en voz alta con Rania en la habitación me dice que no estás considerando seriamente la idea”, dijo Mia.

“¿No lo estoy haciendo? Podría estar haciéndolo a propósito. Tener a la princesa Rania aquí podría ser parte de la presión, después de todo.”

Lanzó una rápida mirada a Rania. Afortunadamente, el comentario de Ludwig no pareció molestar a la princesa Perujin. Mia se volvió hacia él.

“En ese caso, permíteme aclarar una cosa: no puedo cambiar lo que ocurrió en el pasado, pero ahora que estoy aquí, no tengo intención de obligar a los Perujin a obedecernos por pura fuerza.”

En la línea temporal anterior, el imperio lo había hecho… y había fracasado. Mantener a un oponente por la fuerza significaba que una vez que se perdía la fuerza, el oponente podía volver a levantarse fácilmente y tomar represalias. En este caso, el adversario no sólo tomaría represalias cuando se presentara la oportunidad, sino que intentaría reducir discretamente el poder del imperio mientras tanto. También era posible que tomaran prestado suficiente poder de otra nación para rivalizar con el del imperio.

Eso simplemente no serviría. El corazón de gallina de Mia no podía soportar saber que esas aterradoras eventualidades estaban en el futuro. Por lo tanto…

“Nuestro enfoque para persuadir al País Agrícola de Perujin se reduce a una palabra: Confianza. Eso es todo.”

Al igual que la confianza en Mia había empujado a Rania a enviar su mensaje, cuando el imperio se enfrentará, a un problema que no pudiera resolver por sí mismo, la ayuda no vendría de una nación que hubiera sido obligada a someterse. Sólo las naciones que compartían un vínculo de confianza mutua prestarían ayuda. ¿Cómo iba a ganarse esa confianza, entonces?

El plan de Mia era muy sencillo. Tal y como ella lo veía, la confianza era una cuestión relativa, y todo lo que tenía que hacer era reducir la cuota de su enemigo. Lamentablemente, considerando las acciones históricas de los nobles de Tearmoon en este país, forjar una relación adecuada basada en la confianza era probablemente difícil. Puede que ella tuviera buenas relaciones personales con Rania y Arshia, pero ampliar ese tipo de compañerismo a escala poblacional llevaría un tiempo considerable.

Lo juro, mis ancestros no han sido más que un dolor de cabeza. Nada de esto sería un problema si no se les hubiera ocurrido esta tontería de “odiemos a los agricultores”. ¡Uf, ellos y su estúpida discriminación!

Reformar los prejuicios dentro del imperio y ganarse la confianza de Perujin eran tareas que requerían mucho tiempo. Por lo tanto, Mia decidió darle la vuelta al problema — si no podía mejorar la confianza de Perujin en sí misma, podría socavar su confianza en Shalloak.

En otras palabras, era el momento de hacer una campaña negativa. Iba a desenmascarar a Shalloak frente al rey Perujin.

El compromiso total de este hombre con el principio de “el dinero por encima de todo” era la fuente de su atractivo. Su disposición a hacer cualquier cosa en pos del beneficio le hacía parecer un hombre de un potencial monstruoso. Generaba una sensación de expectación en la gente, que lo miraba y pensaba: “Diablos, quizá este tipo realmente pueda hacerlo.”

Y esa era la máscara que ella iba a arrancar sin piedad, exponiéndolo como el tierno blandengue que era. Planeaba demostrar a todos que era una persona normal con todo el sentimentalismo y la ingenuidad de sus compañeros. Al hacerlo, destrozaría la descabellada idea del rey Perujin de realizar su sueño de venganza delegando en Shalloak.

“Oho ho, voy a quitarle la lana de los ojos.” Miró hacia su carta de triunfo. “Y ahí es donde entras tú, Tatiana.”

Tatiana era la única que conocía al Shalloak del pasado. Francamente, Mia mentiría si dijera que no albergaba una o dos dudas sobre la chica. Después de todo, Tatiana se sentía en deuda con Shalloak. Probablemente no apreciaría verle humillado por Mia.

Sería un problema si se negara a testificar por eso.

Probablemente era prudente darle un empujón más. Por si acaso.

“¿Recuerdas que dije que dependería de Shalloak?”, preguntó Mia, “y de cómo decida actuar.”

En primer lugar, el cambio de culpa. Había que establecer que, para empezar, todo esto era culpa suya, porque si se hubiera quedado quieto, nada de esto habría ocurrido. De ninguna manera Mia era responsable. Ella sólo estaba reaccionando por necesidad.

“Estamos haciendo esto por su bien también.”

Hacer un enemigo a largo plazo del imperio no beneficiaría a Shalloak. Ya le había dado al imperio una herida molesta. No abrir más la herida sólo podía ser bueno para él. Al insinuar que la cooperación de Tatiana sería, en última instancia, una ventaja para Shalloak, Mia estaba tratando de disminuir la carga psicológica de Tatiana. Fue, para ser sinceros, un golpe bastante barato. Luego, antes de que su víctima tuviera tiempo de recuperarse y reconocer su falta de honestidad, siguió con el golpe final.

“Por eso no es necesario que mientas. No te contengas. Sólo ve y dale tu mejor bofetada metafórica a su mejilla.”

Con esto, puso el broche final a la operación “Estigmatización.”

“…Por cierto, princesa Mia, ¿están bien tus pies? La piel, quiero decir.”

“¿Hm? ¿Qué quieres decir?”

La pregunta de Rania a Mia hizo que ambas fruncieran el ceño, desconcertadas.

“Has pisado el trigo, ¿verdad? ¿Te duelen los pies o te pican en alguna parte?”

“Ahora que lo mencionas, supongo que sí. Un poco de ambas cosas, creo.”

“Ya me lo imaginaba…”

Rania se arrodilló frente a ella y le indicó que se sentara.

“Disculpe”, dijo mientras se quitaba rápidamente los zapatos de Mia. “Verás, princesa Mia, el trigo tiene espinas muy finas que causan dolor y picor cuando se clavan en la piel. El trigo con el que cubrimos el camino es una cepa especial de Perujin desarrollada mediante cría selectiva, por lo que normalmente no causa ninguna molestia, pero sería una historia muy diferente si usáramos una cepa distinta. Por favor, ten mucho cuidado si vuelves a intentar algo así.”

“¡Vaya! ¿Así es? No es de extrañar que se sintieran algo punzantes…” Mia recordó la existencia de los hongos que rasgan la piel y se estremeció. “Lunas, siento mucho haberte hecho pasar por encima de ellas también, Rania.”

“Estoy acostumbrada, así que no pasa nada. Yo también siento no haberte avisado con antelación. Aunque no me diste mucho tiempo.”

“No tenía ni idea. Tendré más cuidado a partir de ahora.”

Al oír que podía haberse herido gravemente, Mia reflexionó sobre su imprudencia y resolvió ser más prudente. El resto de la sala, mientras tanto…

“Pero… lo habrías hecho de todos modos, ¿no? Aunque lo supieras.”

“…¿Eh?”

“Si no hubiera otra forma de demostrar tu sinceridad a los campesinos, lo harías aunque conocieras los riesgos, ¿verdad?”

“¿Lo haría? Eh…” Mia estaba a punto de decir que no, pero un rápido estudio de la sala le dijo que era una minoría extrema en este tema. Todos los demás compartían claramente la opinión de Rania. Así que giró. “Bueno, supongo que lo haría, sí. Si fuera necesario, lo haría. Probablemente.”

Arrastrada por el sentimiento generalizado en la sala, terminó por estar de acuerdo, sólo para darse cuenta… E-Espera un minuto… Si vuelvo a encontrarme con la misma situación más adelante, ¿no significa esto que tendré que aguantarme y dejar que me piquen y duelan los pies?

Mientras luchaba con este pensamiento premonitorio, Rania le inspeccionó los pies a fondo antes de decir: “Creo que será mejor que lo tratemos un poco.”

“¿Hay algún tipo de remedio para esto?”, preguntó la doctora-aspirante Tatiana, cuya curiosidad se despertó de inmediato.

Rania asintió.

“Hay un lugar aquí en la capital que se llama Estanque de Crolio. Se dice que el agua tiene propiedades terapéuticas. Sumergirse en ella puede reducir el picor y curar pequeñas heridas. La gente también lo utiliza como una especie de baño natural, así que esta podría ser una buena oportunidad para que todos se laven el polvo y el sudor del viaje.”