Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

“Mmm…” Mia se despertó y se encontró en una cama limpia. “Donde… Ah, estoy en la sala de tratamiento.”

La Academia Saint-Noel, que reunía a jóvenes nobles de todas las naciones cercanas, contaba con un sistema de atención médica excepcional. Esto no debería sorprender, teniendo en cuenta que quien permitió la proliferación de la atención médica en todo el continente mediante el establecimiento de centros de tratamiento fue nada menos que la Iglesia Ortodoxa Central. Como lugar de origen, el Santo Principado de Belluga albergaba una gran cantidad de conocimientos médicos acumulados a lo largo de los años.

Tal vez como resultado de recibir tales cuidados de vanguardia, Mia se sintió completamente refrescada y saltó de la cama. “Hmm… Tengo que reconocerlo a la Academia Saint-Noel. Sus tratamientos médicos son magníficos.”

…O podría ser el resultado de no haber necesitado ningún tratamiento en primer lugar. Se había desmayado al ver la sangre, pero Abel la había atrapado durante su caída. Sin ninguna herida que destacar, simplemente la habían acostado en una cama.

Una chica que se dio cuenta de su despertar se acercó. “Ah, estás despierta. ¿Cómo se siente, presidenta Mia?”

“¿Hm?” Los ojos de Mia se abrieron de par en par. “Vaya, tú eres… ¿Tatiana? ¿Qué haces en un lugar como este?”

Su sorpresa se encontró con una sonrisa incómoda de Tatiana. “Um, estoy haciendo un programa de experiencia aquí en el centro de tratamiento, en realidad. Mi padre es médico, así que tengo cierto interés en las instalaciones de aquí…”

“Vaya, ¿tu padre es médico? Entiendo… ¡Oh, eso me recuerda! ¿Dónde está Bel?” Se apresuró a mirar a su alrededor.

“Ah, la abu— la señorita Mia. Está despierta.” Como si fuera una señal, Bel entró por la puerta, seguida por Citrina y Anne. Habían estado esperando en la habitación de al lado. “Hee hee, mire, señorita Mia. Conseguí que Tatiana me hiciera las vendas. Lo hizo muy bien.” Señaló con orgullo su rodilla, que estaba cubierta por una cuidada capa de vendas.

“¿Vas a estar bien?”

“Oh, es sólo un rasguño. Eres tan preocupona”, dijo Bel, riendo.

Mia no estaba del todo convencida. El hecho de que se utilizaran vendas le sugería que la herida era lo suficientemente grave como para necesitarlas.

“Ha sangrado un poco, pero no hay ningún problema con el hueso, y la herida tampoco era tan profunda”, explicó Tatiana. Su tono carecía de su habitual mansedumbre; de hecho, rebosaba confianza.

“Bueno, definitivamente puedo ver a tu padre en ti. ¿Aprendiste todo esto de él?” preguntó Mia con curiosidad.

Hubo una pausa antes de que Tatiana respondiera.

“Mi padre falleció cuando sólo tenía cinco años, así que… no me enseñó mucho. Aprendí todo lo que sé actualmente por mi cuenta.”

“Vaya, siento oír eso… Debe haber sido mucho trabajo”, dijo Mia, asintiendo con simpatía.

La expresión de Tatiana, sin embargo, no mostraba tristeza. En cambio, se endureció con determinación. “Presidenta Mia, hay algo que quiero que sepas.”

Con eso, procedió a contar la historia de su relación con Shalloak Cornrogue.

“Vine a Saint-Noel porque quería ejercer la medicina como mi padre, o al menos hacer algo relacionado con la medicina. Pero mi familia era pobre… Mucho, demasiado pobre. Venir aquí debería haber sido un sueño imposible.” Tatiana se llevó una mano al pecho mientras hablaba. “Sin embargo, gracias al programa de becas que creó el maestro Shalloak, tuve la oportunidad de estudiar aquí. Incluso escribió una carta de recomendación a la academia para mí.”

“¡Vaya! ¿Hablas en serio?”

Eso sorprendió a Mia.

Nunca hubiera esperado tanta compasión de alguien como él, pensó. Es decir, literalmente adora el dinero. Oh, pero entonces, él mencionó algo sobre dar dinero a la caridad para mantener su imagen… Eso es algo bastante común entre los ricos.

Justo cuando redobló su opinión sobre Shalloak, Tatiana sacudió la cabeza como si le hubiera leído la mente.

“Sé que hay mucho odio hacia el maestro Shalloak. Todo el mundo habla mal de él. Todos creen que lo hace para mejorar su imagen.”

Mia resopló, impresionada por la agudeza del comentario.

“Pero”, continuó Tatiana, “él comenzó su programa de becas cuando era mucho más joven. En ese momento, todavía era un nuevo comerciante.”

“Vaya, no me imagino que tuviera mucho dinero de sobra por aquel entonces. Debía de ser un coste difícil de gestionar.”

“Lo era, pero lo hizo de todos modos. Decía que estaba agradecido por el buen negocio que había hecho, así que quería devolverlo con sus propias ganancias. Hubo mucha gente como yo a la que le cambió la vida. Nos salvó. Algunos de los que ya se han graduado sueñan con ser comerciantes algún día por lo mucho que le respetan.”

Interesante… Esta es una información muy útil. Oho ho…

Mia siguió escuchando amablemente, pero por dentro cacareaba como una loca. Lo que acababa de escuchar… era a todos los efectos, el vergonzoso pasado de Shalloak. Era como si se viera a un pirata de aspecto rudo hablando con su gatito favorito en lenguaje infantil. ¡Esto era material de chantaje de primera! ¡Un material absolutamente mortificante! El Shalloak del presente lo consideraría sin duda el epítome de la indiscreción juvenil, un trozo de su pasado que trataría de evitar recordar, ya que estaba totalmente en desacuerdo con sus valores actuales. ¿Crear un programa de becas para los hijos de familias pobres con el que no tenía absolutamente nada que ver? ¿Y pagarlo de su propio bolsillo cuando ni siquiera tenía una buena posición económica? ¿Qué podría representar un acto así sino compasión? ¿O bondad? ¿O sentimentalismo?

Para alguien que se dedicó a despotricar sobre el lavado de deseos sentimentales y la trampa de las emociones, seguro que él mismo hizo mucho lavado de deseos y trampa en sus días, ¿no es así? ¿Cómo se atreve a sermonearme al respecto?

Shalloak, el superhumano fríamente calculador que aparentemente nació para el dinero y moriría por él… resultó no ser ni fríamente calculador ni super. Era un hombre normal con puntos débiles y emociones normales. En sus palabras, tenía debilidades. Debilidades que Mia tenía ahora en la palma de su mano y de las que podía abusar en cualquier momento.

Asintió con satisfacción. Ese tal Shalloak no parecía alguien que se rindiera fácilmente. Apuesto a que volverá de nuevo. Y cuando lo haga, oho ho… ¡Le voy a dar justo donde más le duele! Qué buen hombre es. Oho, ho, ho, ho…

Si hubiera estado sola, habría soltado su mejor risa de villana.

“Por favor, princesa Mia”, dijo Tatiana en una súplica formal. “Por favor, no hagas nada demasiado cruel con el maestro Shalloak.”

La sinceridad de su petición hizo que Mia percibiera un tufillo de peligro. El ángulo de “agradecimiento por su programa de becas” podría ser un problema. Al fin y al cabo, él ponía su propio dinero para ayudar a que los niños pobres, aunque capaces, fueran más inteligentes.

El conocimiento era un arma, y actualmente había personas con armas muy afiladas que sentían una gran gratitud hacia Shalloak. En una situación como ésta, vilipendiarlo podría acabar convirtiendo a Mia en un enemigo muy peligroso. Ahora se dio cuenta de que era un peligro.

La propia Tatiana era un peligro potencial. Al parecer, la chica aspiraba a ser médico. La experiencia de Mia con Citrina le había enseñado que la medicina y el veneno son dos caras de la misma moneda; sólo depende de cómo se usen. Si se volviera alguien así contra ella…

Los párrafos de su propia muerte por veneno resurgieron en su mente.

Había asumido que era obra de Rina, pero acababa de darse cuenta de que era totalmente posible que otra persona lo hubiera hecho.

Finalmente, Mia se dio cuenta de que se había acomodado demasiado.

Ugh, estúpida de mí. Bajé la guardia por completo. Ya sé que tengo que estar alerta y en alerta en todo momento.

Recordó los sucesos del verano pasado. La dejadez en el ejercicio había provocado una ligera flacidez en el cuerpo que resultaba desagradable. Su traje de baño había luchado por acomodarse a su nueva F.A.T.

Y lo mismo estaba ocurriendo de nuevo.

Oooh, ahora lo he hecho. Me acomodé demasiado y dejé que la F.A.T. se me subiera a la cabeza. ¡Me ha golpeado el cerebro! ¡Me he vuelto mentalmente flácido!

Así que, tras un período de cuidadosa consideración, Mia decidió cambiar de rumbo.

“Hmm…” dijo, respondiendo por fin a Tatiana. “Todo depende de cómo decida actuar.”

En primer lugar, hizo hincapié en que el responsable de decidir cómo trataría a Shalloak era, en última instancia, él mismo. Esto no era técnicamente una mentira. No quería tener ningún problema con el hombre, y mucho menos profundizar su hostilidad mutua. La bromista que había en ella creía que atormentarlo con la suciedad que acababa de desenterrar podría ser divertido, pero no era algo en lo que estuviera empeñada. Con la gran hambruna que se cernía sobre ellos, era un momento crítico. Si él decidía pasar desapercibido y no causar problemas, ella estaría más que feliz de dejarlo.

El caso es que también tenía la sensación de que él no era de los que se rendían tan fácilmente. Si Shalloak seguía interfiriendo en los negocios de Forkroad & Co., ella tendría que jugarse su apoyo a Forkroad, manteniendo así una relación antagónica con Shalloak.

Mantener una disputa indefinida con él es probablemente una mala idea. Si hubiera alguna manera de… romper con él. Mia chasqueó los dedos para que surtiera efecto. Así de fácil, y hacer que admita su derrota, entonces todo este problema estaría resuelto… ¡Oh, ya sé!

Una mirada a la cara de Tatiana le dio un destello de inspiración.

“Déjame pensar… Puede que haya una forma de evitar cualquier conflicto inútil, pero sólo si me echas una mano.”

“…¿Eh?” Tatiana parpadeó. “¿Quieres mi ayuda?”

“Así es.” Mia asintió, deslizando secretamente una sonrisa malvada en el movimiento.

Incluso si lo expongo en su cara, podría negarlo. Pero si la traigo conmigo, me dará mucha más ventaja. De esta manera, puedo hacer que se retuerza. Después de todo, no puede hacerse el tonto cuando uno de los niños que salvó con sus becas está literalmente a mi lado. Oh, hombre bueno, bueno. ¿Qué vas a hacer cuando te presente a Tatiana como mi amiga? Oho ho… Te voy a acorralar, y luego te presionaré lentamente hasta que te quiebres.

Shalloak había creado su programa de becas en un momento de debilidad; había sucumbido al sentimentalismo. El resultado incriminatorio de ese lapso de juicio estaba actualmente frente a Mia. Sería una tonta si no lo aprovechara.

Esto también tenía el efecto conveniente de trasladar parte de la responsabilidad a Tatiana. Si su conflicto con Shalloak terminaba por profundizarse, podía protegerse del descontento de Tatiana señalando que ella también había tenido algo que ver. Todo era parte de su plan para evadir la culpa.

Oho ho, con tantas piezas cayendo a mi favor, Shalloak probablemente se dará cuenta de que es mejor para él retroceder mientras sus heridas son todavía superficiales. De lo contrario, le esperará mucha más humillación.

En la guerra, las bajas son mayores entre beligerantes de fuerza similar. Si hay una diferencia abrumadora de poder al principio, las negociaciones podrían muy bien llevar a uno de los bandos a hacer las maletas e irse a casa sin ningún derramamiento de sangre. Como princesa de un poderoso imperio, Mia pretendía marchar a la batalla con números muy superiores desde el principio. La general Mia la Grande se había despertado y estaba haciendo gala de sus músculos tácticos.

Ya estoy bastante ocupada con la hambruna. Una victoria corta y decisiva es definitivamente el camino a seguir aquí. ¡Marchar directamente y aplastar al enemigo! Suponiendo que intente pelear conmigo, por supuesto. De cualquier manera, no hace daño estar preparado.

Y así, Mia aseguró la cooperación de Tatiana como una carta de triunfo. Sin embargo, ni siquiera ella esperaba lo rápido que tendría que jugarla.

Unos días después, llegó un mensaje urgente de Rania, la princesa de Perujin.

“Milady, tiene una carta de la princesa Rania del País Agrícola de Perujin.”

“Vaya, ¿de Rania?” Mia hizo una inclinación desconcertada.

Rania Tafrif Perujin estaba actualmente de vuelta en Perujin. Como su princesa, todos los años por estas fechas, tenía que volver a su casa para ponerse al frente y supervisar sus esfuerzos de cosecha, a la vez que actuaba como sacerdotisa para su Festival de la Cosecha de Gracias.

“Hm… Me pregunto si se trata de su danza ritual…”

Este año, Mia debía ir a ver a Rania realizar la danza ritual para honrar al Señor durante el Festival de la Cosecha de Gracias. Era, de hecho, la primera vez que la invitaban al evento. Su amistad con Rania, la creación de la Academia Santa Mia y su oferta de empleo a la segunda princesa Arshia habían propiciado la profundización de los lazos con Perujin — lazos que adquirirían una gran importancia en los próximos años, cuando la hambruna asolara el continente. Si era posible, Mia prefería tener también una audiencia con el rey. Sería bueno conocerlo en persona.

Ahora bien, aunque todas esas eran buenas y honestas razones para visitar Perujin, eran razones de cara al público, que representaban apenas una décima parte de sus verdaderas intenciones. Las nueve décimas restantes eran, por supuesto…

¡Oho ho, no puedo esperar a probar toda la cocina de Perujin!

…Comida. Lo que no debería sorprender a absolutamente nadie.

 Perujin, la Tierra Santa de la comida. Por no mencionar que se supone que el festival es para dar gracias por la cosecha, así que debería haber toneladas de platos increíbles. Dudo que tenga palabras para describir lo bien que sabe todo.

El mero hecho de imaginar la vertiginosa variedad de delicias gastronómicas que se exhibirían la hizo babear. Tuvo que tragar un bocado para evitar una fuga accidental.

Abrió la carta con impaciencia y se quedó sin palabras ante su contenido. Al parecer, un comerciante llamado Shalloak Cornrogue se había acercado a Perujin con un trato, y a Rania le pareció que no estaba tramando nada bueno.

“¡Ese imbécil! Realmente no aprende, ¿verdad?”

Mia rechinó los dientes mientras consideraba rápidamente la gravedad del riesgo que suponía este hecho. A primera vista, no parecía especialmente preocupante. A diferencia de la línea de tiempo anterior, ella estaba en buenos términos con Perujin. Estaba lo suficientemente unida a la princesa Rania como para intercambiar cartas como ésta, y el reclutamiento de la princesa Arshia como profesora había reforzado aún más su vínculo. Sin embargo…

“Creo que será mejor que haga una visita a Perujin… ahora mismo.”

Hacía sólo unos días que había apreciado el alcance de su F.A.T. inducido por la negligencia, es decir, el F.A.T. — F.A.T. Mental, eso es. Confiar demasiado en las conexiones personales que había establecido y no actuar le llevaría sin duda a arrepentirse. Su mente recién formada determinó que era un asunto demasiado arriesgado para ignorarlo. Si resultaba que había sobrestimado su peligro, que así fuera. Pero si estaba en lo cierto en su evaluación, esto sería potencialmente una crisis que derribaría el imperio.

“Además, todo es una cuestión de percepción. También puedo pensar en esto como ‘cuanto más temprano me vaya, más cocina Perujin podré comer’. ¿Saben qué? Esto podría ser algo bueno.”

La conformación de la mente de uno estaba a veces inversamente correlacionada con la conformación del cuerpo de uno.

“¿Puedo ir yo también, señorita Mia?”

Bel, la pequeña duendecilla fisgona, se acercó dando palmaditas y miró a Mia con una sorprendente seriedad.

“¿Oh? ¿Por qué quieres ir?”

“Quiero ir a ver a ese comerciante llamado Shalloak. Tengo un poco de curiosidad por su forma de pensar.”

“¿Es así? Interesante.” Mia frunció los labios.

Para ser completamente honesta, no es el tipo de persona que quiero que Bel tenga cerca… pero es raro que ella exprese interés en algo así. Además, dejando de lado su personalidad, es cierto que el hombre es un comerciante de primera categoría… Podría ser beneficioso para ella ver de primera mano cómo supero a un experimentado hombre de negocios como él.

Con ese pensamiento en mente, estudió el rostro de Bel. Al ver que la expresión de Bel era completamente seria, asintió. “Pensé que estarías usando esto como una excusa para huir de tus exámenes antes del verano, pero veo que estoy equivocada. Parece que tienes una razón adecuada de algún tipo.”

“¿Eh? O-Oh, uh, p-p-por supuesto que sí. Aha ha.” Bel se aclaró la garganta. “Oh, abuela Mia, por favor. Nunca intentaría huir de un examen. Es decir, claro que quiero evitar hacer exámenes de recuperación este verano para poder tener más tiempo con Rina, pero eso no significa que vaya a huir de mis problemas. Como princesa que comparte la sangre de la Gran Sabia del Imperio, eso sería vergonzoso. Además, considero que los exámenes son una importante oportunidad para demostrar lo mucho que he aprendido en las sesiones de estudio que has hecho conmigo…”

Bel habló con la rapidez característica de alguien que encadena un montón de excusas en el acto. La visión del firme compromiso de su nieta con el principio de “a la hora de la verdad, sal corriendo” le recordó a Mia sus propias tendencias. Se mordió el labio. Definitivamente era un momento de sentimientos encontrados.

“De acuerdo, de acuerdo, está bien. Pero para que lo sepas, no te vas a librar de tus exámenes, ¿de acuerdo?”, dijo con un tono de finalidad antes de recordar otra cosa. “Ah, claro… ¡También tengo que llevar a Tatiana conmigo!”

Su conciencia se estremeció incómodamente ante la idea de pedirle a Tatiana que sacrificara su tiempo de estudio para acompañarla en el viaje, pero no podía permitirse el lujo de dejar su carta de triunfo.

“Aparentemente es importante para ella, y le pido que venga para minimizar la cantidad de peleas que tendré que hacer con él, así que debería estar bien…”

Así, Mia partió de Saint-Noel acompañada por Bel y Tatiana. Ludwig se unió a ella en el camino y el grupo se dirigió al País Agrícola de Perujin.