Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 13

Capítulo 72: El Alma Marcada

Parte 1

Después de regresar a su laboratorio, Alus pensó en lo que ocurrió la noche anterior.

Aunque estaba investigando, su mente siempre volvía al mismo lugar: la cadena de acontecimientos que sucedieron a su alrededor esa noche.

Después de que las discusiones en torno al Tenbram terminaran, volvió a la mansión Fable y acabó salvando a Lilisha, que se había colado en la mansión.

No sabía si intervenir en la batalla de Selva y Lilisha fue la decisión correcta. Pero si no lo hubiera hecho, Lilisha sin duda estaría muerta. Aunque la conocía desde hacía poco tiempo, estaba claro que no era lo suficientemente fuerte como para enfrentarse al mayordomo de la familia Fable. Y como se coló como asesina, no había razón para que Selva tuviera piedad.

Tal vez no debería haberme entrometido. No, ¿estaba obligado a entrometerme? Bueno, no exactamente.

Puede que las palabras de Sisty le hayan impulsado, pero al final, Alus tomó la decisión. No esperó que ella sacara a relucir la trágica invasión, pero hubo algo más que eso.

Sin embargo, todo estaba saliendo demasiado bien. Era como si él, Lilisha, la familia Fable e incluso Sisty estuvieran bailando en la palma de la mano de alguien.

―Si ese es el caso… ¿quién es el titiritero que dirige esta extraña obra…? ―Las comisuras de los labios de Alus se levantaron ligeramente en una sonrisa.

¿Había algún extraño complot en juego? De ser así, se estaba ocultando hábilmente para no parecerlo en la superficie. Quienquiera que estuviera oculto entre bastidores era inteligente y hábil para utilizar a la gente.

Los actores de la obra parecían actuar por sí mismos, pero no podía evitar sentir que alguien en las sombras estaba moviendo todos los hilos. La mayor prueba de la habilidad del titiritero era que los propios intérpretes no se daban cuenta de que estaban representando sus papeles.

Como dijo la directora, al parecer Berwick tiene una mano en todo esto, pensó Alus.

Si Lilisha formaba parte del plan, Berwick, que fue quien la envió a Alus, era evidentemente culpable. Sin embargo, desentrañar los planes de Berwick era como atravesar un enorme, complejo y misterioso laberinto. Berwick era hábil en política y en leer a los demás hasta el punto de manipularlos. Sería difícil, incluso para Alus, desenmascarar cuáles eran sus verdaderas intenciones.

Pero si Berwick era el que de verdad lo planeó todo, no era muy propio de él.

En cualquier caso, si Alus pudiera discernir cuál es el objetivo final, podría ser capaz de seguir el camino que conducía a él.

―Sir Alus… no se está concentrando en su investigación ―señaló Loki, viéndolo bien. Todavía no les había contado a Tesfia y a Loki lo que sucedió cuando regresó a la mansión de la familia Fable.

―Estaba pensando en algo que me preocupa, pero espero que no sea nada.

Si Berwick está involucrado, no habría metido a Alus en el asunto sin motivo. Así que era seguro asumir que había algún tipo de intención detrás.

No obstante, no estaba completamente seguro de su interpretación, así que no había garantías reales.

En cualquier caso, Berwick estaba en la cima del ejército y Alus seguía siendo un soldado.

Su pasado los unía, y Alus sabía que si Berwick quería algo de él, negarse rotundamente no sería diferente a hacer un berrinche como un niño.

Como no estaba familiarizado con las sutilezas de la gente, hasta que Sisty se lo dijo, Alus no se había dado cuenta de que en esta cadena de acontecimientos había algo más de lo que aparecía en la superficie. Como no existía una clara malicia detrás, sus instintos no le advirtieron.

Simplemente parece que no hay un objetivo claro en esto. No hay mano dura tratando de empujar todo hacia el resultado que desean.

Es decir, no hay una obsesión por el resultado. Aunque el plan en sí era bastante meticuloso, no podía percibir ninguna urgencia. Aunque Sisty le dio información a Alus, todavía dependía de él si salvaba a Lilisha o no, y eso sería una apuesta para quien estuviera detrás de escena.

Y, sin embargo, sintió que había barreras de seguridad para impedir que todo se desviara demasiado del camino.

Sí, probablemente no sea sólo Berwick. Puedo ver a alguien retorcido detrás de esto.

Alus maldijo a la todavía invisible mente maestra, sacudió la cabeza para despejar cualquier duda y dejó escapar un suspiro.

―¿Ve… no está escuchando en absoluto, verdad, Sir Alus? ―preguntó Loki.

―¿Hmm? ―respondió Alus, todavía distraído―. Bueno, por mucho que lo piense, no puedo tomar ninguna medida yo solo. Además, tenemos algo más que hacer.

―No entiendo el contexto, así que me limitaré a decir “claro”. Mientras tanto, si no dice algo, esas dos nunca comenzarán su entrenamiento en serio, Sir Alus.

―Hmph ―Alus miró y vio el escenario habitual del laboratorio―. ¿Todavía están fallando en los fundamentos del control del maná y aún así holgazanean?

Se suponía que Tesfia y Alice estaban haciendo su entrenamiento diario, pero como dijo Loki, no se estaban concentrando para nada.

Sin embargo, debieron oír a Alus, porque se detuvieron y se miraron.

―Sé que esto también es importante, pero… ―empezó Tesfia.

―Sí, es un momento importante para Fia, ¿no? ¿No deberíamos estar pensando en qué hacer en ese Tenbram? ―preguntó Alice.

Alus les había dicho por qué debían priorizar el entrenamiento a pensar en los planes para el Tenbram, pero no había forma de que se quedaran tranquilos con la vida de Tesfia dependiendo de ello.

Aunque entendía cómo se sentían, Aile aún no había dado ningún detalle sobre el Tenbram. Así que, a falta de conocimiento, había un límite a lo que podían hacer.

Así que Alus llegó a su conclusión.

―No, sigan concentrándose en su entrenamiento como siempre. El control del maná será una base que siempre les será útil.

Para ser franco, deseaba que Tesfia entendiera al menos la esencia general de Tenbram, pero tendría que compensarlo con un poco de estudio personal.

En este momento, el interés de Alus residía en la magia heredada de la familia Fable.

Las palabras de Frose Fable atizaron su espíritu inquisitivo. Según ella, era imposible para él aprender la magia heredada. No podría replicarla ni siquiera llegar a algo similar por accidente. Alus se negó a aceptar eso.

―¿Segura que te parece bien, Fia? No actúas como si fuera urgente, pero ambos podrían terminar teniendo que dejar esta Academia ―Alice no podía quitarse de la cabeza el riesgo del Tenbram. Era una preocupación natural.

―Bueno, sí, pero a estas alturas las cosas pasarán como pasarán. Con Al actuando así, hasta a mí me sorprende ―Tesfia se rascó la mejilla y sonrió con ironía. Pero a Alice le pareció un poco de evasión.

―¿Quieres decir que es culpa de Al? Pero yo soy la única que se queda fuera… así que no puedo evitar preocuparme ―dijo Alice, sonando un poco triste. Como persona ajena, no le dijeron nada, pero quizás por eso había podido tomarse la situación más en serio que nadie.

―Alice, este incidente es sin duda un gran problema. Entiendo cómo te sientes; yo siento lo mismo. Sólo que no lo digo en voz alta.

Loki arrugó la frente mientras hablaba. Sus palabras parecían expresar su confusión por la indiferencia de Alus ante el asunto. Aun así, continuó, tratando de ser positiva.

―Pero pensándolo bien, tal vez no sea necesario ponerse tan serio al respecto. Claro, perder el Tenbram supondrá el fin de la vida de Tesfia. Y también habría deméritos considerables para Sir Alus. Aunque el ranking del número 1 no se incline ante la familia Womruina, el solo hecho de que tenga una gran deuda con ellos enviaría considerables ondas a través de la esfera política. Y eso podría hacer que Sir Alus perdiera algo de libertad. Sin embargo, ni siquiera los militares podrán contenerlo del todo, así que dudo que ni siquiera los Womruina puedan hacerle nada.

Loki dejó escapar un suspiro algo ansioso.

―Sin embargo, las reacciones de los altos mandos del ejército y de los funcionarios de alto rango que comprenden el poder de Sir Alus me molestan. Quién sabe lo que harán a la hora de la verdad…

Tesfia captó la duda de Loki.

―Hmm, la verdad es que no sé mucho sobre el ejército, pero los nobles relacionados con él suelen ver eso como un problema.

―Después de todo, podría provocar conflictos entre los nobles ―explicó Loki―. ¿Saben ustedes qué beneficios obtiene Alpha al tener el actual ranking número 1?

Noblesse oblige, el deber de los nobles y la responsabilidad de los que tienen poder. Muchos nobles pregonan ese lema y no se quedan callados. Y el ranking número 1 de los Magicmaster es una carta de triunfo estratégica contra los Demonios, así que tener a alguien así en la Academia… ―Tesfia murmuró para sí misma. Sus palabras eran sensatas y daban en el clavo.

―Así es. La existencia de los Demonios es siempre la máxima prioridad para las distintas naciones. En otras palabras, tener al mejor Magicmaster significa mucho en términos de política nacional y diplomacia. Por supuesto, sólo soy una soldado normal, por lo que soy un poco ajena. Pero si algo le ocurriera a Sir Alus, su entorno se volvería de repente mucho más ruidoso. Si eso ocurriera, esta vida cotidiana volaría por los aires ―respondió Loki con rapidez.

Por supuesto, Alus prefería pasar de todo eso. De hecho, tener una gran deuda con los Womruina y, al mismo tiempo, provocar una escena así, sólo añadiría un insulto a la herida. No quería ni imaginar cuánto tiempo se vería arrastrado a problemas militares y políticos.

―Bueno, si eso sucede, simplemente abandonaría a Alpha ―dijo Alus.

―¡¿Perdón?!

―¡¿Hmm?!

Tesfia y Alice estaban desconcertadas por esa respuesta, pero Loki estaba tranquila.

―Puede que sea una mala noticia para ustedes dos, pero ese es el tipo de cosas que podría hacer. Si eso ocurre, ni los militares ni la jefa de la nación podrían quedarse tranquilos.

Abandonar la nación sonaba mal, pero extrañamente sería el comienzo del retiro de Alus. La paz y la tranquilidad que traería sería conveniente para él. Podría significar dejar a sus dos estudiantes, pero abandonar la nación estaba sin duda dentro del ámbito de lo posible.

De hecho, casualmente tenía asuntos en Rusalca. Recibió una invitación de su gobernante, Lithia. Sin duda le darían la bienvenida para una estancia prolongada.

―No, no, no. ¡No puedes hacer eso!

―¿No crees que te estás precipitando, Al? Eso es ir demasiado lejos, ¿verdad, Fia? ―Alice miró a Tesfia, que asentía desesperadamente con la cabeza.

Alus las miró fríamente y habló sin rodeos.

―Bueno, dudo que eso ocurra. Me he visto envuelto en todo esto y, francamente, espero que se convierta en algo interesante. Estoy bastante motivado, ya saben ―dijo, recordando algunas de las reacciones que Lilisha mostró durante sus negociaciones con Aile.

Alus no era muy versado en política, pero Lilisha había percibido claramente los diversos planes que Aile tenía en mente.

Inclusive todo el acto de compromiso era para él otro de los muchos agravios de los nobles. No trataba de ser justo ni nada parecido, y de todos modos había dejado todo lo relacionado con el Tenbram a la familia Fable, así que no tenía nada que hacer.

Ver la actitud confiada, casi arrogante, de Alus hizo que Tesfia se encogiera de hombros como diciéndole a Alice:

―¿Ves?

―Bien, si Al lo dice… ―dijo Alice―. Pero sigue siendo un asunto importante para los dos, así que no te lo tomes a la ligera ¿sí? Asegúrate de pensar seriamente en ello.

―Bien, de acuerdo. Pero, ¿qué pasó con el entrenamiento? ―Alus se desentendió de la advertencia de Alice e instó a las dos a volver a su entrenamiento habitual. Pronto se levantó y asumió su habitual modo de profesor.

A decir verdad, sus técnicas de control del maná habían mejorado considerablemente en los últimos tiempos. Pero el mundo no era lo suficientemente fácil como para que sobrevivieran sólo con eso.

―Bien… Me gustaría que ustedes dos, y Loki también, se concentren en aprender un nuevo hechizo. Por supuesto, deberían continuar su entrenamiento de control de maná por separado.

Con esas palabras, el ambiente cambió por completo.

―¡¿Un nuevo hechizo?! ―Tesfia y Alice exclamaron al mismo tiempo―. ¡¿De verdad?!

Rompieron a sonreír, la curiosidad llenaba sus ojos mientras se inclinaban hacia adelante como si presionaran a Alus para que continuara. Incluso Loki estaba visiblemente emocionada, eufórica por la oportunidad de aprender nuevos hechizos.

Lo normal es que empieces a alegrarte cuando lo domines por completo. Pero no podemos permitirnos el lujo de tomarnos nuestro tiempo.

Por lo general, se tardaba un tiempo increíblemente largo en comprender y trazar por completo la construcción de una fórmula mágica. Ahora mismo, el método principal era confiar en la función de la AWR mientras se imaginaba cómo sería el hechizo después de manifestarse, pero la simplificación del hechizo reducía el nivel de finalización.

Alus no podía evitar tener sus dudas sobre ese tipo de método similar a la producción en masa, pero tampoco tenía exactamente tiempo para abrir grupos de estudio.

Al final, Alus tuvo que simplificar las cosas mientras explicaba los pasos en un intento de que los entendieran.

Aun así, no pudo evitar mirar con frialdad a las tres chicas que se regocijaban.

¿Cómo es que no podía motivarlas sin hacer algo así? Sintió que había vislumbrado la naturaleza estupefaciente de la criatura que era un Magicmaster.

En cierto modo, los Magicmaster eran el tipo de personas que se obsesionaban con la magia. Debido a su talento, buscaban pruebas de que eran más competentes que los demás. Como resultado, tendían a sentirse superiores una vez que aprendían un nuevo hechizo. Pero aparte de Loki, estas otras dos eran Magicmasters novatas, y cualquier superioridad que sintieran quedaría destruida tras un rápido viaje al Mundo Exterior.

―Alice, tu primer paso es aprender a controlar libremente el dispositivo de tu AWR, esos tres anillos. Te daré la fórmula en papel más tarde, pero si te equivocas en el orden sólo te llevará más tiempo aprender.

La AWR de Alice, Shangdi Fides, era de muy alto rendimiento. Incluso sus tres anillos eran AWRs por sí mismos. Así que cuando la usaba, prácticamente controlaba dos tipos de AWRs a la vez. Los anillos eran el corazón de la AWR, y su rendimiento era posible gracias al metal de meteorito del que estaban hechos.

Por ello, dominar su uso era esencial e inevitable. Más concretamente, la tarea más importante de Alice era aprender a controlar el maná a distancia y proyectar fórmulas mágicas.

―La siguiente es Loki. Bueno…

Cuando se trataba de Loki, Alus dudaba un poco. Alguien con su nivel de experiencia ya había dominado lo mínimo. Era una estudiante diligente que nunca se saltaba el entrenamiento, e incluso había aprendido a luchar con su sonar de maná.

Loki tenía un sentido fenomenal para el aprendizaje de la magia, demostrado por su aptitud para la magia de detección. La razón por la que Tesfia y Alice podían utilizar tan pocos hechizos era porque ellas mismas no estaban seguras del tipo de magia que necesitarían. Debido a la falta de experiencia, no podían determinar lo que necesitaban ellas solas, y tardaban más en aprender debido a sus métodos de práctica poco refinados.

Por ejemplo, si Tesfia empezara a aprender un hechizo de nivel experto ahora, era improbable que lo terminara en unos años o incluso antes de graduarse. Dependía del hechizo, pero normalmente los hechizos de nivel avanzado y superiores requerían no sólo esfuerzo, sino también otro talento. Incluso las personas con la misma afinidad tenían puntos fuertes y débiles, y tratar de aprender un hechizo de alto nivel que no les convenía era casi siempre una pérdida de tiempo.

―Bueno, no puedo decir que no esté un poco preocupado, pero haré que aprendas uno de los vértices del trueno…

―¡Se refiere a Black Ikazuchi! ―La excitación de Loki se disparó. Incapaz de soportarlo más, se puso de pie. Sus ojos brillaban como estrellas.

―Mmm, eso es todavía un poco pronto, o mejor dicho, demasiado difícil ―respondió Alus.

―¡¿Entonces qué?!

Aunque Alus se lo había negado amablemente, la excitación de Loki no se apagó. Ahora mismo, el hechizo más poderoso que podía utilizar era Naruikazuchi. Era la clase más alta de magia en el atributo relámpago ortodoxo, un hechizo de alto nivel que hacía un rayo instantáneo.

Sin embargo, no todo el mundo podía aprender los hechizos que formaban el vértice del trueno. Sin un talento natural y unas cualidades extraordinarias, era imposible dominarlos. Además, Alus no conocía a ningún otro usuario del vértice del trueno aparte de Loki. Así de raros eran los hechizos.

―Haré que intentes aprender uno de los hechizos que aún no ha sido aprendido por nadie ―le dijo Alus a Loki.

―¿Qué clase de hechizo es ese? ―preguntó Loki―. No sé mucho sobre ellos. Solo he visto el Black Ikazuchi.

―Apuesto a que no hay ningún otro Magicmaster que pueda usarlo ―dijo Alus―. Además, es alto secreto; ni siquiera es accesible en el Compendio de Magia. Normalmente, sería imposible siquiera vislumbrar la fórmula mágica. Por cierto, el nombre del trueno proviene del dios del trueno en el folclore. La percepción típica es que nadie puede usarlo. Sorprendentemente, hay bastantes hechizos así por ahí.

Por supuesto, no había preguntado cuándo había aprendido Loki el Naruikazuchi.

Una vez que Alus terminó de explicar, los ojos de Loki se desviaron, temiendo cualquier pregunta. Sin embargo, los ojos de las otras dos chicas brillaron con interés.

Con o sin otros atributos, la magia era magia, y Tesfia y Alice se morían por saber más.

―Oye, ¿qué nivel de magia es ese?

―Bueno, el nombre aún es un secreto, pero supongo que sería de nivel máximo. Pero como nadie la domina, es difícil calificarla. En cualquier caso, los ocho vértices del trueno son excepcionalmente poderosos. Así que, como mínimo, todos son de nivel experto.

―¡Ooooh!

―¡Wow!

Alus no estaba seguro de cómo responder a sus exageradas reacciones. Estaban asombradas por el aterrador poder de un hechizo desconocido, pero también miraban a Loki con cierta simpatía.

Al fin y al cabo, Loki estaba a punto de desafiarse a sí misma para adquirir semejante hechizo. Basándose en su propia experiencia de entrenamiento con Alus, les resultaba fácil imaginar que sería una prueba agotadora.

Sin embargo, la propia Loki estaba tan emocionada como un niño; su respiración estaba agitada.

―Loki, ya tienes una aptitud básica para ello, así que puedes tomarte tu tiempo para aprenderlo lentamente. Pero no es algo muy fácil de aprender, así que sigue con ello.

―¡Sí! ¡Juro que estaré a la altura de sus expectativas!

Loki estaba muy excitada. Su frustración por haber perdido ante el hombre de las nieves en Vanalis la empujó a enfrentarse a una prueba que sería como intentar escalar un acantilado.

Loki es una Magicmaster de pies a cabeza, pensó Alus. Eso era un hecho. Los ojos de Loki no eran sólo los de un soldado veterano, sino también los de alguien que acababa de iniciarse en el camino de la magia… como los estudiantes de la Academia.

Alus dejó escapar un suspiro cuando sintió que un par de ojos le miraban fijamente como preguntando:

―¿Y yo qué?

Mirando a Tesfia, frunció el ceño. Por alguna razón sintió una tremenda ansiedad.

Conocía a Tesfia desde que se había matriculado en la Academia, pero le parecía que no había madurado mucho mentalmente.

Por eso, cuando se sentía reacio a enseñarle algo debido a su recurso de “yo también, yo también”, no pretendía ser malo. Para Tesfia, era su modo normal de actuar. Esta pelirroja tendía a llevar sus emociones a flor de piel, para bien o para mal.

En la finca de la familia Fable, la madre de Tesfia ni siquiera intentó ocultar que quería a Alus como yerno. Pero parecía que a Tesfia aún le quedaba un largo camino por recorrer antes de poder ser considerada una dama en toda regla.

―Fia… estudia sobre Tenbram, supongo ―le indicó.

―…

Los hombros de Tesfia cayeron ante la cortante respuesta de Alus, y Alice le palmeó la espalda para intentar consolarla. Loki la ignoró, incapaz de encontrar palabras que decir.

Cuando Alus miró a Tesfia, ésta no sólo parecía decepcionada, sino que estaba empezando a llorar.

Uf… Alus empezó a sentir que la culpa lo invadía. Sólo quería hacer una broma pesada.

Pero pensar que ella iba a llorar en serio. ¿Realmente fue tan impactante? pensó. Reflexionó sobre sus acciones mientras se rascaba la cabeza. No podía decir nada, pero replicar tampoco era una buena idea.

Loki observó en silencio desde un lado cómo Alus parecía inusualmente afligido.

Se sentía un poco traviesa, pero era una sensación refrescante. Desde que llegó a la Academia, Alus había empezado a mostrar expresiones diferentes… En cierto modo, eso la conmovía y disfrutaba de su nuevo pasatiempo de observar sus expresiones cuando estaba preocupado.

Mientras tanto, Alus se armó de valor y se acercó a la chica que lloraba.

Extendió la mano y la colocó sobre su pelo rojo.

Era un gesto brusco, pero era su forma de ocultar su vergüenza.

―Lo siento. Sólo era una pequeña broma. También tengo una tarea para ti.

―¿De verdad…? ―Preguntó una voz inesperadamente débil. Su reacción sólo desconcertó más a Alus. Además, Alice seguía dando palmaditas en la espalda a Tesfia como forma de apoyo, lo que ponía las cosas en su contra.

―S-Sí, de verdad ―Estaba siendo cauteloso, como si estuviera tratando con una niña berrinchuda.

En cuanto Tesfia vio que su respuesta se había vuelto más preocupada hacia ella, sonrió.

―Ya lo dijiste ―dijo, confirmando su promesa. Alice también sonrió, como indicando que era sólo una actuación, y celebró la victoria táctica de Tesfia.

Alus percibió el engaño, pero no se irritó especialmente.

Normalmente le daría un puñetazo en la cabeza, pero las lágrimas reales en los ojos de Tesfia lo hicieron dudar.

Aunque había empezado como una actuación, había puesto demasiada emoción en ella y realmente acabó llorando.

Alus era un hombre, y ser débil ante las lágrimas de una mujer era parte del trabajo. Por lo tanto, no podía enojarse.

Pero no estaba seguro de qué hacer con este ambiente.

¿Esto es culpa mía…? No lo entiendo.

Mientras Alus estaba algo consternado, Tesfia se limpiaba los ojos.

―¿Eh? Ja, ja. E-Espera. ¿Eh?

―Fia, ¿estás llorando de verdad? ―Loki los interrumpió con una mirada exasperada―. Oh, Dios.

―¿Ya está bien de esta farsa, Tesfia? ―preguntó Alus.

―Sí. Bueno, estaba pensando que iba a ser la única que no iba a recibir un nuevo hechizo. Uf. Ya estoy bien. Muy bien. Entonces, oigámoslo.

Sus ojos estaban un poco rojos, pero volvía a actuar con normalidad. Y así cayó el telón de la inconveniente y barata farsa de la chica.