Bofuri Itai No Wa Iya Nanode Bogyo-Ryoku Ni Kyokufuri Shitai To Omoimasu (NL)

Volumen 2

Capitulo 9: Build Defensiva Y El Quinto Día Del Evento

Parte 1

Poco después de que Kasumi se fuera, Sally y Maple se levantaron.

“Será mejor que nos vayamos también”.

“Cierto”.

Su meta era encontrar dónde dormir.

“Supongo que primero tenemos que salir del desierto…”.

No había dónde protegerse aquí, así que dormir en el desierto sería arriesgado.

Comenzaron a caminar.

“Es enorme…”.

“Mucho”.

Cruzaban duna tras duna, pero el paisaje no cambiaba.

Las dunas eran tan grandes que bloqueaban la vista por delante, y las chicas ni siquiera sabían si iban en la dirección correcta.

Y el desierto tampoco es que estuviera libre de monstruos.

Ninguna de ellas estaba de humor para luchar.

“Descansemos cuando crucemos esta duna”.

“Suena bien”.

La pendiente era tan inclinada que recurrieron a escalar usando sus manos.

Pero cuando llegaron a la cima—vieron algo nuevo.

“¿Ya no hay dunas?”.

“¡Está plano!”.

Seguía siendo un desierto, pero carente de cambios en elevación.

Ni una sola duna—si hubiera sido de día, habrían podido ver bastante lejos.

“¿Vamos hacia allá?”.

“Por supuesto. Parece más fácil de atravesar”.

Bajaron deslizándose por la duna y comenzaron a caminar de nuevo.

“Si fuera de día, podríamos ver algún punto de referencia para saber a dónde ir”.

“¡Es muy probable! ¿Cuánto tiempo le queda al evento?”.

“Tres días. Y nuestra meta es conseguir otras nueve medallas”.

“Hmm… será difícil”.

“Creo que vamos a necesitar hacer un poco de PK”.

“Hnggg, cierto…”.

Si esa era la única opción, Maple podía considerarlo, pero ya que nadie sabía quién tenía medallas, no era más fácil que completar nuevos calabozos.

“Bueno, podemos pensarlo cuando nos topemos con otros jugadores. Si quieren luchar, simplemente los derrotaremos”.

“Mm, tiene sentido. ¡Si eso pasa, no queda de otra! Y si no encontramos suficientes, eso será todo, no pasa nada”.

Sally había descubierto que no tenía caso obligar a Maple a hacer algo; en su lugar, ella simplemente proponía lo que le pareciera más eficiente, según su propia experiencia.

Aquí, ella en específico lo comentó como una opción, una opción que tal vez ni siquiera usen. Simplemente siendo una carta bajo la manga si la situación las dejaba sin más elección.

Continuaron moviéndose por el vasto desierto.

Estaba demasiado oscuro para ver lo que había lejos por delante, pero en la distancia, podían escuchar hojas moviéndose—y con esto supieron que el desierto estaba casi terminando.

“No   sabemos   qué   monstruos   puedan   aparecer.

¡Cuidado!”.

“¡Entendido!”.

Caminaron por el oscuro bosque durante media hora.

Y entonces encontraron una cueva.

“Entremos. No parece tan profunda, así que puede ser un buen campamento”.

“Yo iré adelante”.

Estaban preocupadas de que esta pudiera convertirse en otra caverna infinita, pero al revisar mejor, vieron que solo tenía cinco yardas de profundidad.

Ambas chicas cayeron al suelo, finalmente capaces de descansar.

“Ugh… qué día tan largo”.

“En serio”.

Cada una invocó a sus compañeros.

Tanto por el confort como porque habían sido incapaces de invocarlos mucho últimamente, lo cual las hacía sentir un poco culpables.

“Disculpen por tenerlos encerrados todo el día”.

“Cuando termine el evento, prometo que los ayudaremos a subir niveles”.

Ambas dieron caricias de cabeza y masajes de espalda a sus compañeros, y estos parecieron sentirse contentos de tantos mimos.

“Supongo que mañana comenzaremos a explorar el bosque. Definitivamente ya no vamos a hacer nada ahora mismo, ¿verdad?”.

“Para nada”.

Se fueron directo a la cama, durmiendo por turnos. Tras el día que habían tenido, necesitaban tanto descanso como pudieran conseguir.

Mientras descansaban, cargaban a Syrup y a Oboro en sus brazos.

Seis de la mañana del día siguiente.

Desaparecieron su fatiga lo suficiente como para poder explorar de nuevo.

Tuvieron un desayuno ligero y salieron de la cueva a ver lo que el bosque tenía para ofrecer.

Maple había sacado a Syrup, y Sally a Oboro. Mientras caminaba a su lado, Oboro se movía de un lado a otro, y por otro lado, Syrup caminaba con paso lento y firme entre ellas.

“……………”.

“¿P-Por qué te me quedas viendo, Sally?”.

“Syrup en serio es más rápido que tú”, dijo Sally, exagerando su comparación.

Maple rápidamente recogió a Syrup, abrazándolo.

La sonrisa de Sally no hizo sino intensificarse.

Habían explorado muchos bosques durante este evento, y este era particularmente común.

Tras dos horas de búsqueda, encontraron… absolutamente nada.

“Si se necesitan condiciones especiales o algo así… no se me ocurre cuáles puedan ser”.

“¿Seguimos hasta salir por el otro lado del bosque?”, sugirió Maple.

Sally lo consideró un momento, y luego asintió.

“¿Por dónde?”, preguntó.

“No tendría sentido ir de regreso, así que… ¡hacia adelante! Tampoco es que ya hayamos investigado todo el bosque”.

Ellas se habían concentrado en el centro, así que, si había algo en las afueras, lo habrían ignorado.

Pero las probabilidades de eso no eran altas.

Ya fuera un calabozo o una pradera, cualquier cosa de valor por lo general estaría oculta en la sección más profunda, protegida por algún enemigo poderoso.

Nadie iba a poner un cofre con medallas justo al lado de la entrada.

Y justo cuando las chicas alcanzaron la orilla del bosque, escucharon un seductor sonido.

“¿Esas son olas?”.

“Creo”.

Los árboles eran más delgados adelante, y más allá, vieron arena blanca y una vasta franja de océano. El agua era tan clara que podían ver a los peces de colores nadando en el fondo. Los hermosos arrecifes de coral se veían como flores en las profundidades del océano.

Había una isla en la distancia.

La luz se reflejaba en el agua, haciendo que todo resplandeciera.

“Asombroso… ¡al fin un océano! Qué mapa tan grande”.

“¡Qué gran variedad de zonas!”.

Durante los últimos cinco días, habían visto una pradera, varios bosques, una montaña nevada, un cañón, un desierto, y una cueva.

Y ahora tenían un terreno completamente distinto frente a ellas. Parecía que valdría la pena explorarlo.

La gran variedad de paisajes que encontraron hasta ahora las hacía sentirse ansiosas por ver más.

Días y horas explorando las habían llevado a nuevos calabozos y nuevos paisajes.

Y hasta ahora, habían tenido la suerte de incluso encontrar calabozos que nadie más había completado.

“Pero, uh… no puedo explorar bajo el agua”.

“¡Entonces yo me encargaré de esto!”.

“Bien. Gracias”.

Sally se lanzó al agua, respiró profundo, y se desvaneció bajo las olas.

Ella podía quedarse debajo durante cuarenta minutos.

Maple aceptó que esperaría bastante tiempo.

“¿Qué debería hacer…? Ni siquiera puedo pescar. Y ya exploramos el bosque… Hmm, supongo que veré si hay algo enterrado en la playa”.

Maple comenzó a escarbar en la arena.

Por otro lado, Sally estaba bajo el mar, fascinada por unos peces que parecían gemas revoloteando a su alrededor.

Era un paisaje asombroso.

Tras un día mirando asquerosos y pegajosos caracoles, esto parecía todavía más hermoso.

Pero no podía quedarse todo el rato viendo. Ella empezó a buscar entre el coral y la arena en el fondo marino.

Esto habría tomado años sin las skills correctas, pero con su build, podía revisar rápida y eficientemente el área.

“(Jadeo)… ¡Encontré una medalla! Tal vez no hay muchas personas que tengan Nado y Buceo. ¡Sin esas, no pueden explorar hasta el fondo!”.

No había necesidad de exigirse demasiado, así que regresaba a la superficie por aire con regularidad.

Algunos espacios entre el coral eran bastante profundos, y había encontrado una medalla en uno de ellos.

Con eso en mente, Sally estaba concentrándose en sitios similares.

Parecía que esa era la forma más confiable de encontrar medallas o equipo.

Pensando que cualquier cosa visible ya habría sido recogida, se estaba concentrando en las áreas más profundas.

Y eso la recompensó con una segunda medalla.

“Uf… eso solo nos deja… la isla de allá, ¿eh?”.

Ella comenzó a nadar en esa dirección.

La isla estaba demasiado lejos como para que Maple la alcanzara. Resultó ser pequeña, sin nada más que palmeras—y una escalera en su centro.

“¡Habrá que intentarlo!”.

Sally empezó a bajar las escaleras.

Tras bajar aproximadamente unos cien escalones, alcanzó una ordinaria puerta de madera.

No parecía estar sellada, ni tener un cerrojo, y no había círculos mágicos por ningún lado.

Ella la abrió con cuidado.

Y fue muy sorprendida por la vista al otro lado.

Era una hermosa cámara con forma de cúpula.

Y en su centro había un altar que le resultaba familiar, con un círculo mágico a un lado.

“Rayos… otro de esos…”, murmuró Sally, inspeccionando ambas cosas.

El altar anterior había llevado a un jefe ave. Para ser honesta, ella no se sentía con ganas de luchar contra algo de tan alto nivel.

“Será mejor regresar y ver qué piensa Maple primero”.

Sally subió las escaleras a la superficie.

Ella había estado demasiado ocupada buceando y explorando como para ver por sobre su hombro. Hasta ahora se dio cuenta de lo que ocurría en la playa.

“Maple… ¿qué rayos estás haciendo?”.

Incluso desde la distancia, podía distinguirlo.

Había un castillo de arena en la playa. Uno claramente más alto que Sally.

“Supongo… que debería regresar…”.

Se escuchó el sonido de una salpicadura cuando Sally entró al agua. Ella nadó de regreso tan rápido como pudo.

“Vaya… es más grande de cerca”.

Era el doble de la altura de Sally.

Escuchó voces animadas viniendo desde dentro.

Encontró la entrada, miró dentro, y vio a Maple sentada al lado de un chico.

Él tenía cabello rojo rizado, y pendientes con forma de espada. Piel pálida y ojos del mismo color que su cabello. Él era apenas un poco más alto que Maple, con características andróginas y una complexión delgada y delicada.

A excepción de sus pendientes, todo lo que Sally podía ver parecía equipo de principiante.

No parecía estar cargando armas llamativas tampoco.

Ni escudos, o espadas, o varitas.

Tenía las manos vacías.

Sally jamás había visto al chico antes—pero ahí estaba él, jugando Othello con Maple.

“¡Auuugh, no funcionó!”.

“Una victoria perfecta”.

El tablero entero estaba de color blanco.

Maple obviamente había escogido el color de su equipo—negro.

Lo cual significaba que ella había perdido. Y por mucho.

A mitad de su quejido de angustia, vio a Sally y se levantó rápidamente.

“¡Sally, regresaste!”.

“Uh, sí. Regrese. Y bien… ¿quién es tu amigo?”.

“Soy Kanade. Maple y yo construimos este castillo juntos”. Kanade se giró hacia Maple. “Fue divertido”, dijo él.