Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

NOS MOVIMOS a un lugar que supuse era la parte de atras de los jardines. Los jardines eran amplios, como era de esperar de la residencia de un Lord. Aparentemente, los guardias también lo usaron como campo de entrenamiento, aunque estaba vacío en ese momento.

“Yuna, ¿es suficiente espacio?”

“Esto servirá. Los voy a convocar, ahora. Ven, Kumayuru, Kumakyu”.

No era como si hubiera una frase fija para convocarlos, pero traté de pensar en algo que parecía apropiado. Dos bolas de pelo gigantes, una negra y otra blanca, explotaron de los títeres de oso. Comenzaron a moverse, lentamente, volviéndose para mostrarnos sus caras.

“Kumayuru, Kumakyu, venid aquí”.

Cuando los llamé, trotaron felizmente hacia mí. Se veían muy lindos cuando lo hicieron, pero todos detrás de mí comenzaron a hacer un escándalo.

“Son osos. ¡Hay osos! Yuna, ¿puedo tocarlos?” Noa estaba saltando arriba y abajo.

“¡Madame Noir, eso es peligroso! ¡Por favor retroceda!” Lala agarró el brazo de Noa, protegiéndola con su cuerpo.

“¡Lala, por favor déjame ir! ¡No puedo ver a los osos! ¡Quiero tocarlos!”

Pero la doncella la abrazó con firmeza. “¡Por favor, diga algo, maestro Cliff!”

“Pienso que debería estar bien.”

“¡¿Maestro Cliff ?!”

Dado que su empleador había dado el visto bueno, Lala retrocedió. Liberada del agarre de la doncella, Noa se acercó lentamente a los osos.

“¿Puedo realmente tocarlos?”

“Está bien. Dales una suave palmadita “.

Noa tocó suavemente a Kumayuru. Acarició a Kumakyu con la otra mano. Los dos osos la miraron con los ojos entrecerrados, pareciendo complacidos.

“Son tan cálidos. ¡Y suaves!” Noa abrazó el cuello de Kumakyu.

“¿Quieres montarlos?”

“¿De verdad puedo?”

“Kumakyu, ¿está bien?”

Kumakyu se bajó al suelo a modo de respuesta, facilitando que Noa subiera. Noa comenzó a subir con cautela a la espalda de Kumakyu.

“Está bien, no te caerás”.

Le eché una mano y la monté. Una vez que Kumakyu se aseguró de que Noa estuviera a salvo, el oso se levantó lentamente.

“¡Guau! Es tan alto”. Parecía divertirse. “Yuna, ¿podemos dar un paseo? ¿Solo una vez alrededor de la casa?”

“Si, está bien. Kumakyu, por favor cuida bien de Noa”. No sabía qué tan grande era la casa, pero supuse que dar la vuelta una vez no haría daño.

Kumakyu gruño en voz baja en respuesta. Con Noa a horcajadas sobre su lomo, el oso comenzó a caminar lentamente.

“¡M-Madame Noir!” Lala corrió tras ellos, nerviosa.

Cliff vio partir a Noa, la doncella y el oso. Una vez que se perdieron de vista, se acercó a mí.

“Perdóname, pero ¿puedo tocar uno también?” preguntó.

“Supongo”, dije. No es como si pudiera negarme.

Cliff palmeó lentamente a Kumayuru. “Oh, el pelaje se siente bien. Una gran textura también”.

“¿Quieres montarlo?”

“¿Puedo?”

“Solo una vez alrededor de la casa, como Noa”.

“Bien, lo entiendo.”

Tan pronto como Cliff se montó en Kumayuru, instó al oso a seguir, tratando de alcanzar a Noa. Pasó un rato antes de que los dos regresaran, uno al lado del otro en sus respectivos osos.

“Yuna, muchas gracias. ¡Fue muy divertido!”

“Sí, también fue una experiencia muy valiosa para mí”.

Lala siguió la estela de los osos, luciendo demacrada. Sin embargo, no fue mi culpa, así que decidí no prestarle atención.

“Bueno, entonces”, dijo Cliff mientras desmontaba, “tengo trabajo, así que voy a volver a la casa. Dejaré a Noa contigo. Por favor, vuelve a verme antes de irte”.

Noa tenía que haberle tomado cariño a Kumakyu, ya que no mostraba signos de bajarse. “Esto se siente tan bien…”

La niña estaba tendida encima de Kumakyu. Acarició al oso durante un rato antes de que su mano dejara de moverse; Pensé que era extraño lo callada que estaba, así que fui a echar un vistazo. Noa estaba profundamente dormida, roncando silenciosamente. Le dije a Kumakyu que se abriera camino hacia la sombra de un árbol. No era como si pudiera dejarla dormir al sol. Lala miró a Noa con preocupación.

“No hay necesidad de preocuparse”, dije. “Aun así, no queremos que se resfríe. ¿Tienes algo que ponerle?”

Lala se apresuró a regresar a la casa y trajo una manta, pero como Kumakyu era tan alto, no pudo llegar a Noa.

“Kumayuru, ¿podrías ayudarla?”

Kumayuru puso sus patas delanteras debajo de los brazos de Lala y la levantó para que pudiera arropar a Noa.

“Muchas gracias, Maestro Kumayuru”.

Parecía que finalmente había dejado de preocuparse. Lala y yo nos sentamos con Noa a la sombra mientras ella dormía. Saqué un pequeño barril de zumo de bayas de orán – me había encariñado con el producto, ya que sabía a zumo de naranja -y dos tazas de madera de mi almacén de osos. Convoqué un poco de hielo y lo serví en las rocas; Lala tomó un largo trago del suyo.

“Esto es delicioso.”

“Me alegra oírlo.”

“Necesitaba el estímulo. Gracias.”

“Tengo más, así que bebe todo lo que quieras”.

“Son mucho más dóciles de lo que esperaba”. Lala miró a Kumayuru y Kumakyu.

Bueno, después de todo son invocaciones. No son como osos salvajes”. Por otra parte, no era como si hubiera visto un oso salvaje antes.

“Sí, por supuesto. Madame Noir parece disfrutar de su compañía. Estamos agradecidos por su servicio”.

“No necesitas agradecerme. Se supone que esto es un trabajo”.

Lala explicó que había sido la cuidadora de Noa desde que la niña tenía cinco años y que su cargo era muy valioso para ella. Después de hablar un rato, Noa comenzó a moverse.

“Buenos días. ¿Estás despierta?”

“Eh, ¿dónde estoy …?” Noa se frotó los ojos mientras miraba a su alrededor.

“Te quedaste dormido enseguida, Noa.”

“Lo hice. Kumakyu se sintió tan bien que me quedé dormida”.

“Madame Noir, ¿podemos entrar pronto? No queremos que se resfríe”.

“Quiero quedarme con Kumakyu”.

Noa estaba claramente decidida a quedarse con el oso. Eso no serviría, así que le di a Kumakyu una sutil señal cuando dije: “Kumakyu está cansado. ¿Lo dejarás descansar?”

En ese momento, el oso gruñó en voz baja, fingiendo tener sueño.

“Sí, así es”, intervino Lala. “Madame Noir, el Maestro Kumakyu se estaba asegurando de que no te cayeras mientras dormías. Por favor, permita que el Maestro Kumakyu descanse”.

Kumakyu volvió la cabeza ligeramente hacia el lugar de Noa y la miró con ojos llorosos. Noa miró hacia atrás. Podía ver los engranajes en su cabeza girando.

“… Está bien, lo entiendo. Lo siento, Kumakyu”. Se bajó del oso y lo palmeó suavemente. “Descansa bien.”

“Kumakyu, Kumayuru, eso es todo por ahora”. Desconvoqué a los osos y los envié de vuelta a los guantes.

“Bien, entonces, Madame Noir, ¿regresamos a su habitación?”

“Voy a hacerle una visita a Cliff”.

“¿Oh, Yuna? ¿Ya te vas a casa?”

“Bueno, mi trabajo aquí está hecho”. Estaba bastante segura de haber cumplido la misión.

“Yuna”, dijo Noa, “¡por favor, cena con nosotros!”

Ella agarró mi guante de oso. Traté de rechazarla, pero ella simplemente me arrastró de la mano de regreso a la mansión, donde nos encontramos con Cliff y comenzamos a hablar sobre la cena. Finalmente, Cliff también me invitó a quedarme y comer con ellos, así que lo hice.

Me disculpé después de cenar. Me pidieron que pasara la noche, pero cortésmente los rechacé.

“Yuna, tienes que venir a visitarme de nuevo, ¿de acuerdo?”

Noa y Lala me acompañaron hasta la puerta. Después de prometerle a Noa que regresaría, nos separamos.