Ryuu to Sairei (NL)

Volumen 2

Capítulo 4: La Bruja Se Ha Ido

Parte 4

La lluvia cayó aún más fuerte una vez que pasó el mediodía, pero el bullicio del festival solo aumentó, como en protesta. Mientras la gente clamaba, se reunieron en los campos ya segados. Los adultos se alinearon en los bordes del pasto, instrumentos en mano. Los niños y jóvenes saltaban a los campos entre gritos y exclamaciones. La música finalmente comenzó, al igual que el baile, que concluía la Fiesta de la Carne.

“¿Deberíamos… volver?”, Yuui le preguntó a Nova mientras miraba a la gente celebrando.

“Sí”, dijo Nova con un asentimiento. “Lo había olvidado por completo, hay una fecha límite en la que debemos informar. Quiero irme de este pueblo, tan pronto como sea posible”.

“La noche caerá mientras estemos viajando…”.

“Podemos acampar cerca de la ciudad, así que seremos los primeros en entrar a la mañana siguiente. No tenemos que preocuparnos por las bestias mágicas, siempre y cuando lleguemos a la carretera antes de que caiga la noche”.

“Si hacemos eso, aunque me estés mirando, puedo—”.

“Apreciaría que viajáramos, juntas”, dijo Nova mientras miraba a Yuui.

“¿Qué opinas?”.

“… Entendido”. Yuui suspiró.

“Gracias”.

“No es que tenga derecho a elegir”.

“¿Vamos, entonces?”. Nova se alejó de los campos como diciendo que deberían irse lo antes posible.

Mientras lo hacían, vieron a alguien que conocían que venía rápidamente hacia ellas.

“¿Se terminó?”, preguntó Ix mientras miraba los campos.

“Bueno, realmente no sabría si se acabó o no”, dijo Yuui con una mirada rápida a los campos. “Quién sabe cuándo dejarán de bailar si no viene la bruja. Siento que están perdiendo mucho su entusiasmo…”.

“¿Perdiendo su entusiasmo?”.

Yuui decidió decirle lo que pensaba. “He estado pensando que la llegada de la bruja se ha convertido en parte del festival. Tal como dijo Gidens, ella aparece y todos corren. Eso es lo que marca el final de la Fiesta de la Carne, ¿No? Puede que tengan miedo de la bruja, pero creo que también la necesitan”.

“Uh-huh…”.

Aunque eso también era solo una suposición. Había un límite a lo que la gente podía entender. Mientras los dos conversaban, Nova interrumpió.

“Disculpa, Ix. Nos dirigimos de regreso a Leirest, ahora. Debemos presentar nuestro informe”.

“¿Reporte? Oh… sí”.

“Sí”.

“¿Qué vas a hacer, Ix?”, preguntó Yuui.

“No tengo nada que deba hacer de inmediato. Voy a volver mañana”.

“Entonces nos veremos de nuevo en Leirest. ¿Le informarás a Layumatah en persona?”.

“No… Creo que una carta debería ser suficiente”.

“Oh, bueno”.

Ella había estado pensando que, si él iba a la capital, ella le mostraría un poco los alrededores, pero no había nada que pudiera hacer si no viniera.

Con eso, Yuui inclinó la cabeza, pero Ix la detuvo.

“Antes de que te vayas… ¿Puedes ayudarme con algo?”, preguntó.

“¿Qué sucede?”.

“Llama a la bruja”.

“¿Qué?”.

“Como dijiste antes, será malo si el festival no termina, ¿Ves?”.

“Dije eso, sí, pero… ¿Cómo?”.

La bruja supuestamente había dicho que ya no vendría al festival. Por “llama a la bruja”, ¿Quería decir que planeaba ir al bosque, llamar a su puerta y pedirle que apareciera? No es que esto molestara a Yuui, pero todo fue un poco repentino.

Ix se llevó una mano a la boca y miró hacia arriba.

“Um… Oh sí, eso es todo. ¿Puedes hacer un rayo?”.

“¿Rayo?”.

“En el festival de hace ochenta años, dijeron que la bruja apareció junto con una tormenta”.

“¿Ella vendrá si hago un rayo?”. Yuui ladeó la cabeza, preguntándose qué estaba diciendo. “Y, además, no puedo usar magia para hacer eso. Aquí solo hay nubes de lluvia, no nubes de trueno”.

“Solo necesitas hacer que parezca que hay un relámpago. Haz un espectáculo, quiero decir”.

“¿Huh…?”.

Yuui no estaba del todo satisfecha con su explicación, pero pronto tuvo que abandonar la aldea por el bien de Nova. Pensó que podría hacer que al menos pareciera que había un relámpago. Básicamente era solo un destello y una explosión. Sería suficiente si disparara una breve luz blanca y luego produjera un sonido que se pareciera a un trueno. Sin embargo, no era particularmente buena en los hechizos de sonido…

Solo tendría que confiar en el poder de la varita.

“Solo tengo que hacer que parezca un rayo, ¿Verdad?”, ella preguntó.

“Sí, si no te importa”, él respondió.

Ella sacó la varita de su bolsillo interior. Los aldeanos estaban concentrados en los campos, por lo que probablemente no se darían cuenta.

La luz y el sonido podrían causar daños si se hiciera de manera descuidada. Cerró los ojos y calculó cómo ajustar el poder de su encantamiento.

Por suerte, la lluvia caía con más fuerza. Cuando la música alcanzó un crescendo particularmente fuerte, apuntó su varita hacia adelante.

Contuvo la respiración por un momento y creó una luz intensa.

Su visión fue borrada con blanco.

Tal vez haya exagerado un poco.

Sin dudarlo un momento, soltó el sonido, un rugido como un trueno que atravesó el cielo.

Yuui sintió que había sonado lo suficientemente decente.

Con eso, debería haber creado la ilusión de un rayo cayendo detrás de los aldeanos. Rápidamente guardó su varita.

En su mente, había hecho un trabajo bastante bueno. Y aunque estaba aliviada de que todo hubiera ido bien, por alguna razón, nadie se dio la vuelta.

Por un momento, le preocupó que la luz hubiera sido demasiado fuerte y la hubiera cegado temporalmente, pero ese no fue el caso. De hecho, aunque su visión era un poco borrosa, la gente no miraba en su dirección; había algo más al otro lado de los campos que merecía mucho más su atención.

De las oscuras profundidades del bosque emergió una figura que llevaba un sombrero puntiagudo y un abrigo negro.

“La bruja”, dijo alguien.

“La bruja, la bruja está aquí, la bruja ha venido”. Los gritos escaparon de la boca de la gente mientras se alejaban. Algunos se dieron la mano con su familia; algunos tiraron de los brazos de alguien de otro género, pero todos corrieron hacia el pueblo. Sus rostros se veían iguales: llenos de terror y, curiosamente… tal vez un poco de diversión.

Sería extraño permanecer allí, así que los tres corrieron junto a ellos. Sin embargo, no sintieron ninguna amenaza, así que en el mejor de los casos fue un trote.

Mientras corrían, Yuui le susurró a Ix “Esa bruja… se parecía a Camilla”.

“Efectivamente”, él respondió con un asentimiento práctico.

“¿De qué se trata esto?”.

“Le sugerí a Camilla que, si la bruja no vendría al festival, entonces debería vestirse como tal y bajar ella misma. Ninguno de los aldeanos ha visto a la bruja de cerca, por lo que no se darían cuenta mientras estuviera vestida de la misma manera”.

“¿Hay algún punto para hacer eso?”.

“Nop, para nada”.

Yuui miró fijamente a los ojos de Ix. “¿Estás escondiendo algo?”.

“¿Qué estaría escondiendo?”.

“… Solo me gustaría confirmar, pero realmente conociste a la bruja en el bosque, ¿Sí?”.

“¿La bruja?”, respondió Ix sin expresión. “No, se había ido”.

***

La lluvia amainó a la mañana siguiente. Las nubes aún llenaban el cielo, pero pocas contenían lluvia.

Los restos del festival yacían esparcidos por las calles y la plaza del pueblo.

Los adultos que habían celebrado de una manera más responsable la noche anterior los estaban limpiando. Para la mayoría de los asistentes, sin embargo, el festival continuaba en sus sueños.

Ix, con sus cosas a la espalda, volvía a Leirest. Un viento helado barrió los campos vacíos. Era una corriente suave, que empujaba a cambiar las estaciones.

Los recuerdos de la gente de este festival consistían en comer toda la carne que quisieran, beber hasta el contenido de sus corazones y tener una gran celebración. Esos recuerdos, junto con la esperanza de una primavera que pronto llegaría, eran lo único que tenían para pasar el invierno.

“¡H-hey!”, alguien llamó.

Escuchó pasos corriendo hacia él, por lo que Ix se dio la vuelta.

Allí estaba Gidens, luchando por respirar. Presionó una mano contra su costado— aparentemente tenía prisa por llegar aquí.

“¿D-De qué diablos se trata esto?”, preguntó, mostrándole a Ix un folleto en su mano derecha. “¿Fue esto sugerencia tuya, Ix?”.

Ix se inclinó para leer el papel. Era una carta de Camilla, dirigida a Gidens, que decía “He encontrado una manera de conseguir un bastón. Me voy por un tiempo para ir a aprender magia. Gracias por todo”.

“No, no tiene nada que ver conmigo”, replicó Ix con un movimiento de cabeza.

“¿C-Cómo podría no tener nada que ver contigo? Eres—”.

“Me dijo que poco a poco ha estado ahorrando dinero y finalmente consiguió suficiente para comprar uno. Pensó que nadie se daría cuenta si se escapaba el día del festival”.

“¿Se fue a la capital? ¿U otro lugar?”.

“No sé. No le pregunté”.

“……”.

Gidens se mordió el labio, pero permaneció en silencio.

Miró a Ix por un momento antes de finalmente murmurar “Ella no se ha escapado para casarse, ¿Verdad?”.

“¿Huh?”.

“E-Es una broma”, dijo con su habitual sonrisa casual. “Es una broma, sí, solo una broma… Sí, así es; eso es todo…”.

“Me pidió que te diera las gracias si me encontraba contigo”, dijo Ix.

“Ha-ha, bueno, ese es un nivel apropiado de cortesía viniendo de alguien con quien has estado cerca durante los últimos quince años. Tan educado que podría llorar”. Se encogió de hombros; luego su expresión rápidamente se volvió seria. “Bueno, entonces, por si acaso, si alguna vez te encuentras con Camilla, quiero que le digas algo”.

“¿Decirle qué?”.

“No vuelvas”. Gidens dejó escapar un suspiro. “Su felicidad no está en este pueblo. Ha sido así durante décadas. Y probablemente será lo mismo en el futuro. Pensé que podría salvarla, pero eso tampoco sucedió. Entonces, si ella encuentra un lugar más feliz para ella, debería quedarse allí. Pero estamos hablando de Camilla aquí. Tiene sentimientos extraños sobre su lugar de nacimiento, y apuesto a que intentará volver. Así que díselo por mí— dile que no lo haga”.

“Está bien”.

“…En realidad, no, no lo hagas. No le digas eso a ella”.

“¿Estás seguro?”.

“No quiero darte la oportunidad de lucir demasiado genial”, dijo Gidens con una sonrisa sarcástica. Pero al momento siguiente, parecía aliviado. Levantó la mano derecha y dijo “Hasta luego, artesano”.

“Soy un aprendiz”.

“¿En serio corriges a la gente cada vez? Eso tiene que ser una molestia; solo date prisa y obtén la certificación ya”.

Después de despedirse, Ix caminó por la vía. Las casas se acabaron y los campos se expandieron hasta llenar todo el paisaje. No había una sola línea divisoria que marcara el final del pueblo, pero pensó que pronto se iría de Notswoll.

De repente, se detuvo.

En un campo alejado de la carretera había una piedra blanca cuadrada.

Estaba medio enterrada en la hierba alta. La que habían visto al entrar.

En ese momento, pensó que podría haber sido un marcador fronterizo para la aldea o algún tipo de disuasión de bestias mágicas, pero ahora sabía que ese no era el caso.

Empujó la hierba a un lado y caminó hasta pararse frente al objeto.

Era una lápida.

Sabía que no era una tumba para un aldeano de Notswoll porque era la única aquí.

Mientras la miraba, escuchó el crujido de las ruedas girando en la distancia.

Con movimientos lentos, alguien vino a detenerse inmediatamente detrás de Ix.

Sin una palabra, le tendieron una taza.

En el interior se mecía un líquido dorado.

Un dulce aroma se elevó de esta.

“Lo sabías, ¿No?”, preguntó Ix.

Una mujer embarazada, que sufría de sonim y fue expulsada de su propia ciudad natal, se había derrumbado cerca del pueblo, donde alguien la encontró. Aunque hubo algunos que se opusieron a traerla de regreso al pueblo, la persona que la encontró insistió en que él mismo cuidaría de ella.

Un agricultor, que había llevado mercancías de ida y vuelta desde Leirest, durante mucho tiempo. A diferencia de los demás aldeanos, que no tenían motivos para abandonar la ciudad, él pasaba a menudo por este camino.

Y fue él quien había levantado esta lápida…

El granjero de cabello blanco no dijo nada.

Simplemente le tendió la copa a Ix.

Ix aceptó.

Solo acercar la taza a su rostro fue suficiente para que el olor vertiginoso del alcohol lo golpeara.

Conteniendo la respiración, rápidamente vertió un poco en su boca.

Una dulzura sorprendentemente suave pasó por su lengua.

“Es bueno”, no pudo evitar murmurar.

“Es aguamiel”.

Ix comenzó a recordar al granjero al que le había dicho eso antes, pero luego se detuvo.

En cambio, tomó otro sorbo.

***

Yuui volvió a visitar la tienda unas semanas después de que Ix regresara a Leirest. Nova también la acompañó, pero se paró en la calle sin acercarse.

Aunque Ix estaba sorprendido, invitó a Yuui a la tienda, pero ella levantó una mano para negarse. Miró a su alrededor para comprobar que no había nadie allí, luego se bajó la capucha a medias.

“Lo siento, pero tenemos que irnos muy pronto. Solo vine a despedirme”, explicó.

“¿Despedirte?”.

Ella uso sus manos una encima de la otra frente a ella. “Voy a volver a Lukutta esta vez”.

“¿Huh?”.

“La tienda está cerca de una carretera en esa dirección, así que insistí en que nos detuviéramos”.

Ix parpadeó un par de veces.

“Oh…” finalmente logró decir. “Eso es… bueno”.

“Sí”.

“¿Sabes lo que vas a hacer allí?”.

“No… Pero soy la única que ha pasado tanto tiempo en el reino. He estado pensando que podría contribuir de alguna manera debido a eso. Me pregunto si podría hacer algo por la gente, aunque no sea mucho”.

“¿Oh sí? Um…”.

“Parece que varios de los invitados al banquete hablaron en mi nombre, insistiendo en que les salvé la vida”.

“Uh-huh”. Ix se llevó una mano a la boca y miró a Nova de pie a cierta distancia. Ella respondió con un ligero asentimiento.

“Bueno, obviamente solo estaré en Lukutta temporalmente”, dijo Yuui.

“¿Cuándo vas a volver al reino?”.

“El plan actual es pasar un año allí y luego regresar la próxima primavera. Aunque el tiempo tampoco está escrito en piedra, por lo que podría pasar más tiempo antes de que regrese, y lo más probable es que no regrese a la Academia cuando lo haga. Tantas cosas aún están por decidir…”, Yuui miró dentro de la tienda. “Um, ¿Morna y Ottou no están?”.

“Ah, Morna todavía está durmiendo, y hoy Ottou no está… ¿Debería despertarla por ti?”.

“No, está bien. Es un poco desafortunado, pero por favor dales mis saludos”.

“Por supuesto”.

“Ix…”. Los ojos de Yuui vagaron por un momento. “¿Estás haciendo varitas?”.

“… ¿Lo oíste de Layumatah?”.

“Lo hice”.

“Lo estoy, sí. Tanto como puedo, de todos modos”.

“¿Qué lo empezó?”.

“… Fue ese lugar”, él dijo, tropezando con sus propias palabras antes de levantar lo que tenía en su mano derecha. “Y esto”.

“Simplemente parece un palo”, dijo, con una arruga en la frente.

“Sí, a mí también me pareció un palo. ¿Te acuerdas? En la mansión Obryle, el hombre que daba el discurso tenía una varita falsa. Intenté preguntar si podía examinarlo y me dejó”.

“¿Hiciste todo lo posible para examinar una varita falsa?”.

“Creo que probablemente era verdadera”. Agitó el instrumento. “Seguía volviendo a esto una y otra vez, pero realmente me pareció que salió el disparo de un hechizo. Si un palo débil y de mala calidad como este también puede lanzar encantamientos, entonces abre muchas posibilidades. Podríamos hacer varitas más pequeñas, o… De todos modos, estoy investigando sobre eso además de la elaboración”.

“Hmm…”. Ella inclinó la cabeza mientras lo miraba. “¿Qué beneficio habría en hacerlos más pequeños?”.

“Hmmm… ni idea. Solo estoy explorando una posibilidad”.

“Ya veo. Supongo que eso es justo lo que hace un artesano”.

“Tal vez”, dijo él, inseguro.

Yuui deslizó su mano en su bolsillo y sacó una carta. “Layumatah me dio esto para traértela”.

“¿Para mí?”.

“Es una respuesta al informe sobre el trabajo que hicimos”.

“Huh…”.

Eso era algo raro para que Layumatah enviara. Cuando tomó el sobre, se sintió como si solo hubiera una hoja de papel adentro.

“Ummm…”. Yuui lo miró. “Había algo que dijiste sobre la bruja cuando nos fuimos de Notswoll”.

“¿Qué pasa con eso?”.

“¿Era cierto? ¿Que la bruja era en realidad solo una mujer que vivía en lo profundo del bosque y que conocía mucho sobre hierbas…?”.

“Sí”, dijo Ix con un asentimiento. “En verdad, la palabra no se refiere a una persona específica. Probablemente sea un término general que se aplica a cualquiera de los usuarios de magia del grupo que vivía en el bosque. No tiene sentido tener un claro tan grande para una casa, lo que explica por qué tenía varitas y bastones desde hace tanto tiempo. Y la razón por la que pudieron usar el método de emisión treinta años antes que todos los demás fue, bueno, supongo que es porque eran así de poderosas… Pero, de todos modos, su banda parece haber llegado a su fin también. En realidad, la única bruja que conocí no usaba magia. Esa fue probablemente la razón por la que dijo que acabaría con la bruja. Ella no estaba haciendo que terminara; tenía que hacerlo”.

“Pero si ese fuera el caso… ¿Por qué los aldeanos le tenían tanto miedo? Sé que los usuarios de magia son poco comunes, pero si supieran la verdad…”.

“Es simple. Es mejor para ellos de esa manera”.

“¿Qué significa eso?”.

“Es por la seguridad del bosque”. Ix se encogió de hombros. “Es un milagro que un bosque como ese todavía exista tan cerca de una ciudad. Definitivamente habrá gente que quiera tomar la tierra. Pero antes de que la gente así los arrebate, piensan, ¿Por qué siguen aquí estos bosques? Podrían pensar que las bestias mágicas viven allí o algo así. No quieren descubrir eso después de tomar la tierra. Así que van al pueblo a comprobarlo, ¿y qué pasa? Toda la gente del pueblo habla y habla sobre esta cosa aterradora que vive en el bosque. El hecho de que el bosque todavía exista es en realidad una prueba de sus afirmaciones. Al final, nadie quiere tocar un lugar espeluznante como ese. Probablemente hace la vida más fácil para los aldeanos tener los recursos del bosque a la vuelta de la esquina”.

“¿Y esa es… la bruja?”.

“Es solo una teoría. Realmente no puedo ir y preguntar”. Ix extendió las manos. “Llevan tanto tiempo en esto que los aldeanos podrían haber llegado a creerlo ellos mismos… Sin embargo, en realidad no importa. Por lo menos, Mali realmente lo creía”.

“Estás negando que ella come personas y que también es inmortal, ¿Sí?”.

“Sí. La inmortalidad es solo un rumor común y corriente”.

“Pero—”.

“Nova te habló de las criaturas inmortales antes, ¿Verdad?”.

“Ah, sí”, dijo Yuui, luciendo vacilante. “Una parte de tu propio cuerpo se rejuvenece y se libera de ti, con lo cual cobra nueva vida y el proceso se repite. Si defines la vida de esa manera, podrías argumentar que todo ser vivo es inmortal. Suena como nada más que un juego de palabras para mí…”.

“Eso es todo lo que hay. No hay criatura que viva por la eternidad”.

Todavía sin verse convencida, desde el costado de la carretera, Nova gritó “Yuui”.

“Oh…”. Yuui miró hacia atrás brevemente, luego volvió a mirar a Ix. “Lo siento, pero tengo que irme. Tengo que volver antes de que caiga la nieve”.

“Bien… Nos vemos entonces”.

“Sí, adiós”.

Ella bajó la cabeza y se giró para alejarse, pero Ix la llamó sin pensar.

“Espera, uh…”.

“Qué sucede?”, ella preguntó confundida mientras se daba la vuelta.

“¿Puedo llamarte Laika?”, preguntó, escondiendo su boca con su mano y tratando de sonar como lo hacía normalmente.

“¿Huh?”.

“Bueno… Escuché que es diferente en el este del reino, que tu apellido es lo primero. Y tu nombre es Yuui Laika, ¿Verdad? Entonces, pensé que no te llamaría Yuui, si no te gustaba…”.

Yuui estaba un poco confundida, pero se giró para mirarlo de frente.

Con movimientos decididos, se acercó a él. Cuando estuvo tan cerca que sus cuerpos casi se tocaban, se puso de puntillas y acercó la cara a su oído.

“¿Q-Qué?”, preguntó.

En un susurro, dijo “Mi familia no tiene apellido. Usamos nuestro nombre de pila y, en el reino, un nombre temporal. El orden coincide con el orden del reino”.

“Entonces, ¿Laika es—?”.

“En mi caso, es el nombre de mi abuela”.

“… Uh-huh”.

Yuui se agachó y puso unos pasos de distancia entre ellos.

Ella sonrió mientras lo miraba y dijo “Aunque no me importa si deseas llamarme así”.

“No…”. Él dejó escapar un lento suspiro. “Solo te llamaré como antes”.

“Está bien”, dijo ella.

“Quiero ir a tomar algo”.

“¿Hmm? ¿Qué significa eso?”. Ella parpadeó confundida pero luego sonrió e hizo una reverencia. “Cuídate, Ix”.

“Tú también, Yuui.”

Ix la vio a ella y a Nova desaparecer por el camino. Todavía estaba allí incluso después de que ellas desaparecieron de la vista.

El aire, esperando la llegada rápida del invierno, le heló las mejillas.

Volvió en sí y miró el sobre que tenía en la mano. Al abrirlo, encontró una sola hoja de papel de alta calidad. No había nada escrito en el frente, así que le dio la vuelta.

Los caracteres bien formados deletreaban solo dos palabras: Buen trabajo.

Una risa irónica escapó de sus labios.

Volvió a pensar en lo que había dicho Yuui.

“¿Qué significa eso…?”.

Sí, ¿Qué significa eso…?

Él decidió que algún día se lo diría.