Ryuu to Sairei (NL)

Volumen 2

Capítulo 4: La Bruja Se Ha Ido

Parte 2

Nova observó a Yuui mientras recogía comida recién cocinada de la plaza y luego dijo “Vamos”.

“¿Huh? ¿A dónde?”, preguntó Ix, pero Nova ya estaba a unos pasos de distancia cuando preguntó. Se escurría hábilmente entre la gente reunida en la plaza. Ix logró alcanzarla.

Mientras aún miraba hacia adelante, dijo “Solo pude hacer una inspección amplia, pero no había Mewmose”.

“… ¿Estabas comiendo para probar el veneno?”.

“Sí”. Sus ojos se mostraron mientras su flequillo se balanceaba. “El Mewmose, estaba solo en la comida que comimos. En otras palabras, podemos suponer que el Mewmose se añadió, a propósito”.

“¿Quién lo hizo? ¿Por qué? ¿Y quién era el objetivo?”, preguntó Ix, pensando en ello mientras lo hacía. “¿Gidens? Él es el único que podría haberla puesto en la carne”.

“Sí, yo también, lo pensé, al principio. Que él era el sospechoso, más probable”.

“¿Lo que significa que no es él? ¿Cómo lo sabes?”.

“Ahora”. Ella señaló hacia adelante.

Hizo un gesto a una figura escondida en las sombras de un edificio, observando a Yuui mientras caminaba. Llevaban vestiduras negras. Era Gidens.

“Es él, entonces, ¿No?”, insistió Ix.

“No. Si lo fuera, no se escondería así; simplemente lo habría puesto en la carne que nos dio antes. No importa quién fuera el objetivo, podría haberlos envenenado directamente. Y anoche, también estuvo solo con Yuui, pero no le hizo nada. Creo que está haciendo eso, porque descubrió quién puso el veneno en la carne. No está vigilando a Yuui; está pendiente del culpable”.

“Entonces… ¿Ella es el objetivo? ¿Pero por qué?”.

Nova no respondió. Se acercó a Gidens por detrás, caminando con tanta naturalidad que casi parecía que estaba dando un paseo. Ella colocó una mano sobre su hombro y él se dio la vuelta violentamente.

“Hola”, dijo e inclinó la cabeza.

“A-Ah, Señorita Flequillo… ¿Qué está haciendo aquí?”.

“Lo mismo, que tú”.

“¿Lo mismo…?”.

“Por supuesto”.

Yuui había dejado de caminar y miró hacia un lado. Ella no los había notado. En cambio, estaba mirando el edificio de almacenamiento al que habían llevado la carga el día anterior, cuando llegaron al pueblo. Parecía que alguien dentro la había llamado. Ella asintió levemente y entró en el edificio.

Gidens maldijo silenciosamente y corrió en esa dirección. Nova lo persiguió inmediatamente.

Ella lo llamó. “Nosotros bloquearemos la entrada trasera”.

“B-Bien. No estoy seguro de cuánto pueden hacer, ¡Pero agradezco la ayuda!”, respondió.

“Sí”.

Habiendo sido incluido en el “nosotros” de repente por Nova, Ix hizo lo que le dijeron, aunque no estaba del todo contento con la situación. Esta era la primera vez que escuchó de una entrada trasera al edificio de almacenamiento.

Presionaron sus oídos contra la puerta trasera una vez que llegaron allí.

“Hey, si necesitas ayuda, yo te echaré una mano”, se podía escuchar decir a Gidens. “No podemos hacer que nuestros invitados trabajen para nosotros; recibimos tan pocos de ellos”.

“¿Está seguro?”, dijo Yuui.

“Por supuesto, señorita. Salga de aquí”.

“Gracias”, dijo ella; luego pudieron escuchar pasos ligeros que se alejaban. Ix se sintió aliviado.

La voz de Gidens se acercó un poco más. “¿Qué diablos es todo esto? ¿Estás diciendo que tienes un rencor contra visitantes que acaban de llegar a la ciudad ayer? Al menos podrías decirme por qué. ¿Somos amigos, verdad? Solo deja el hacha—”.

Habiendo escuchado ese punto, Nova rápidamente dobló sus piernas y pateó la puerta. El sonido fue duro para los oídos, pero probablemente no se destacaría en medio del ajetreo y el bullicio del festival. Ix la siguió al interior del edificio.

El rostro de Gidens era apenas visible contra el telón de fondo del edificio de almacenamiento con poca luz. Un hombre de anchos hombros que empuñaba un hacha se interpuso entre Gidens y el trío. Volvió su rostro ceñudo brevemente para mirarlos.

“¿Podemos tener una charla tranquila, Gus?”, propuso Gidens con los brazos abiertos.

El otro hombre, con la cara regordeta enrojecida, apretó el hacha con más fuerza.

Nova sacó una varita aparentemente de la nada y la apuntó hacia él.

Gus se giró lentamente para mirarla y dijo en voz baja “… Visitantes, me han hablado de su fuerza. Particularmente cómo eres de buena en una pelea”.

Nova no dijo nada y no se movió ni un centímetro.

“Pero a esta distancia tan corta y con esta diferencia de tamaño, tengo la ventaja”, continuó Gus. “Déjenme”.

“Ella tiene una varita”, señaló Ix detrás de Nova.

“Lo sé. Pero también sé que elegiste usar artes marciales en una situación en la que podrías haber usado magia. Lo que significa… que en realidad no puedes usarla, ¿Verdad? A nadie se le ocurriría usar una varita como distracción”.

“Huh, ¿Es eso cierto?”, preguntó Ix, incapaz de detenerse.

“Sí”, respondió Nova en voz baja.

“Ha-ha, lo sabía—”.

Justo cuando Gus iba a levantar su hacha hacia ella, un rayo púrpura salió disparado de su varita.

Se oyó un ruido sordo y Gus se desplomó en el suelo.

Nadie dijo nada durante un rato. No fue hasta después de que Nova confiscó el hacha y ató a Gus que Gidens dejó escapar un bajo “de ninguna manera…”.

Una vez que el agresor recuperó la conciencia, parecía que había envejecido significativamente. No había energía en su expresión, y su personalidad parecía completamente diferente a la de momentos antes.

“… No voy a tratar de poner excusas, como si algo me hubiera superado”, dijo, con la cabeza baja.

“Hey, puedes estar muy deprimido contigo mismo, pero a menos que estuvieras poseído por un espíritu Imra en ese entonces, quiero saber por qué hiciste eso”, exigió Gidens, cruzando los brazos. “Quiero decir, acabas de conocer a esa joven ayer, ¿No es así?”.

“Sí, pero…”. La cabeza de Gus se inclinó y habló como si tuviera que exprimir cada palabra de sus pulmones. “Esa visitante es una oriental”.

“¿Huh? … ¿En verdad?”. Gidens miró a Ix. “En realidad, no, no respondas eso. Causará todo tipo de problemas si es verdad. Pero ahora lo entiendo…”. Cerró los ojos y se frotó la barbilla. “No tienes que decir nada, Gus— ella es el tipo de persona contra la que tienes rencor. Tal vez ni siquiera es eso, y solo querías descargar tu ira con alguien”.

“……”.

“¿Podría alguien, por favor, explicar la situación?”, preguntó Nova.

“Ni siquiera estoy seguro de que lo llamaría una situación. No es tan complicado”, dijo Gidens con un movimiento de su mano. “El hijo de Gus murió en la guerra de Lukutta. Eso es todo”.

Después de un largo silencio, Gus dijo “Fueron las cartas”.

“¿Cartas?”.

“Una vez, había una carta mezclada con algunos productos que venían de Leirest. Pensé que era un error, así que la devolví, pero una respuesta se mezcló con los productos nuevamente. Esta vez dirigida a mí. Decía cosas tan tontas, pero mi hijo había muerto recientemente… Seguí escribiendo respuestas. Y el mensaje que llegó ayer decía… Decía que había tres jóvenes que se dirigían a Notswoll y que uno de ellos era del este. También habló sobre las cosas heroicas que hizo en el banquete en Leirest, señorita”.

“¿La carta te dijo que mataras a Yuui?”, murmuró Ix.

“No, no lo decía”. Gus levantó la cabeza por un breve momento y luego volvió a mirar al suelo. “…Esta no es solo una excusa que estoy dando ahora, pero no tenía ninguna intención de matarla. Ni una sola parte de mí quería matarla cuando la conocí por primera vez. Solo quería hablar un poco… Eso es lo que estaba pensando cuando la llamé al edificio de almacenamiento. Pero luego me llegó la emoción del festival y, por alguna razón, me invadió esta extraña sensación. Cuando me di cuenta, estaba parado allí, sosteniendo el hacha… No, probablemente sea solo una excusa”.

Dejó escapar un pesado suspiro.

“Hice algo imperdonable”, continuó. “Sé que no puedo simplemente disculparme y olvidarlo. Ustedes, los visitantes, pueden decidir qué debería pasarme a mí”.

Incluso con él diciendo eso, Nova e Ix solo podían mirarse. No era su derecho decidir su destino— era de Yuui.

Gidens, que había estado escuchando la confesión en silencio hasta ese momento, dijo “Hey, ustedes dos. Sé que es mucho pedir, pero…

¿Podríamos mantener en secreto lo que pasó aquí y dejar que me ocupe de él?”.

“¿Por qué…?”, preguntó Gus, con los ojos muy abiertos mientras miraba hacia arriba.

“Sabes, se supone que debo servir al Señor”, dijo Gidens. “Gus y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, así que creo que puedo volver a ponerlo en el camino correcto. Aunque, no puedo hacer mucho si ustedes no tienen fe en mí…”.

Ix y Nova se miraron, tratando de decidir qué hacer.

“Para ser honesto, realmente no me importa”, dijo Ix. “No es como si fuésemos a volver aquí”.

“Siento, lo mismo”, agregó Nova.

Gus cerró los ojos, sorprendido, y bajó lentamente la cabeza.

“Bueno, no estoy seguro de cómo me siento sobre la razón, pero lo aprecio. Gracias”, dijo Gidens, su expresión era más seria de lo que jamás habían visto, aunque rápidamente fue reemplazada por una sonrisa casual. “Pero ya sabes, Gus. Tal vez pusiste ese veneno en la carne sabiendo que lo tomaría, o tal vez pensaste que yo no moriría también. Pero si esa damita de allí no hubiera estado con nosotros, ahora estaríamos todos en el cielo”.

“¿Veneno?”, Gus parpadeó confundido. “¿Qué veneno?”.

“¿Qué quieres decir? La Mewmose que pusiste en la carne de anoche…”.

“No—No sé de qué estás hablando. Como te dije, fue hace poco que la perdí. Los que te prepararon la comida anoche fueron esos niños a los que les pediste ayuda…”.

“… ¿Qué?”.

Nova salió corriendo del edificio como una flecha disparada por un arco. Ix corrió tras ella.

“Fue un señuelo”, dijo rápidamente. “Hay otra persona que recibió una carta”,

“¿Por qué alguien se está tomando tantas molestias para apuntar a Yuui?”, preguntó Ix.

Llegaron a la plaza del pueblo, pero no pudieron encontrar a Yuui. Probablemente había comprado comida para Camilla y ya se dirigía a su casa. Pero si un aldeano le hubiera recomendado algo de comida durante ese momento…

Pero tenían el antídoto. Si ingirió una pequeña cantidad de veneno, no debería ser un problema. Ix no se atrevía a pensar en lo que sucedería si consumiera una gran cantidad.

Por ahora, él y Nova solo intentaron abrirse paso entre la multitud. Aunque gritaban para que la gente los dejara pasar, los asistentes al festival no los entendían entre la emoción de la celebración. Todo lo contrario— la gente comenzó a pensar que era una nueva forma de hacer festejo, y pronto el estruendo se hizo aún más fuerte.

A pesar de eso, de alguna manera lograron atravesar el caos. En ese momento, alguien tiró de la ropa de Nova.

“Hey”, dijo una voz desde debajo de su línea de visión.

“… ¿Yonda?”, murmuró Ix.

Era la niña que había hablado con Ix cuando llegaron al pueblo.

Levantó un cuenco hacia Nova con ambas manos. Contenía un líquido translúcido.

“Oiga, señorita, beba esto”, insistió Yonda.

Nova se agachó y tomó el cuenco. Lo inclinó con cuidado y tocó el líquido con su lengua.

Con una ligera inclinación de cabeza, murmuró “… Ya veo”.

“Es delicioso, ¿No?” preguntó Yonda con una sonrisa feliz. “¿Me mostrarás tu rostro ahora?”.

“¿Mi cara?”.

“Sí. Siempre la estás escondiendo. Quiero verla”.

“Antes de eso, Yonda”.

“¿Qué?”.

“¿Tienes una carta?”.

“¿Una carta?”.

“Con el polvo, que le pusiste a esto”.

“Sí, la tengo”.

“¿Puedo, verla?”.

“¡Claro!”.

Sacó un pequeño trozo de papel de su bolsillo interior.

“… Ya veo”, dijo Nova asintiendo después de pasar la mirada por el mensaje. “Yuui nunca habló frente a ti, ¿Verdad? Así que asumiste que ella era un hombre”.

Ix tomó el papel de Nova y lo leyó por sí mismo. Lo siguiente fue escrito en un lenguaje sencillo:

Hay una dama que siempre esconde su rostro. Agrega esto en su comida. Ella quedará encantada.