Ryuu to Sairei (NL)

Volumen 2

Capítulo 1: La Bruja Vive En El Bosque

Parte 2

Habiendo llegado a Leirest, Yuui miró hacia afuera con escrutinio.

Aunque había venido este verano, las calles de alguna manera se veían diferentes. Si tuviera que describir la escena en la lengua común, probablemente la llamaría inquieta. Incluso las personas que estaban de paso parecían mareadas, como si estuvieran flotando en el aire.

Y no eran solo los peatones, tampoco. Las fachadas de los edificios que bordean las calles estaban cubiertas con decoraciones vibrantes. Junto a los caminos, la gente montaba figuras de madera. Leirest siempre estaba bulliciosa—después de todo, era una ciudad mercantil—, pero eso no era nada comparado con este fervor.

“Es el festival”, comentó Ix cuando vio a Yuui mirando.

“¿Festival?”.

“La Fiesta de la Carne. El festival de la cosecha. Lo hacen en la capital, ¿No es cierto—?”.

“Un evento para darle gracias a Dios, por la cosecha del año”, intervino Nova abruptamente. “Cuanto mayor es la celebración, mayor es el agradecimiento, a Dios. Cada pueblo celebra de manera diferente, con instrumentos, cantos, desfiles. Basado en el calendario de este año, el festival, será en tres días”.

“Oh, ahora que lo mencionas…”.

Yuui recordó que algo sucedió en esta época el año anterior. En ese entonces, ella se había encerrado en su habitación, pero recordaba el ruido desagradable de la celebración. Había sido tan fuerte que no pudo conciliar el sueño esa noche.

Así que ese fue el festival de la cosecha…

Lukutta también realizaba un evento para celebrar la cosecha, pero era una ceremonia solemne en la que ni siquiera se podía toser.

Ix continuó la explicación.

“Eso es para lo que dicen que es, en cualquier caso, pero en realidad es solo un gran banquete. La gente come carne, bebe alcohol y, en general, se divierte toda la noche. Muchas parejas también se reúnen en la Fiesta de la Carne, así que—”.

“Ah, creo que entendí la esencia”. Yuui suspiró. “Quieres decir que es el tipo de cosa que llamaría la atención en el Nuevo Orden”.

El Nuevo Orden era una denominación Marayista. A diferencia del Viejo Orden, que predominaba en el reino, el Nuevo Orden criticaba el autoritarismo del gobierno e insistía en que el trabajo individual de cada persona reflejaba la voluntad de Dios.

“Me lo pregunto… Siento que tanto el Viejo Orden como el Nuevo Orden aceptarían su importancia práctica”.

“¿No quieren simplemente desahogarse?”.

“Claro, también quieren divertirse, pero también hay un problema estacional”. Ix se encogió de hombros. “Lo viviste el año pasado, ¿No es verdad? El cielo casi siempre está nublado durante el invierno en el reino. Apenas tenemos sol. Y si hay nieve, es difícil viajar. Entonces, si todos se divierten tanto como quieren, les ayuda a prepararse para soportar el invierno”.

“¿Alguna vez has participado en el festival?”, preguntó Yuui.

“No”, respondió Ix rápidamente.

“… Eso pensaba”.

La parada de carruajes se encontraba en las afueras de la ciudad, tanto por conveniencia como para que el hedor no fuera demasiado abrumador.

Desde allí, se dirigieron al centro de la ciudad, a una zona con hileras de tiendas y casas para los acaudalados. La biblioteca estaba cerca. Sin embargo, a medio camino, Nova se detuvo.

“¿Qué ocurre?”, le preguntó Yuui, dándose la vuelta después de haberla adelantado unos pocos pasos.

“¿Podemos, ir por caminos separados, por ahora?”, preguntó Nova en voz baja. “Quiero investigar algo”.

“Uh… pero ¿No te contrataron para asegurarte de que las cosas salieran bien con Mali, ya que ella es una noble como tú?”.

“Si ella es la bibliotecaria en jefe, deberían poder verla yendo a la biblioteca. Y antes, ambos dijeron que la habían conocido”.

“¿A dónde vas? ¿Y qué investigarás?”, preguntó Ix.

“Investigaré en Notswoll, en la iglesia. El objetivo de Yuui está ahí. Creo que puede ser necesario, más tarde. Ellos deberían ser más complacientes, con una noble”.

“Supongo que eso es verdad…”, dijo Yuui.

“¿Sabes en dónde está?”, preguntó Ix.

“No”, respondió Nova.

Él le dio una explicación general del área y acordaron un lugar para reunirse después. Nova se despidió brevemente y se fue. Su pequeña figura fue rápidamente tragada por la multitud.

Los dos continuaron caminando, e Ix inclinó la cabeza.

“¿Cuánto tiempo te ha estado siguiendo Nova?”.

“Solo desde hace poco. Nos conocimos cerca del final de las vacaciones”. A principios del verano, Yuui se había distanciado de los amigos que tenía hasta ese momento, pero luego apareció Nova, casi como para llenar el vacío que habían dejado sus conocidos anteriores. “La había visto en las clases de antemano, pero no empezamos a hablar hasta ese incidente. Además, preguntar ‘cuánto tiempo ha estado siguiéndome’ hace que parezca que me está acosando o algo así, Ix”.

“Así que la salvaste, ¿Huh? ¿Entonces te parece bien lo de las aventuras? Parece que hacer ese trabajo en la capital te arrastró a cosas peligrosas”.

“Yo no diría que fui arrastrada a algo…”.

“Sólo sé cuidadosa. Esa varita es poderosa, pero también es frágil”.

“Para ser honesta, diría que la ocurrencia fue culpa de la varita”.

“No te estoy entendiendo”.

“Lo estoy expresando para que no lo entiendas”.

“¿Qué…?”, La expresión de Ix se volvió seria mientras la miraba confundido.

En realidad, Yuui se había involucrado en más que los dos incidentes sobre los que le había informado a Ix. Desde que regresó a la capital, se había dedicado a vagar por la ciudad de vez en cuando, envolviéndose en cualquier situación peligrosa que pudiera encontrar.

Todo eso era su intento de estar a la altura de la varita que su padre le había legado. Tenía una disposición increíblemente moral, por lo que era imposible de usar a menos que poseyeras un corazón justo. Después de considerar qué tipo de persona se adaptaba a ese tipo de varita, se había encontrado actuando como una heroína últimamente.

“No entiendo eso de Nova en absoluto”, comentó Ix. “Ella se involucró con alguien del este a pesar de ser parte de la nobleza del reino. Y estaba tan agradecida de que la ayudaras…”.

“Hmm, me lo pregunto…”, comenzó Yuui antes de vacilar. “Si tuviera que decir algo, creo que…”.

“¿Qué?”.

“Oh, no es nada. Es solo una especulación, así que no debería decir nada”.

La ruta a la biblioteca era familiar para estos dos, por lo que llegaron sin perderse. El edificio se había construido en una época en que las bibliotecas en la ciudad se consideraban de moda, por lo que su exterior estaba ricamente decorado. Por el contrario, la mitad de los textos que se alinean en los estantes del interior eran documentos y paquetes de papel reunidos al azar.

La biblioteca estaba en silencio tanto por dentro como por fuera, el fervor del festival parecía incapaz de penetrar en su tranquilidad. Por otra parte, no había muchos que la usaran en primer lugar. El olor particular del edificio los asaltó cuando entraron, lo que incitó a Yuui a recordar sus muchos viajes aquí durante el verano, donde ella se enterraba en los libros.

Entraron directamente hacia un área acordonada, donde encontraron a un hombre sentado, con los ojos medio cerrados.

“Ix, ¿Te importaría quedarte callado?”, preguntó Yuui antes de que se acercaran.

“¿Por qué—?”.

“Porque”. Ella lo detuvo, luego dio un paso adelante. “Disculpe, ¿Puedo tener un momento de su tiempo?”.

“¿H-huh?”, El hombre levantó la cabeza, sorprendido. Tal vez la gente no le hablaba a menudo. Miró a Yuui, con la capucha puesta sobre su rostro, antes de que sus ojos continuaran hacia Ix, detrás de ella.

“Nos gustaría reunirnos con la persona encargada de la biblioteca, si fuera posible…”, dijo Yuui.

“Oh, uh, ¿Y quién eres tú?”, preguntó el hombre.

“Oh, discúlpeme”. Sacó su identificación de estudiante de su bolsillo y la colocó sobre el escritorio.

“Una estudiante…”, El hombre entrecerró los ojos mientras miraba la identificación, luego parpadeó. “¿Para el bibliotecario en jefe?”.

“Sí”.

“Ese sería yo”.

“… ¿Qué?”.

“… ¿Huh?”.

Por un momento, Yuui se quedó mirando el rostro inexpresivo del hombre. Probablemente estaba haciendo la misma expresión.

El hombre tenía el cabello corto y blanco. Sus ojos eran pequeños y sus hombros encorvados lo hacían parecer viejo. Como estaba trabajando en la biblioteca, debe haber sido un noble, pero todo en él, desde su ropa hasta su manera de hablar, todo parecía bastante humilde. Para decirlo sin rodeos, parecía ser pobre.

“Um, bueno…”, comenzó el hombre, con los ojos errantes.

“Oh, m-mis disculpas”, dijo Yuui con una reverencia. “Podría haber jurado que la persona encargada de la biblioteca era una señora mayor…”,

“A-Ah”. Él asintió exageradamente. “Ella. Sí, se retiró hace poco. Ahora soy el encargado. Esa señora era mi tía”.

“¿Y ahora ella está…?”.

“Le había estado diciendo durante mucho tiempo que no se estaba volviendo más joven y que debería pensar en retirarse. Y eventualmente, su salud realmente lo sintió. Todo el mundo prácticamente tuvo que obligarla a salir, ¿Sabes?”.

“No querrá decir—”.

“Oh, no. Ella está viva”. El hombre dio una débil sonrisa. “Pero ella no está en buena forma. Aunque todavía aparece ocasionalmente, así que no puedo relajarme demasiado…”.

“Solo para confirmar, Mali era el nombre, ¿Sí?”, ella preguntó.

“Uh, ¿El mío?”.

“El de su tía”.

“Oh, sí, sí. Así es. ¿Así que era ella con quien querías hablar?”.

“Sí, lo era. ¿Sería posible reunirme con ella?”.

“Uh, no estoy muy seguro…”. Se cruzó de brazos y miró hacia el techo. “Podrías pedirlo, pero creo que sería difícil para alguien que no sea un pariente verse con ella… Probablemente… depende de lo que quieras hablar con ella. Uh, ¿De qué quieres hablar de todos modos? Podría intentar preguntar por ti”.

“Se trata del trabajo que hizo en el muro de varitas. Hay algo extraño en sus reparaciones desde una perspectiva técnica sobre lo que quiero preguntar. Sin embargo, eso es de hace unos sesenta años”.

“¿De hace sesenta años?”, el hombre gritó. “Oh, lo siento. Un trabajo en el muro de varitas, ¿Huh…? Nunca he oído nada sobre eso. ¿Surgió en tus estudios en la Academia o algo así?”.

“Podrías decirlo así”.

“Hmm. Bueno, intentaré decirle…”.

“Lo apreciaría”.

Estaba lloviendo cuando se fueron, el tipo de niebla fina que humedecía el aire, a la que ningún ciudadano del reino prestaba atención. La pareja caminó en silencio.

Ix parecía hosco y no hablaba, así que Yuui lo hizo primero.

“… Siento que rápidamente nos encontramos con un callejón sin salida”.

“Sí”. La boca de Ix estaba oculta detrás de su mano. “Pero si Mali está en mal estado y atrapada en su mansión, probablemente no tuvo nada que ver con la destrucción del muro de varitas…”.

“Si ella no tiene conexión, eso está muy bien”. Yuui levantó las palmas de sus manos. “Pero gracias a lo que acabamos de escuchar, lo de las brujas parece ser solo un rumor. Por lo menos, no creo que las personas inmortales se retiren por mala salud”.

“… Eso era obvio desde el principio”.

“¿Tú crees eso? Yo no había descartado la posibilidad”.

“¿Una persona inmortal? Eso es solo mier—”.

“Los dragones existieron”.

Cuando Yuui dijo eso, Ix miró hacia abajo y cerró la boca.

Dragones. Seres con magia infinita que le habían otorgado a la humanidad innumerables regalos; criaturas masivas que se habían extinguido hace más de mil años. Había leyendas sobre ellos en todas las regiones del mundo. La “magia de dragón” que habían manejado se había convertido en una especie de milagro; se refería a variedades de magia todopoderosa que los humanos eran incapaces de usar. Ix y Yuui habían conocido a una de esas criaturas legendarias. El dragón, que había esperado durante más de un milenio para conversar con un humano, le concedió a los dos uno de sus corazones antes de desaparecer de la existencia, poniéndole fin a su especie. El hecho de que algo fuera un cuento popular o una leyenda no significa que podría tomarse a la ligera. Ix, de todas las personas, debería entender eso.

Todavía no podían estar seguros de que las historias de inmortalidad, canibalismo o deshacer el muro de varitas estuvieran más allá del ámbito de la posibilidad. Si esos eran componentes de la tradición de las brujas, entonces valía la pena investigarlos.

Después de todo, investigar todas las vías posibles fue lo que los llevó a su encuentro con un dragón.

Ellos habían acordado encontrarse con Nova en una plaza en el lado este de la ciudad. Los preparativos para el festival también se estaban llevando a cabo aquí, y muchos jóvenes estaban muy animados. En el lado opuesto de la plaza había un oficial que parecía estar vigilando el área con ojos escrutiñadores. Su presencia indicó claramente que arrestaría a cualquiera que fuera demasiado lejos.

La pareja encontró rápidamente a Nova, rodeada a ambos lados por personas altas y luciendo bastante atosigada.

“Ah, Nova”, gritó Yuui con un gesto mientras se acercaba. “¿Te hicimos esperar? Parece que has terminado más rápido que nosotros”.

“No, lo acabo de encontrar”, respondió la chica encogiéndose de hombros.

“¿Encontrar a quién?”.

“A mí”.

La visión de Yuui de repente se llenó de negro. Por un momento, ella no podía entender lo que estaba pasando. Después de retroceder unos pasos, finalmente vio la cara de un hombre. Pronto se dio cuenta de que este tipo, vestido completamente de negro, se había interpuesto entre ella y Nova.

Era delgado y de mediana edad. Sus rasgos eran fuertes y cincelados, pero sus mejillas eran rellenas y había poca vida en sus ojos. Tenía una barba incipiente y cabello desgreñado, lo que lo hacía parecer aún más sospechoso en ese momento, con ellos empapados por la lluvia. Pero vestía vestimentas clericales negras. Eso significaba que era miembro del clero Marayista, pero no lo parecía en absoluto. Visualmente, tenía más en común con un mendigo de la calle.

“Hola”, él saludó, levantando una mano.

“¿Y usted es…?”, preguntó Yuui.

“Gidens”. Extendió la mano. “Soy el lector 1 en Notswoll. ¿Cómo se enteraron ustedes de eso de todos modos?”.

“¿Enterarnos sobre qué cosa?”.

Gidens se rio entre dientes ante la confusión de Yuui y dijo: “Sobre la bruja”.

• NC: En el rito latino de la Iglesia Católica, el término “lector” puede significar alguien a quien en una liturgia particular se le asigna leer un texto bíblico que no sea el Evangelio. En la Iglesia Ortodoxa Oriental y en las Iglesias Católicas Orientales de tradición bizantina, el lector es el segundo más alto de las órdenes menores de clero.