Ryuu to Sairei (NL)

Volumen 2

Capítulo 1: La Bruja Vive En El Bosque

Parte 1

Ix fue expulsado de la tienda de Layumatah como la bilis de una bestia que está vomitando.

Él rara vez tenía contacto con ella, pero las pocas interacciones que tuvieron siempre lo dejaban exhausto. Eso era en parte culpa de que ella fuera la aprendiz más antigua de Munzil y él el más joven, pero en su mayoría se debía al hecho de que él sentía como si ella estuviera mirando a través de él cada vez que hablaban.

Así como Munzil tenía limitaciones en ciertas áreas, todos sus aprendices tenían las suyas propias también, y a menudo eran extremas. Ix, por ejemplo, carecía de magia, mientras que Morna no tenía habilidades interpersonales. y Layumatah, la mayor, estaba ciega.

Ix no sabía si había nacido sin vista o la había perdido por una enfermedad. Incluso había oído rumores de que una vez que se convirtió en aprendiz de Munzil, ella se cegó a sí misma después de darse cuenta de que su visión sería solo un obstáculo. Él no sabría decir cuál era la verdad, pero independientemente de ello, sus otros sentidos eran extremadamente agudos. Era, por supuesto, una excelente fabricante de varitas, pero también sobresalía en la evaluación de personas. De todos los aprendices de Munzil, ella era la única capaz de manejar una tienda a gran escala como esta, y probablemente la única que siquiera consideraría hacerlo.

Ahora que lo pienso…

Ix frunció el ceño.

Como ella, ¿Había ganado él alguna habilidad, en lugar de tener magia?

Aparentemente, antes de que Munzil muriera, había dicho que Ix era el más talentoso de sus aprendices, supuestamente porque era el único que podía ver la fabricación de varitas desde afuera. Pero eso era bastante abstracto. Sin embargo, era cierto que los humanos sin magia eran increíblemente raros. Ix no conocía a nadie así además de él. Aun así, nunca había considerado la posibilidad de que podría haber ganado algo más a cambio. Ni siquiera estaba claro cómo Ix seguía vivo. Tal vez tenía algo especial, algún tipo de talento…

Nubes oscuras y pesadas colgaban del cielo, típicas del reino en esta época del año.

Ix había accedido a encontrarse con el asistente que Layumatah había preparado en la Catedral Marayista. No estaba cerca de la tienda, pero no estaba preocupado por perderse. Todo lo que tenía que hacer era dirigirse al edificio más alto que no era el castillo.

El marayismo era una religión muy seguida en el reino, ya que el rey también era la cabeza de la iglesia. A medida que Ix se acercaba a la catedral, las calles se llenaban cada vez más de creyentes que acudían allí para rezar. Muchos de ellos vestían indumentaria de viaje; tal vez eran peregrinos de tierras distantes.

Aunque la catedral era majestuosa desde la distancia, era aún más abrumadora de cerca. Sus torres parecían perforar los cielos, y los tallados en sus paredes apenas parecían estar hechas de piedra. Ix no podía imaginar cuánto tiempo había tomado para construirse. Después de dudar, se deslizó en silencio adentro y caminó a lo largo del borde de la cúpula.

La estructura le parecía aún más absurda mientras examinaba las decoraciones interiores. Cada detalle era extraordinario. Desde escenas religiosas pintadas en los techos hasta los vitrales, todas las ornamentaciones eran los productos reveladores de artesanos entusiastas. Aparentemente, la catedral había sido terminada hace más de doscientos años.

En ese momento, un sacerdote estaba de pie en el púlpito, predicando sobre algo con voz sonora. Los seguidores se reunieron a su alrededor, escuchando. Ix también vio a algunas personas solas orando y algunas en pequeños grupos de pie cerca de la entrada charlando.

Sorprendentemente, parecía que eran libres de hacer lo que quisieran.

Ix se dirigió hacia un pilar con el grabado de una bestia de cinco patas como le habían dicho, y descubrió que alguien ya estaba parado allí. Cuando se acercó, se giró para mirarlo.

Era una mujer joven, o tal vez incluso una niña. Su flequillo era tan largo que ocultaba sus ojos, y su atuendo holgado era lo suficientemente largo como para barrer el suelo. Era un poco pequeña, pero no tanto como para destacar. En general, se veía bastante simple y tímida.

“¿Eres la ayuda que solicitó Layumatah?”, preguntó Ix.

“Sí”, respondió ella en voz baja pero aguda.

“Soy Ix”.

“Soy… Nova”.

“Te ves bastante joven”.

“¿Eso… crees eso?”.

“¿Qué edad tienes?”.

“Dieciocho”.

“¿Eres una estudiante?”.

“Sí”.

“¿De la Academia?”.

“Sí”.

La conversación se apagó allí. Ella parecía carecer de energía, lo que se adaptaba a su apariencia. Eso no es algo por lo que se debería juzgar a una persona, pero Ix estaba completamente desconcertado en cuanto a por qué Layumatah elegiría a esta chica. ¿Quizás acababa de elegir a una estudiante que no tenía nada más que hacer? Sin embargo, pensándolo bien, sería más fácil tratar con ella que con un charlatán. Iba a pasar el próximo par de semanas con ella, después de todo.

De repente, Nova se giró hacia el púlpito. El sacerdote seguía hablando en un tono tranquilo. Su voz resonó hasta el alto techo; a esta distancia, el mensaje de su sermón era imposible de entender.

En voz baja, Nova dijo “El sermón, en este mismo instante”.

“¿Huh?”.

“No hay, textos que digan eso. El sacerdote parece estar mezclando, proverbios y escrituras. Es para que entiendan fácilmente, pero eso necesita más explicación, eso es lo que creo”. Tenía una forma peculiar de hablar en la que hacía una pausa después de unas pocas palabras, pero no era demasiado molesto para los oídos.

“… ¿Por qué solicitaste que nos encontráramos en la catedral?”, preguntó Ix.

“Muchas personas van y vienen, por lo que no llamaríamos la atención aquí. Hay pocos lugares para esconderse, a excepción de detrás de los pilares, por lo que no tendríamos que preocuparnos de que la gente escuche”.

“¿Sabes cuál es el trabajo?”.

“Sí”. Su flequillo se balanceó mientras ella asentía. “Vamos a investigar, a una mujer llamada Mali”.

“No estoy seguro si es mi lugar preguntar, pero ¿Por qué aceptaste esta asignación? No soy yo quien decide, pero la historia en sí suena bastante sospechosa y el trabajo no parece particularmente interesante. ¿Estás en esto por el dinero?”.

“El dinero, y mis propios intereses, son irrelevantes. Simplemente, estoy acompañando”.

“Entonces, ¿Solo estás acompañando?”.

De repente, Nova se desvió del tema. “Allí, ahora mismo”.

“¿Huh? ¿Qué?”.

Ella señaló hacia la entrada.

En medio de la multitud de feligreses se encontraba una persona que vestía un abrigo gris. Se deslizó y entró en la catedral. Su cabeza estaba tan agachada que no podías ver su cara. Tal como lo había hecho Ix, la figura caminó por el borde de la cúpula, casi mezclándose con las sombras mientras continuaba en la dirección de Nova e Ix. Sus pasos eran silenciosos; parecía estar haciendo un esfuerzo consciente para no sobresalir.

Los ojos de Ix se fijaron en la figura simplemente porque conocía a alguien que vestía así. Bueno, usar un abrigo gris no era particularmente inusual en sí mismo. De todos modos, una mirada a ella fue todo lo que necesitó para descubrir quién era ella.

Cuando se acercó a Ix y Nova, la persona del abrigo dijo en voz baja “Oh, Nova, ¿Eres tú?”.

“Sí”, respondió la chica.

“Me dijeron que vendría alguien más, pero nunca me imaginé que serías tú… Bueno, espero mucho trabajar con ustedes”.

“Yo también”.

“Y”—se giró hacia Ix— “mucho tiempo sin verte, Ix”.

“… ¿Cómo está la varita?”, él preguntó en respuesta.

“¿Esa es tu primera preocupación? Eso es tan tú”.

Ahora sí había alguien con quien era difícil tratar.

Pero también alguien a quien él necesitaba.

***

Ix no había visto a Yuui Laika desde que reparó su varita en el verano.

No podía percibir su rostro, ocultado como estaba por la capucha, pero hubo un momento de silencio, así que sospechó que ella estaba suspirando.

“Sí, la varita. No ha habido problemas. Funcionó maravillosamente en el examen que tuve el otro día”, confirmó Yuui.

“Eso es bueno”, respondió.

“¿Y tú cómo estás, Ix?”.

“Igual que siempre”.

“Me alegro de escucharlo”. Yuui le lanzó una breve mirada a Nova. Estaba mirando a Yuui confundida, pero por lo general parecía evitar hablar a menos que le hablaran.

“¿Son amigas?”, preguntó Ix.

“Supongo que podrías decir eso… Aunque la explicación tomaría demasiado tiempo, así que digamos por ahora que somos compañeras de clase. Layumatah me ha pedido que los ayude a ustedes dos”.

“¿No habrá ningún problema con que ustedes dos no vayan a clases?”, preguntó Ix.

“No”, aclaró Nova secamente.

“No cambiará la forma en la que me tratan como una marginada”, agregó Yuui mientras jugueteaba con su capucha.

Yuui Laika estaba en una situación muy complicada en el reino. No era una ciudadana, sino una niña que había sido abducida del pequeño país de Lukutta, el cual el reino había invadido. Actualmente asistía a la Academia Real, pero eso no era por su propia voluntad. Sería más exacto llamarla rehén que estudiante.

El sermón pareció llegar a su fin, y la voz reverberante del sacerdote se detuvo. Los asistentes se dispersaron, haciendo un alboroto intencionalmente. Los tres pusieron su conversación en espera mientras esperaban a que la multitud se fuera.

Sin embargo, un hombre se separó del grupo que se movía hacia la salida y los llamó.

“Oh, ¿Eres tú, Nova?”, dijo él. Este hombre vestía las mismas vestiduras religiosas que el sacerdote que había dado el sermón, pero era más joven. “Ah, así es. Qué casualidad”.

“Padre”, dijo Nova en voz baja.

“¿Son estos tus compañeros de clase?”, preguntó el hombre.

“Algo, así”.

“¿Por qué escondes tu cara?”, preguntó, mirando a Yuui confundido.

“Tengo un sarpullido”, respondió ella sin dudarlo.

“Oh, lo siento. Uh, ¿Han venido a rezar?”.

“Les estoy mostrando a estos dos, la catedral”, dijo Nova.

“Ah, qué maravilloso. Este edificio compite por el puesto de primer o segundo edificio histórico del reino. Su escala es, por supuesto, parte de eso, pero todos y cada una de los grabados contienen un mensaje concreto. Por ejemplo, el pilar al lado del cual ustedes tres están parados—”, les dijo, señalando el grabado de la bestia de cinco patas. “Ah, mis disculpas. Si doy todas las explicaciones, te estaré robando la oportunidad, Nova”.

“Gracias”.

“De todos modos, tómense su tiempo para mirar alrededor”. El hombre iba a irse, pero rápidamente se giró de nuevo. “Ah, es cierto. Hay una cosa que debo decirte”.

“¿Qué, cosa?”, preguntó Nova con una inclinación de cabeza.

“El Nuevo Orden ha estado actuando de manera extraña últimamente. Aparentemente, incluso hay bastantes personas fanáticas reunidas en la Secta de la Secesión. Dudo que incluso ellos hagan algo extremo, pero si te los encuentras, harían bien en ir por el otro lado”.

“Está bien”.

El hombre partió. Al verlo irse, Yuui preguntó, “¿Quién era ese?”.

“No, lo sé”.

“¿Hmm?”.

“Solo un sacerdote, que a menudo viene a la iglesia de la Academia. Ni siquiera sé, su nombre”.

“Oh, ya veo…”.

Decidieron partir de inmediato y se dirigieron hacia la parada de carruajes.

Leirest era una ciudad en el norte. Estaba a cierta distancia de la capital, pero la carretera Kusa Zuf abarcaba todo el recorrido entre ellas, lo que facilitaba bastante el viaje. La ruta comercial era valiosa para el reino, por lo que siempre había tráfico en ambas direcciones. Muchos carruajes también frecuentaban el camino.

Layumatah estaba cubriendo sus gastos de viaje, por lo que los tres abordaron un carruaje de lujo. Eran los únicos pasajeros. Aunque se sacudía y saltaba mucho porque viajaba a altas velocidades, los transportes de esta calidad se construyeron para reducir eso, por lo que terminó siendo tan cómodo como un viaje en los modelos estándar más lentos. Además de eso, no tenían que esperar en las puertas de la ciudad. Todo lo que se necesitó fue un vistazo de sus permisos de viaje, y pudieron pasar.

Después de discutir un poco la situación, Ix rápidamente mencionó a Mali.

“Ella es la encargada de la Biblioteca de Leirest. Tú también la conociste, ¿No es así?”, le preguntó a Yuui.

“Sí, ella me dio el libro esa vez…”, ella asintió desde debajo de su capucha. “Me lo pregunto. No parecía el tipo de persona que estaría involucrada en algún complot”.

“Sí, yo también pensé eso”. Ix recordó el rostro de la anciana de cabello blanco. “De todos modos, ¿Tuviste noticias de Layumatah? Sobre la, uh…”.

“¿Bruja? Sí, pero todavía no tengo ni idea de lo que realmente es. Hice mis propias investigaciones, pero no pude encontrar el término bruja ni nada parecido en el idioma Estándar Central, el Clásico del Reino o cualquiera de los idiomas que pude investigar en la Academia”.

“Has    tenido   mucho   tiempo,   entonces”,   señaló  Ix   con    sorpresa.

“¿Cuándo exactamente te pidió Layumatah que investigaras esto?”.

“En realidad, originalmente estaba investigando a las brujas en relación con un incidente diferente. Layumatah me contactó porque se enteró de mi investigación. Es mera coincidencia que tú seas a quien ella quería que ayudara… Aunque supongo que en cierto modo no es exactamente coincidencia”.

“¿Y eso es?”.

“Es una larga historia, pero… Uh, Ix, ¿Recuerdas a los aventureros que te atacaron durante el verano?”.

“… Mm-hmm”.

Durante un recado en el Gremio de Aventureros, Ix había señalado que algunos materiales de bestias mágicas que un par de hombres estaban tratando de entregar parecían falsos. Los dos aventureros más tarde lo agredieron en retribución. Afortunadamente, la ayuda llegó durante el ataque, y los rufianes fueron lo suficientemente tontos como para dejar caer los materiales de la bestia mágica en su prisa por huir de la escena.

“Esos dos fueron arrestados. En la capital”, dijo Yuui.

“¿Hmm? Huh, así que fue así”, dijo Ix.

“Sin embargo, no tuvo nada que ver con golpearte. De hecho, fueron arrestados por ocupar un edificio público. Pero algo andaba mal con ellos después de que los arrestaron. Quedó claro después de escucharlos que ellos fueron los dos que te atacaron, y fue entonces cuando les pedí que repasaran la situación en detalle”, explicó Yuui. La serie de eventos parecía bastante plausible para Ix. Ella continuó. “Cuando pregunté al respecto, dijeron que lo hicieron ‘porque la bruja los obligó’”.

“¿Huh?”, Él dejó escapar un sonido de confusión ante el giro inesperado de la historia.

“Ella los había amenazado, aparentemente. Los aventureros creyeron que la bruja los capturaría y les haría algo terrible porque fracasaron, por lo que huyeron hasta la capital. Ambos parecían no haber comido en mucho tiempo y se asustaban con cada pequeño sonido. Realmente no parecía ser un acto”.

“¿Entonces me agredieron porque alguien los presionó?”.

“No, eso obviamente se reduce al hecho de que tenían que entregar los dientes de Enedo al Gremio”, dijo Yuui con una sonrisa despectiva. “Y como tú fuiste quien causó que eso sucediera, arremetieron, ya que estaban aterrorizados por no poder cumplir con la orden de la bruja”.

“Qué molesto…”.

“No sentí la necesidad de castigarlos más, así que simplemente los entregué a las autoridades. ¿Querías venganza, Ix?”.

“No, realmente no me importa. Obtuve más que suficiente dinero de esos dientes de todos modos…”, respondió, y luego arrugó las cejas. “Por la forma en la que hablas, ¿Parece que fuiste tú quien los capturó?”.

“Ah…”, Yuui rápidamente se tapó la boca con la mano. “Uh… Bueno, sí, lo fui. Luego los interrogué hasta que llegaron las autoridades”.

Justo cuando Ix estaba pensando en la increíble coincidencia que era, Nova, que no había dicho nada hasta ahora, rápidamente abrió la boca y agregó, “Yuui también me salvó”.

“N-Nova, de ninguna manera, yo no…”.

“¿Ella te salvó?”, preguntó Ix, ignorando el intento de Yuui de detener la conversación.

“Sí. Estaba en un puesto, en la capital, y me estaban gritando. Yuui estaba cerca, e intervino. Ocultaba su rostro, pero me di cuenta, había escuchado la voz en la Academia. Entonces, nos hicimos amigas. Gracias, Yuui”.

“N-No, no te preocupes por eso en lo absoluto”, respondió la otra chica.

“Yuui, siempre has—”.

“Ah, ¿No crees que ya es suficiente?”, dijo Yuui, agitando su mano e interrumpiendo a Nova. “De todos modos, Nova, ¿Conocías a Layumatah de alguna manera antes? ¿Cómo terminó seleccionándote para este trabajo?”.

“Ella, conoce a mi familia. Hace mucho tiempo, ella me ayudó con mi varita. Le dije que, si alguna vez necesitaba algo, me lo pidiera. Lo más probable es que me haya pedido ayuda, porque Lady Mali es una noble.

“… Espera”, dijo Yuui mientras presionaba sus manos contra sus mejillas. “Puede ser grosero de mi parte preguntar sobre esto después de haberte conocido durante tanto tiempo, pero ¿Eres de una familia aristocrática?”.

“Sí”, respondió Nova con su habitual tono sin vida.

“O-Oh, ya veo”.

“Pero, no son de un rango tan alto, así que, por favor, no le prestes atención. Trátame igual, como siempre”.

“Incluso si dices eso…”.

Ix dejó de fijarse en Nova y Yuui, la primera hablando en un tono monótono y el rostro de la segunda cambiando a través de una variedad de expresiones, y miró por la ventana hacia el entorno tenuemente iluminado. El mismo cielo cubierto de nubes que se cernía sobre la capital también se extendía mucho más allá. El viento también parecía fuerte, al alejarse de los árboles que se balanceaban a lo largo del costado del camino.

Su carruaje pasó sin problemas junto a carretas llenas de paja y personas que llevaban equipaje pesado en sus espaldas. A este ritmo, podrían llegar a la parada a la que se dirigían hoy antes de que comenzara a llover.

Ix volvió la mirada al interior del carruaje y luego habló. “Hablando de eso”.

“¿Hmm?”, Yuui se giró hacia él.

“Esos dos aventureros que la bruja amenazó, ¿En dónde la conocieron?”.

“Ah, sí, yo también tenía esa pregunta”.

“Las cosas serían mucho más rápidas si hubiese sido en la biblioteca”.

“Fue en una aldea, en realidad”.

“¿Una aldea? ¿Así que no fue en Leirest?”.

“Aparentemente está cerca. Un pueblo llamado Notswoll”.

“¿Notswoll…?”.

“¿Acaso tú lo conoces?”.

“No… Pero siento que me he topado con el nombre antes”. Ix parpadeó un par de veces. “¿En dónde fue…? Estoy seguro de que lo he oído en alguna parte”.

Aunque el nombre movió algo en lo más profundo de su memoria, nada salió a la superficie. Él dudó y resopló por un momento, pero eso solo aumentó su frustración por el recuerdo, que parecía tan cercano, pero tan lejano.

Yuui lo vio luchar y trató de echarle una mano.

“Bueno, si este pueblo está cerca de Leirest, entonces deberíamos poder investigar desde la ciudad, ¿Verdad?”.

“Sí, eso es cierto, pero…”, Ix apoyó la cabeza en su puño.

“Um, Nova, ¿Sabes algo de Notswoll?”, preguntó Yuui.

“No”.

Obviamente, no había forma de que hubieran tenido la suerte de obtener un sí.