Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 12

Capítulo 68: Atrapando La Sombra En La Confusión

Parte 2

Aparte de su desconcierto, había otro pensamiento en su mente. Era, en cierto modo, una oportunidad única. Al fin y al cabo, el otro bando había conseguido que el mayor Magicmaster de Alpha, o más bien del mundo, se viera envuelto en este asunto. Aunque Alus no estuviera del todo dispuesto, estaba tomando la iniciativa de ayudar. Eso significaba que en el próximo enfrentamiento lucharía codo con codo con su hija. En la batalla de su vida, con las vidas de ambos en juego, la tensión creada por el esfuerzo hacia un objetivo contra un enemigo común seguramente profundizaría el vínculo entre ellos. Así que incluso su inexperta hija estaba segura de tener una oportunidad… en más de un sentido.

Aunque Frose se hubiera precipitado antes, estaba segura de que Tesfia no se oponía a la idea. Si Tesfia era capaz de ganar en ambos frentes, el futuro de la familia Fable estaba casi asegurado.

Sobre todo, Frose tenía una baza. No era la generosidad, la resistencia o la postura filosófica de una familia noble. Era que ya estaba decidida a hacer lo necesario para cumplir su más profundo deseo de preservar la familia.

Frose cerró los ojos y pensó en una katana solitaria guardada en la mansión. La familia Fable era conocida no sólo por su larga estirpe de Magicmasters especializados en el atributo hielo, sino también por utilizar tradicionalmente katanas como su AWR. Incluso con las AWRs continuamente viendo nuevos desarrollos, continuaron protegiendo la espada sagrada de sus antepasados.

La katana en la que pensaba Frose era posiblemente su herencia más preciada, transmitida de generación en generación. No sólo era una AWR, sino una obra de arte. Su valor era inconmensurable. Una vez se dijo que su venta permitiría comprar un pequeño país. Incluso había oído decir a su abuelo que el actual jefe de la familia Womruina había pedido comprarlo, oferta que naturalmente rechazó.

Frose pensó en utilizarla para comerciar si ocurría lo peor, aunque perderla en su generación no sólo arruinaría el nombre de la familia, sino que también mancharía la historia de los Fables. Nunca sería capaz de enfrentarse a sus antepasados. Aun así, estaba decidida a hacerlo. Además, estaba preparada para asumir la culpa y dejar de ser la jefa de la familia si se daba el caso.

Su expresión se volvió oscura por un momento… pero al siguiente se sacudió toda la tristeza. Entonces comenzó a planear una estrategia por el bien del futuro de su hija y de todos los relacionados con su familia. Pero en realidad, incluso Frose sólo había oído hablar de Tenbram un puñado de veces, lo que era algo que le inquietaba.

Afortunadamente, había alguien presente que poseía la sabiduría de los ancianos, cuya ayuda seguramente sería útil en este caso.

Selva agradeció la mirada de su maestra, y sonrió.

―Por el bien de la joven señorita, desgastaré con gusto estos viejos huesos cansados ―Entonces comenzó una larga explicación, y con sus conocimientos y la aportación de Frose, se revelaron los fundamentos y las teorías del juego tradicional.

Tesfia escuchó atentamente, asegurándose de no perderse ni una palabra, y Alus también se concentró.

Cuando la conferencia llegó a un punto muerto, Alus tomó la palabra.

―Dicho esto, me gustaría aprovechar esta oportunidad para preguntarle algo, señora Fable.

La forma en que estaba confirmando indirectamente su estado de ánimo era el resultado de su desconocimiento de cómo hablar a los nobles.

Frose entrecerró los ojos con suspicacia durante un momento, antes de sonreír con gracia.

―Por supuesto. No me importa, aunque no sé si puedo responder.

―No hay problema, responda lo que pueda. Y me gustaría hablar con usted en privado ―Alus miró a la chica pelirroja y a Selva.

Tesfia ladeó la cabeza confundida, pero Frose pareció entender sus intenciones y sonrió con ironía.

―Entonces podemos hablar con tranquilidad en mi estudio más tarde.

Pero estoy un poco cansada, así que hagamos un pequeño descanso.

Frose comenzó a levantarse, cuando Tesfia la llamó.

―¡Pero, madre…!

Ella quería obtener toda la información posible y planificar todo lo posible para el Tenbram.

Al ver la mirada ansiosa de Tesfia, Frose le dedicó una sonrisa tranquilizadora.

―Fia, no te diré que te relajes, pero debes tener cuidado de no ponerte demasiado nerviosa. Como mínimo, ya conoces lo básico de Tenbram. Tomémonos cada uno nuestro tiempo para reunir información y planificar nuestra estrategia. Si alargamos esta reunión, será ineficaz. Ni siquiera hemos recibido una fecha de los Womruinas, así que todavía hay mucho tiempo. Selva, sé que las cosas se complicarán, pero espero que tú también puedas reunir información.

―Por supuesto, Maestra Frose. No me perderé nada.

Entonces, como si acabara de recordarlo, Frose dijo:

―Me gustaría preguntar quién participará en el Tenbram por nuestra parte… ―Estaba claro lo que realmente quería saber cuando miró a Alus.

―Participaré si me lo piden. Si no, no me habría involucrado ―respondió Alus en un tono contundente y de desprecio a sí mismo.

Mientras tanto, Loki, que había estado observando su conversación, levantó rápidamente la mano. Una vez que hubo captado su atención, tomó la palabra.

―Si es posible… a mí también me gustaría ser de ayuda.

Tanto Tesfia como Frose se mostraron sorprendidas. Frose dijo:

―Vaya, ¿tú también, Loki?

―Sí, pero lo dejaré a la decisión de Al. Agradecería la oportunidad de participar en el Tenbram.

Miró a Alus, que se encogió de hombros a su vez. No se suponía que participara, pero había escuchado atentamente la conferencia de Selva como si tomara notas mentalmente. En ese caso, no había razón para negarse.

Loki continuó tras una pequeña tos.

―Bueno, Tesfia es tan poco fiable que yo también tendré que prestar mi apoyo para asegurarme de que no retrase a Al. También estoy segura de que hay algo que puedo aprender de un juego tradicional entre nobles.

―¡L-Lokiiii! ―Los ojos de Tesfia se llenaron de lágrimas. Parecía dispuesta a saltar y abrazar a Loki, pero la pequeña la apartó.

Frose contempló la conmovedora imagen con una sonrisa.

―Ya veo. Qué aliada tan reconfortante. Entonces, por favor, préstanos tu fuerza.

La forma en que le dirigió a Alus una mirada significativa hizo que pareciera que iba a instar a Loki a unirse de todos modos. Debía de saber de su lealtad a Alus y había estado planeando hacer uso de ella.

Alus ahogó un suspiro, mientras Frose continuaba con una expresión fría.

―Me alegra ver que estás rodeada de tan buenos amigos, Fia. Por favor, lleva a Alus y a Loki a las habitaciones de invitados, aunque también pueden quedarse en la tuya, si quieres.

―¡¿Qué?! Hay muchas habitaciones, así que no tenemos que… Espera, ¿nos vamos a quedar esta noche? ―preguntó Tesfia, algo asustada.

Por supuesto, a Alus y a Loki también les llegó como un rayo. El tema no se había planteado en la llamada de ayer, así que no tenían ninguna muda de ropa.

A cambio, Frose declaró con firmeza:

―Como jefa de la familia, no puedo enviarlos de vuelta sin el debido agradecimiento. Lo siento, pero por favor, piensen en la hospitalidad de los nobles, Alus y Loki. También está el asunto de agradecerles el Torneo Mágico de la Amistad de las Siete Naciones.

En apariencia, hablaba con educación, pero había presión detrás de sus palabras. Parecía que siempre había procedimientos complicados cuando se trataba de nobles.

Aunque Alus quisiera negarse, tenía que escuchar los supuestos agradecimientos que Frose había mencionado. En cualquier caso, sólo podía dar una respuesta, teniendo en cuenta el momento.

―Entiendo ―Sintió que había jugado en su contra y contestó con un tono resignado.

Frose sonrió alegremente y se dirigió al anciano mayordomo que estaba a su lado.

―Me alegro de oírlo. Parece que los preparativos de la cena no se desperdiciarán, Selva.

―Sí, es una gran suerte. El cocinero se esforzó más de lo habitual cuando se enteró de que la joven señorita venía con sus amigos ―Selva esbozó una sonrisa y añadió―: De hecho, todos los sirvientes de la casa han estado ocupados preparando la bienvenida desde ayer.

Por sus idas y venidas bien coordinadas, parecía que su estancia ya estaba programada. Una vez que Alus estuvo de acuerdo, Frose se dirigió a Tesfia.

―Fia, llévalos a sus habitaciones.

―Sí ―Ahora que estaba decidido, Tesfia perdió toda fuerza de voluntad para resistirse y lo aceptó―. Bien, vengan conmigo. Los llevaré allí.

Mientras el grupo salía de la habitación, Frose le preguntó casualmente a Alus:

―Alus… ¿realmente los Rimfuges se están involucrando en esto? ―Su voz era tranquila, pero claramente tenía algo en mente.

―Se refiere a Lilisha.

―Sí, su hija menor. Así que ella realmente se transfirió… Para ser honesta, ella es una de las cosas que me preocupan. Me enteré por Fia que ella también está involucrada en el Tenbram.

Después de negociar con Aile, Alus presionó a Tesfia para que llamara a su familia. Debió de contárselo a su madre entonces.

―Así es. La razón por la que se llegó a un acuerdo sobre Tenbram fue, en parte, porque ella se ofreció a actuar como juez ―dijo Alus. Nunca había querido ocultarlo en primer lugar.

―Esa familia es diferente de la familia noble habitual.

Como Tesfia había explicado una vez, los Rimfuges tenían varias familias ramificadas y los Frusevans eran la familia original. Por el comportamiento de Tesfia estaba claro que los demás nobles los consideraban una molestia. Pero Alus no sabía la razón de ello. Lo único que se le ocurría era ese lado oscuro que había mencionado Aile.

―¿Se puede confiar realmente en ella? Creo que hay bastante riesgo en involucrar a los Rimfuges ―dijo Frose con expresión preocupada. Probablemente estaba pensando en lo que pasaría si ganaban el Tenbram.

Alus captó la discordia entre las familias.

―Es cierto que Lilisha y Fia tienen una relación bastante turbia, pero yo no tengo nada que ver con eso. Por lo menos, ella me ayudó en el pasado. Además, es un poco interesante.

―¿Así que estás diciendo que ella es interesante… no confiable?

Ella vino a la Academia para vigilarme por orden del Gobernador General Berwick. Y como estoy seguro de que se da cuenta, mi futuro también está en juego. Así que me costaría creer que hiciera algo que pusiera al ejército en desventaja. Por supuesto, todo depende de que el Gobernador General tenga las riendas firmes.

―Entiendo. Así que se puede confiar en ella hasta cierto punto.

―Ha sido muy considerada esta vez, y creo que se ofreció a juzgar de forma voluntaria sin consultar primero a su familia. Después de todo, fue a hablar con el jefe de su familia para obtener su aprobación.

De hecho, había una razón más para la decisión de Alus. Aile había atacado mentalmente a Lilisha. Si ella estuviera trabajando con los Womruinas, no habría habido ninguna razón para que hiciera tal cosa. Sin embargo, decidió no decírselo a Frose.

Frose se puso el dedo en la barbilla para pensar. Mucho de lo que decía Alus sobre Lilisha se basaba en su juicio personal, pero eso era cuestionable, teniendo en cuenta lo poco que sabía sobre los nobles. No parecía prudente involucrar a otras familias dado el riesgo que corría la familia Fable. Además, independientemente de las intenciones de Lilisha, no podemos saber cómo actuará la familia Rimfuge. No hay que subestimar la influencia de los Womruinas. Y luego están los chismes actuales en el palacio…

Al ver la expresión tensa de Frose, Selva le sirvió una nueva taza de té para ayudarla a relajarse.

Frose entrecerró los ojos al oler el fragante té y dio un pequeño sorbo.

―Sería difícil cambiar lo que ya está decidido. Entiendo el asunto de Lilisha. Esperaré su notificación ―Como no podían hacer otra cosa que esperar, Frose pospuso el asunto.

Después de eso, Frose y Alus intercambiaron una pequeña charla, antes de que

Frose finalmente dijera con una sonrisa:

―Bueno, entonces, Alus, te llamaré más tarde.

***

Una vez que Tesfia y los demás se marcharon, sólo Selva y Frose se quedaron atrás, haciendo que la sala se sintiera desierta. Incluso con muchos sirvientes e invitados alrededor, estar rodeado de reliquias familiares y muebles antiguos mientras se mantenía el prestigio de la familia era a veces sofocante incluso para Frose. Pensando en ello, la brisa fresca del exterior seguramente fue traída por Tesfia.

―Maestra Frose, ¿le molestan esos rumores? ―Con una expresión misteriosa que no había mostrado a Tesfia ni a Alus, Selva habló en tono serio.

―Sí. Cuanto más desagradable es el rumor, menos probable es que sea sólo un rumor ―Frose suspiró, como si quisiera expulsar aquella negatividad de su persona. Su hija había expresado por fin su voluntad y contaba con el apoyo de Alus. Pero había tomado una decisión vital importante ella sola, así que no había forma de que pudiera disfrutar de su té en paz―. Es cierto que el palacio se ha agitado bajo la superficie últimamente.

―Tal vez sea una señal de que la gobernante hará su movimiento pronto.

―Será la llegada del Dios Brujo, y si no tenemos cuidado, nos veremos envueltos en ello también.

La gobernante de Alpha, Cicelnia, era conocida por su juventud y su belleza, pero sobre todo por su mente aguda. Por eso no era sólo un bello símbolo al que venerar. A veces se involucraba en asuntos internos y externos y agitaba las cosas a su antojo. No tenía nada de lo que avergonzarse en cuanto a su nacimiento y educación, y no temía a los poderosos. Por eso Frose se refería a ella como el mitológico Dios Brujo, atrevido y arrogante.

―No hay nada malo en proceder con precaución. Aunque sea en pequeñas dosis, es bueno que la información fluya hacia nosotros ―señaló Selva.

―Sí, estoy segura de que al menos seguirá los canales adecuados cuando trate con los nobles en los que confía ―Dicho esto, Frose sintió que le sacarían las castañas del fuego si confiaba demasiado en los rumores. Era difícil saber si el cebo que colgaba era real o no. Después de todo, la fuente de la información era dudosa. Se decía que procedía de palacio o de las altas esferas del ejército, pero incluso con los esfuerzos de Selva por confirmarlo, no tenían pruebas concluyentes―. Normalmente, me encantaría reírme de ello, pero ni siquiera tú has sido capaz de encontrar la fuente.

―No, por desgracia. No importaba el hilo que siguiera, todos acababan con “un ayudante cercano de la gobernante” como fuente.

Por  eso,  Frose  no  podía  eliminar  por  completo  los  rumores  de  su  mente.

Suspiró.

―Cuando llueve, diluvia.

Ahora mismo se enfrentaba a una decisión que pondría a prueba su temple como jefa. Si cometía un error aquí, la familia Fable se arruinaría. Esta no era la primera vez que había movimientos inquietantes en el ejército. Entre los altos mandos había algunos de la alta nobleza y otros que no dudarían en infringir la ley y ni siquiera Berwick podía contenerlos.

Aun así, estaba lejos de ser una situación en la que la gobernante tuviera que intervenir directamente. Entonces, ¿qué haría que Cicelnia se moviera? Alpha ya era una potencia conocida por su destreza mágica. No tenía parangón en cuanto a número de Demonios eliminados y áreas de territorio recuperadas.

―Maestra Frose, hay innumerables posibilidades. Será casi imposible lidiar con todas ellas.

―Lo sé. La mejor opción es quedarse encerrado en casa y esperar a que la tormenta se manifieste. Pero tengo un mal presentimiento sobre este rumor. Está circulando por ahí, pero a simple vista, aún no ha pasado nada en el palacio ―Frose dijo lo que pensaba, mientras reprimía una sonrisa amarga―.

Dime, Selva.

―¿Sí, maestra Frose?

―Si Lady Cicelnia hiciera un movimiento… ¿crees que sería un noble arrogante quien lo haría?

―Es difícil de decir, pero creo que sería la causa más probable.

―¿Supongo que él no está involucrado en nada de esto?

…¿Se refiere a Sir Alus? Es cierto, si es él, no creo que muestre una falsa humildad o sea demasiado considerado independientemente de con quién esté tratando ―Habiendo luchado contra Alus antes, Selva alcanzó a vislumbrar sus capacidades. Por eso estaba prácticamente convencido de que era el Magicmaster de Dígito Único que Alpha mantenía en secreto.

No se sabía por qué Alus se había inscrito de repente en la Academia, pero por unas extrañas circunstancias, empezó a enseñar a Tesfia. Selva estaba agradecido y no quería hacer ninguna suposición extraña.

―No te preocupes. Sólo era una idea que se me ocurrió. De verdad no creo que esté involucrado. Pero antes dijo algo raro, ¿no?

Selva se dio cuenta de lo que Frose intentaba decir.

―Ya veo. Había algo que quería preguntarle directamente, ¿no es así, Maestra Frose?

―Sí. ¿Qué querría preguntarme?

―Me temo que eso no es algo que un anciano como yo pueda saber. Pero si le interesa, tal vez sea mejor despejar cualquier duda lo antes posible, aunque la respuesta podría ser anticlimática.

―Supongo que lo llamaré más pronto que tarde ―dijo Frose. Se hundió en el cómodo sofá―. Pensando en ello, no es la primera vez que hay agitación entre bastidores en el palacio. Esa gobernante es demasiado aguda y no puede quedarse quieta mucho tiempo.

―Ja, ja, tal vez debería echar un vistazo más profundo.

―Eso sería jugar con fuego. Ni siquiera tú serías capaz de infiltrarte en el palacio, ni tampoco nadie en el Mundo Interior. Mientras esa observadora esté junto a la gobernante, será capaz de ver cualquier movimiento extraño.

―Ah, sí, Lady Rinne, era… Sólo lo mencionaba, sin embargo, porque hace tiempo que no visita el palacio para una visita de cortesía.

Pero la expresión de Frose seguía siendo preocupada.

―Eso seguiría sin ser diferente a jugar con fuego.

―Es así…

No importaba qué movimiento hiciera Cicelnia y por qué razón, no haría nada que perjudicara su relación con el Gobernador General, al menos no mientras sus intereses estuvieran alineados con los de él. Cicelnia tuvo razón cuando presionó a Berwick para que ocupara el puesto de Gobernador General.

―Me gustaría mantener un ojo en las cosas durante un poco más de tiempo. Pero antes, escucharé la pregunta de Alus después de un breve descanso.

Frose se levantó para salir del lujoso salón e ir a su estudio. Al llegar a la puerta se dio la vuelta, pues se le había ocurrido algo.

―Selva, quiero que reúnas información no sólo sobre los Womruinas, sino también todo lo que puedas sobre el palacio. Cualquier cosa, por muy trivial que parezca.

―Entendido ―El anciano mayordomo hizo una profunda reverencia mientras veía a su ama salir de la habitación.

***

Cuando pasaron por los enormes jardines antes de llegar a la mansión, Alus pensó que era demasiado, pero no se sorprendió. Sin embargo, al caminar por la mansión ahora, descubrió que era un mundo más allá de su imaginación. Por mucho dinero que tuviera, nunca habría soñado con construir una mansión tan enorme. Por eso la experiencia, casi impactante, le resultó tan refrescante.

Alus miró a su alrededor con curiosidad, mientras caminaban por un largo pasillo bordeado de una puerta tras otra. ¿Cuántas habitaciones tiene la mansión?

Tesfia se quedó un poco boquiabierta al verlo así.

―No es tan inusual.

―Rara vez visito las mansiones de la nobleza, ni tengo ningún interés en ellas.

―Huh… Bueno, la mayoría de las habitaciones no están siendo utilizadas en este momento. Todos los sirvientes viven en un edificio separado. Sólo Selva y el chambelán viven aquí ahora, supongo.

―Qué desperdicio ―dijo Loki sin rodeos.

―Una vez superado cierto nivel, la mayoría de las casas de los nobles son bastante similares. No hay nada malo en tener más habitaciones para las reuniones sociales ―dijo Tesfia.

―Con que es así…

Tesfia miró a Alus.

―Sinceramente, no sé si estás siendo sarcástica o realmente sorprendida.

―Sólo pensé que era una buena oportunidad para aprender un poco sobre la nobleza.

―Hm. Bueno, puedo decirte lo que sé.

Tesfia guió a Alus y a Loki por la mansión, mirando repetidamente hacia atrás mientras les hablaba. Cada vez que lo hacía, su cola de caballo lateral se balanceaba inquieta de un lado a otro, como si revelara sus sentimientos. Después de un rato, se detuvo frente a una habitación.

―¿Esta es tu habitación? Bien, déjame entrar un momento. Hay algo que quiero preguntarte.

―¡¿Qué?! ¿No está un poco mal?

Alus pensó que ella era mala para fingir calma. La forma en que sus ojos daban vueltas revelaba lo mucho que quería evitar que él entrara en su habitación. En cuanto a la razón…

―Ya sabemos que tu habitación es un desastre, Tesfia.

―Ah.

Loki puso la mano en el pomo de la puerta y lo giró sin dudarlo. Sonó un clic, pero Alus la detuvo levantando la mano. Se giró hacia Tesfia.

―Si realmente no quieres que lo hagamos, nos detendremos.

―Mmmm… B-Bueno, no la he usado en más de medio año, así que le vendría bien un poco de orden. ¡E-Espera un momento! ―Tesfia se interpuso entre Loki y la puerta, y deslizó la cabeza hacia el interior para asomarse. No satisfecha con eso, se inclinó aún más para ver mejor la habitación, asomando el trasero en el proceso. Finalmente, sacó la cabeza del hueco y respiró aliviada, sin darse cuenta de su aspecto―. Está bien, pero… ¿por qué tenemos que hablar en mi habitación?

―Por simple curiosidad ―dijo Alus―. Por cierto, no me importaría ni aunque tuvieras la ropa interior tirada en el suelo.

―¡A mí sí! ¡No es que la hubiera! Acabo de decir que la dejé vacía durante medio año, ¡así que es imposible que eso sea cierto! ―La cara de Tesfia se puso roja ante el insensible comentario de Alus, mientras se oponía a lo que tenía que decir.

Fue entonces cuando la chica de pelo plateado presionó aún más a Tesfia.

―Creo que es posible.

―¿Qué creen ustedes que soy? Admito que puedo tener un poco de falta de feminidad cuando se trata de mantener las cosas limpias, ¡pero no soy tan mala!

―Entonces no te importará… ―Dijo Alus.

―De acuerdo ―Tesfia tomó una decisión. Se aclaró la garganta y abrió la puerta de mala gana, y Alus y Loki entraron.

―Justo lo que se espera de la hija de un noble ―dijo Alus.

Loki estuvo de acuerdo.

―No deja nada que desear.

La habitación no sólo era espaciosa, sino también lujosa. Entre los diversos muebles había una cama matrimonial con dosel. Sin embargo, debido al tamaño de la habitación, la gran cama no tenía una presencia abrumadora.

Alus había visto el dormitorio que compartían Alice y Tesfia, pero éste era tres veces más grande que aquella habitación para dos. Otra puerta de la habitación estaba abierta de par en par para ventilar. Era un vestidor con muchos vestidos a medida dentro, pero también una elegante colección de ropa informal.

―Está inesperadamente limpio.

La afirmación de Loki en voz baja fue seguida rápidamente por Alus.

―Seguramente el chambelán es muy exigente con la limpieza.

―Ugh… ―Parecía que Alus había dado en el blanco, ya que Tesfia gimió en respuesta.

Ignorando a Tesfia, Alus miró la habitación una vez más. No sólo había hermosos muebles, sino que en la habitación también había recuerdos del tiempo que pasó aquí. Por muy limpia y ordenada que estuviera la habitación en la superficie, algunas cosas no podían ocultarse, y eran recordatorios de cómo era realmente la dueña de la habitación.

Había una vieja estantería y un escritorio que debió usar cuando era pequeña. Una alfombra de lana desgastada. Un pequeño sofá. Animales de peluche en la estantería y en la mesita de noche.

Alus sintió que podía entender por qué Lilisha había buscado en su laboratorio.

―¿Esta es… Alice?

Levantó una foto y sonrió. La foto mostraba a una Tesfia algo más joven y a una Alice de hace unos años. Alice tenía la misma expresión amable y dulce, pero como era de esperar, Tesfia parecía un poco insolente.

―Alice está muy linda… Parece que tiene doce o trece años ―dijo Loki, mientras se ponía a su lado y miraba la foto.

Al igual que Alus, se había criado en el ejército, por lo que no tenía ninguna foto ni ningún otro recuerdo tangible. Cuando se mudó al laboratorio de Alus, sólo necesitó una bolsa para sus pertenencias. La pequeña bolsa contenía todo lo que había tenido, todo lo que había acumulado a lo largo de su vida.

Sin embargo, esta habitación contenía más cosas de las que Tesfia podría llevar. Era casi deslumbrante a la vista.

―¿Qué, Alicia es la única linda? ―preguntó la pelirroja con un descarado mohín, cortando los pensamientos sentimentales de Loki.

―Es fastidioso, pero tú también solías ser muy linda.

―Je, je, ¿en serio? Espera, ¿quieres decir que ahora no lo soy?

Ambas se giraron hacia Alus para pedirle su opinión, pero él sólo dio una respuesta segura.

―Bueno, las dos eran bastante lindas en ese entonces. Además, Fia no tenía arrugas entonces.

―¡Tampoco tengo ahora!

―No, de camino aquí estabas frunciendo mucho el ceño ―dijo Alus. Volvió a mirar la foto con expresión seria, preguntándose si alguna vez él había sido así… pero rápidamente rechazó la idea. No lo había sido. Cuando tenía esa edad, había estado matando Demonios e incluso trabajando entre bastidores. Pensó en esos días y confirmó fácilmente que no tenía tan buenos recuerdos. Su pasado era como una foto en blanco y negro, sin ninguna emoción.

―Parece que se están divirtiendo ―murmuró. Las palabras se le escaparon.

Loki era dolorosamente consciente de lo que Alus estaba pensando realmente. Como conocía su pasado, había cosas que podía decir. Y así, con una suave sonrisa, eligió las palabras que le llegarían al corazón.

―Realmente lo hacen, Sir Alus.

Por un breve momento, hubo una atmósfera íntima y tranquila entre ellos. Pero pronto fue destruida por una pelirroja inquisitiva.

―¿Qué están haciendo ustedes dos? Están actuando de forma extraña.

―No quiero oír eso de ti ―replicó Alus, y bajó la foto.

Se sentó en el borde de la cama de Tesfia. Hubo un ligero rebote, como si tuviera resortes o algo más. Por supuesto, no tenía ninguna queja sobre la comodidad.

―No te sientes en mi cama sin más. Ni siquiera te has quitado el abrigo.

―No te quejes de las cosas insignificantes cuando ni siquiera haces la limpieza tú misma. Y apenas hay otro sitio donde sentarse. En primer lugar, me siento aquí porque es más fácil hablar así.

―Bien. Entonces, ¿de qué quieres hablar? Ah, antes de eso… ―Tesfia se sentó en el sofá y enderezó la espalda. Se sonrojó un poco y se puso nerviosa―. Um… Muchas gracias por todo lo que ha pasado. Probablemente habría sido un desastre si hubiera estado sola. No, definitivamente lo habría sido. Incluso viniste hasta mi casa… a pesar de que odias a los nobles, ¿verdad? Así que… lo siento ―terminó Tesfia. Se revolvió el pelo y mostró una sonrisa incómoda.

Alus y Loki parecían desinteresados.

―Elige entre agradecer o disculparte ―replicó Alus.

Loki fue la siguiente.

―Sí. En lugar de disculparte, di que harás todo lo posible aunque te mate.

Aunque sea mentira, seguirás siendo digna de ser ridiculizada de esa manera.

―Ah, um… ¿hmm?

Mientras Tesfia ladeaba la cabeza confundida, a Loki le apetecía ser traviesa.

―Para que sepas, Sir Alus no va a prestar su ayuda gratis.

―¡Oye! ―Alus reprochó a Loki que dijera casualmente algo tan poco escrupuloso―. Puede que me haya visto envuelto en esto, pero probablemente Aile pensaba ir contra mí en algún momento, así que el resultado habría sido el mismo ―Puede ser que todo el incidente haya sido sólo un pretexto para que Aile atrapara a Alus. De cualquier manera, fue gracias a Lilisha que pudieron obtener el mejor resultado posible de las negociaciones―. Bueno, no te preocupes por mí. Sólo asegúrate de agradecerle a Lilisha después.

―¡Oh, no, gracias! ―Tesfia extendió las palmas de las manos frente a ella, negándose a dar las gracias a Lilisha de cualquier manera.

Alus se exasperó. Su actitud se debía a sentimientos y rencores personales. En cierto sentido, seguía siendo juvenil.

Aparentemente consciente de ello, Tesfia continuó torpemente.

―Es una broma, sólo una broma. Lo haré… pero sólo después de haberla derrotado en nuestro duelo.

―Vaya… ―Loki miró fríamente a Tesfia por su cerrazón.

―¿Qué? ¡Es sólo una pequeña venganza! Además, ya le di las gracias una vez. ¿Qué tiene que ver con esto?

Parecía que Tesfia no podía ser sincera con Lilisha. No las llamaría rivales, pero ambas eran nobles de la misma edad y cada una tenía su propio orgullo que proteger. Era algo que Alus y Loki no podían entender.

Al final, Alus dejó de lado el tema por ahora, ya que había cosas más importantes que discutir.

―Entonces te preguntaré sobre otras cosas que no te gustarán, ¿de acuerdo?

―Eh… S-Seguro, si lo necesitas.

―Entendido. Primero, quiero saber sobre tu padre.

―¡…! Falleció cuando yo era pequeña ―Sucedió cuando Tesfia era demasiado joven para tener recuerdos de él.

Ella había respondido con sorprendente facilidad, y era una respuesta que Alus había esperado en cierto modo.

―Ya veo. ¿Así que era un Magicmaster?

―Sí, eso es lo que escuché de mi madre. Falleció en el Mundo Exterior. No conozco los detalles, pero al parecer no era de muy alto ranking. Mi madre era la heredera legítima de la familia Fable, así que mi padre se casó con la familia.

―Hmm. ¿Y qué atributo utilizaba?

―Creo que era viento. Al menos no debería haber sido hielo.

―Ya veo…

No había ningún requisito de que el jefe de familia fuera un hombre. En cambio, la condición era haber dominado la clase más alta del hechizo transmitido en la familia. Y como el padre había muerto pronto, Frose no había tenido más hijos que Tesfia. En otras palabras, Frose la estaba entrenando para ser la sucesora porque, afortunadamente, tenía afinidad con el hielo. Esa era en parte la razón por la que le habían permitido quedarse en la Academia, además de que Frose había visto sus capacidades en el Torneo Mágico de la Amistad.

―Entonces, ¿es posible que tu padre tuviera un hermano o un aprendiz que pudiera utilizar el atributo hielo? Uno muy capaz, quiero decir.

―No creo haber escuchado ninguna historia de ese tipo. Pero, ¿a qué viene esa pregunta tan extraña…? ¿Hay algo importante sobre mi padre?

―No tengo ninguna prueba concluyente, así que no puedo decirlo todavía.

―Bueno, está bien.

Mientras hablaban, Alus eliminó una posibilidad de la lista de su mente. Pensaba en el misterioso hombre de las nieves que habían encontrado en Vanalis. El Magicmaster pelirrojo había utilizado un hechizo de alteración del ambiente. También utilizó un hechizo similar a Zepel, el hechizo que Alus había ideado para Tesfia.

Alus había hecho algunos cambios en el hechizo original para crear Zepel, pero era similar a la magia transmitida en la familia Fable. En concreto, era una forma avanzada de la Icicle Sword. Había sospechado que el hombre de las nieves podría ser el padre de Tesfia o alguien relacionado con él, pero eso podría haber sido una suposición demasiado obvia. El padre de Tesfia utilizaba el atributo viento, e incluso si hubiera existido alguien cercano a él, no habría sido capaz de llevar Icicle Sword al siguiente nivel utilizando las habilidades normales.

No había duda de que el hombre de las nieves era un hábil maestro del atributo hielo. Utilizar un hechizo de alteración del ambiente de esa escala requería grandes cantidades de maná, y sin embargo ese hombre no tuvo problemas para acorralar a Loki y a Mujir, e incluso le quedaban fuerzas suficientes para luchar contra Alus. En retrospectiva, la decisión de Alus de matarlo inmediatamente fue acertada.

Loki vio el brillo feroz en los ojos de Alus al recordar el sangriento recuerdo. Hizo una pregunta como para suavizar el ambiente.

―Por cierto, ¿es así como lo hacen los nobles, Tesfia?

―¿Hacer qué?

―Dijiste que tu padre se casó con tu familia, ¿verdad? Así que, ya sabes…

¿Toman consideraciones especiales para transmitir la afinidad de los padres?

―¿Hm? ―Tesfia era extrañamente lenta en la comprensión de este tipo de temas.