Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 15

Capitulo 3: Querer Estar Con Un Ser Querido Debe Ser Un Deseo Fundamental

Parte 3

Asura se inclinó sobre la barandilla con alegría en el corazón mientras Alshiera empezaba a interrogarle fríamente.

“¿Y? ¿Por qué querías venir a un lugar como éste?”

“Bueno, ya sabes, obviamente es porque quería ver bien el mundo que protegías”.

“…Santo cielo.”

Los vampiros no tenían flujo sanguíneo. Sus corazones no latían. A pesar de todo, Alshiera sintió que sus mejillas se calentaban, así que apartó bruscamente los ojos.

Asura le rozó la cabeza reconfortantemente, como si estuviera acostumbrada a aquella reacción, y preguntó: “¿Qué te parece, Ashy?

¿Qué tal la vista de lo que protegiste?”.

“…No es nada especial. Es la misma vista de siempre”.

Aun así, aquellos niños la seguían tras oír que era una cita, aquella llorona que mostraba las reacciones más divertidas tras el más mínimo empujón y su amiga que hacía lo posible por vivir aquí. No era una mala ciudad.

No quedó claro cómo interpretó Asura su respuesta indiferente, ya que simplemente siguió despeinándola sin reservas.

“Ha-ha, parece que realmente te gusta estar aquí”. “Después de todo, este mundo ya es como un hijo mío”.

Había estado vigilando todo este tiempo. Había habido muchas tragedias. Shere Khan no había sido el primero en atacar a especies raras o a los débiles, por ejemplo. Alshiera había sido testigo de sucesos nauseabundos muchas veces. Sin embargo, la humanidad persistía. Incluso en la impotente oscuridad, se enamoraban, difundían afecto y, a veces, incluso derrocaban al destino. ¿Cómo no iba a amar al mundo?

Asura asintió satisfecha, luego se dejó caer en el banco y dijo: “Ashy, siéntate tú también”.

“Sí, sí.”

Alshiera hizo lo que le dijeron, lo que a Asura le pareció bastante inesperado.

“¿Oh? ¿Qué es esto? ¿No estás muy cooperativa hoy?”

“Estamos en una cita, ¿no? Al menos escucharé algunas de tus peticiones egoístas”.

“Heh-heh, entonces tengo una más para ti.” “¿Hmm…?”

Sin esperar respuesta, Asura tiró de la mano de Alshiera. Ella cayó sobre él, ahora de lado y usando su regazo como almohada.

“¿Qué significa esto?”, preguntó.

Nephy o Chastille habrían vacilado adorablemente en ese momento, pero a sus mil años, la expresión de Alshiera no cambió… O, bueno, no era su intención, pero estaba demasiado asustada para comprobar qué cara estaba poniendo en realidad. En un cambio total con respecto a antes, Asura cepilló suavemente su cabello dorado.

“Realmente has aguantado estos últimos mil años, Ashy”. “…”

Los ojos de Alshiera se abrieron de golpe cuando Asura continuó hablando. “Siento haberte dejado sola tanto tiempo”.

“…En realidad no estuve sola todo este tiempo ni nada por el estilo. Hubo momentos en los que también tuve gente a mi lado”.

“Es un alivio”, respondió. Y mientras hablaba, siguió rozándole la cabeza. “Esta vez, me quedaré contigo hasta el final”.

“…soy un vampiro. En realidad no tengo vida, ¿sabes?”

“Entonces yo también me convertiré en vampiro. Enséñame cómo la próxima vez. Estoy totalmente de acuerdo con que me chupes la sangre.”

“…Realmente eres un tonto.”

La voz de Alshiera temblaba. Antes de darse cuenta, las lágrimas corrían por sus mejillas. A pesar de ser normalmente tan habladora, Asura permaneció en silencio y siguió acariciándole la cabeza.

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Lily avanzaba por el bullicio de la ciudad, Foll la llevaba de la mano. “Lily, quiero visitar esa tienda”.

“¿No es eso un restaurante? Si vamos allí, ¿no perderás el apetito antes de cenar?”

“Pero parece sabroso. Vamos a comer”. “Bien, pero no digas que no te lo advertí”.

Foll había señalado una tienda especializada en comidas ligeras. Su menú parecía consistir sobre todo en bebidas, pero también vendían algunos dulces que utilizaban nata fresca. Muchos de los clientes parecían ser parejas. Lily no tenía forma de saber que se trataba de la rumoreada tienda donde “los amantes serían bendecidos para estar juntos para siempre” debido a una visita del Archidemonio Zagan.

Foll se subió a una silla y pidió sin dudarlo el parfait más grande disponible, fuera lo que fuera un parfait.

“¿No es caro este tipo de cosas?” preguntó Lily. “No tengo un centavo,

¿sabes?”

Foll incluso había comprado la ropa que Lily llevaba ahora, por lo que tener una chica que parecía más joven que su paga hacía que Lily se sintiera extremadamente culpable.

“Mmm… Está bien. Te estoy protegiendo, así que yo invito”, dijo Foll. “¿Waaah…?”

Esperaron en vilo a que la camarera les trajera una taza con una pajita en forma de corazón. No parecía posible que una sola persona pudiera terminársela. Foll miró la taza llena de crema con ojos brillantes.

“Oooh, así que esto es… Zagan y Nephy mencionaron tenerlo antes, así que siempre he querido probar uno”.

“¿Esto no es para parejas?”

“Dexia y Aristella son hermanas, pero igual lo pidieron, así que está bien”.

Foll cogió la larga cuchara e inmediatamente cogió un poco de nata para probarla.

“Qué dulce”.

La visión de la niña entrecerrando los ojos de alegría espoleó el deseo de Lily de protegerla. Foll cogió un poco más de nata y le tendió la cuchara.

“Lily, tú también toma”. “¿Eh? ¿Yo también?” “Es demasiado para mí”.

Lily se tragó las ganas de decir que era obvio y cerró la boca sobre la cuchara.

“…Oh, es realmente dulce.” “¿Cierto?”

Foll sonrió satisfecho.

Es tan linda… y tan amable.

¿Por qué esta chica estaba siendo tan amable con ella? Si Lily tuviera una hermana pequeña, imaginaba que se sentiría así. Aferró el medallón que colgaba sobre su pecho. Dentro había un retrato suyo y de otra niña. Teniendo en cuenta su edad, probablemente era la hermana mayor, lo que significaba que había tenido una hermana pequeña, pero lo más probable era que esa niña ya no existiera. Después de todo, Shura le había dicho que los carbuncles ya se habían extinguido.

Probablemente hice cosas malas en el pasado.

Aunque no lo recordara, lo sabía a juzgar por las reacciones de quienes había conocido.

Y sin embargo, Foll no había prestado atención a esas cosas y la había tratado con amabilidad.

Quiero convertirme en alguien que pueda devolver la amabilidad de esta chica.

Por el momento, no distinguía la izquierda de la derecha, pero quería buscar algo que pudiera hacer para permanecer a su lado.

Y mientras Lily pensaba en esas cosas, Foll cogió otra cucharada de crema y preguntó de repente: “Lily, ¿te gusta Shura?”.

“¡¿Hwuh?! ¿Eh? Uh, ¿Shura?”, preguntó. La pregunta había sido tan inesperada que Lily casi se cae de la silla. “Um, ¿quieres decir como amigo? ¿O cómo… hombre?”

“Hmm, vamos con como un hombre.” “¿Qué quieres decir con ‘vamos con’?”

Para empezar, preguntarle a una persona con amnesia sobre su vida amorosa era un pequeño problema. Lily levantó la voz por eso, y Foll continuó con gran interés.

“Zagan y Alshiera tienen personas a las que aman, pero por alguna razón, se demoran para siempre. Quiero saber qué es el amor”.

“Ah…”

Lily sólo había hablado con ellos brevemente, pero aun así entendió lo que Foll intentaba decir.

“Creo que Shura es muy buena persona, y le estoy muy agradecida”, empezó Lily, retorciéndose los dedos disculpándose. “Pero sinceramente, no sé si le quiero. Realmente no hay mucho tiempo para el amor dada mi situación…”

“Cuanto más grave es la situación, más se enamora la gente. O eso me han dicho”.

“¿Eh? Me pregunto sobre eso… Claro, estoy muy aliviada de saber que es uno de los míos, pero…”

Pero si le preguntaban si le quería, no había pasado con él el tiempo suficiente para responder. Al ver que Lily estaba preocupada por la pregunta, Foll bajó los hombros.

“Y yo que pensaba que tenía la oportunidad de ver el momento en que una persona se enamora”.

“Es inútil que me digas eso… ¿No es algo que viene como una sacudida en el momento en que sus ojos se encuentran o algo así?”

“Lily, ¿eres una romántica?” preguntó Foll, parpadeando perplejo. “¡Pues lo siento!” Lily gritó, poniéndose roja.

“No lo odio”, respondió Foll con una sonrisa.

“Lo has entendido todo mal…”

“Lily, ¿has estado enamorada antes?” “Aunque lo haya hecho, no lo recuerdo”.

Lily se preguntó si alguna vez había experimentado ponerse roja hasta las mejillas y que le palpitara el corazón. Había tenido la impresión de que no tenía tiempo para admirar esas cosas, pero pensándolo ahora, sentía algo parecido a la envidia ante la idea.

Pero con mi cuerpo así, nunca será correspondido.

Manuela le había dicho que sus cicatrices eran bonitas. Lily sabía que no era más que un cumplido cortés, pero también le había parecido algo serio, así que sintió que podía reafirmarse un poco. Sin embargo, llegar a amar a un hombre era una historia completamente diferente.

Resulta que conocía a Shura desde el mismo momento en que me desperté, pero…

No podía imaginarse a sí misma en ese tipo de relación con él. Sentía que el amor era algo en lo que pensar después de decidir su futuro.

“¿Y tú, Foll? ¿Tienes algún chico que te guste?”

“…Me pregunto… No creo que queden dragones machos en el mundo”. Lily se quedó sorprendida.

La gente de Foll también se ha ido…

Al igual que los carbuncles, los dragones habían desaparecido del mundo.

La familia de Foll era tan dispar en edad y raza. Aunque le proporcionaran calor y afecto, eso no anulaba el hecho de que ya no existían dragones en el mundo. Tal vez, sólo tal vez, ésa era la razón por la que Foll se había encariñado con Lily. Ese pensamiento le dolió a Lily.

“Si conozco a alguien más guay que Zagan, ¿tal vez llegue a gustarme?”. murmuró Foll.

“Parece un listón muy alto”.

Acababa de conocerlo, pero Zagan tenía cierto carisma. Había algo en él que atraía a los demás. Era bastante improbable que alguien superara eso.

Me pregunto si podré hacerme amigo suyo, al menos…

Lily no tenía ni idea de cómo hacer amigos o de cuándo se consideraba a uno amigo, pero hablar de amor y comer dulces así se sentía muy acogedor. Mientras Foll y Shura estuvieran con ella, Lily sentía que podía seguir adelante.

Justo entonces…

“Buenas noches, mi señora. Nos encontramos de nuevo.”

Una voz que Lily nunca había oído antes, pero que sentía como si conociera, la llamó.

Un escalofrío le recorrió la espina dorsal, haciéndola levantarse por reflejo y mirar a su alrededor. No tardó en ver la espalda de un anciano que se alejaba por un callejón. No tenía nada en qué basarse, pero instintivamente supo que había sido él quien había hablado.

“¿Lily? ¿Qué pasa?” preguntó Foll, con un aire de preocupación en su voz.

No puedo involucrar a Foll en esto.

Había una oscura malicia en la voz del hombre. No podía permitir que una chica honesta como Foll se mezclara con él.

“¡Ya vuelvo!”

“¡Lily!”

Así, Lily se escapó sola.

***

El callejón era como un laberinto, pero Lily consiguió encontrar la espalda del anciano tras entrar a la carrera. Inmediatamente giró por otro camino y Lily se puso a perseguirlo. Justo al doblar la esquina, volvió a ver a duras penas su espalda desapareciendo por otra curva.

La estaban atrayendo. Lo sabía, pero por alguna razón se sintió obligada a perseguirle. Un impulso de pánico la llevó a correr tras el anciano. Al poco tiempo, cuando ya no tenía ni idea de por dónde había ido, el hombre dejó de moverse. Sin aliento y sin poder hablar, Lily vio cómo se daba la vuelta con elegancia y hacía una reverencia.

“Mi señora, ¿se ha perdido por aquí?”, preguntó antes de que sus labios se torcieran de forma extraña. “Estoy impresionada. Pensé que te había matado al cortar tu joya central, pero parece que fue una preocupación innecesaria por mi parte. Realmente espléndido. No esperaba menos de un camarada, Coleccionista”.

Lily no entendía ni la mitad de lo que decía. Sólo había una cosa de la que estaba segura.

En otras palabras, ¿esta persona es la que me cortó…?

Comprendió lo peligrosa que era su posición. En cualquier caso, no podía permitir que el hombre se acercara a Foll.

“Haaah… Haaah… ¿Quién eres…? Me conoces… ¿verdad?”, consiguió exhalar entre jadeos.

“¿Hmm…? Parece que no estamos en la misma página”, dijo el hombre, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Luego ladeó la cabeza antes de que su boca se curvara en una sonrisa espantosa. “Bueno, me abstendré de indagar en tus circunstancias. Sin embargo, esto es una bendición. Mi presa ha aparecido voluntariamente ante mí. Mi segundo nombre, Señor del Asesinato, quedaría en vergüenza si no respondiera apropiadamente”.

Sacó suavemente una espada de su cintura. No, no era una espada. Tenía la forma de una empuñadura, pero no había hoja.

Espera, tiene una hoja. Quiero decir, es la Hex Katana…

Lily sintió que su joya central palpitaba de dolor. Entonces le vinieron a la mente varias imágenes misteriosas. Vio a un monstruo que parecía hecho de trozos de papel, a ella enfrentándose a él, a una mujer siendo atacada en la ciudad, y al anciano caballero hablándole como a un amigo íntimo. Y luego…

“Aaah…”

La chica volvió en sí. Un lunático con una espada desenvainada estaba ante sus ojos. A pesar de ello, la chica cayó de rodillas, incapaz ya de mantenerse en pie.

“¡¿Qué haces?! ¡Esquiva!”

Alguien levantó a la chica del suelo, esquivando por poco la hoja que se acercaba.

“¿Ari… Stella?”

“Es Dexia. ¿Cómo pude dejarte pelear con este imbécil?”

Era la otra gemela que servía de ayudante a Foll. Sin embargo, la chica no tenía muy buena impresión de ella comparada con la que tenía de Aristella.

“Señor del Asesinato Glasya-Labolas…” murmuró Dexia, con las manos temblorosas mientras sostenía a la niña en sus brazos. “El viejo tenía razón. Esto apesta”.

Dexia sabía quién era ese hombre. Lo sabía, pero aun así había venido a salvar a la chica de él.

“Te conseguiré algo de tiempo, así que lárgate de aquí. Para que lo sepas, no soy lo suficientemente fuerte como para hacer nada con alguien así, así que no voy a aguantar mucho”.

Dexia desenvainó su espada de cadena y se resolvió a morir, solapándose con otra escena en la mente de la chica.

“No pasa nada, tu hermana mayor es hechicera, ¡así que no perderá contra los malos!”.

Había huido, aferrándose a esas palabras. Y por desgracia, después no quedó nada.

Nada   de   nada.   La   chica   apretó   con   fuerza   el   brazo             de   Dexia. Observándolas, el anciano se encogió de hombros.

“Hmm. ¿No sabes que es peligroso quedarse aquí?”

“¡Cállate! ¡Milady dijo que la protegería! ¡Y una mierda voy a abandonarla aquí!” La chica estaba mejor usando a Dexia como escudo y huyendo.

Ha-ha, ¿qué pasa? Mis piernas no se mueven.

Y, sin embargo, se puso delante de Dexia como para protegerla.

“Preferiría que no me mostraras tan galante…”, dijo el anciano, bajando los ojos con tristeza. Luego volvió hacia ellos la expresión más repulsiva. “¡No podré contenerme más!”.

“¡Ugh! ¡Huye!”

Dexia tiró del brazo de la chica, pero ya era demasiado tarde para salir del alcance del hombre. Y justo cuando la chica estiró el brazo, un puño se clavó en la cara del anciano.

“¡¿Guoh?!”

El puño mantuvo su impulso mientras se hundía hacia abajo, golpeando la cara del hombre contra el suelo y abriendo una brecha en la tierra mientras caía violentamente.

“Lo que me parece más imperdonable en este mundo es que alguien se interponga en mi cita con mi novia”.

“¡Su Alteza!” exclamó Dexia.

Cansado de seguir a Alshiera, Zagan había acudido a una cita con Nephy y ahora se interponía en el camino del anciano.

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Poco antes de eso…

“Hmm. No podemos seguirlos si han escapado a la iglesia.”

Zagan había seguido a Alshiera en su cita, pero los dos se habían colado en la iglesia. Barbatos y Chastille se encontraban en una situación delicada, así que Zagan quería evitar irrumpir en su despacho en un viaje de placer. Aunque quizá fuera demasiado tarde para eso.

Zagan miró a la catedral y gimió, mientras Nephy sonreía.

“Hee-hee-hee, pero Lady Alshiera parecía estar divirtiéndose. O supongo que, más que divertirse, es como si se hubiera quitado un peso de encima. Nunca la había visto poner una cara así”.

“Bueno, ha tenido una vida bastante pésima”.

Era una bendición tener a alguien con quien relajarse. Después de todo, no le quedaba mucho tiempo.

“……”

Los dos se dieron cuenta entonces de que estaban solos. Las puntas de las orejas puntiagudas de Nephy se pusieron ligeramente rojas, y Zagan estaba claramente nervioso. Sin embargo, su decisión fue rápida.

“Um, ¡Nephy! Uh, estoy bastante cansado de seguir a Alshiera, a-así que

¿qué tal… tener una cita?” “Con mucho gusto…”

Estaba seguro de que Nephy también se había sentido sola. Su expresión se suavizó en una sonrisa y cogió la mano que Zagan le tendía. Luego la estrechó como les habían enseñado el otro día, como hacían los enamorados.

“Heh, ha-ha…”

“Heh-heh-heh…”

Los dos habían estado tan ocupados últimamente que ni siquiera habían tenido ocasión de sentarse a hablar, pero esa soledad se había disipado por completo con el simple hecho de cogerse de la mano.

“¿Adónde vamos?” Zagan preguntó.

“Um… Oh, quiero echar un vistazo a la fuente de agua de allí”.

La fuente situada en la plaza ante ellos pertenecía a la iglesia, que técnicamente era una organización antagónica a los hechiceros. Mientras Chastille estuviera al mando, en realidad no tenían que preocuparse por eso, pero tal vez habían estado evitando el lugar inconscientemente. Zagan y Nephy se acercaron a un banco de la plaza y se detuvieron de repente.

“Maestro Zagan, eso es…”

Zagan era consciente de que un Archidemonio se había colado en Kianoides por la mañana. Sin embargo, Foll le había traído a Lily al mismo tiempo, así que había dejado el asunto para más tarde. La barrera que cubría Kianoides acababa de detectar a este Archidemonio entrando en contacto con Lily.

Su primera cita en un tiempo había sido interrumpida, trayendo una mirada triste a la cara de Nephy.

“Me ocuparé de ello enseguida”, dijo Zagan, dirigiéndole una amable sonrisa. “Espera un poco, Nephy”.

Se puso en marcha inmediatamente.

“Lo que me parece más imperdonable en este mundo es que alguien se interponga en mi cita con mi novia”.

Usando eso como motivo, incluso había matado a un hombre que probablemente se habría convertido en su amigo. El anciano que había recibido todo el impacto del puño de Zagan se levantó como si nada y recogió su sombrero.

“Vaya, vaya, vaya, pero si es mi querido camarada, el Archidemonio Zagan. Qué desconsiderado de mi parte. Aún no te he saludado a pesar de entrar en tus dominios. Glasya-Labolas. El mundo me idolatra como el Señor del Asesinato”.

“No necesito tus tonterías diplomáticas. Todo lo que quiero de ti es tu muerte inmediata”.

Zagan le miró con severa hostilidad en los ojos, pero el anciano se limitó a limpiarse la sangre de la nariz y se encogió de hombros.

“Vaya, qué frío. ¿Tan disgustado estás que he venido a ponerle la mano encima a tu compañera?”.

Zagan desvió su atención hacia Dexia y Lily. Dexia había caído sobre su retaguardia, mientras que Lily había desaparecido antes de que él se diera cuenta.

“Me importa un bledo quién sea. Foll ha decidido protegerla. Como tal, no es mi lugar para meter mi cuello en las cosas “.

“No. Lo has entendido mal. Mi objetivo es esa señora de ahí”.

Sus ojos se clavaron en Dexia, que se sobresaltó cuando Zagan extendió un brazo para proteger a su subordinada.

¿Su objetivo es Dexia o Aristella?

De cualquier forma, si Zagan daba un paso adelante, pondría algo de distancia entre él y Dexia. Contra un Archidemonio, no podría protegerla con seguridad a menos que estuviera al alcance de su mano.

“Entonces tengo dos razones más por las que te necesito muerto”, dijo Zagan.

“Lamento decir que esto es trabajo. Sin embargo, no he oído hablar de dos damas que comparten la misma cara. Necesito estar seguro de cuál es mi objetivo…” murmuró Glasya-Labolas. Luego, tras mirar más de cerca a Dexia, se retorció de éxtasis. “¡Después de ver una exhibición tan galante, estoy tan excitado que no puedo contenerme más!”.

“A-Asqueroso…”

La locura del Archidemonio era tan intensa que Dexia comentó por reflejo, a pesar de temblar de miedo.

“Ah… Ya basta. Cállate”, dijo Zagan.

“¿Oh? Pensé que me entenderías. Eso era lo que esperaba del Archidemonio Zagan, el hombre que masacró sin piedad al ejército de diez mil hombres de Shere Khan”, respondió Glasya-Labolas, llevándose la mano al pecho mientras hablaba como si cantara una canción. “Vaya, no ha habido un Archidemonio que haya matado a tanta gente desde Marchosias. Me llaman el Señor del Asesinato, pero no te llego ni a los tobillos en cuanto a volumen. Por lo tanto, he llegado a tenerte un gran respeto”.

Zagan había matado a diez mil Nephilim. Ya fuera por su propia mano o por orden suya, Zagan los había matado. No sentía el más mínimo remordimiento por el acto, pero tampoco aceptaba ese hecho a la ligera.

“¡Ahora! ¡Déjame oírlo!” exclamó Glasya-Labolas con una sonrisa. “¡Dime qué se siente al robar diez mil vidas! ¡¿Qué tan emocionante fue?! Espera, no, ¡¿quizás sentiste angustia?! ¿O incluso una sensación de vacío? He venido a verte para averiguarlo”.

Por desgracia para él, la respuesta de Zagan a la pregunta fue extremadamente indiferente.

“… ¿Nada?”