Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 15

Capitulo 3: Querer Estar Con Un Ser Querido Debe Ser Un Deseo Fundamental

Parte 4

Los ojos del anciano se convirtieron en platillos. “¿Qué… acabas de decir…?”

“Nada. Simplemente me ocupé de la chusma que se me oponía. ¿Por qué debería sentir algo por todos y cada uno de ellos?”.

Zagan era un Archidemonio, un hechicero que mantenía la compostura sin importar la atrocidad o el mal que cometiera. Por lo tanto, no podía dejarse influenciar por cada pequeño acto. Aquellos que cosechaban la ira de un Archidemonio eran llevados a la ruina, sin excepción. Zagan simplemente tenía que seguir demostrando ese hecho.

“¿Nada…?” murmuró Glasya-Labolas, con los brazos colgando a los lados. “¿Diez mil vidas… y no sentiste nada…?”.

Su voz temblaba como si le hubieran pisoteado el sentido de toda su vida. Entonces, gritó: “¡¿Por qué tomas la vida?!”.

Aquello fue tan inesperado que Zagan dudó de sus propios oídos. “No pensarías que eso vendría del Señor del Asesinato”.

“…Soy el Señor del Asesinato, el Archidemonio que mata a otros por deporte”, declaró Glasya-Labolas, apretando los dientes y temblando de ira. “Y precisamente por eso rindo respeto a cada vida que corto de raíz”.

Se agarró con fuerza la ropa al pecho y siguió hablando con gestos teatrales.

“Incluso la simple alegría está bien. Los impulsos nacidos del resentimiento y la ira también son hermosos. Un asesinato cometido sin querer tras verse acorralado es dulce como un primer amor. Matar crudamente por dinero es tan humano que puedo simpatizar con ello. Contemplar el retorcido complejo de superioridad de quienes cometen asesinatos farisaicos para abatir el mal me encoge el corazón. La visión de un asesino aturdido con las manos empapadas de sangre es tan encantadora que quiero frotar mi mejilla contra la suya”. Rugió el anciano, guardando su espada invisible en la vaina.

“¡La razón no importa, pero matar debe ir acompañado de emoción! Esa es la cortesía adecuada para mostrar la vida. Recuerdo los últimos momentos de cada persona que he matado”.

Zagan no entendió en absoluto las palabras del Señor del Asesinato, así que soltó un bufido.

Contrariamente a las apariencias, es del tipo excesivamente apasionado,

¿eh?

Ni una sola de sus palabras tenía sentido, pero parecía que la respuesta de Zagan era tan imperdonable para él como interponerse en una cita con Nephy lo era para Zagan. Glasya-Labolas ya ni siquiera parecía ser consciente de la existencia de su supuesto objetivo.

“Nephy. Coge a Dexia y sal de aquí”, dijo Zagan por telepatía.

Nephy se inclinó por la cintura y tomó a Dexia en sus brazos como si no fuera necesario decirlo.

“Que la fortuna le acompañe, maestro Zagan”, respondió telepáticamente.

Así, el Hechicero Asesino y el Señor del Asesinato—dos Archidemonios a los que se les había concedido su nombre por su habilidad para matar con eficacia—se enfrentaron.

***

“Qué zoquete. Ha estado peleándose con Archidemonios a diestro y siniestro, así que supuse que sería un poco más cauteloso”.

La chica que había desaparecido del lado de Dexia estaba ahora en el Palacio Archidemonio. Esta era la base de un Archidemonio, pero convenientemente para ella, todos los hechiceros más fuertes que normalmente estaban aquí estaban ausentes. Es más, la chica ya había sido cordialmente guiada al interior. No importa cuántas trampas o barreras

protegieran este lugar, para el Coleccionista no era más que un castillo vacío.

La chica recordó a los habitantes del castillo que había conocido.

“Shere Khan realmente perdió la cabeza al ser derrotado por este grupo amante de la paz y despreocupado”.

Habló con sorna y se apretó la mano contra el pecho. Había un chico estúpido que simpatizaba con ella e hizo todo lo que pudo una vez que ella le dijo que no tenía recuerdos. Había una chica que había saltado delante de Glasya-Labolas para protegerla, a pesar de que sospechaba mucho de ella.

¡Todos me dan ganas de vomitar! Todos eran unos hipócritas. Se suponía que así era, pero por alguna razón, sintió un dolor excesivo dentro de su pecho. Gotas transparentes corrían por sus mejillas, y no conseguía que se detuvieran. Y justo cuando llegaba fácilmente a la puerta del tesoro y estaba a punto de poner la mano en ella…

“Lily. No puedes ir más lejos”.

La chica se secó la cara y se volvió para mirar por encima del hombro.

“Aha, me sorprende que lo hayas descubierto. A pesar de decir que creías en mí, en realidad dudabas de mí, ¿verdad?”

Un pequeño dragón se quedó sin aliento. Al ver las lágrimas en sus ojos ámbar, la chica sintió otra punzada de dolor en el pecho. Lo descartó como un truco de la mente y sonrió.

“¿Fui demasiado mala?”, dijo. “Pero, bueno, esto es la realidad. ¿No es una buena lección sobre cómo funciona el mundo? No deberías confiar en la gente tan fácilmente”.

Foll abrió la boca, pero no le salió ninguna voz. Ponía cara de querer respuestas.

“¿Estás enfadada? ¿O tal vez decepcionada?”, dijo la chica con una sonrisa. “Pero este es el tipo de persona que soy para empezar. Pobre de ti por haberte engañado. La verdad es que me das pena, ¿sabes?”.

Las palabras provocativas salían con fluidez. La visión de la niña inocente en la desesperación era tan agradable.

Sí. Esto se siente muy bien. Eso se suponía, pero la joya central de la chica, no, algo aún más profundo dentro de su pecho, era insoportablemente doloroso. Se estaba riendo, pensando en todas las razones para ridiculizar al pequeño dragón que podía, cuando Foll finalmente levantó la cabeza.

“No. Creo en ti, Lily”.

Fue una respuesta infantil y obstinada. La chica quiso compadecerse del dragón, pero sintió irritación.

“Oh, ¿quizás piensas que estoy siendo manipulada o amenazada por alguien? Lástima. Vine aquí para entrar en este tesoro desde el principio”.

Soltó una carcajada y luego se desnudó el pecho.

“El Archidemonio Zagan es famoso por ser un alma de corazón blando. Si un Archidemonio gravemente herido llegara a su costa, supuse que lo acogería antes de matarlo. Al menos hasta que comprendiera la situación. En realidad logré colarme hasta aquí, así que es un gran éxito”.

“Lily, ¿te cortaste a propósito?” preguntó Foll con incredulidad.

“Eso es lo esencial… Bueno, no pensé que apuntaría a mi joya central, así que casi muero de verdad ahí”.

Había sido un error de cálculo. Si Foll no la hubiera encontrado, no habría podido sobrevivir. Debido a eso, ella había estado en un estado nebuloso donde sus recuerdos habían sido un desastre hasta hace poco.

Pero si Glasya-Labolas no la hubiera reducido seriamente, probablemente no habrían podido engañar a los ojos de Zagan. Y sin embargo, también significaba que Foll podría matarla simplemente deshaciendo la Caparazón de Oración. La joya central de la chica seguía agrietada, y un brillo dorado seguía uniéndolo todo.

Entonces, ¿por qué le estoy diciendo estas cosas…? ¿Quería ver llorar a Foll? A pesar de todo, Foll mantenía una expresión triste.

“Lily. No te arriesgues tanto”.

“¡No me llames Lily! ¡Soy Asmodeus!”

Ya no había nadie en el mundo que pudiera llamarla por ese nombre. Aquel día, el día en que abandonó a su hermana mayor para sobrevivir sola, Lily ya había muerto.

“Quiero crear un reino para los carbuncles. No, para todos los oprimidos”.

De repente, su hermana mayor había empezado a estudiar hechicería con ese fin. Aunque a Asmodeus no le gustaba que su hermana mayor nunca jugara con ella, la admiraba. Por eso ella también había estudiado hechicería. Pero no podía convertirse en su hermana mayor.

Su hermana, con tan grandes ambiciones, había protegido a Asmodeus y murió cuando la aldea de los carbunclos fue atacada. Sólo había quedado Asmodeus, que no valía nada en la vida.

“Eres Lily para mí”, dijo Foll, sacudiendo la cabeza. “Desapareciste para no involucrarme, ¿verdad? También protegiste a Dexia”.

“Oh, vamos. ¿No lo entiendes? Ese pervertido y yo estamos trabajando juntos. Me las arreglé para colarme aquí porque tu oh tan confiable Zagan está concentrado en él, ¿verdad? Ese era el plan”.

Incluso después de que le explicaran las cosas tan minuciosamente, Foll sonrió.

“Lily. Un hechicero verdaderamente cobarde no explicaría estas cosas. Alegarían compasión y te cogerían desprevenido”.

Foll aún sonaba como si creyera en ella, lo que sólo avivó aún más la irritación de Asmodeus.

“¿Podrías no actuar tan engreída?” Dijo Asmodeus. “¿De verdad crees que necesito ir tan lejos contra una niña? A una mocosa con la cabeza en las nubes hay que enseñarle la realidad, ¡así!”.

Hablar más que esto sólo cabrearía a Asmodeus. Apuntó con un dedo a Foll y disparó una pequeña esfera negra. El Más Negro de los Negros, el hechizo que podía matar incluso a un demonio de un solo golpe. El lastimoso dragoncito no podría gritar antes de ser devorado por ella… Eso se suponía, al menos.

“Tú eres la que actúa engreída, Lily”.

Unas mandíbulas negras se cerraron sobre la esfera. Unas enormes fauces de dragón se habían manifestado en el brazo de Foll.

Así que ese es el Dragón Negro Marbas. Este era el poder que había elevado a Valefor a Archidemonio.

“Dije que te protegería, Lily. Así que vine a salvarte. Si vas más lejos, Zagan te matará. Y lo que es más importante, te estás haciendo daño a ti misma”.

La irritación de Asmodeus se hizo tan intensa que le empezó a doler la cabeza.

“Foll. Estar segura de la victoria con un poder tan insignificante es la definición de ser un niño”, dijo Asmodeus mientras se colocaba tranquilamente ante el dragón negro.

“—!”

Luego acarició la cabeza del dragón como si fuera una mascota, y los ojos de Foll se abrieron de golpe. Eso fue todo lo que necesitó para aplastar al dragón negro y convertirlo en nada. A pesar de todo, Foll no se asustó.

“Sabio Dragón Orobas”. “¿Hm…?”

En ese instante, Asmodeus saltó hacia atrás. Inmediatamente después, una enorme mandíbula verde surgió del lugar que había estado ocupando. Aterrizó suavemente en el suelo, alineándose junto al dragón negro reconstituido al lado de Foll.

“¿Hmm? Así que había dos de esos dragones.”

Ahora enfrentado a los dragones negros y verdes, Asmodeus reconoció a la joven como un enemigo a su altura.

“Soy Aparición Valefor”, declaró Foll. “El dragón que camina con los espíritus de los difuntos”.

“Ya veo. Coleccionista Asmodeus. Entraré a la fuerza en el tesoro del Archidemonio”.

Justo ante la puerta del tesoro del Palacio de los Archidemonios, dos Archidemonios más se enfrentaron.

***

“¡Prepárate!”

El primero en entrar fue Glasya-Labolas. Tenía su espada empuñada pero no la había sacado de su vaina. A pesar de no saber qué planeaba el Archidemonio, Zagan respondió a la carga con el puño.

“—!”

En ese instante, Zagan tuvo la premonición de ser cortado, e inmediatamente se precipitó al suelo. Un mechón de pelo negro de Zagan revoloteó en el aire con un agudo zumbido. Más atrás, los techos de los edificios se desprendieron de sus bases y se derrumbaron. La magnitud de la destrucción era similar al uso que hacía Barbatos de la dislocación del espacio. Este era probablemente el poder de la llamada Hex Katana. Sin embargo, ese no era el problema principal.

No capté el momento en que desenvainó su espada. Zagan destacaba por reforzar su físico, incluso entre los Archidemonios, pero no lo había visto. Había algún tipo de truco más allá de la simple velocidad.

“Hmm, así que lo esquivaste”, dijo Glasya-Labolas.

De algún modo, Zagan consiguió contener una gota de sudor frío, y luego le devolvió arrogantemente una sonrisa.

“Qué extraña técnica de espada. Es diferente de la que usan los Caballeros Angélicos… ¿Es de una escuela de espadas en Liucaon?”

“Correcto. Entrené allí un poco en mis días de juventud”.

Glasya-Labolas empuñó su espada desenvainada con ambas manos y la blandió hacia abajo. El tajo fue mucho más seco de lo que Zagan imaginaba.

“Ugh…”

Retrocedió medio paso y arqueó la parte superior de su cuerpo para esquivar, pero entonces el Hex Katana aparentemente mantuvo su velocidad y volvió a lanzar un tajo hacia arriba. Zagan no esquivó este golpe y, en su lugar, dio un paso adelante con la pierna contraria y golpeó con el puño. Su pecho se desgarró, lanzando un chorro de sangre al aire.

“¡¿Gah?!”

Al mismo tiempo, el puño de Zagan se clavó en las costillas de Glasya- Labolas y lo lanzó por los aires.

Me cuesta todo golpearlo. ¿Es realmente mejor que Andrealphus en términos de pura habilidad con la espada? Pero si ese fuera el caso, el nombre de Dios de la Espada no sería el de Andrealphus. Tenía que haber algún tipo de truco.

Glasya-Labolas se estampó contra una pared, con una expresión de admiración en el rostro.

“Qué aterrador. No sólo evitaste mi Gekien, sino que incluso me devolviste el golpe. Esto es una primicia para mí, incluso incluyendo mi tiempo en servicio activo”.

“¿Servicio activo…?”

El anciano se enderezó el sombrero e hizo una elegante reverencia.

“Antes de convertirme en hechicero, incursioné en el negocio de los Caballeros Angélicos. Desafortunadamente, ninguna Espada Sagrada me eligió, pero en su lugar, fui conocido como el Santo de la Espada Labolas”.

“Ya veo. Así que eras un Santo de la Espada”.

No estaba publicitado en la historia de los Caballeros Angélicos, pero era un título que se otorgaba a los caballeros que superaban en destreza a los Arcángeles. Por lo que Zagan sabía, ningún Caballero Angélico había sido coronado con ese título desde hacía siglos. No había forma de que un caballero legendario de ese calibre cayera en desgracia y se convirtiera en Archidemonio condujera a un resultado pacífico para el mundo.

¿O tal vez eso también era parte del plan de Marchosias? Marchosias había enfrentado intencionalmente a hechiceros y Caballeros Angélicos. Era natural asumir que había tenido algo que ver en hacer que un caballero como ese cambiara de bando. En ese caso, este hombre era algo así como el arma secreta de Marchosias.

Glasya-Labolas parecía tener una ventaja abrumadora en este combate, pero no volvió a acercarse.

“¿Y qué hay de ti? Esa técnica de evasión es increíble. Es como si lo supieras incluso antes de que blandiera mi espada… Sí, es como si tuvieras previsión”.

Supuse que se daría cuenta. Zagan se tapó un ojo con la mano.

“Pensé que ver el flujo de maná significaba que sería capaz de leer los movimientos. Aunque no puedo hacerlo como lo hace Ojos Plateados”.

Durante la batalla con Shere Khan, el Rey de Ojos Plateados de segunda generación había utilizado su vista para leer hasta el más mínimo detalle de los movimientos de Zagan. Al haber heredado esos ojos, Zagan pensó

que sería capaz de hacer lo mismo, pero no era el tipo de habilidad que se pudiera adquirir tan rápidamente.

De alguna manera me las arreglé para “ver” sus movimientos, pero no puedo devorar hechicería mientras lo hago.

A menos que fuera capaz de hacer ambas cosas a la vez, esto no era muy práctico. Aun así, si no hubiera leído parcialmente los movimientos de Glasya-Labolas a través del maná, el primer golpe probablemente habría separado la cabeza de Zagan de sus hombros.

Era mucho más rápido de lo que leí.

Después de pensarlo, Zagan se encontró de repente con la posibilidad contraria. Había tenido la impresión de que su vista era incompleta porque Glasya-Labolas había superado con creces su visión. Pero, ¿y si en realidad había visto bien?

“Supongo que lo intentaré…”

Zagan bajó profundamente las caderas y preparó el puño. Tomó aire y cargó contra él.

“¡Mrgh!” Glasya-Labolas gruñó y esquivó con suavidad el puñetazo de cuerpo entero de Zagan. “Una estocada aterradora, pero un puño no es rival para una espada”.

El alcance entre un puño y una espada era demasiado diferente. Se decía que uno necesitaba el triple de habilidad que un espadachín para ponerse a tiro usando los puños. Sabiendo esto, Zagan estaba ahora convencido.

“Ya veo. Tengo una lectura de tu maldita hechicería. Detuviste mi flujo de tiempo, ¿verdad?”

El Void de Andrealphus era una hechicería de aceleración que lo aceleraba tanto que parecía que el tiempo se hubiera detenido. La magia de Glasya- Labolas era lo contrario. Al ralentizar a todo el mundo excepto a sí mismo, producía la ilusión de que el tiempo se había detenido.

El anciano se llevó la mano al pecho en señal de admiración.

“Para ver a través de él en sólo tres intercambios. Esto también es una primicia. Lo llamo Cortina Nocturna”.

Esta era probablemente la razón por la que Asmodeus había sido reducido. Glasya-Labolas volvió a preparar su Hex Katana, como si declarara que se había acabado el tiempo de preguntas y respuestas.

“Entonces veamos cuál de tus ‘lecturas’ y mi Cortina Nocturna es superior”.

“No siento la necesidad de eso”, dijo Zagan, sacudiendo la cabeza. “Esa brujería… no, cualquier brujería, para empezar, no puede matarme”.

“Eso parece. Es natural suponerlo dado tu segundo nombre”.

Obviamente había estado presente cuando Zagan heredó su Sello. También conocía la habilidad de Zagan. Naturalmente, eso incluía sus debilidades.

“Sin embargo, te cortaré aquí”, declaró Glasya-Labolas. “A un hombre como tú no se le debe permitir vivir”.

Era una lucha a muerte entre Archidemonios. Aunque su oponente fuera un lunático, Zagan no se reiría de su determinación.

“Ven. Me encargare de ti”.

Así, Zagan apretó los puños una vez más.

***

“Permíteme darte una lección sobre cómo luchan los Archidemonios”. Con ese preámbulo, Asmodeus disparó otra esfera negra.

Es definitivamente poderoso, pero Marbas y Orobas pueden detenerlo.

El dragón negro maldito, Marbas, y el dragón verde tejido de Escamas del Cielo, Orobas. Sí, este Orobas fue hecho usando una aplicación de la Forma de Dragón de Escalas Celestiales de Zagan. Como tal, cualquier hechizo o uso de mana sería absorbido por él.

Sus mandíbulas se cerraron sobre la esfera negra, pero un instante antes de que se cerraran, la esfera se convirtió en nada y estalló.

“Los Archidemonios son reyes entre los hechiceros. En otras palabras, alcanzar la cima de la hechicería es un requisito para convertirse en uno. Y esto es lo que significa alcanzar la cima”.

La expansión del espacio de la nada fue mucho más rápida que el chasquido de las mandíbulas, y engulló ambas cabezas de dragón. La esfera que Foll ya había rechazado una vez había derrotado con facilidad tanto a Orobas como a Marbas.

“No te limitas a aumentar la precisión y la eficacia de tu hechicería, sino que la modificas para que pueda adaptarse a cualquier situación sobre la marcha, dándole una nueva forma si es necesario. Tus dragones son ciertamente rápidos y fuertes, Foll, pero son inútiles si los destruyes antes de que puedan tocar nada”.

En otras palabras, acababa de recrear la estructura de su hechicería en el acto para que funcionara contra Foll.

“……”

Foll tragó saliva. Era cierto que ahora era lo bastante fuerte como para alcanzar el reino de los Archidemonios. Sin embargo, sus conocimientos no eran comparables a los que habían acumulado los Archidemonios que habían servido durante cientos de años.

Zagan lo entendía mejor que nadie y aun así había decidido destruir a los trece Archidemonios. Por eso siempre arrastraba a sus oponentes a su propia arena para derrotarlos. Tenía que evitar a toda costa luchar en las arenas de sus oponentes. Foll debía saber esto, pero sin darse cuenta, tal vez había sido arrastrada a la arena de Asmodeus.

Asmodeus extendió una mano apretada y levantó sus dedos uno a uno. Sobre cada uno de ellos flotaba una esfera negra.

“Asegúrate de detenerlas, ¿okay? Si no lo haces, toda la ciudad se convertirá en un gran agujero”, dijo, y luego lanzó suavemente las cinco esferas al aire. “Hades”.

Su aterradora declaración resonó en el aire. “¡Marbas, Orobas!”

Foll intuyó que si estas cinco esferas convergían, todo habría terminado. Su instinto era correcto. No tenía forma de saberlo, pero esta era la brujería que había hundido Paralynia, incluso en su estado incompleto.

Los dragones de Foll se manifestaron parcialmente como garras y colmillos para desgarrarlos… pero los dos dragones fueron desgarrados en su lugar.

¿La Balanza del Cielo destrozada? Sólo había una razón para que eso sucediera. Simplemente significaba que su oponente era mucho más poderoso que ella, incluso después de tener su mana absorbido por la Escala del Cielo.