Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 2

Capítulo 9: Todo sobre la Bomba

Era un bosque lleno de altos y delgados árboles.

Sobre mi escoba, atravesaba el sinuoso camino que parecía abrirse paso a través de los huecos entre los árboles. Muchas hojas secas crujían y salían volando al pasar.

El aire era fresco y el viento agradable ¡Vaya, esto es genial!

Este definitivamente sería un placentero lugar para relajarse y tomar una siesta.

“……”

Continué por el bosque por un buen rato hasta que vi un carruaje. Para molestia de todos, se había detenido en medio del camino estrecho, con el equipaje apilado encima.

Solo podía ver la parte trasera del carruaje desde donde estaba, lo que significaba que no podía ver al cochero. Debe estar disfrutando de una siesta. O tal vez es el portero designado por él mismo, que detiene a cualquiera que intente pasar.

“…Hyah”.

No había forma de esquivarlo, así que incliné mi escoba un poco hacia arriba, elevándola más del suelo.

Lo suficientemente alto como para volar sobre el obstáculo.

Cuando pasaba justo por encima del carruaje miré abajo.

Vi el techo del carruaje y a un caballo comiendo pasto al lado del camino—así como la silueta de un hombre recostado a un costado del camino.

Con un solo vistazo, comprendí la razón de este bloqueo, en realidad no era un bloqueo a propósito, tampoco se encontraba tomando una siesta.

“……”

El hombre estaba lleno de heridas y lleno de sangre.

***

¿Qué rayos ha ocurrido aquí?

No tenía ni la más remota idea de lo ocurrido, solo estaba claro que la vida del hombre estaba en peligro.

Sentí que sería demasiado cruel pasar de largo, así que aterricé de inmediato, saqué mi varita y lo curé usando un hechizo mágico. Una cálida niebla blanca envolvió al hombre, desvaneciendo los cortes sangrientos y los moretones en todo su cuerpo.

Era un joven, aunque parecía mayor que yo. Alrededor de unos veintitantos, supuse. Su cabello negro despeinado estaba lleno de suciedad.

“…Unh”.

Cuando las heridas del hombre finalmente se desvanecieron, abrió los ojos. Miró fijamente hacia el canopy forestal antes de notar mi existencia.

“¿Te encuentras bien?” Pregunté.

“……”

No hubo respuesta.

“Um. ¿Te encuentras bien?” Intenté pasar una mano por su rostro.

“……” Y luego, parpadeó, abriendo y cerrando la boca

varias veces antes de finalmente levantarse. “¡Ah, um…! No te conozco, pero ¿cuánto tiempo estuve inconsciente?”

No debe estar completamente despierto todavía. Su reconocimiento de la situación parecía apresurada e histérica.

“Nada más iba de paso, así que no lo sé—pero no pudo haber pasado tanto tiempo”.

Porque la sangre aún no se había secado.

“¡Gr-Gracias al cielo! ¡En ese caso, aún puedo lograrlo…! Um, no sé quién seas, pero—”

“Elaina, mi nombre es Elaina”.

“¡Elaina! ¿Serías tan amable de escuchar mi petición?” Extendió su mano para tomar mi mano, pero hábilmente la aparté.

“Lo siento mucho, pero tengo prisa”. “¡Entiendo, pero por favor, solo escúchame!”

“…Uh-eh”. Suspiré. Podía presentir un gran problema aproximándose.

Ignorando mi creciente exasperación, el hombre trató desesperadamente de encontrar una explicación.

“Entiendo completamente que esta solicitud es indignante, especialmente luego de que me hayas ayudado. ¡Pero si no hacemos nada, ocurrirá lo impensable! ¡Por favor, te lo suplico! ¡Préstame tu fuerza!”

Se arrodilló en el suelo y se inclinó una y otra vez. “Por favor, por favor”, decía mientras se inclinaba.

…De alguna manera, siento que ya he tenido esta escena antes en otro lugar.

Pensándolo bien, me di cuenta de que esto era como un giro anterior de los acontecimientos, cuando me vi en una situación extraña después de curar a otra persona. Estaba empezando a sentir que este era mi destino ineludible. Supongo que soy el tipo de personaje que se ve envuelto en cosas luego de ayudar a los necesitados.

Con mi dedo, toqué para confirmar que el broche en forma de estrella estaba en mi pecho donde pertenecía. “Bueno, supongo que puedo escuchar tu historia”.

Al escuchar eso, sin ninguna demora, el hombre gritó:

“Si no hacemos nada, mucha gente morirá”.

Estaba más confundida que intrigada.

Eventualmente, conseguí que se tranquilizara y me contara bien la situación.

Según su historia, él era un cochero y un comerciante, y había estado a punto de transportar un determinado paquete al siguiente país. Sin embargo, el carruaje tuvo algunos inconvenientes en su camino.

En pocas palabras, fue atacado por una banda de ladrones.

Un caballo y un hombre débil contra una banda de diez forajidos musculosos. Nunca tuvo una oportunidad. El hombre había sido bajado rápidamente del carruaje, y luego los ladrones lo golpearon y le robaron cualquier cosa de valor monetario.

“Eso suena muy fatal”.

“Si, fue muy doloroso. Es un regalo del cielo que no haya muerto”.

“¿Y bien? ¿Cómo se relaciona esto con la muerte de muchas personas?”

¿Eres de la realeza disfrazado de comerciante? ¿Hay algún giro en la trama en el que matarás a un grupo de ladrones en represalia?

El hombre respiró hondo. “Bueno… lo que llevaba en la parte trasera de mi carruaje fue hecho a solicitud del país vecino… Y era una bomba”.

“¿Una bomba?”

“Sí. Dijeron que era para hacer un túnel o algo así. Realmente no lo entiendo. Gastaron una cantidad de dinero insondable para que alguien más la hiciera para ellos”.

“Jo-Jo. ¿Cuánto fue?”

“Unas diez mil monedas de oro”.

Mi cabeza comenzó a doler. Ese era un precio tonto a pagar por una bomba solo para hacer un túnel. ¿Acaso son estúpidos?

Pero, ahora lo comprendía.

En cierta forma, la trama se unía en mi mente.

“En otras palabras, entregaste una bomba increíblemente cara a un grupo de ladrones, dándoles la capacidad de usarla para sus propios fines malvados —¿Es eso lo que me estás diciendo?”

“Sí. Es un asunto muy grave. Si los ladrones llevan la bomba a nuestro país, mucha de nuestra gente puede morir”.

“Eso suena serio”.

Por la forma en que habló, parecía que no estaría tan preocupado si los ladrones hubiesen llevado la bomba al país cercano.

¿A qué se deberá? ¿Estarán en malos términos? ¿Por qué hacer esta bomba en primer lugar?

“Sí… Además, lo más importante, la bomba es extremadamente volátil. Si existe el más mínimo error en la calibración, explotará instantáneamente”.

“¿Qué rayos…?”

“Soy una de las personas que participó en su desarrollo, así que sé cómo manejarla, pero la bomba tiene una estructura extremadamente complicada. Y, por supuesto, el cliente pagó por la potencia, por lo que obviamente es muy potente”.

“¿Ayudaste a desarrollarla?”

“Sí. La diseñé y escribí el manual”.

“……”

Eso no es exactamente lo que llamaría ayudar. No eres un simple comerciante; ¡Eres el desarrollador principal! ¿Por qué mentiste?

“Facilitamos la operación, pero, aun así, no puedo asegurar que sea imposible cometer un error”.

“En otras palabras, hasta los ladrones podrían usarla fácilmente”.

“Ese es exactamente el caso. Y como pueden usarla, no sé qué van a hacer con ella”.

“……”

Entonces, este hombre debe querer evitar que la banda de ladrones vaya a su país y use la bomba para el mal.

Comprendo. Ahora entiendo por qué está tan nervioso. No habría nada más triste que ver su propio país devastado por la bomba que fabricó.

“Si no hacemos nada, entonces algo malo va a suceder. Tenemos que quitarles la bomba a los ladrones por cualquier medio necesario”.

Obviamente, no podríamos dejar que esto se alargara. Tarde o temprano, esta situación se volverá aún más problemática. Me hizo sentir que no teníamos tiempo que perder. Si nadie hiciera nada, mucha gente moriría.

Me di cuenta de que me estaba poniendo nerviosa cuando noté que inconscientemente había recogido mi escoba.

“Trataré de detectar el rastro de los ladrones desde el aire. Tú advierte a la gente del país que la bomba ha sido robada”.

“…” Sus ojos se movieron por un segundo. “Ah, sí. Entendido”. Y se lanzó sobre su caballo.

Y luego—

“Muy bien, vámonos”.

Me subí a mi escoba.

Pero, justo en ese momento, el terrible sonido de una explosión cubrió todo el bosque.

La onda expansiva atravesó los árboles y los animales gritaron confundidos. Mirando hacia el cielo, pude ver pájaros volando y chillando.

El hombre y yo nos miramos el uno al otro.

Su expresión reveló un revoltijo de emociones.

Esta vez, sentí un poco de arrepentimiento por perder el tiempo y entablar una conversación informal.

***

Con un pánico confundido, el hombre dijo: “¡Aguarda, iré contigo!” Pero lo ignoré y me dirigí a la dirección de la explosión.

En caso de que haya ocurrido lo peor, no quería que el hombre que hizo la bomba viera lo que encontrara allí.

…Esa era mi razón externa, pero imagino que yo también estaba un poco aterrada. El sonido explosivo que reverberó a través del bosque había sido aterrador.

Cuando me levanté sobre las copas de los árboles en mi escoba, pude ver humo de color arena que se enroscaba en el aire hacia el sur. Me dirigí hacia el humo y vi que había un pequeño asentamiento allí. Con énfasis en había.

“……”

La gente que había estado viviendo allí ya no existía.

Sangre, partes de los cadáveres y restos de su asentamiento estaban esparcidos por todo el lugar.

Los humanos y sus endebles casas de madera habían sido completamente destruidas. Todo lo que había existido en el lugar estaba hecho pedazos, como si hubiese sido cortado con una espada afilada.

En el centro del asentamiento había un enorme cráter, como si el suelo hubiera sido perforado por algo enorme. Una nube de polvo salía de él, elevándose en el aire como humo.

“……”

Fue allí, en el lugar de la explosión, donde recogí dos trozos de papel.

Uno parecía ser las instrucciones para la bomba. La otra era una carta.

La leí.

“…Así que, fue eso lo que sucedió”.

Después de guardar los dos trozos de papel, regresé y le conté al hombre mis hallazgos, omitiendo el detalle de las notas.

El hombre solo tenía una cosa que decir en respuesta.

“¿En serio…? Eso es muy malo”.

Y eso fue todo lo que dijo.

“¡¿Te encuentras bien, Señor Comerciante?! Escuchamos un fuerte ruido en el bosque…”

Cuando llegamos al país que se encontraba más allá del camino forestal, no nos saludaron los guardias de la entrada, sino el Visir⁴, salió a recibirnos personalmente. Y al igual que nosotros, estaba en pánico.

• Asesor político de un monarca

“Milord, no tengo palabras para disculparme por lo ocurrido”.

Y así, el hombre le contó una versión simple de la historia que nos había traído hasta aquí.

Después de terminar de escuchar toda la historia de la terrible explosión, el Visir cedió ante la impotencia.

“¿Qué demonios…? ¿Cómo podría tal cosa…? ¿Y no resultaste herido, comerciante?”

“Fui curado por esta bruja que pasaba en ese momento… De todos modos, mis heridas no son importantes. Lo que importa es que perdí la bomba para el túnel. Me siento moralmente responsable por el incidente. No hay duda de que esta es mi responsabilidad”.

“¡No, no! ¡Por favor no te responsabilices por esto! Este fue un desafortunado accidente. Trágicamente, las vidas de personas se perdieron, pero…”

Mm-hmm.

“Pero te enfrentaste a un grupo de ladrones, ¿verdad?” Interferí desde un costado, en contra de mi mejor criterio. “Supongo que recibieron lo que se buscaron”.

El visir me fulminó con la mirada. “Madame Bruja. No puedo tolerar tal afirmación. Incluso si fueran malas personas, seguían siendo personas. Siempre es triste cuando se pierden vidas”.

“……”

¿Qué rayos fue eso?

Puse una mano en el bolsillo que contenía la carta y no dije nada más.

La conversación continuó sin mí, y el hombre lanzó una explicación, ignorando por completo mi comentario.

“Pero, aun así, fue realmente imperdonable… ¿Cree que podría darme otra oportunidad?”

“¿Hmm? ¿Otra oportunidad?”

“¿Podría permitirnos construir otra bomba? No pediré ningún pago. Y también le reembolsaré la primera bomba. Como disculpa por la demora en la entrega, permítanos construirle una nueva bomba gratis, bajo mi autoridad”.

El Visir estaba claramente sorprendido por la propuesta del hombre.

“¡Nunca…! ¡Nunca podría permitir eso! De hecho, estábamos preparados para ofrecerte una compensación por tus… dificultades”.

“Por favor, ni lo piense. Quiero ver mi proyecto finalizado. ¿Sería tan amable de permitirme traer otra bomba a su país?”

“No, no debes”.

“No, no, insisto”.

……

Su intercambio falso continuó por un rato antes de llegar al compromiso de que el hombre haría una nueva bomba, y el Visir le pagaría por sus problemas.

El monto a pagar era cien monedas de oro. Era una suma muy reducida en comparación con la cantidad original. No estaba segura si el fabricante de bombas y la gente del otro país parecían satisfechos con el nuevo acuerdo.

“…..” Me quedé completamente en silencio mientras

hablaban.

“Muy bien, volvamos a encontrarnos aquí dentro de una semana”.

Miré fijamente al fabricante de la bomba mientras me decía adiós.

***

Lo volví a ver una semana después, en medio del camino forestal.

“Oh, hola. Qué coincidencia encontrarnos de nuevo”.

Me paré frente al carruaje bloqueando el camino, agitando mis brazos en el aire.

El hombre me miró desde lo alto del carruaje. “Oh, Señorita Bruja. Gracias nuevamente por su ayuda la semana pasada. Te estoy muy agradecido por curar mis heridas”.

“Ni lo menciones”.

“¿Por qué no subes a mi carruaje? Te daré algo de comer como una expresión de gratitud”.

“No, gracias. Llevo prisa”.

“Eso es muy malo. Bueno, entonces me iré”.

Luego chasqueó el látigo y volvió a poner en marcha el carruaje.

Pero pronto se detuvo. El caballo pisoteó sus cascos, resoplando con irritación. Yo fui quien lo bloqueó. Acaricié la cabeza del caballo y ejercí una fuerza considerable para frustrar sus movimientos.

“¿…? ¿Qué intentas hacer?” La ira cruzó por la cara del hombre mientras me miraba.

Me paré frente al carruaje, obstruyendo su camino.

“Nada. Solo hay algo de lo que necesito hablar contigo”. “¿…? ¿Qué?”

“La verdad es que…” comencé a contar la historia. “Se trata de esa bomba. El otro país ha cancelado su pedido”.

“… ¿Disculpa?”

“Oh cielos. ¿No puedes escucharme a esta distancia?”

“Me refiero a que no entiendo lo que dices. ¿Por qué retirarían su pedido de nuestra bomba? ¿Y por qué actúas como su mensajera?”

“¿Quién sabe? Tal vez se dieron cuenta del tipo de bomba que pretendías hacer”.

“……”

“Parece que tu país trató de usar un truco muy astuto”. “……”

Avancé hacia el carruaje.

“Hay una bomba en el carruaje, ¿no? ¿Estaría hecha de la misma manera que la última?”

Abrí el carruaje para revelar una bomba.

…No, eran las piezas dispersas de una bomba.

Cuando el campamento de los ladrones fue destruido, eché un vistazo a las instrucciones de la bomba—incluidos los pasos para armarla. En el manual había advertencias sospechosas: “La bomba es extremadamente volátil. Incluso el más mínimo error en la calibración hará que explote sin previo aviso”, y “Por favor, reúnanse todos en el sitio antes de la colocación”.

“Desde el principio, todos querían que la bomba funcionara mal, ¿no?”

“No. Eso fue, sin duda, un desafortunado accidente”.

“Sí. Fue un desafortunado accidente que las personas que murieron fueran los ladrones, y no la gente de ese país, ¿verdad?”

“… ¿Qué estás insinuando?”

Era muy simple.

La bomba a entregar estaba plagada de defectos de diseño. Era demasiado poderosa para ser útil como excavadora, y, además, era increíblemente propensa a fallas.

Para empeorar las cosas—y esta era solo mi propia hipótesis—existía la posibilidad innegable de que el propio manual de uso era inexacto y seguirlo causaría aún más el mal funcionamiento. En resumen, el país de este hombre había preparado todo desde el principio, con el único propósito de arrebatar la vida de las personas. Tenían la intención de que ocurriera un accidente cuando los destinatarios ensamblaran la bomba, causando un pandemonio.

“Sabes, tengo un mensaje del Visir de ese país. ¿Lo escucharás?”

“……”

Tomando su silencio como afirmativo, le mentí, como él me había mentido a mí.

“Decidieron no aceptar una segunda bomba de tu país. De hecho, les gustaría pedirte que no tengan más tratos con su país en absoluto… Así que, por favor, llévate la bomba a casa, tal como está”.

“…Deja de hacerme perder el tiempo. ¿Cuánto dinero crees que hemos invertido en el desarrollo de esta bomba—?”

“Ah, ahora que lo mencionas, esto es de ese otro país por tus molestias. No es mucho, pero tómalo—¡Hup!”

Corté sus alegaciones y puse las cien monedas de oro en el carruaje.

Era extremadamente pesado. Ridículamente pesado, en realidad.

“Eso debería ser suficiente”, dije, estirando mis adoloridos hombros. “Ahora puedes volver satisfecho a casa, ¿verdad?”

Luego dije: “Ya que se tomaron todas las molestias, ¿qué tal si intentan usar esa bomba para excavar su propio túnel minero?”

***

Ocurrió aproximadamente hace una semana, antes de encontrarme con el hombre por segunda vez e inmediatamente después de su increíblemente falso intercambio con el Visir.

Saqué una carta del bolsillo.

“Su Señoría, ¿recuerda esto?”

Era la carta que había recuperado del escondite de los ladrones.

“¡…! Eso es…” Mirando el pedazo de papel, el Visir se puso pálido.

“Así que lo recuerda”.

Bueno, no hay forma de que lo olvides.

Después de todo, la firma del Visir adornaba la parte inferior de la carta.

Yo había leído su contenido con mucho cuidado, tratando de imaginar exactamente qué uso podría tener el Visir de un país entero con una banda de bandidos y ladrones. Cuanto más yo leía, más preguntas tenía.

Quiero que robes los explosivos para la construcción del túnel. Si tienen éxito, les daré cien monedas de oro, decía la carta.

Es suficiente para hacerte pensar.

“Parece que el ataque de los ladrones no fue una mera coincidencia”.

Me atrevería a decir que fue premeditado. En lugar de pagar diez mil monedas de oro a un país con el que están en malos términos, creo que pensó que sería una ventaja para usted obtener la bomba de los ladrones sin condiciones.

Esa es la cosa más estúpida que he escuchado.

“… ¿Qué quieres, Madame Bruja?”

¿Es esta la parte donde tratas de comprar mi silencio?

“¿Tienes algo que ofrecerme?”

“Si guardas silencio al respecto, sí”.

“¿Es en serio?” Luego dije la mentira. “Pero en ese caso, creo que es mejor ofrecerle algo al comerciante que a mí”. Después de todo, él estaba conmigo cuando vi los cadáveres de los ladrones, y él sabe lo de la carta”.

“¿Qué dijiste…? Pero me acaba de prometer que haría una nueva bomba”.

“Oh, cielos. ¿Pero no ha considerado que la nueva bomba está destinada a tomar represalias contra usted? Sugeriría encarecidamente que nadie aquí tenga nada que ver con artículos traídos de ese otro país”.

“……”

El Visir guardó silencio, sumido en sus pensamientos, por lo que dije: “Oh, claro. Por cierto, con respecto a la tarifa de mi silencio…” Le puse una mano en el hombro. “¿Qué tal cien monedas de oro?”

Eso es bastante barato para proteger a su gente de ese país que tanto odia, ¿no?

***

Siempre es triste cuando la gente pierde la vida, así que intenté asegurarme de que no hubiera más dolor acumulado además del que ya había sucedido.

En cuanto a las relaciones de los dos países en disputa después de mi marcha, no era de mi incumbencia como viajera. Si tuviera que adivinar, diría que su animosidad continuó.

Un país contrató ladrones para causar problemas a su rival.

El otro país trató de entregar una bomba defectuosa para asestar un golpe a su oponente.

Qué estúpido.

Yo diría que tener una relación distante probablemente era un poco mejor que intentar explotarse el uno al otro. Quizás algún día, en mucho tiempo, tanto las bombas como su rivalidad se esfumarían.

Es por eso que nunca iba a dejar de esperar que los dos países siguieran esperando su tiempo, manteniéndolos arraigados donde estaban.

Hasta el día en que su amarga relación dejase de existir.