Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 2

Capítulo 7: La Herencia

Un día, mientras hacía turismo en cierta ciudad, un hombre muy extraño se me acercó.

“¡Oye! Eres una bruja, ¿verdad? ¿Eso significa que puedes volar en escobas?”

Qué pregunta tan tonta.

“Sí, soy una bruja y una viajera, lo que significa que obviamente puedo volar en una escoba”.

Si no pudiera viajar en una, no sería una gran viajera.

El hombre asintió con satisfacción. “¡Eso es perfecto! Oye, oye, quiero preguntarte algo”, dijo con fuerza. Sacó un mapa y siguió hablando. “¡Quiero ir a esta área en el mapa! Hay algo que debo hacer allí”.

“¿Eh?”

El lugar dónde el hombre señalaba parecía un bosque normal para mí.

¿Tienes que hacer algo en un lugar como ese? ¿Qué rayos planeas hacer? Aunque no me importa.

Respondí; “No me importaría llevarte ahí, pero… Tendrá un costo”.

“¡No te preocupes! ¡Pagaré, así que relájate!”

“Entonces, me parece bien”.

“Eso es genial, oh, pero tendré que pagarte después de llegar allí. ¿Te parece bien? Ji-ji”.

“O.… Podrías pagar por adelantado”.

De alguna manera, no creo que pueda confiar en ti. Tengo la sensación de que podrías escapar luego de llevarte ahí. Casi puedo ver que quieres estafarme. Prácticamente está escrito en todo tu rostro. Tu forma de hablar y actuar es pura fachada.

“¡Oye, espera! ¡No te apresures! Si me llevas ahí seguro, te pagaré. Sabes, voy a ese lugar por dinero”.

“Oh, y está en medio del bosque, ¿no…? ¿Acaso vas en busca de un tesoro enterrado?” Pregunté sarcásticamente.

Pero el hombre asintió entusiastamente ante mis palabras.

“¡Exacto! ¡Mi herencia está enterrada en ese lugar!” Bueno, esa no la vi venir.

***

Mirando hacia adelante y hacia atrás entre el mapa y el camino, avancé hacia el centro del bosque.

Una cuerda estaba atada al mango de mi escoba, con el hombre viajando en un trineo atado al otro extremo de la cuerda. Volé hacia el lugar que indicó como el escondite del tesoro enterrado.

“¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhh!”

Hubo algunos gritos detrás de mí mientras avanzaba por el bosque, pero no le presté atención. Había pasado una hora desde que salimos. Justo después de haber subido, el hombre se había quejado, “¿para qué el trineo? Déjame subir detrás de ti en la escoba”, pero respondí muy amablemente, “Si piensas en intentar subir detrás de mí, te dejaré aquí y continuaré mi camino”.

Pero a medida que pasaba el tiempo, se hizo evidente que traerlo era un dolor de cabeza. Desafortunadamente, resultó que el hombre era todo un parlanchín. Desde su trineo, habló sobre sus muchas hazañas heroicas. Según él:

Él era el hijo de un apostador legendario y tuvo una vida digna como apostador.

Siguiendo los pasos de su difunto padre, había hecho mucho dinero fácil hasta hace unos pocos años.

Pero recientemente, su suerte había mermado y su fortuna disminuido.

“Cuando gane, le devolveré el dinero”.

“Prometo que te devolveré el dinero”.

Las deudas con sus amigos se amontonaron, y él siguió apostando, pero al parecer el universo se mofaba del hombre, ya que, tanto su suerte como su dinero se habían evaporado como el rocío de la mañana.

Para empeorar las cosas, había abusado de toda su buena voluntad con sus amigos y conocidos, y los amigos de su padre terminaron susurrando a sus espaldas, “un niño maldito nació de un padre bendecido”.

Sin embargo, no hace mucho tiempo, mientras se preocupaba por morir en bancarrota y endeudado, el hombre encontró un mapa en la casa de su familia, que mostraba dónde estaba escondido el tesoro enterrado de su padre.

“¡Vaya, parece que la suerte no me ha abandonado del todo!”

Él bailó de júbilo.

Luego, el hombre me encontró a mí, una viajera, y decidió que fuera su guía.

Oh, esto debe animar al apostador dentro de él.

Honestamente no lo entendí, pero esa parecía ser la esencia de su situación.

“¡Esto les enseñará a esos idiotas que me trataron como un tonto! ¡Les demostraré que el viejo dicho que dice ‘la manzana nunca cae lejos del árbol’ es cierto!”

Pero eso es un insulto que dice que el niño heredará las malas características de sus padres, no importa cuánto lo intenten evitar… En fin, no es mi problema. Lo dejé pasar.

Luego, siguió contándome sobre su vida hasta este punto, independientemente de si quería escucharla o no. Habló sobre sus ganancias más altas en un solo día, de sus apasionadas atenciones con una hermosa chica y todo tipo de otras historias.

Al principio, cortésmente seguí con la conversación, pero se volvió muy molesto mientras más hablaba.

Por lo tanto, podría haber decidido comenzar a volar con menos cuidado.

“¡Aaaaaaaaaaaahhh!”

Ah, así está mejor.

Y así llegamos a nuestro destino.

El hombre se apoyó contra el grueso tronco de un árbol y dejó salir todo lo que tenía dentro.

(Bluagh)

Qué asqueroso.

“¿Te encuentras bien?”

“¡Mejor que nunca! ¡Es un pequeño precio a pagar para encontrar la herencia de mi viejo!”

“Por cierto, ¿dónde está esa herencia?”

“Um…” Se limpió la boca y miró el mapa. “¿Aquí, creo? Oh no… Bueno, es acá ¿tal vez? No eso no es acá. Um…”

Sostuvo el mapa en sus manos y lo giró una y otra vez. ¿No volverás a vomitar si continúas haciendo eso? Indiferente a mi aprensión, siguió girándolo, y luego—

“Oh. Es este árbol. Estoy bastante seguro de que mi herencia está enterrada debajo de este árbol”.

Señaló a un árbol grueso.

“……”

“……”

Fue justo donde había vomitado.

“…Bueno, eso es lamentable”. “Ah, nah, eso no me molesta…”

***

Mi trabajo estaba hecho, así que obviamente no moví un dedo para ayudarlo a cavar. Eso hubiera sido una molestia. Mirando vagamente a su espalda mientras usaba una pala para cavar el suelo alrededor de las raíces del árbol, esperaba que pasara el tiempo.

“¡Tesoro enterrado…! ¡Tesorito enterrado…! ¡Tesorito enterrado…!”

Parecía un ladrón.

La tierra hacía un ruido crujiente con cada golpe de la pala, y cuando la pala sonó con un sonido metálico y agudo, una montaña de tierra suelta se había formado a su lado.

Me paré ante el sonido, y él se dio la vuelta y me levantó el pulgar.

“¡Lo encontré! ¡Oye, mira aquí! ¡El tesoro enterrado!

Levantó la pala y la arrojó en mi dirección. Un cofre de hojalata rodó por el suelo.

“Oh-ho, ¿está dentro del estuche?” pregunté.

“¡Yajuu! ¡Hay que abrirlo!”

Asentí y abrió el cofre.

Echó un vistazo al contenido.

“Je-je-je… Con esto, puedo hacer mi regreso como un hombre rico… ¿Eh?”

En un instante, su sonrisa y el color desapareció de su rostro.

“¿…? ¿Qué hay adentro?”

Desde donde me encontraba de pie, miré al contenido.

El cofre no contenía ni una sola moneda.

En cambio, estaba lleno de trozos de papel.

Documentos de amigos, parientes, posadas, licorerías, carnicerías y puesto de verduras del mercado. Detallaron todo el dinero que su padre había pedido prestado, incluidos los plazos para el reembolso e incluso los nombres de los fiadores, todos meticulosamente registrados. El cofre estaba lleno de esos documentos, así como una breve nota.

Querido hijo, por favor encárgate de esto, ¿entendido? —Papá.

“Debe ser… una broma. ¡Esto no puede ser cierto…! ¡Viejooo!”

Luego sacó cada pedazo de papel del cofre y lo arrojó a un lado. Factura tras factura era agitado por la brisa.

Entre ellos había una sola carta. Pareció tirarla sin darse cuenta.

La carta decía:

Perdón. Lo del “tesoro enterrado” era una mentira. En realidad, nunca fui un apostador legendario. Claro, las cosas iban bien al principio, pero eventualmente dejé de ganar. Solo soy un pésimo padre que se endeudó profundamente. Por favor, perdona a tu mal padre. Y mientras lo haces, sería genial si pudieras saldar mis deudas. He explicado todo a los prestamistas. Deberían estar esperando que juntes el dinero. Cuento contigo.

Claramente fue una trampa increíblemente armada. El padre había sido tan tonto que era básicamente honesto.

“¡Viejoooooooo!”

Mientras miraba al hombre con pena, solo pude pensar una cosa:

Supongo que es cierto: La manzana nunca cae lejos del árbol.