Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 2

Capítulo 3: La Princesa Fugitiva, ¿Perseguida por Quién?

En cierto bosque, las hojas caían debido al otoño. Las hojas, teñidas de un escarlata intenso, bailaban suavemente mientras caían al suelo, pintando el camino entre dos países de un rojo brillante.

Una chica solitaria caminaba por el camino que se había transformado en una alfombra roja.

Vestía una túnica negra y un sombrero negro puntiagudo. Hacía frío, por lo que sus delgadas piernas estaban cubiertas con medias negras.

La hermosa joven con la apariencia obvia de bruja era de hecho una bruja—y una viajera.

(…Suspiro)

Se detuvo y levantó la cabeza para dar testimonio de un cielo azul claro. De pie, distraída, con ojos que ocultaban pensamientos melancólicos, era bellísima según los estándares de cualquiera. Si una persona pasara, sin duda se desmayaría, hechizada por su belleza. Hombre o mujer, no importaba. Todos inevitablemente caerían cautivos de sus encantos. Ella era demasiada peligrosa.

Esta hermosa joven mantenía para sí sola esta belleza mortal.

Todos se estarán preguntando acerca de su identidad.

En efecto. Soy yo.

“……”

Um, obviamente estaba bromeando.

***

Generalmente, cuando viajo de un país a otro, vuelo en mi escoba, como se esperaría de una bruja, pero esta vez era diferente.

Había decidido que sería un desperdicio pasar de largo en mi escoba y perderme el increíble paisaje que acompañaba este camino.

Pero, el clima frío no ayudaba mucho.

“……”

Además, para llegar desde donde vengo—Ciudad Noria, si recuerdo bien—hasta el país vecino, debía recorrer este camino, y debería llegar muy pronto.

Mi próximo destino debería aparecer a la vista en cualquier momento. Si recuerdo bien, mi siguiente parada es—

“… ¿Oh?”

Mis pensamientos fueron interrumpidos. Antes de darme cuenta, me había congelado.

Pude ver una figura venir hacia mí.

Era un hombre a caballo. Avanzaba tranquilamente por el centro del camino, montado en su caballo.

Se dio cuenta de mi mirada y sonrió. Tenía cabello rubio y ojos azules, un joven de aspecto amable vestido con ropa que parecía muy costosa.

Si hubiera sido un hombre apuesto y corriente, no creo que me habría detenido solo para mirarlo. Simplemente hubiera echado un vistazo y tal vez lo saludase al cruzar nuestros caminos: Oh, hola. Buen clima, ¿no? —Sí, ya sé, ese no es un saludo particularmente atractivo.

Pero el hombre que detuvo su caballo frente a mí aparentemente era una de esas personas.

Lo que quiero decir con eso es que obviamente era— “¿Un Príncipe?”

Aún con su amable sonrisa, asintió y dijo. “Oh, ¿Me conoces?”

“Por casualidad vi la cresta en tu pecho en Ciudad Noria”.

“Ya veo—Hmm. Como habrás supuesto, soy el Príncipe de Ciudad Noria. Mi nombre es Robert. Es un placer conocerla, Madame Bruja”.

Soltó las riendas del caballo y extendió una mano.

Bueno, quiere un apretón de manos.

Agarré su mano, dije un rápido “¿Cómo estás?” y lo solté.

“Entonces, si nuestros caminos se cruzan aquí, debes estar en camino de Ciudad Noria a Ciudad Molino; ¿correcto?”

“En efecto, lo estoy”. Asentí.

Esta ruta comercial era la única que conectaba ambas ciudades. Ayer me había quedado en Ciudad Noria. Ahora me dirigía a Ciudad Molino.

“¿Y qué te pareció mi país?”

“Estaba lleno de norias”.

“……”

“……”

“… ¿Eh? ¿Es… esa tu única reseña?” “Bueno sí”.

No había ocurrido nada en particular de lo que valiera la pena hablar.

“Ya veo… Eso es todo, ¿eh…?”

Medio ignorando al desanimado Príncipe, respondí, “Por cierto, Príncipe Robert, ¿viene de Ciudad Molino?”

“¿Hmm? Ah… bueno, no del todo”.

“¿A qué se refiere?”

“Estoy en busca de mi prometida”.

Mm-hmm.

“Bueno, me halaga mucho, pero me temo que es imposible que me case, soy una viajera y todo eso”.

“¿De qué estás hablando…?” El Príncipe Robert estaba obviamente exasperado. “¡Mi prometida ha desaparecido!”

“¿Desaparecido…?”

¿Estás seguro que no huyó?

El Príncipe Robert asintió. “La verdad es que planeábamos casarnos pronto. Pero la mujer con la que me casaré es la Princesa de Ciudad Molino. Para celebrar la ceremonia en Ciudad Noria, tengo que llevarla a mi país”.

“Mm-hmm”.

¿Así que te casas con la Princesa del país vecino? Impresionante.

“Sin embargo, parece que hay una facción allí que no le es de mucho agrado que se case conmigo, y esta mañana, momentos antes de llegar a Ciudad Molino, ya la habían obligado a casarse con otro hombre”.

“……”

Su hermoso rostro se retorció de dolor. “Se encontraba llorando. Supongo que estaba angustiada por el matrimonio con una pareja que no amaba. Así que, dejé de lado mi papel de Príncipe y la rapté”.

“¿Eh…?”

Oh vaya. Qué giro tan romántico de los acontecimientos.

“Cuando salimos de Ciudad Molino, la puse en un trineo que enganché a mi caballo y corrí hacia Ciudad Noria”.

“¿Un trineo?”

¿Acaso la trató como equipaje?

“Pero a medio camino, cuando me volví para mirar hacia atrás, ya no estaba allí. Aunque estaba seguro de que ella había estado sentada en el trineo comiendo un cruasán cuando salimos juntos de Ciudad Molino”.

“No cree que se cayó, ¿verdad?” “Ah… Por eso la estoy buscando”. “Comprendo”.

¿Fue secuestrada? ¿Hubo algún accidente? ¿O se escapó? ¿Cuál era? Por lo que pude entender al escuchar al Príncipe, parecía muy probable que haya habido algún accidente, y descuidadamente la haya tirado—con trineo y todo—en algún lugar del camino.

Era difícil de saber en la etapa actual.

“La Princesa de Ciudad Molino—es una chica hermosa con cabello dorado ondulado y ojos rojos… ¿De alguna casualidad la has visto?”

“He estado caminando desde Ciudad Noria, y usted es la primera persona que encuentro, Príncipe”.

Dije la verdad.

Él frunció el ceño un poco, luciendo desanimado. “… ¿En serio?”

Sin embargo, tenía la sensación de que la situación era mucho más complicada. Estaba casi segura de que había algo más profundo detrás del matrimonio de este Príncipe con la Princesa del territorio vecino.

Un matrimonio político para conectar a las dos familias, por ejemplo.

“¿Dónde conoció a la Princesa?” Hice una pregunta indirecta.

“¿Hmm? La conocí en la fiesta conmemorativa de los diez años del final de la guerra. Fue amor a primera vista”.

“Mm-hmm, ¿el fin de la guerra? Ya veo, así que, Ciudad Noria y Ciudad Molino alguna vez estuvieron en guerra”.

Entonces, es un matrimonio político, ¿eh?

“Bueno, sucedió hace más de diez años. Ninguna de las ciudades pudo soportar tener su clon a su lado, por lo que fueron a la guerra”.

“¿A pesar de ser tan similares?”

“Debido a que son muy similares. ¿No te sentirías incómodo si hubiera alguien como tú siempre a tu lado? De esos orígenes triviales surgió una terrible enemistad y, finalmente, una guerra… El camino en el que nos encontramos fue el sitio de algunas de las batallas más feroces. En algún momento, estuvo empapado con la sangre de los soldados, y hubo algunos que lo llamaron ‘el sendero de sangre’”.

“…Bien, ese es un nombre muy soso”.

Eché un vistazo al camino que estaba teñido de un rojo brillante. Aclaro, no estaba rojo por la sangre, si no por las hojas de otoño caídas.

Era hermoso.

“Ambos países tardaron bastante en consensuarlo, pero finalmente se logró la paz. Si ella y yo estamos casados, nuestros países tendrán algo más profundo que un simple tratado”.

“¿La Princesa da su consentimiento para esta unión?”

“Por supuesto. ¡Si no fuera así, no estaríamos comprometidos!”

“…Hmm”.

¿Será cierto?

Había estado segura de que el Príncipe Robert había forzado el matrimonio y que la reacia Princesa se había escapado—pero supongo que me equivoqué.

Asentí. “Si me encuentro con ella en alguna parte, le contaré sobre usted”.

Él levantó su vista. “Ah, te lo encargo. Si la encuentras, por favor dile que venga a Ciudad Noria. Tenemos que celebrar la ceremonia de la boda—” Luego el Príncipe Robert siguió su rumbo. “Oh, sí, por cierto, si la encuentras, te recompensaré con diez monedas de oro”.

Creo que empezamos a entendernos.

“Entendido. Haré mi mejor esfuerzo”.

“Por favor, te lo encargo”.

“Puede contar conmigo”.

No estaba cegada por la avaricia. Nada más quería ayudar al Príncipe. Lo digo con sinceridad.

……

Pero los ricos no tienen miedo de jugar sucio, ¿eh? Supongo que sus activos financieros son su arma más poderosa, por lo que pueden tener lo que quieran siempre y cuando paguen el precio correcto.

Tales fueron mis pensamientos mientras veía al Príncipe Robert alejarse a la distancia.

***

Luego de separarme del Príncipe Robert, caminé un buen rato antes de ver a otra persona.

Sintiendo que sería descortés mirarla, mantuve mi vista de lado y miré repetidamente a la persona que venía hacia mí.

“……”

Era una hermosa joven.

Pero lo supe de inmediato que ella no era la Princesa de Ciudad Molino—era demasiado alta.

Tenía su cabello suelto, tenía un tono rojo intenso. No llevaba un vestido adecuado para ser una Princesa, sino una armadura roja siniestra. Y lo más inquietante de todo, tenía una espada atada a su cadera.

Una mujer pelirroja con armadura roja caminando por un camino carmesí.

Esa era el tipo de mujer que se acaba de cruzar conmigo.

Tengo un mal presentimiento sobre esto.

“Tú…”, dijo ella. Su voz aguda me atravesó por detrás.

Me detuve y me di la vuelta. “… ¿Sí?”

“Me mirabas fijamente, ¿verdad? ¿Qué deseas?”

“Oh, no es nada—nada más llamaste mi atención, es todo”.

“Llamé tu atención, ¿eh? ¿Qué te atrajo de mí?”

Bajé un poco la mirada y miré su armadura. “¿Estás diciendo en serio que, si alguien en ese atuendo de aspecto peligroso anduviera por estos lados, no mirarías dos veces?”

“Eso no es de tu incumbencia”. “Esa no es una respuesta”. “……”

“… ¿Sucedió algo?” Pregunté.

Ya sabía cuál sería su respuesta.

Ella venía desde la dirección de Molino Ciudad. Por el hecho de que vestía una armadura, era difícil imaginar que podría ser algún tipo de viajera errante.

Además, su armadura me daba la impresión que era una persona encargada de proteger algo.

En pocas palabras—

“La verdad es que la Princesa de mi patria ha desaparecido”.

Exactamente lo que pensé.

“¿Desapareció? Cielos, que terrible”.

“¿Sabes algo? Es una chica hermosa con cabello dorado ondulado”.

“No, no me suena”.

No he visto a una chica así… Pero parece estar causando un gran revuelo.

A este ritmo, no tendría un segundo para sentarme y descansar una vez llegue a Ciudad Molino. Había una gran posibilidad de que todo el país estuviera en medio de un pánico.

La mujer frunció el ceño. “… ¿Lo dices en serio? Bueno, si encuentras a la Princesa, tráela a Ciudad Molino”.

Oh, ese es el lado opuesto a dónde el Príncipe quiere que la Princesa que vaya.

……

Asentí con entusiasmo. “De acuerdo, haré lo mejor que pueda—Por cierto, ¿cuál es tu nombre?”

“Rosamia”.

“Bueno, Señorita Rosamia, me aseguraré de llevarla a ti. Si en algún caso la encuentro.”

“Por favor, te lo encargo”.

“Entendido”.

Tal vez lo haga.

***

El estómago me gruñía.

Debe ser casi la hora del almuerzo.

“……”

Por alguna razón, cada vez que me da hambre, me vuelvo extremadamente sensible a los aromas. Incluso en el frío y seco aire invernal, podría sentir el aroma de la comida.

Ah, algo huele muy delicioso—bueno algo como eso.

“……”

Me detuve, cuando el aroma de la comida me hizo cosquillas en la nariz.

Ese aroma. Ese delicioso aroma.

¿Qué podría ser—? Ah, es pan. El olor a pan. El aroma único, ligeramente dulce y suave flotaba en el aire.

“No hay nadie delante o detrás de mí… lo que significa…”

Siguiendo el olor, me desvié del camino, pasando por unos arbustos. No tenía duda de encontrar pan en esta dirección.

La hierba crujía y se balanceaba a medida que avanzaba, y el aroma se hacía cada vez más fuerte.

Y de pronto…

“¡Mnf…!”

En el medio del bosque. En la base de un árbol. Sentada con un cruasán en la boca, mirándome con sorpresa, se encontraba una chica.

Una canasta que contenía un montón de cruasanes se balanceaba sobre sus rodillas. Vestía un vestido de novia blanco puro y costoso, y tenía el cabello dorado y ondulado.

Sus brillantes labios rojos habían dejado de moverse al notar mi presencia.

… ¿Podría ser?

Atraída por el delicioso olor, inesperadamente me encontré con otra persona.

“¿Princesa, supongo? ¿De Ciudad Molino?” “¡……!”

Sus hombros se tensaron de sorpresa, la chica tragó el resto del cruasán que sostenía.

Ya veo, eso es más importante que responderme.

La chica masticó por un momento, luego finalmente tragó y me fulminó con la mirada. “¿Quién eres tú? Debes presentarte antes de preguntarle a otra persona su nombre. Qué grosera”.

No recuerdo haber preguntado tu nombre. Solo estaba confirmando.

“…Elaina, la Bruja Ceniza. Soy una viajera”.

“Eso es mucho mejor. Elaina… Es un buen nombre. Me llamo Chocolat. Es tal como dijiste. Soy la Princesa de Ciudad Molino”.

“¿Qué hace una Princesa en un lugar como este?” “¿No es obvio? Estoy almorzando”.

“Bueno, ¿podría regalarme uno de esos cruasanes?”

“Oh, adelante”.

“Gracias”.

Escondida a la sombra de los árboles, comí cruasanes con la Princesa Chocolat mientras trataba de reconstruir su historia.

Por el momento, mantuve en secreto que me había encontrado con su prometido, el Príncipe Robert. Yo seguía convencida de que lo de ellos era un matrimonio político, después de todo. No digo que dudé de él, pero decidí que este era el mejor rumbo si quería saber qué ocurría realmente entre ellos.

El primer paso es hacerle una pregunta fácil.

“¿Planea volver a su país?”

“Estoy siendo perseguida por una persona aterradora.

Aunque quiera volver, no puedo hacerlo”.

“¿Una persona aterradora?”

“Sí, una persona que destruirá mi felicidad”.

Hmm. Eso se alinea con la historia del Príncipe Robert—

lo que significa…

“¿Sería esa la persona que trata de obligarte a un matrimonio?”

“Sí, es esa persona… ¿Sabes sobre mi situación?” “Sí, más o menos, he escuchado fragmentos”. “… ¿De quién?”

Me di cuenta de que la Princesa Chocolat tenía la guardia alta. Tenía sentido: había querido casarse con el Príncipe del país vecino, pero había alguien de su propia ciudad tratando de detenerla. Usando sus palabras, había una persona aterradora que destruiría su felicidad—y mientras esa persona estuviera cerca, tenía que tener cuidado.

Si eran de la misma ciudad, significa que existía la posibilidad de que su enemigo no estuviera operando solo.

Bueno, eso complica las cosas. Revisemos nuestras suposiciones anteriores.

“No se preocupe. Lo escuché de su cariño”.

“Oh, eso es un alivio”.

Mientras trataba de relajarse, la Princesa dio otro gran mordisco a su cruasán. Seguí su ejemplo, metiendo un bocado de pan en mi boca.

Bien, continuemos con esta serie de preguntas.

“Entonces, ¿quiere ir con su amado?”

“Pero la persona aterradora probablemente esté cerca, ¿no? Así que voy a esperar aquí”.

“¿Va a esperar aquí y comer cruasanes?” “Si”.

“Pero el aroma la delatará”.

“Dudo que haya otra criatura en todo el mundo con tu capacidad insana de oler cruasanes. Eres prácticamente un demonio de los cruasanes”.

“¡Eso no es cierto!”

Qué grosera.

“¿Oh en serio? Ten, respira hondo”. La Princesa Chocolat agitó su cruasán debajo de mi nariz. Lo devoré de inmediato.

“Delicioso”.

“… ¿Por qué comiste el mío?”

“El pasto siempre es más verde del otro lado”.

“Estamos literalmente sentadas en el mismo pasto”.

“Una razón más para que me lo coma”.

Luchábamos como dos territorios vecinos muy similares.

Me engullí el resto de mi propio cruasán y me puse de pie. “Bien, basta de perder el tiempo. Salgamos de aquí, ¿le parece?”

La Princesa Chocolat me miró. “… ¿Ir a dónde?” Sus ojos estaban llenos de aprensión. “¿No escuchaste ni una palabra de lo que acabo de decir? Tengo la intención de esperar aquí a mi cariño. No quiero encontrarme con esa persona aterradora”.

“Pero si se queda en este lugar, tarde o temprano esta pesadilla andante la encontrará”.

“……”

Guardó silencio por lo que hablé. “Su cariño me ha designado para buscarle y llevarla de vuelta, Princesa”. Le tendí una mano. “Como agradecimiento por los cruasanes, permítame acompañarla”.

***

Príncipe Robert y Rosamia.

Lo que tenían en común era la chica que caminaba a mi lado ahora—ambos buscaban a la Princesa Chocolat.

Si tuviera que adivinar, diría que uno de esos dos probablemente tenga algo que ver con la persona aterradora que la Princesa Chocolat sigue mencionando. Después de todo, cada uno quería llevarla a un país diferente.

Lo que significa que, si elijo al equivocado, podría estar entregando a la Princesa Chocolat en bandeja de plata a una situación aterradora. ¿A quién debería creer? Bueno, estoy segura de que, si me quedo con la Princesa, la respuesta se volverá obvia eventualmente.

“… ¿Eh? ¿Nos dirigimos a Ciudad Noria?” “Así es. Su cariño espera por usted ahí”.

Después de una larga sesión de lluvia de ideas, decidí que debíamos dirigirnos hacia donde esperaba el Príncipe Robert. El Príncipe había sido el más creíble de los dos. No se sabía lo que Rosamia le había dicho, o quien le había ordenado que buscara a la Princesa. Era posible que estuviera trabajando para la persona aterradora trataba de obligar a la Princesa Chocolat a casarse en contra de su voluntad.

Si iba a elegir uno, pensé que era mejor creerle al Príncipe Robert. Incluso si él fuera el Príncipe del país vecino, un país que estuvo en guerra con el país de la Princesa… Bueno, en primer lugar, la guerra había terminado hace más de diez años, y ahora los dos países eran incluso socios comerciales, así que ese era un punto que tuve que considerar.

Me volví a la Princesa Chocolat. “Bueno, deberíamos llegar antes del atardecer. Hasta entonces, camine junto a mí, como si fuéramos de paseo”.

“Entendido…” La Princesa Chocolat tenía una preocupaba expresión. “Pero me pregunto…”

“¿Qué se pregunta?”

“¿Por qué mi cariño me espera en Ciudad Noria?”

No me lo pregunte…

“¿No cree que se deba a que la persona aterradora que quiere atraparla podría estar al acecho en Ciudad Molino?”

Además, él es el Príncipe de Ciudad Noria, por lo que no me parece tan inusual que espere en su propia ciudad.

La Princesa Chocolat bajó la cabeza. “Finalmente íbamos a celebrar nuestra tan esperada boda… Pasó mucho tiempo antes de que pudiéramos oficiarla”, dijo quejándose.

“No se preocupe por eso. Parece que obtendrá lo que originalmente planeó, en Ciudad Noria”.

“… ¿A qué te refieres?”

“A su boda, por supuesto” le dije a la Princesa Chocolat, que tenía la cabeza inclinada por la confusión. “El plan original era celebrar la boda en Ciudad Noria, ¿verdad?”

Había dicho mucho, cuando la Princesa Chocolat se detuvo en el acto.

“¿De qué estás hablando?”

Ella me miró con sospecha. Fue una sensación extraña, una sensación de la que ambas hablábamos de algo muy importante, pero estábamos en páginas completamente diferentes.

Quizás sea mejor que comencemos por el principio. “Su cariño es el Príncipe Robert, ¿verdad?”

“No”. La Princesa Chocolat sacudió la cabeza. Luego dijo sin rodeos, “¡Él es la persona aterradora a quién temo!”

***

Antes de que pudiera responder a este nuevo desarrollo dramático, algo más sucedió.

No, en lugar de decir “sucedió”, debería decir “pasó volando”.

“—¡Ngaaaaaahhh!”

Desde la dirección de Ciudad Noria, hacia donde nos dirigíamos, vino un hombre volando.

Tenía el cabello rubio y ojos azules. Gritando con voz ronca mientras pasaba junto a nosotras, el hombre rodó por el camino por el que habíamos estado caminando, esparciendo hojas rojas hasta finalmente se detuvo.

“Me pregunto si está bien”.

Se veía bastante golpeado.

“…Ese hombre es la persona aterradora que destruirá mi felicidad,” dijo la Princesa Chocolat, agarrando el borde de mi túnica.

Parece que ya lo vapulearon todo.

“Pero, ¿quién rayos lo…?”

De ninguna manera podría haber visto a la Princesa Chocolat y venir volando desde Ciudad Noria. O más bien, si venía volando, alguien debió haberlo enviado a volar.

¿Quizás fue pateado por su caballo?

Miré en la dirección de la que había venido—hacia Ciudad Noria.

“…Erm”.

Di un paso atrás.

“¡Rosamia…!”

La Princesa Chocolat murmuró algo a mi lado.

Caminando lentamente hacia nosotras desde Ciudad Noria estaba la caballero de Ciudad Molino, Rosamia.

Parecía estar de muy, muy mal humor, irradiando sed de sangre. Tenía un aura de romperles el cuello con solo chocar accidentalmente con ella. Llevaba un enorme tronco, y eso la hacía aún más aterradora. Parecía que estaba lista para aplastar algunas cabezas.

“¡Rosamia! ¡Rosamia, has venido! Oh, gracias al cielo—” “¿Eh? ¡Ah, espere, Princesa Chocolat!”

De pronto, no tenía ni la más mínima idea de lo que sucedía.

La Princesa corrió directamente hacia Rosamia, ignorando mi intento de contenerla.

Como una doncella que se reúne con su cariño.

……

…… ¿Hmm?

Tuve una corazonada, pero no, no, no podía ser posible. “¡Princesa!”

La escena siguió su curso, dejándome completamente fuera. Rosamia extendió ambos brazos para recibir a la Princesa Chocolat, que corría hacia ella.

¿Y el tronco que había estado sosteniendo?

Pues, lo había tirado a un lado.

“¡Princesa!”

“¡Rosamia!”

Las dos se abrazaron apasionadamente.

“Urgh…”

Creí escuchar el quejido de un hombre que había sido vapuleado hasta quedar medio muerto detrás de mí, pero estaba asustada, así que no me di la vuelta.

“¡Oh, Princesa…! Gracias al cielo, gracias al cielo…” “¡Rosamia…! Estuve tan asustada…”

……

Esto era demasiado para procesar.

Simplemente quería dejar de pensar por completo.

***

Solo para estar segura, pedí escuchar sobre la situación de la Princesa Chocolat y Rosamia. Si tuviera que resumir su historia serpenteante, sería algo así.

Primero, ambientemos un poco la historia.

La Princesa de Ciudad Molino, Chocolat, y la caballero a su lado, Rosamia, estaban enamoradas la una de la otra. Era un amor romántico mutuo entre dos mujeres, pero amor es amor.

El amor toma todas las formas, después de todo, así que prosigamos con la historia.

De todos modos, las dos tortolitas estaban tan enamoradas que nadie podría interponerse entre ellas. Sin embargo, hubo cierta resistencia a la idea de que la Princesa se casara con un simple caballero, y cuando el rey de Ciudad Molino, el padre de la Princesa Chocolat, descubrió que sería un matrimonio entre dos mujeres, estaba extremadamente infeliz por culpa de su hija que, no soportó la idea de una unión en matrimonio entre dos mujeres.

Y así el rey decidió forzarla a casarse con alguien más. Su pareja sería el Príncipe del territorio vecino, Ciudad Noria, Robert.

Cuando las dos tórtolas descubrieron lo del matrimonio entre Robert y la Princesa Chocolat, planeado en secreto por el rey, se opusieron ferozmente.

“Pero padre, no me interesan los hombres”.

“Su Majestad, he decidido pasar el resto de mi vida al lado de la Princesa”.

Ambas presentaron su caso ante el rey.

“Rosamia…”

“Princesa…”

Fueron un poco tímidas cuando contaron esto al rey.

Sin embargo, el rey las ignoró por completo. En cambio, fijó una fecha y hora específicas para la boda.

“En algunos días, el Príncipe Robert vendrá por ti. Ve y cásate en Ciudad Noria”, aparentemente había dicho el rey a la Princesa.

Sospeché que el plan para su matrimonio con el Príncipe Robert ya había estado en proceso durante algún tiempo. Tal como había sospechado, era un matrimonio político.

Aparte de eso, las dos estaban nerviosas por la boda venidera.

Y luego llegaron a una conclusión.

“¡Eso es! Si nos casamos antes de la boda con el Príncipe Robert, ¡entonces el problema estará resuelto!”

“¡Esa es mi Princesa!”

Y así, la Princesa Chocolat y Rosamia planearon una ceremonia secreta en una pequeña iglesia. Los preparativos para su ceremonia secreta avanzaron, y la Princesa Chocolat lloró por poder finalmente casarse con la persona que amaba.

Sin embargo, él había aparecido. La persona aterradora que iba a destruir su felicidad—el Príncipe Robert— irrumpió por la puerta de la iglesia y secuestró a la Princesa Chocolat. Luego la puso en un trineo (con una cesta de cruasanes), enganchó el trineo a su propio caballo y se alejó galopando hacia Ciudad Noria.

La Princesa Chocolat lidió con todo de forma realista.

Nada más desató la cuerda que conectaba el trineo con el caballo y escapó.

Y luego, comiendo tranquilamente cruasanes en medio del bosque, esperó a que su amada viniera a su rescate.

Y vivir felices para siempre.

……

Bueno, no exactamente.

***

“¡Rosamia!”

“¡Princesa!”

“Rosamia…”

“Princesa…”

“¿Rosamia…?”

“¿Princesa…?”

“¡Rosamia!”

“¡Princesa!”

Estoy segura de que pueden imaginar la pena ajena que habría al tener que escuchar este tipo de intercambio por un minuto luego de un minuto agonizante.

Solo están gritándose sus nombres. Entonces, ¿por qué siento tanta pena ajena? La escena era tan incómoda que solo quería taparme los ojos y las orejas y agacharme en el acto.

“Bésame…”

“No podemos, Princesa. Hay niños presentes”.

“No me importa”.

“Pero…”

“¿Ya no te gusto?”

“No, no diga eso…”

“Entonces, por favor…”

“Princesa…”

“Rosamia…”

……

Esto se estaba poniendo más difícil de ver.

Así que me di la vuelta y me volví hacia el otro lado. Pero hice eso para escapar de la incómoda atmósfera entre ellas—no lo hacía para verlo a él ni nada.

“…Oh, hola de nuevo”.

Se encontraba de pie cuando me di la vuelta. Había recibido un golpe directo del tronco que Rosamia había arrojado a un lado, pero sonreía directamente detrás de mí. Su ropa estaba echa andrajos y sangre caía de su frente, pero sabía quién era, sin ninguna duda.

“Tú eres el Príncipe, ¿verdad?” Tenía que preguntar, solo para estar segura. “¿Estás vivo?”

“En efecto, soy el Príncipe de Ciudad Noria. Y pues creo que estoy más vivo que nunca”.

“Pensé que estarías mucho más golpeado luego de recibir un golpe directo con ese tronco, pero parece que resistes mejor de lo que esperaba”.

“Un ataque como ese no es nada”.

“¿Quién eres…?”

“Soy el Príncipe de Ciudad Noria”.

No, no me refería a eso… Oh, olvídalo.

Si me burlo de cada error, no tendría fin.

“Por cierto, ¿cómo te sientes viendo esa escena?”

Señalé a las chicas—encerradas en un abrazo apasionado—al Príncipe Robert, quien había estado en el centro de un gran y desafortunado malentendido.

“Ah… hace que mi corazón se acelere…”

“¿Estás seguro de que no es por la sangre que brota de tu cabeza?”

“Siento que podría estar despertando algo nuevo…”

“Ah-ja, parece que tu herida en la cabeza es más grave de lo que pensaba”.

“Bueno, basta de bromas”.

“¿Fue esa una broma?”

“…Al menos era un poco serio”.

“No es tan serio como esa herida en tu cabeza”.

“¿Se puede aún hacer algo?”

“Creo que ya es demasiado tarde para eso”.

“……”

“¿Qué ocurre?”

“Ah, bueno—no puedo evitar aceptar algunas cosas, al ver todo esto”.

“¿A qué te refieres?”

El Príncipe Robert sonreía, como siempre.

“Antes, cuando ese caballero me golpeaba con un tronco, aprendí algunas cosas. Entre ellas, supe que había sido engañado por el rey de Ciudad Molino, y que el verdadero amor estaba entre la Princesa y yo, sino entre un caballero y la Princesa”.

“Eh”.

“No podía creerlo, pero viéndolas a las dos, lo entiendo ahora. Parece que fui un simple bufón”.

“……”

Bueno, me lo imaginé.

No podía decirlo, así que guardé silencio.

“Amor entre dos mujeres… Qué lindo¹”.

Mientras el Príncipe a mi lado, se ponía poético, yo permanecía en silencio.

Permanecí allí un rato, como espectadora del incomprensible intercambio entre Rosamia y la Princesa Chocolat, hasta que, finalmente, el Príncipe Robert comenzó una conversación seria.

“He decidido rendirme en casarme con ella”.

“¿Es en serio? Genial, entonces…”

“Bueno, supongo que no me queda de otra más que rendirme”.

“……”

Parece que no tiene ojos para nadie más que Rosamia.

“Además, ahora necesito volver a mi país y hacer algo”. “¿Oh?”

“Estoy pensando el legalizar el matrimonio del mismo sexo”.

“Oh, ¿en serio?”

“Esa no es una respuesta muy entusiasta”.

“Me contuve un poco”.

“…Bueno, me imagino que algunas personas se opondrán. Sin embargo, creo que hay otras personas que han encontrado el amor en los mismos géneros. Si nosotros, como país, podemos reconocer eso, estoy seguro de que el mundo se volverá más pacífico que antes”.

Ya veo.

• Gremory: Confirmo.

“… ¿Qué crees realmente?”

“Amor entre dos mujeres… Qué lindo”.

“……”

Al guardar silencio, el sonido de las dos chicas tocándose entre ellas llenó el lugar. Era como si hubieran sido llevadas a su propio paraíso privado.

Incluso si dejara de viajar en el futuro y me estableciera en un país en algún lugar, no creo que elegiría vivir en cualquier extremo de este camino.

“Oh, eso me recuerda”, dije, deteniendo al Príncipe Robert, que había comenzado a alejarse.

Se dio la vuelta, sonriendo alegremente (pero aún empapado en sangre). “¿Qué ocurre?”

“……” Lo enfrenté y extendí mi mano.

“¿Eh? ¿Qué ocurre?” parecía que mis intenciones no eran claras, ya que inclinó su cabeza ante la confusión.

“Diez monedas de oro, por favor”, dije con una sonrisa.

“Como lo prometí, encontré a la Princesa”.

***

Un tiempo después, en un país diferente, escuché un rumor sobre Ciudad Molino y Ciudad Noria. Ambos países ahora reconocen plenamente las relaciones entre personas del mismo sexo, y cada uno ha logrado su propio grado de progreso.

Por lo menos, parecía que las relaciones diplomáticas entre los dos territorios ahora estaban floreciendo.

Y gracias a que la Princesa de Ciudad Molino se casó con otra mujer, otras parejas del mismo sexo que habían mantenido en secreto su amor comenzaron a hacerse públicas.

En Ciudad Noria, el Príncipe hizo un gran anuncio para alentar tales matrimonios. “¡Se pagarán subsidios a cualquiera que tenga una unión entre dos mujeres!” Como resultado, las parejas se juntaron para obtener matrimonios falsos, y aparentemente causó muchos problemas.

De esta manera, los países que anteriormente no tenían nada que ofrecer, excepto las norias y los molinos, adquirieron algunas nuevas peculiaridades.

Escuché que muchas más personas han visitado dichas ciudades.

Sin embargo, la población parece estar disminuyendo.

Me pregunto a se deberá.