Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 2

Capítulo 2: Como Usar las Armas Pacíficamente

“¿Qué? ¿Quieres que haga sus lanzas y escudos super fuertes…?”

“¡Correcto! ¡De lo contrario, esos bastardos de la aldea oriental van a matarnos a todos!”

Todos los hombres de la aldea estaban de rodillas ante mí, con miradas de desesperación en sus rostros.

Junto a ellos había un montón de lanzas de aspecto patético, en realidad eran nada más que cuchillos pegados a palos, y tapas de ollas que tendrían mejor uso manteniendo la comida caliente, apiladas al azar como basura.

¿Hacer esos súper fuertes? Verdad…

“Um, eso es un poco difícil…”

“¡Te lo suplicamos! ¡Tenemos noticias de que ese horrible grupo de la aldea oriental rogó a una bruja y consiguió que sus armas fueran más fuertes! ¡No hay forma de que podamos luchar contra ellos en estas condiciones!”

Siendo honesta, no entendía la situación. Aparentemente, este pueblo occidental no se llevaba muy bien con sus vecinos orientales. Recientemente, las cosas se pusieron tan mal que la gente comenzó a plantearse, “Bueno, ¿por qué no resolvemos esto por la fuerza?”

Pero en cuanto a las armas que tenían a la mano… No había mucho. Así que, se les ocurrió que pedirle a una bruja que encantara sus armas era el camino a seguir.

Fue pura mala suerte de mi parte encontrarme con ellos en la forma que pasó.

Lo que nos trajo a este desenlace.

“Hmm… Bueno, no es imposible, ¿sabes? Eso de hacerlas más fuertes”.

“¡No las queremos ‘más fuertes’! ¡Queremos que sean las más fuertes!” Gritó el hombre que aparentaba ser el líder.

Apoyándolo, unas varias docenas de hombres asintieron y resoplaron violentamente.

“Hacer que sus armas sean las más fuertes es simple— pero hay un problema”.

“¿Cuál?”

“¿Pueden pagar por ellas? No me importa hacerlas para ustedes, pero costará montones de dinero”.

“Escuché que la bruja que fue a la otra aldea hizo sus armas gratis! Así que nosotros también—”

“¿Pretendemos que esta conversación nunca pasó?” “……”

“¿Qué eligen?”

“…E-Exactamente, ¿de cuánto estaríamos hablando?”

“……”

En silencio, levante mi dedo índice.

“¡Woow! ¡Sólo una moneda de cobre! ¡Qué razonable!” “Encantaré sus armas por una moneda de oro”.

“¡Encantarás todas por una sola moneda de oro! ¡Eso sí que es un precio muy razonable!”

“Una moneda de oro por arma”. “Oye, eso no es muy razonable”. “Mencioné que sería muy costoso, ¿no…?”

Mirando la pila de basura que querían que encantase, esperaba poder hacer unas ochenta monedas de oro.

…Qué maravilla, ¿lo notaron? El montón de basura de repente brilla como el oro. Oh-ho-ho

Por supuesto, si este era el mejor armamento que los aldeanos habían podido reunir, probablemente no eran particularmente ricos. Pude ver la desesperación extendiéndose por los rostros de los hombres arrodillados ante mí.

“¿P-Podrías hacernos un descuento, Madame Bruja…?”

“No, me temo que no puedo hacer tal trabajo por algo menos que eso”.

“… ¡Oh, ya sé! ¡En ese caso, permítanos pagarle después, por favor! ¡Haga nuestras armas súper fuertes, y luego saquearemos dinero de la aldea oriental! ¡¿Qué opina de eso?!”

“Oh, lo siento. Exijo el pago completo de todos los encantamientos de armas por adelantado”.

“… ¿Por qué?”

“Afecta mi motivación”.

“Pero no hay forma que podamos pagar ahora…” Alzando su cabeza, el hombre que aparentemente era el líder dijo; “¿Podría aceptar algo más en lugar de dinero?”

“Depende de lo que sea”.

“¡¿Lo dice en serio?! ¡Bien, muchachos! ¡Tráiganlo!”

“¡Entendido!” Los hombres que parecían ser sus lacayos se dispersaron y desaparecieron de la vista.

Esperé un rato.

Y luego regresaron con el ‘algo’ en las manos.

Ceremoniosamente me presentaron una caja de verduras, tantas que una persona no podría comerlas todas. Había tanta que era fácil imaginar a una persona viviendo con esas verduras durante un mes entero.

“Estas verduras fueron cosechadas por los residentes de la aldea! ¡Por favor acéptelas como pago!”

“…Um, no sé qué haría con este montón de vegetales”. No había forma que me los comiera todos antes que comenzaran a podrirse.

“¡Por favor, acéptelas!”

“……”  Dejé  escapar  un  gran  suspiro.  “Hagamos  de

cuenta y caso que esta conversación nunca sucedió. Si no pueden pagarme con dinero y nada más pueden ofrecer esto, entonces no siento la obligación de encantar sus armas”, dije rotundamente.

“Un momento, Madame Bruja”. Interrumpiendo desde un costado estaba la esposa del hombre que parecía ser el líder. Mirando fríamente a los hombres, hundidos en la desesperación, la mujer habló. “Hemos preparado un banquete especial para usted. ¿Podría aceptarlo amablemente como su pago esta vez?”

“Hmm”.

“¿Cuándo fue que—? ¡Ohh, sabía que podía contar con mi esposa!” El aparentemente líder dijo con alegría.

“……” Luego de darle otra mirada fría, me miró con una

sonrisa. “¿Qué dice, Madame Bruja?” “Depende de cómo esté”. Respondí.

Con la intención de inspeccionar la ofrenda, me dirigí hacia el salón de actos de la aldea, dirigido por la esposa del líder de la aldea. El exterior del lugar estaba viejo y desgastado. Lo suficiente como para ponerme nerviosa por entrar.

Pero la mujer que me guiaba no estaba dispuesta a dejarme escapar. “Por favor, pase”, dijo, obligándome mientras me empujaba dentro.

“……”

Bien, ¿cómo suponen que se veía el interior?

La respuesta: un banquete en un salón increíblemente lujoso. Frutas y verduras recién cosechadas se alineaban en las mesas. Aromas fragantes llenaban el lugar. Al parecer, el lugar no se encontraba listo por completo, ya que varias mujeres corrían de un lado a otro dentro del salón.

Para hacer que el lugar en ruinas se viera un poco más bonito, las paredes interiores estaban cubiertas con cortinas. Las cortinas, que estaban hechas de varios diseños y materiales, parecían provenir de un hogar diferente, me conmovieron todos sus esfuerzos, por muy lamentables que fueran.

Pero había un problema.

Ninguna de las ollas tenía tapas, así que, si no nos dábamos prisa y comíamos los platillos, la comida en la que habían puesto tanto esmero se enfriaría. En realidad, ya se estaba enfriando cuando llegué. ¿Es en serio?

La situación requería prisa.

“Encantemos esas armas de una vez por todas”.

Regresé al grupo y rápidamente comencé a trabajar.

Ignorando a los hombres que saltaban de alegría, saqué mi varita y lancé magia sobre la montaña de basura.

El resultado se mostró de inmediato. Una luz tenue y brillante envolvió las armas, cambiando sus formas. Cuando la luz desapareció por completo, estaban como nuevas.

“¡Es…Esto es increíble, Madame Bruja!”

Los hombres se emocionaron al ver sus armas transfiguradas.

Las “lanzas” que no habían sido más que cuchillos pegados a palos de madera renacieron en largas lanzas con hermosas puntas en forma de carámbanos en los extremos. Las simples tapas de las ollas se habían convertido en escudos de aspecto brutal que parecían ser suficientes para aplastar a un enemigo por su cuenta.

En efecto, la montaña de basura se había convertido en una montaña de tesoros. Era normal que se conmovieran.

“Por cierto, probablemente puedan distinguirlos al sostenerlos, pero son mucho más ligeros y fuertes de lo que parecen. Sin embargo, tienen una debilidad—”

“¡Yahoo! ¡Con estas armas, ganamos seguro! ¡Siiiiiiiiiiii!” Ah, no me prestan atención. “Um…”

“¡Muchachos! ¡Vayamos a desaparecer a los bastardos de esa aldea de inmediato! ¡Síganme!”

Todos cogieron sus armas.

“Um…”

“¡Todos, agarren un arma! ¡Aprovechen al máximo la generosidad de la Madame Bruja!”

Se dirigieron a la entrada de la aldea.

“……”

“¡Señorita Bruja! ¡Muchas gracias! ¡Volveremos después de asegurar nuestra victoria!”

Luego de inclinarse ante mí, corrieron hacia la aldea oriental.

“……”

Me habían dejado sola.

Este había sido un desarrollo inesperado.

“Hmm…”

Esperaba que al menos se comportaran con un poco más de cuidado al manejar las lanzas y escudos superfuertes.

Corriendo así, seguramente los usarían mal. Tal vez deba ir a detenerlos.

Vacilaba.

“Madame Bruja, hemos terminado de preparar el banquete en el salón”.

“Ah, en seguida voy.”

Oh, bueno. Supongo que todo saldrá según lo planeado si no me entrometo más.

***

“Madame Bruja. Desde el fondo de nuestros corazones le agradecemos por su ayuda. Al fin, nuestra aldea conoce la paz”.

“Ni lo menciones”. Giré mi cabeza mientras me encontraba zambulléndome en la pila de comida. “De hecho, no fue nada”.

Todo lo que hice fue ajustar un poco las armas.

No necesitaba ningún agradecimiento.

“Por cierto, aquí está su verdadera recompensa”. La esposa del líder de la aldea me entregó una bolsita.

“Gracias”.

“Hay diez monedas de oro dentro. Su tarifa combinada de nosotras y de ellas”.

Eché un vistazo dentro de la bolsita. Había diez monedas de oro brillantes en el interior.

¡Oh-ho-ho!

Me quité el sombrero puntiagudo y me incliné. “Muchas gracias”.

“Yo soy quien debería agradecerle. La tranquilidad finalmente volverá a nuestras dos aldeas”.

“Así es”.

“Ahora bien, por favor, coma”.

“Cierto—posiblemente no tengamos mucho tiempo”.

Es por eso que quería explicarles todo antes de que se marcharan.

Bueno, no importa.

Tomé mi cuchillo y tenedor y seguí con mi comida.

Los hombres regresaron poco después—fue justo después que salí del salón, montado en mi escoba con el estómago lleno.

Los hombres regresaron, claramente de un humor diferente al que habían dejado la aldea.

Había el doble que antes, pero ninguno sostenía las lanzas y escudos que les había hecho. Me miraron, montando mi escoba, comenzaron a gritar sus quejas.

“¡¿Qué significa esto, Madame Bruja?!”

“¡Todas las lanzas y escudos se rompieron cuando los usamos por primera vez!”

“¡Vaya chiste! ¡Es un fraude!” “¡Devuélvanos nuestro dinero!” “¡Devuélvanos nuestros cuchillos y tapas!” “¡Y nuestros palos!”

“¿De qué hablan? ¡Explíquense!” Santo cielo.

“Como solicitaste, encanté sus armas para que fueran súper fuertes. ¿Estuvieron insatisfechos?

“¡Si fuera así, no estaríamos haciendo tanto escándalo! ¡Justo cuando estábamos a punto de pelear, vimos que los otros aldeanos estaban usando exactamente las mismas armas!” Gritó el líder de la aldea occidental.

“Nos engañó, ¿verdad, Bruja?! ¡Las armas se veían bien, pero eran increíblemente frágiles! ¡En el momento en que las lanzas y los escudos chocaron, se hicieron añicos!” El líder de la otra aldea alzó la voz.

Cielos, eso es lamentable.

“Bueno, saben que los materiales más fuertes pueden ser los más frágiles, ¿verdad? ¿No es así como son las joyas preciosas?” Dije. “Por supuesto, una lanza súper fuerte se romperá si choca con un escudo súper fuerte. Lo mismo es cierto en el escenario opuesto. Ambos son muy fuertes, después de todo”.

Les estaba tomando el pelo, y el líder de esta aldea dijo, “Pero, Señorita Bruja, nunca nos dijo que nuestras armas debían manejarse con cuidado, ¿verdad?”

“No me dieron la oportunidad. Se marcharon sin prestarme atención”.

Originalmente, el plan había sido llevar a las dos aldeas a una batalla decisiva luego de explicar que todas sus armas eran muy frágiles. Pero se habían escapado sin pensarlo dos veces, así que me pusieron en la incómoda posición de tener que apresurar a comer mi comida. ¿Qué tal si se responsabilizan por eso?

“Lo que significa, Señorita Bruja, que usted fue la bruja que hizo las armas súper fuertes para la aldea oriental, ¿verdad?”

“¿Hmm? Creí haberte dicho eso”.

Es justo como se lo imaginan, el día anterior, había usado el mismo truco para transformar una pila similar de basura en armas para la aldea opuesta en el este.

Bueno, esa es toda la historia.

“En este momento, considero que mi trabajo aquí ha concluido. He recibido un pago suficiente, después de todo. Ahora, si no les importa, me tengo que retirar”.

Lentamente avancé hacia mi escoba.

Sus palabras de enojo se volvieron aún más abusivas, y algunas personas incluso trataron de arrojarme piedras. Sin embargo, ninguno me golpeó.

“Está bien, me voy”.

En verdad, el trabajo para el que fui contratada no era la tarea moralmente cuestionable de encantar armas. Al mismo tiempo, no sería una exageración decir que ese fue solo un paso para lograr mi verdadero objetivo.

Mi trabajo real había sido alejar esas armas de los hombres de ambas aldeas enemistadas.

Así que usé un poco de magia para quitarles sus armas. Y al convertirme en enemigo mutuo de ambas aldeas, parecía haber mejorado la relación entre ellos, matando dos pájaros de un tiro. Y todo lo que les había costado fueron todos sus cuchillos y tapas de ollas.

Pero si los tomamos como sacrificios para terminar el conflicto pacíficamente, era un precio bajo a pagar.

Las quejas aún me seguían siendo arrojadas por la multitud que se alejaba gradualmente.

La gente que me había contratado de las dos aldeas estaba de pie al lado del salón con el banquete, haciéndome señas, apenas visibles detrás de la multitud de hombres enojados.