Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 2

Capítulo 14: El País Antiguo y la Reencarnación de La Gata Divina

Parte 1

Lágrimas recorrían mi rostro.

Era medio día, con una gran cantidad de personas en la calle, volaba por la avenida principal de una vieja ciudad en mi escoba, me encontraba llorando. El viento en mi cara barría las lágrimas de mis ojos.

“¡Espera!”

“¡No dejen que esa bruja se escape! ¡Atrápenla!” “¡Tráiganla con vida!”

Los guardias de este país se encontraban en una fuerte persecución. Había magos montando sus escobas, tratando de atraparme.

Y no eran mis únicas preocupaciones.

“¡Déjamelo a mí!”

“¡Maldición…! ¡Un poco más y la habría atrapado!” “¡No la dejen escapar! ¡Persíganla! ¡Hay que atraparla!”

Todas las personas del pueblo saltaban una tras otra, tratando de bajarme de la escoba. Venían por mí de todos lados.

Hasta tan solo un rato, estas personas estaban acariciando gatos, o en medio de una conversación, o haciendo sus compras, y algunas personas apenas salían de las tiendas.

Las esquivé a todas.

Justo en este instante, todo el país de manera unilateral estaba en mi contra. Piensan que soy una persona malvada que solo traerá calamidad a toda su civilización.

Desafortunadamente, esta era una dura realidad.

“Gah… Ohhh…”

Limpié mis lágrimas y mantuve mi vista al frente. Me encontraba en peor forma de lo habitual. La trayectoria de mi escoba era demasiado inestable, y tampoco volaba en línea recta. Sentí que, si dejaba de concentrarme tan solo por un segundo, podría estrellarme. Apreté mi escoba y la obligué a seguir su curso.

Continué avanzando, haciendo todo lo posible para evitar la enfurecida multitud.

Desde la curva de mi brazo izquierdo, con una voz que solo yo podía oír, murmuró: “Estoy empezando a sentirme mal…”

Debe sentirse así por la violenta forma en que vuelo mi escoba, lo que tenía sentido.

“Por favor, aguanta… Tengo mis propios problemas que resolver en este momento”.

No podía respirar muy bien. Cada vez que inhalaba, tenía la desagradable sensación de algo caliente y pesado en mis pulmones.

Ella me miró con sus ojos redondos y azules. “Bueno, haz tu mejor esfuerzo. Mira, ahí está la entrada”.

Luego soltó un maullido y acarició mi mejilla.

Empecé a llorar de nuevo. Me pregunto si eran lágrimas de felicidad o si algo más me hizo llorar.

“¡Devuélvenos a la Gata Divina!” escuché una voz detrás de mí.

Como si rechazara la solicitud, la gata que sostenía en mis manos, soltó otro “Miau”.

Retrocedamos un poco la historia. Unas dos rotaciones de las manecillas del reloj. O una rotación del sol y la luna.

En otras palabras, esta vez es ayer.

“¿Oh? ¿Un país con una extraña costumbre?” “Sí, así es”.

Me encontraba en una aldea donde me había detenido a descansar durante mi viaje. Casualmente le pregunté a un local: “¿Conoces algún país interesante?” Fue entonces cuando supe de este país.

“¿Qué tan extraño es?”

“No lo sé. Por desgracia, de los que se han ido de nuestra aldea, ninguno ha vuelto”.

“Um, disculpa, pero ¿podrías hablar normalmente?”

“……No tengo forma de saber qué lo hace extraño. Solo

que estoy seguro de que es un país extraño.” “Jo-Jo”

Bien, entonces.

Es raro.

Presionando al aldeano por más detalles, me dijo que esta aldea había comenzado una campaña solo unos años antes para atraer turistas al promocionarse como “¡Muy pintoresca!” Aparentemente, funcionó, y muchos habitantes ingenuos de la ciudad acudieron en masa a la aldea, creyendo falsamente que esta zona lejana les ofrecería una vida pacífica de libertad y armonía. La aldea recaudó mucho dinero, lo que les dio suficiente capital social para dirigir a otros grupos.

Pero recientemente, un país con una extraña reputación había surgido cerca, y la aldea pintoresca había perdido casi todos sus ingresos. Los aldeanos enviaron espías para ver cuál era la gran atracción y copiar su esquema que atraía a nuevos visitantes, pero todos y cada uno de los espías habían decidido quedarse en el nuevo país. Los aldeanos nerviosos trataron de tomar todo con calma y decidieron atraer a multitudes más grandes “hablando de una manera antigua”, y simplemente tomaron ese camino.

Eso lo resume todo.

………

Me preguntaba cuán interesante podría ser su competidor.

Ya me conocen bien, esto me daba mucha curiosidad.

“Entonces, ¿cómo puedo llegar a ese país?” Pregunté, y el aldeano usó muchas expresiones viejas y estudiadas para explicarme cuidadosamente.

Bajo el cielo de la tarde, apunté mi escoba hacia el oeste desde la aldea. Avancé por las llanuras, crucé un río que tenía un pequeño puente y pasé por tierras más llanas.

Pronto pude distinguir las figuras de algunas delgadas coníferas entre el paisaje verde que se extendía por el horizonte, y luego, justo donde las llanuras se convertían gradualmente en bosque, el país se reveló lentamente.

El gran muro de la muralla estaba más descolorido de lo que uno esperaría de un país que se ha establecido tan recientemente, y con la hiedra creciendo a los costados, se desvanecía en su entorno, lo que le daba buena pinta.

Me acerqué, evitando los árboles a medida que el bosque se volvía más denso, y vi una puerta de hierro que estaba bien cerrada. Por extraño que parezca, solo la puerta era nueva, quizás había sido reemplazada recientemente, por lo que destacaba entre el resto del paisaje balanceado.

Aterricé y me paré frente a la puerta, se abrió una pequeña ventana que estaba integrada en la pared. El brillante casco de un soldado me miró.

“¿Quién anda ahí?”

“Una viajera. Soy una bruja. Me llamo Elaina.” “¿Qué asuntos tienes con este país?”

“Escuché que este país era increíble, así que vine a verlo por mí misma. Si todo está bien, pensé en que pasaría unos días aquí”.

El soldado asintió levemente. “…Muy bien. Pero si desea ingresar a este país, deberá responder una pregunta”.

Y luego, “¿Amas a los gatos?” Preguntó sin ningún preámbulo.

“Um, ¿los gatitos?”

“No los gatitos. Los gatos”.

“… ¿Cuál es la diferencia?”

“La diferencia es si les da el debido respeto a los gatos. Bueno, ¿qué tal de esta forma? ¿Amas a los gatos?”

“Um… Bueno, me gustan… ¿Supongo?”

En verdad, nunca he tocado uno—pero no podía decirle eso, sin importa qué. Bueno, creo que se ven lindos, y no tengo ningún motivo para odiarlos, así que supongo que está bien.

“…Muy bien. Puedes entrar. No hay malas personas entre los amantes de los gatos”.

“Um, sí…”

“Pero llevaré a cabo una inspección de sus pertenencias antes de que entre al país. Entre por la puerta de al lado”.

“Uh, claro…”

Y así terminé fácilmente todos los procedimientos de inmigración necesarios e ingresé con éxito al país. No podría haber predicho nada sobre el lugar que estaba delante de mí. Era mucho más extraño de lo que podría haber imaginado.

***

La ciudad se miraba muy vieja.

La gente iba y venía por la avenida principal que era bordeada de casas de ladrillo, de colores apagados y cubiertas de hiedra como el muro fronterizo. Tenía curiosidad por el hecho de que la puerta de cada casa tenía un agujero bajo cuadrado que parecía demasiado pequeño para que una persona pudiera pasar, incluso de rodillas.

Los adoquines que pavimentaban la calle estaban cubiertos de musgo, y tuve la clara impresión de que esta ciudad tenía muchos años de existir.

“……”

Con una ligera investigación, finalmente entendí el propósito de la pregunta que me hicieron al ingresar al país.

Este país estaba lleno de gatos.

Si mirara hacia abajo, aunque fuera un poco, encontraría que el suelo estaba cubierto con ellos. Abriéndose paso entre la gente, tomando el sol en medio de la calle, jugando en la hierba, había gatos por todas partes. Tantos que parecía extraño.

Supongo que la razón por la que preguntan a los visitantes si les gustan los gatos es porque este sería un infierno si no les gustan, pensé cuando me atrajo un increíble aroma a levadura que se acercaba de un puesto de comida.

“Ah, me gustaría un poco de pan, por favor. Tomaré este y aquel y ese y ese otro”.

“En seguida”. El hombre de aspecto generoso al otro lado del mostrador asintió. Usó pinzas para recoger uno de cada uno, colocó el pan en una bolsa de papel y luego me la entregó.

“Serán cuatro monedas de cobre”.

“Okey”.

Pagué y recibí mi pan. ¡Hurra!

Inmediatamente después, escuché: “Señor, también quiero un poco de pan, por favor. Este y aquel y ese y aquel otro”.

No me había dado cuenta de que una bruja había aparecido a mi costado. Ella ordenó exactamente lo mismo. Era una bruja adulta, vestía una túnica teñida de azul y un sombrero puntiagudo.

Pagó las cuatro monedas de cobre por su pan y se dirigió hacia mí después de inclinarse ante el tendero. Su corto cabello azul se balanceaba ligeramente con la brisa. Aunque estaba corto en la parte posterior, su flequillo era demasiado largo y me miraba con un solo ojo.

“Hola. No te he visto antes. ¿Acaso eres una viajera?”

Después de sacar un trozo de pan de mi bolsa de papel y morderlo, respondí: “Sí, así es. ¿Y tú?”

“Soy una bruja. Además, vivo aquí”.

“Oh”.

“Ah, perdón por acercarme de la nada. Soy la única bruja en este país. Hasta los magos son muy raros, así que aproveché la oportunidad para hablar contigo. Espero que no sea una molestia”.

“Me sorprendió que me hablaran tan repentinamente”.

Ella sonrió amargamente. “Perdón por eso… Por cierto, ¿ya has echado un vistazo al lugar?”

Sacudí la cabeza después de masticar otro bocado de pan. “Ingresé al país hace un rato”, respondí.

“¡Oh, ya veo! Puedo darte un recorrido si quieres. Este país puede ser muy extraño, así que, si deambulas sin guía, es posible que te saquen tu dinero, te arresten o algo así”, sugirió.

……

Me moría por descubrir cuál era el trato con todos los gatos. Un recorrido sonaba perfecto.

Qué conveniente.

“Me gustaría tomar tu oferta. Si prometes no estafarme, claro está”.

“Ja-ja-ja… No cobraré una tarifa de información ni nada. Relájate. También vine de otra tierra, así que recuerdo lo difícil que fue cuando llegué aquí. Este país tiene algunas reglas inusuales, y si las infringes sin darte cuenta, serás enviada a prisión”.

“¿A prisión…?”

Esta era la primera vez que escucha esa palabra.

“Si, te explicaré todo para que eso no te suceda. Después de todo, existe la posibilidad de que tú y yo vivamos juntas en este país de ahora en adelante—” sonrió.

En ese momento, todavía no había captado el significado detrás de sus palabras.

Caminamos por la ciudad juntas, comiendo pan.

“Oh, todavía no me he presentado, ¿verdad? Me llamo Lucie. La Bruja del Cielo Azul, Lucie”.

“Soy Elaina, la Bruja Ceniza”.

Se inclinó y dijo: “Mucho gusto, Elaina” con una pequeña sonrisa.

El gusto es mío.

“Permíteme contarte sobre este país mientras te muestro los alrededores. Primero, hay tres leyes que debes obedecer rotundamente”.

“¿Oh?”

“Bien, dos de las tres son reglas simples que probablemente nunca romperías si amas a los gatos. En primer lugar, ‘bajo ninguna circunstancia debes dañar a un gato’”.

“¿Qué sucede si infrinjo la ley?” “¿Eh? Básicamente, vas a prisión”. “¿No es eso un poco estricto…?”

“Solo hacia las personas que dañan a los gatos. ¿Acaso no se lo merecen? La segunda ley se superpone con la primera hasta cierto punto… ‘Debes tratar a todos los gatos con amor incondicional’”.

“Eso es un poco abstracto… Por cierto, ¿qué pasa si se infringe esa ley?”

“Prisión”.

“……”    Eso   es   extremo…     “Um…  Específicamente,

¿cómo—? ¡Achú!”

“¿Hmm? ¿Te encuentras bien? ¿Estás resfriada?”

“Perdón. No te preocupes por eso. De todos modos, ¿cómo debo atender específicamente a los gatos?”

“Bueno… de la misma manera que sueles hacerlo”.

“Entonces, si los trato como lo haría normalmente, ¿contaría como colmarlos de amor…?”

No lo entiendo.

“¡Ya sé! Será más fácil de entender si lo ves en lugar de palabras, ¿no? De acuerdo, um—¡Ah! Mira allá”. Tirando de mi manga mientras me encontraba desconcertada, Lucie señaló a un lado del camino.

Había un puesto de mariscos y un gato calicó mirando las hileras de pescado.

El gato mantuvo su postura baja mientras se acercaba al estrado, tratando de no ser atrapado por el tendero, luego se estiró de repente cuando llegó justo debajo del puesto. Agarró hábilmente uno de los pescados con la punta de la pata y lo atrapó con la boca.

“¡Ahhh!”

Pero, el tendero atrapó al gato con las manos en la masa. El sorprendido gato calicó fulminó con la mirada al tendero.

Oh, cosita linda. Se enfadará contigo, pensé, pero…

“¡Ah, Señor Gato! ¡Muchas gracias! ¡Por favor, toma todo lo que quieras!”

Por alguna razón, el comerciante estaba encantado. Además, comenzó a tirar a la calle todos los peces cuidadosamente apilados en su puesto. Los gatos inmediatamente invadieron el área y comenzaron a huir con los pescados.

……

¿Eh?

“¿Qué acaba de suceder?”

“Amor”.

“Eso no responde la pregunta…”

Tenía la sensación de que no entendíamos. ¿Quizás este país era conocido por sus expresiones únicas? Esa sería una respuesta simple.

“¡Ah, mira! ¡Por ahí! Eso podría ser más fácil de entender”.

“……”

A su insistencia, aparté mi mirada de la escena.

Y me quedé sin palabras. Esto era aún peor.

“¡Aaah! ¡Señor Gato! ¡Señor Gato! ¡Gracias! ¡Gracias!”

Había un hombre con una expresión de éxtasis boca arriba a medio camino. Encima de él había un gato sentado en una posición cómoda con los ojos entrecerrados, amasando el estómago del hombre con sus patas delanteras.

“¿Qué rayos sucede?”

“Amor”.

“……”

Aparté mi vista de este extraño e incomprensible mundo nuevo. Pero dondequiera que miraba, me asombraban los extraños espectáculos.

“¡Oh, oh, oh! ¡Eres tan lindo! ¡Miau-miaaauuu!” Arrulló una mujer con una voz peculiar, sosteniendo un gato como si estuviera meciendo a un bebé.

¿Qué rayos…?

“¿Y eso?”

“Amor, por supuesto”.

“¿Qué significa ‘amor’ para ti, exactamente…?”

Continuamos caminando por la ciudad, y mi desconcierto seguía por todo lo que tenía a la vista; y a medida que nos aventurábamos más, el número de gatos aumentaba y el comportamiento de los humanos se hacía más peculiar.

La gente caminaba, haciendo todo lo posible para evitar un gato que dormía en medio del camino. Un gato diabólico robó el plato principal de una pareja que almorzaba en un restaurante, y las víctimas observaron lo ocurrido, pareciendo muy complacidas. Un grupo de gatos, como una manada de dioses malvados, se amontonaron sin piedad alrededor de la ropa a la venta, la treparon y la hicieron pedazos—y el tendero simplemente sonrió.

No había nadie que detuviera los ataques de gatos desenfrenados, y ni una sola persona trató de detenerlos. A los gatos se les permitía hacer cualquier cosa que quisieran.

“A esto nos referimos con amor incondicional”, dijo Lucie con jactancia. “Pareces sorprendida, pero la gente de este país—no, una vez que vienes aquí, todos se sienten de la misma manera. Todos tratan a los gatos con amor”.

“Siendo sincera, parece que han perdido el sentido de la razón y han recurrido a malcriar a los gatos”.

“Bueno, los gatos en este país son diferentes de cualquier otro lugar del mundo. Son especialmente lindos. No podemos evitar mimarlos. Pronto lo entenderás, Elaina”.

“Creo que nunca lo entenderé…” Tal vez sea porque nunca he tocado uno. “Para empezar, realmente no entiendo cómo estos gatos son diferentes de los gatos que tienen en cualquier otro lugar”.

“¿Eh? ¡Obviamente son cientos de veces más lindos que los gatos de otros países! ¡Vine aquí por trabajo, pero la ternura de los gatos me cautivó por completo y no pude irme nunca!”

“¿Por trabajo, dijiste?”

“¿Eh? Oh, sí, trabajo de reconocimiento”.

“……”

“Me enviaron aquí desde mi pueblo con instrucciones para observar la cultura y tomar nota de cualquier cosa que pudiéramos robar”.

Siento que he escuchado esa historia en algún lugar antes.

“…Te has adaptado bastante bien a este lugar para ser alguien que vino en una misión de reconocimiento”.

“¡Está bien! ¡Planeo volver a su tiempo! ¡Pero, primero me empaparé de este lugar!”

“… ¿No has perdido de vista tu objetivo? ¿Te parece bien?”

“¿Parezco que lo he perdido de vista?” “Creo que sabes a qué me refiero”. “¡Ah, mira a este pequeñín!”

De alguna manera, parecía que incluso había perdido la voluntad de hablarme. Una vez que vio la figura de un gatito que se acercaba hacia nosotras con las piernas inestables, inmediatamente se inclinó y comenzó a chasquear la lengua, con la mano extendida.

No sé si fue intencional, pero efectivamente, el gatito finalmente se dirigió hacia ella.

Y luego, le mordió la mano.

Con un fuerte agarre en el dedo índice de Lucie, comenzó a morderlo suavemente.

“Ah…”

Lucie miró sorprendida este desarrollo, pero entonces—

“¡Aaaaaaaaaah! ¡Qué lindoooo!” Parecía que podría caer de la emoción. Respiraba con dificultad mientras el gatito seguía mordiéndole el dedo, como si estuviera tratando de beber leche, girando su pequeño cuerpo.

¿No es eso demasiado? ¿Segura que estás bien?

“Ah… ¡Aaahhh! ¡Jaaaaaaaaah!”

“……”

Esto parece inútil.

Me retiré de su repentino y abrumador cambio de personalidad. Me retiré bastante lejos.

Esta era la persona que, hasta hace un momento, había tenido una conversación normal conmigo. Ahora estaba sonrojada y adulando a un gatito. Me dio escalofríos, y todo mi cuerpo inmediatamente se sintió inquieto.

Era suficiente para hacerme querer marcharme ya.

***

(¡Achú!)

Estornudaba con cada paso que daba.

¿Cuántas veces han sido ya hoy? ¿Me resfrié o algo así? Mi cuerpo se siente muy pesado. Ahora que lo pienso, el fondo de mi garganta también parece un poco áspero…

Creo que necesitaré una buena noche de sueño.

“¿Tendrá este país posadas con buenas comodidades?” Pregunté a Lucie, que había estado de muy buen humor luego de un despiadado ataque de gatitos.

“Um… Veamos, mi recomendación sería ese lugar. Sus habitaciones son como estar en el cielo, llenas de gatos que puedes acariciar”.

“Creo que hice la pregunta errónea. Muéstrame la posada más habitable”.

“¿Qué hay de los gatitos?”

“No son necesarios”.

“……”  Después  de  hinchar  sus  mejillas   con  una

expresión hosca, señaló un edificio diferente. “En ese caso, la posada de allí probablemente sea buena”.

Luego, continuamos caminando por la ciudad con total normalidad. Le pedí que me mostrara una buena posada, varios restaurantes deliciosos (que estaban llenos de gatos) y varias cosas más.

Continuamos nuestro recorrido por el paisaje urbano arruinado por el tiempo, y antes de darme cuenta, el sol se había puesto y el cielo se había pintado de rojo.

¿Supongo que iremos por caminos separados? Pensé que la gira parecía estar llegando a su fin, pero recordé que había una cosa más que tenía que hacer que me contara.

“Por cierto, ¿cuál es la tercera ley?”

Hay tres leyes que debo obedecer, ¿verdad?

“Oh, lo siento. Lo olvidé por completo”.

“Por favor dime. Si no lo haces, no podré ir a la posada con tranquilidad”.

Y no quiero pasar la noche en prisión.

“Ah-ja-ja. Pero, es raro que se rompa la tercera ley, así que no creo que realmente sea un problema. Bueno, la tercera ley es—”

Justo cuando abrió la boca.

La gente que caminaba por la ciudad comenzó a moverse. Su agitación recorrió a los transeúntes como olas, y detrás de mí, jadeos de asombro se mezclaron con el aire de la tarde.

Cuando miré a mi alrededor para ver qué había sucedido, encontré a cada residente mirando en la misma dirección.

“¡Oh… es la Gata Divina!”

“¡La Gata Divina nos ha honrado con su presencia!” “¿Cuántos días han pasado?”

“¡Qué construcción escultural…” “¡Simplemente increíble…!”

A medida que estos comentarios y otros más salían de sus bocas, todos, sin excepción, comenzaron a arrodillarse.

Lucie se unió a ellos.

“¡Ah…! ¡Qué hermosa…!” Dijo en un tono febril, suspirando, y asumió la misma postura respetuosa.

……

… ¿Qué?

Todas las personas se volvieron para mirar a un solo gato. Tenía pelaje negro brillante y ojos azules.

“¿……?”

Pero ella se comportó de una manera que era de alguna manera diferente a las demás.

Caminando hacia nosotros con graciosos pasos, esa gata tenía dos colas que salían detrás de ella. Si recordaba correctamente, ese no era el caso con la mayoría de los gatos.

Su pelaje era increíblemente exuberante. Parecía que sería agradable sostenerla.

“Lucie, ¿por qué ese gato tiene dos colas?”

“¡Elaina! ¿Qué estás haciendo? ¡Date prisa y sigue mi ejemplo!”

Ni siquiera tuve tiempo de cuestionarlo. Lucie tiró de mi bata.

“……”

¿Seguir tu ejemplo?

¿Te refieres a arrodillarte ante un gato?

Realmente no quiero, pero…

Si no hago lo que dice, podría terminar en prisión.

“…Uhhh”. No me queda de otra.

De mala gana, puse una rodilla en el suelo y bajé la cabeza con reverencia, copiando a los que me rodeaban.

¿Qué rayos estoy haciendo?

“… ¿Um, Lucie?”

“Guarda silencio. Estás frente a la Gata Divina. No hagas nada que la ofenda”.

Uh…

¿No crees que esto es un poco irracional? No entiendo lo que podría hacer para ofender. ¿Y qué es la Gata Divina?

Mi mente era una tormenta de pensamientos problemáticos, y traté de aplastar mi desconcierto y posibles quejas antes de que mi boca pudiera meterme en problemas.

Entonces.

“Miau”.

Hubo un pequeño maullido. Vino de muy cerca.

En realidad, estaba demasiado cerca.

“……”

“Miaaauuu”.

Me di cuenta de que el gato negro con dos colas—la Gata Divina o lo que sea—estaba de pie frente a mí. El elegante felino me miraba fijamente a los ojos.

(Purrr)

Y luego, justo cuando movía sus dos colas de un lado a otro, de repente se lanzó. Aferró sus garras sobre mi túnica.

“¿Eh…?” Estaba perpleja. ¿Qué era lo que debía hacer?

Traté de evaluar las reacciones de quienes me rodeaban y escuché voces de admiración.

“Oh…”

“Qué suerte que la Gata Divina salte sobre ti…” “La Gata Divina debe aprobarla”.

También escuché a Lucie murmurar: “Estoy tan celosa…”

Honestamente, no entendía lo que estaba sucediendo, pero no parecía ser malo.

Ahora que lo pienso, esta es la primera vez que acaricio a un gato, ¿eh? Bueno, tiene dos colas, así que no estoy segura de sí puedo llamarlo un gato.

“…Uff”. Me puse de rodillas, me agaché y abracé al gato que se había aferrado a mí. El gato cedió y se acurrucó en mis brazos.

Cuando acaricié suavemente su cabeza, ella hizo una expresión somnolienta y comenzó a ronronear suavemente. Sentí que la escuché decir, “acaríciame más”.

Era demasiado linda. Bueno, supuse que no era imposible entender por qué la gente de este país se apasionaba tanto por los gatos. Dicho esto, no sentía que estuviera en peligro de perder el control de la lógica.

“¡¿Q-Qué rayos…?!”

“Esto es…”

“No puedo creerlo…”

Mientras disfrutaba acariciando a la Gata Divina o lo que sea, pude escuchar los murmullos surgir de nuevo. La gente se levantó y lentamente caminó hacia nosotras, balanceándose, para rodearme a mí y a la Gata Divina.

¿Qué? Incliné mi cabeza a un lado confundida. Por el rabillo del ojo, vi a Lucie ponerse de pie. Al verla, vi que me miraba con una expresión extremadamente fría.

“…No—lo puedo creer, Elaina… ¿Qué has hecho…?” Delirantemente hablaba furiosamente mientras sacaba su varita.

“… ¿Eh? Um…”

Fue entonces cuando me di cuenta de que algo andaba mal.

Pero ya era demasiado tarde.

“¡Eres una chica insolente!”

“¡Cómo osas acariciar a la Gata Divina!” “¡Quítale tus sucias manos de encima!” “¡Tú…! ¡¿Entiendes lo que estás haciendo?!”

Las personas a mi alrededor estaban increíblemente furiosas.

“Un momento… Um, aguarden un segundo, ¡por favor! ¿Qué está—?”

Comencé a entrar en pánico, insegura de lo que había hecho mal. En ese momento, de todas las cosas que podría haber hecho, levanté las manos.

Había soltado a la Gata Divina en mis brazos. Ella cayó en mi regazo, aterrizando cuidadosamente con las cuatro patas. Me dolió mucho cuando clavó sus garras en mis muslos.

Eso tuvo grandes repercusiones.

“¡Ella arrojó a la Gata Divina! ¡No solo es ofensiva, es un acto indigno de un amante de los gatos! ¡Eso significa la pena capital! ¡Ella es culpable!”

La única que gritó no fue nadie más que Lucie.

“Lucie. Te lo ruego. Explícales que no conocía la situación—”

“¡De nada sirve discutir!”

Uh… No me está escuchando…

En lugar de explicar la situación, ella golpeó mis palmas con su varita y lanzó un hechizo. Mis manos levantadas fueron arrastradas por una fuerza desconocida y confinadas por grilletes de hierro mágico. Estaban bien hechas, con cadenas que conectaban las puntas de mis dedos con las esposas, por lo que no podía cerrar ninguna de las manos, una característica que realmente podría haber prescindido.

Las restricciones me impidieron agarrar mi varita.

“… ¿Um?”

Cuando volví a levantar la mirada, vi a Lucie furiosa. Le entregó las llaves de los grilletes a un soldado, mirándome todo el tiempo.

“¡Muy bien, todos! ¡Echemos a esta bruja insolente a prisión!” Gritó, y la gente de los alrededores asintieron con vigor.

“Um… ¿Podría hablar contigo un segundo…?”

“¡Muy bien, ponte de pie, Elaina! ¡Si no te paras, te arrastraré conmigo!” Ella avanzó, tirando con fuerza de los grilletes.

“Oye…”

“¡Carajo…! ¿Cómo pudo entrar alguien tan hostil cuando tomamos precauciones para permitir que solo entren los amantes de los gatos?”

“……”

Parecía que mis palabras no llegaban a sus oídos.

Algo andaba muy mal sobre su forma de actuar. Era como si ella fuera una persona completamente diferente de la que me había dado un recorrido por la ciudad.

Era como si hubiera perdido todo sentido de la razón.

Como si estuviera siendo controlada por alguna fuerza desconocida.

“Finalmente te encontré”.

Mientras Lucie me arrastraba, imaginé oír esa voz.